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Discurso pronunciado por el embajador permanente de Rusia ante la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), Andréi Kelin, en la reunión del Consejo Permanente de la OSCE sobre la situación en Ucrania y la infracción por las autoridades ucranianas de los Acuerdos de Minsk. Viena, 15 de enero de 2015

45-16-01-2015

 
 
Estimado señor presidente:

Estamos muy preocupados por el drástico agravamiento de la situación en el sureste de Ucrania, igual que otros ponentes. Se ha incrementado drásticamente el número de incidentes por ambos lados, especialmente cerca del aeropuerto de Donetsk. Al mismo tiempo, se han reanudado los bombardeos de barrios residenciales de Donetsk, Gorlovka y otros poblados de la región de Donbás, unos ataques que causan muertes de los civiles casi diariamente. El pasado 13 de enero, se produjo el bombardeo de Donetsk más masivo de los últimos tiempos. Apoyamos los esfuerzos de los dirigentes de la misión especial de la OSCE para Ucrania dirigidos a establecer un armisticio inmediato en la zona del aeropuerto y enviamos señales a las partes.

La intensificación de los combates en la zona del conflicto afecta seriamente todos los esfuerzos dirigidos a arreglar pacíficamente la crisis. Todo eso parece un intento de volver al camino de intentar solucionar el conflicto mediante el uso de la fuerza.

Ya hemos advertido a nuestros socios que adivinamos indicios peligrosos de una concentración de las Fuerzas Armadas ucranianas y las llamadas "unidades" en las que luchan los voluntarios cerca de Donbás. Esto incluye también los planes anunciados de una nueva ola de movilización militar en Ucrania a la que seguirán dos olas más en los próximos meses.

Las autoridades de Kiev están comprando armas febrilmente incluso en los Balcanes. Se anunciaron planes de aumento de gastos militares evidentemente insoportables para el país, en detrimento de otros ámbitos del presupuesto.

Las autoridades ucranianas siguen fortaleciendo el bloqueo de Donbás y, a juzgar por todo, emprenden esfuerzos orientados a empeorar la vida de los habitantes locales. Se ha bloqueado el suministro de ayuda humanitaria, de alimentos y medicamentos y se han suspendido los pagos sociales. Hay un sistema de control en la línea de separación, y se establecen restricciones cada vez más duras para el movimiento de personas, hasta en casos cuando es necesario prestar ayuda médica urgente.

Todo eso confirma nuestra impresión general: Kiev no quiere llevar a cabo una seria reforma constitucional con la participación de las regiones ni arreglar el conflicto mediante un diálogo político con las autoridades de Donbás. La preferencia es el arreglo del conflicto con el uso de la fuerza: por vía militar y con presión económica sobre la población de regiones que no están de acuerdo. Este camino conllevará una gran catástrofe.

Por nuestro lado, en adición a las declaraciones hechas en Berlín en la reunión de ministros de Asuntos Exteriores dentro del "Formato de Normandía" celebrada el pasado 12 de enero, vamos a confirmar nuestra firme adhesión a un arreglo general de la crisis, basado en el uso exclusivo de medios pacíficos, incluido el inicio de un proceso político sostenible.

Los Acuerdos de Minsk constituyen un fundamento para esto y deben ser cumplidos por todas las partes. Las partes del conflicto, las autoridades ucranianas y representantes de varias regiones de las provincias de Lugansk y Donetsk, deben continuar el diálogo directo para avanzar en este ámbito. Entre otras cosas, se trata de la creación de las condiciones necesarias para un armisticio eficaz, la coordinación de modalidades de la entrega de ayuda humanitaria y la continuación del proceso de liberación de los detenidos. Nuestra tarea común es animarles a cumplir por completo todos los puntos de los Acuerdos de Minsk.

Urge acordar cuanto antes el alto al fuego y la desescalada del conflicto. Condenamos decididamente los ataques que causan muertes entre la población civil. Esto es completamente válido con respecto a la tragedia del autobús de pasajeros ocurrida cerca de la localidad de Volnovaja en la provincia de Donetsk. Hay varias versiones de lo sucedido. Antes de sacar conclusiones es necesario llevar a cabo una investigación objetiva del incidente. Apoyamos la propuesta de que tal investigación se realice bajo la Comisión Conjunta de Control y Coordinación. De la misma manera deberá ser investigado el ataque al colegio de Donetsk el pasado 5 de noviembre.

Cada día en Donetsk mueren civiles a causa de los ataques de artillería desde el territorio controlado por las fuerzas gubernamentales ucranianas. Desde el inicio de la operación militar murieron más de 4.800 personas, más de 10.000 fueron heridos y más de 1.000 viviendas y elementos de infraestructura fueron destruidas parcial o completamente. Incluso las organizaciones internacionales no gubernamentales advirtieron a las autoridades ucranianas contra el uso no selectivo de armas pesadas y bombas de racimo en ataques contra las zonas pobladas.

Al mismo tiempo las fuerzas ucranianas, sobre todo los efectivos de los batallones tipo Azov o Aydar controlados por los oligarcas, continúan con completa impunidad. Las autoridades ucranianas no informan sobre los resultados de la investigación de sus crímenes.

Estimado señor presidente,

Detener la escalada de tensión tiene ahora una importancia vital. La observación estricta del alto el fuego es una condición clave. Es inadmisible el uso de armas pesadas contra las zonas pobladas y las infraestructuras, tienen un carácter claramente provocador. Exhortamos a las autoridades ucranianas garantizar un control completo sobre la observación del alto al fuego por parte de todas las subdivisiones de las Fuerzas Armadas y otras unidades que no forman parte de las mismas pero participan en la operación militar.

Destacamos, en este sentido, la declaración del presidente de Ucrania, Piotr Poroshenko, quien dijo que es partidario de la solución pacífica de la situación en Donbás y hará para ellos todo lo posible y "también lo imposible".

Hace poco las partes del conflicto consiguieron cierto progreso en cuanto al cumplimiento de los acuerdos de Minsk. El régimen de silencio se observaba en muchas zonas de la línea de contacto. Fue retirada parte de la artillería pesada, al menos los milicianos lo hicieron. Se llevó a cabo un intercambio de detenidos. Fue iniciado el patrullaje conjunto en las zonas adyacentes a la línea de contacto, lo cual quedó reflejado en el informe de la misión especial de monitoreo de la OSCE.

Las milicias de Donetsk en estas condiciones se mostraron comprensivas con la parte ucraniana permitiendo que en el aeropuerto de Donetsk se realizase la rotación de militares más de una vez y confiando, por lo visto, en que no se reanuden los ataques a Donetsk. El notable descenso de la intensidad de los ataques permitió a la población de Donbás afectada por la guerra iniciar el proceso de la vuelta a la normalidad a pesar de la catastrófica escasez de alimentos y medicinas.

Es necesario reiterar con claridad la idea de que no existen alternativas a un arreglo exclusivamento pacífico de la crisis. Es inadmisible, y amenaza con una catástrofe, cualquier estímulo a los que pretenden regresar al uso de fuerza. Según ha demostrado lo sucedido en los últimos días, algunos no tienen escrúpulos a la hora de elegir los métodos.

Es absolutamente obvio que la solución permanente de la crisis que responda a los intereses de toda la población de Ucrania es posible sólo a través del diálogo nacional sobre la reforma constitucional en el que participen todas las regiones y fuerzas políticas de Ucrania para conseguir la reconciliación nacional y un consenso sobre el orden estatal que satisfaga a todos los ucranianos.

Gracias por su atención.

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