Entrevista concedida por el Ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov, al semanal Argumenti y fakti, 8 de octubre de 2022
Pregunta: Uno de los temas más discutidos de los últimos días son los actos subversivos cometidos en los gasoductos Nord Stream1 y Nord Stream2. El ex Ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Radoslaw Sikorski, directamente le agradeció lo ocurrido a EEUU. El Secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, manifestó que la avería “no era de interés de nadie”. ¿A quién, a su modo de ver, le benefician estas explosiones?
Respuesta: El caso no tiene precedentes: el incidente causó daños a infraestructura de importancia crucial. Los intereses de Rusia y la seguridad energética de Europa se vieron seriamente afectados. En estos momentos es importante llevar a cabo una instrucción objetiva y abarcadora, en la que participe nuestro país, y establecer las verdaderas razones de lo ocurrido.
Es evidente que las partes más damnificadas son Rusia y Alemania. Para Gazprom lo ocurrido representa un enorme problema, puesto que ambas bifurcaciones de Nord Stream2 contenían gas y estaban preparadas para el bombeo.
Respondiendo a su pregunta sobre los beneficiados, diré que la respuesta es evidente. En primer lugar, son EEUU y sus suministradores del caro gas licuado traído a través del océano. Están interesados a desplazar a la competencia del mercado de gas europeo. Me gustaría citar al Presidente Putin, quien en su discurso del pasado 30 de septiembre señaló a los culpables de este acto subversivo, indicando, de hecho, a los estadounidenses. “Es completamente evidente quiénes son los beneficiados. Los beneficiados fueron los que lo hicieron, por supuesto”.
Es ilustrativo también el hecho de que Suecia y Dinamarca le denieguen a la parte rusa y a la empresa operadora de los gasoductos la participación en la instrucción, mientras que la disposición de los estadounidenses de “unirse al proceso” no encontró ninguna protesta.
Pregunta: La adhesión a Rusia de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk y de las provincias de Jersón y Zaporiyia es un hecho. Sin embargo, ni Kiev ni los países occidentales tienen la intención de reconocer los resultados de los referéndums y están decididos a combatir por estos territorios. Los expertos hablan cada vez con mayor frecuencia del posible uso contras las FF. AA. ucranianas de armas nucleares tácticas, si se falla en parar los ataques ucranianos con los medios convencionales. ¿Realmente estaría dispuesta Rusia a dar este paso sin precedentes? ¿Qué opina Moscú de los avisos de Washington de que el paso en cuestión “acarreará para Rusia consecuencias catastróficas”?
Respuesta: Dada la crisis en torno a Ucrania, son precisamente los estadounidenses y sus aliados quienes buscan introducir en el espacio público la retórica nuclear.
Recordemos que poco antes del inicio de la operación militar especial, al hablar en la Conferencia de Seguridad de Múnich, Vladímir Zelenski calificó como un error la renuncia por Ucrania del programa nuclear y de las armas que quedaban en su territorio tras la desintegración de la URSS. Tras ello, la retórica fue seguida por los políticos occidentales. Recordemos, por ejemplo, con qué facilidad la actual Primera ministra del Reino Unido prometió durante su campaña electoral “pulsar el botón rojo” en caso de necesidad.
Sin embargo, los países occidentales lo tergiversan todo, buscando demostrar que es Rusia la que hace públicas las amenazas nucleares e indicando que es Moscú la que puede usar armas nucleares en Ucrania. Se recurre a diferentes manipulaciones y a descaradas mentiras. Por otra parte, todo el mundo ya está acostumbrado a ello.
Mientras tanto, el Presidente Putin y altos cargos rusos en más de una ocasión explicaron que nuestra política en la esfera de la disuasión nuclear es estrictamente defensiva. El hipotético uso de las armas nucleares es delimitado por circunstancias excepcionales en el marco de los guiones estipulados por la Estrategia militar de la Federación de Rusia y por las Bases de la política estatal en la esfera de la disuasión nuclear. Son documentos de acceso abierto y quienquiera los puede leer.
