El pasado 2 de julio, el servicio de seguridad de Siria detectó tres vehículos bomba que intentaron entrar en Damasco. Dos de ellos fueron neutralizados, pero el tercer logró irrumpir en el casco antiguo de la ciudad donde el conductor detonó la carga. Al menos 18 personas han muerto, decenas de civiles han resultado heridos de diverso grado de gravedad.

Condenamos este acto sangriento perpetrado en el contexto de intensos esfuerzos por arreglar por vía política y diplomática el interno conflicto armado en Siria. Los días 4 y 5 de julio del corriente, en Astaná se tiene previsto celebrar la quinta reunión de alto nivel sobre Siria, el próximo 10 de julio, en Ginebra ha de celebrarse una nueva ronda de las negociaciones entre las partes enfrentadas en Siria

Calificamos un nuevo atentado perpetrado por los extremistas como un intento febril de impedir el afianzamiento de las tendencias positivas en la puesta en marcha del proceso político en Siria. Exhortamos encarecidamente a todos los interlocutores internacionales a tratar con suma seriedad el problema de terrorismo y radicalismo en Oriente Próximo, a librar una lucha sin cuartel con este mal global, coordinando con este fin esfuerzos colectivos a tono con las normas del Derecho Internacional y las cláusulas de la Carta de la ONU.