El 30 de abril, decenas de personas murieron y resultaron heridas, incluidos los representantes de medios de comunicación nacionales y extranjeros, tras dos explosiones en Kabul. El ala afgana del grupo terrorista Estado Islámico asumió la responsabilidad por este atentado.

Este atentado fue uno de los más graves ataques contra periodistas en los últimos años. Condenamos decisivamente esta acción brutal. Expresamos nuestras condolencias a los familiares de los fallecidos, deseamos la más pronta recuperación a los heridos. Exhortamos a las autoridades de Afganistán a aplicar todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los representantes de medios de comunicación, entre otros.

Este atentado puso de relieve la importancia de la lucha intransigente contra el Estado Islámico que intensificó en los últimos años su actividad criminal en Afganistán.