La marcadamente discriminatoria decisión de la Rada Suprema (parlamento) de Ucrania sobre la suspensión de la acreditación de los representantes de varios medios rusos ante los órganos ucranianos del poder público es una continuación de la política dirigida a esterilizar el espacio mediático del país en el que no hay lugar para los puntos de vista alternativos.

Este documento aprobado en el contexto de las últimas decisiones de los líderes del Cuarteto de Normandía relativas al cumplimiento de los Acuerdos de Minsk, pone en tela de juicio el deseo de Kíev de resolver el conflicto pacíficamente.

El objetivo de los partidarios de un campo mediático "monolingüe" e ideológicamente orientado consiste en cortar el acceso de los medios rusos a los órganos oficiales de Ucrania, impedir a los periodistas obtener la información de primera mano y hacer preguntas "incómodas" a las autoridades ucranianas.

La parte rusa en más de una ocasión llamó la atención de la comunidad internacional sobre los métodos de "regularización" del espacio mediático usados por los dirigentes de Ucrania en contra de los compromisos adoptados de garantizar la libertad de los medios de comunicación.

El silencio y la inacción de las instituciones internacionales especializadas, incluido el representante de la OSCE para la Libertad de los Medios de Comunicación, podrán causar graves consecuencias para la libertad de expresión en el territorio de Ucrania y la seguridad de los periodistas que trabajan en este país.