A juzgar por la campaña de calumnias contra Rusia que no ceja organizada por la Administración Estadounidense, se ve que cada vez descansan más en una abierta mentira al conducir su política exterior. Basta tomar las declaraciones del secretario de prensa del Presidente de EE.UU., Josh Earnest, culpando directamente a nuestro a nuestro país del accidente de avión de las líneas aéreas malasias sobre Ucrania.

Así se ha difundido en Washington, siguiendo la costumbre de no presentar pruebas o siquiera simplemente alguna referencia a los hechos que se pudieran examinar y comentar. Todo en la Casa Blanca se limita a mencionar ciertos "datos de los servicios de inteligencia" que no se pueden revelar de ninguna manera o, lo que resulta completamente ridículo, la "información de las redes sociales". En otras palabras, el régimen de Washington basa sus afirmaciones en suposiciones no contrastadas anti rusas cogidas de Internet. Está claro quién se dedica a inundar las redes con esta basura: Washington y seguramente Kiev.

No obstante, surge una serie de preguntas para Estados Unidos que cada vez se está privando más de la posibilidad de interpretar adecuadamente algo más que sus propios esquemas y conclusiones. Antes que señalar a los "culpables", EE.UU. debería contestar a las 10 preguntas del Ministerio de Defensa de Rusia y a las 22 preguntas formuladas a través de la Agencia Federal de Transporte Aéreo. ¿Por qué se callan en Washington? Por lo visto no tienen nada que contestar. O tal vez sea que su única respuesta se reduzca a la palabra "sanciones".

Sobreviviremos a ello, pero es lamentable que al mismo tiempo EE.UU. siga empujando a Kiev hacia la represión por la fuerza de la población ruso parlante que no le gusta. Sólo se puede sacar una conclusión: la Administración de Barak Obama tiene su cuota de responsabilidad en el conflicto interno en Ucrania y por las terribles consecuencias.

26 de julio de 2014