Contemplamos con preocupación la continua escalada de la tensión en la península de Corea, que ha desembocado el 31 de marzo en el intercambio de fuego de artillería entre Corea del Norte y Corea del Sur en la región denominada "Línea Límite del Norte", en el mar Amarillo. Es preocupante el mutuo recrudecimiento de la retórica, que incluye la declaración de Corea del Norte de un posible nuevo ensayo nuclear.

Es imposible no darse cuenta de que el agravamiento periódico de la situación en la región coincide a lo largo del tiempo con las maniobras militares a gran escala que realizan cada año Estados Unidos y la República de Corea. Repetidas veces hemos recalcado que resulta inadmisible un exceso de actividad militar en el noreste de Asia, y más aún la aparición en esta zona de elementos desestabilizadores como prácticas de bombardeo con utilización de bombarderos estratégicos, la realización de operaciones anfibias para capturar "centros administrativos" de países extranjeros y otros elementos.

Una vez más, nos dirigimos a todas las partes implicadas con un llamamiento firme a mostrar la máxima moderación y a impedir cualquier tipo de declaraciones y hechos que puedan conducir a un deterioro de la situación en la península de Corea y en su entorno.

31 de marzo de 2014