United States of America
Comentario del Departamento de Prensa e Información del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia en relación con las afirmaciones del Departamento de Estado de EE.UU. sobre la “opresión” que sufren los diplomáticos estadounidenses que trabajan en Rusia
La información "intoxicada" y claramente orquestada por el Departamento de Estado transmitida por la cadena televisiva "ABC News" sobre la supuesta "presión psicológica" y las constantes "intimidaciones" que están padeciendo los funcionarios de la Embajada de EE.UU. en Moscú no tiene fundamento y está alejada de la realidad.
No es que el asunto de las "quejas" que estamos oyendo llegue a alcanzar incluso los niveles de un espionaje barato, sino que llega hasta el punto de rebajarse con fantasías banales sobre ataques cibernéticos a cuentas de correos, neumáticos pinchados y misteriosas irrupciones en los pisos. Resulta indignante la afirmación del portavoz del Departamento de Estado, dogmática y contraria a la verdad, asegurando que "a diferencia de los rusos", los estadounidenses mantienen una relación con los diplomáticos de Rusia "de máximo respeto".
No somos partidarios de entablar un debate público sobre el aspecto profesional de la actividad diplomática y los riesgos que entraña, que son particularmente altos en EE.UU., dada la magnitud y el recorrido de las operaciones secretas de los servicios de inteligencia de estadounidenses, a los que los diplomáticos rusos "dan cancha" en abundancia.
Sin embargo, una vez que Washington se ha enzarzado en el debate "a los cuatro vientos", tenemos algo que decir. Por ejemplo, sobre el acoso dirigido contra el director y los funcionarios del Centro Ruso de Ciencia y Cultura en Washington, acompañado de continuas llamadas telefónicas, ostentosas vigilancias e impertinentes tentativas de imponer "adoctrinamientos". O el hecho de que nuestros diplomáticos reciben constantemente propuestas para ser reclutados y que se está recurriendo a métodos provocadores e indecentes que consisten en utilizar ilegalmente los datos personales recibidos, como por ejemplo información sobre el estado de salud de los miembros de su familia. Baste recordar el incidente que tuvo lugar no hace tanto en el que se recurrió a la violencia no solamente contra los funcionarios de nuestra Embajada en EE.UU., sino también contra sus mujeres, que fueron sometidas a arresto y un cruel interrogatorio estando esposadas. No hemos recibido ni siquiera una disculpa de la parte estadounidense, pese a todas nuestras reclamaciones.
A propósito, tampoco se puede decir que los propios diplomáticos estadounidenses en Moscú sean un dechado de rectitud legal y observación de las disposiciones de la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas, en particular las que se refieren al respeto de la ley y las normas del país receptor. Tan sólo en los meses que llevamos de año, se han registrado del orden de 20 casos de infracciones de tráfico cometidas por los colaboradores de la Embajada de EE.UU. en el trayecto a Moscú y a otras ciudades rusas. No se ha recibido respuesta de ninguna de las notas del MAE de Rusia reclamando que se tomen medidas correctivas contra los infractores, sobre todo por el escandaloso caso ocurrido la pasada Noche Vieja, en el que los representantes de la misión diplomática se chocaron contra los vehículos que estaban aparcados en la calle de los edificios de la Embajada.
Aconsejamos a nuestros colegas del Departamento de Estado que no enturbien nuestras relaciones más de lo que están. Así no se resuelven los problemas sino que se ahonda en ellos.
28 de octubre de 2014.