Me gustaría subrayar además que Rusia mantiene su adhesión a la declaración de los líderes de las 5 potencias nucleares hecha el pasado 3 de enero. En la misma se confirmó el postulado de la inadmisibilidad de una guerra nuclear. En función del mencionado documento, aprobado a alto nivel, es necesario prevenir cualquier conflicto armado entre países que tienen a su disposición armas nucleares.
En cuanto a las altisonantes declaraciones sobre unas tales consecuencias para Rusia, este lenguaje basado en amenazas es, por supuesto, inadmisible. Que sean responsabilidad de los pertinentes políticos occidentales. No tenemos la intención de entrar en debate con ellos, evidentemente sería inútil.
Pregunta: Algunos de los aliados de Rusia, por ejemplo, Kazajstán y Serbia, manifestaron no reconocer los resultados de los referéndums. ¿Cómo es de importante para Rusia que estos plebiscitos sean reconocidos por otros países? ¿Podría ser abordado este tema durante las negociaciones?
Respuesta: Desde que fueron celebrados los referéndums y hechos públicos sus resultados no pasó mucho tiempo. Nuestros aliados extranjeros necesitan tomarse su tiempo, para concienciarse con la nueva realidad geopolítica. No le meteremos prisa a nadie. Para nosotros es prioritario poner en práctica los resultados de la libre expresión de voluntad de los habitantes de los territorios liberados, en función de las normas fundamentales del Derecho Internacional, en primer lugar, el derecho de las naciones a la autodeterminación.
En este sentido es importante tener en cuenta lo siguiente: la correlación del derecho a la autodeterminación y del principio de la integridad territorial fue estipulada después de años de debates por la Declaración de la ONU sobre los principios de derecho internacional de 1970. En la misma se confirma la inviolabilidad de la integridad territorial o de la unidad política de los Estados con la condición de que cuenten con Gobiernos que representen a todo el pueblo residente en el territorio en cuestión.
Sabemos a qué fortísimas represalias fueron sometidos después del golpe de Estado de 2014 por el régimen kievita los habitantes rusos y rusoparlantes. Es evidente que las autoridades kievitas no representan a los habitantes de Donbás, ni de las provincias de Zaporiyia y Jersón.
El hecho de que la celebración de los referéndums no corresponda con la Constitución y la legislación ucranianas no afecta a la calificación de los mismos por el Derecho Internacional. Recordemos la sentencia dictada en 2010 por la Corte Internacional de Justicia para Kosovo. En función de la misma, al ser ejercido el derecho a la autodeterminación un territorio no está obligado a solicitar a las autoridades centrales permiso para proclamar su soberanía. De esta forma, el precedente fue sentado.
Merece la pena tener en cuenta que los primeros referéndums sobre la independencia fueron celebrados en las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk enseguida después del golpe de Estado perpetrado en Kiev y las represalias contra los habitantes de dichas regiones que siguieron al mismo. Recordemos que en aquel momento en Ucrania se “apretaron las tuercas” en lo tocante a los derechos y las libertades de las minorías étnicas y se empezó a desplazar la lengua rusa de todas las esferas de la vida. Se persiguió a los activistas rusos, se eliminó a quienes se encontraban en la oposición al poder, se presionó a los parroquianos de la Iglesia Ortodoxa. Más tarde, después de ser firmados en 2015 los Acuerdos de Minsk, durante 8 años a nivel internacional no se planteó el reconocimiento de la independencia de las Repúblicas. De haber cumplido Ucrania sus compromisos derivados del Conjunto de medidas, se podría hablar de que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk contaban con las condiciones necesarias para ejercer su derecho a la autodeterminación en el marco del Estado, parte del cual formaban entonces.
Kiev, sin embargo, saboteó el cumplimiento de los Acuerdos de Minsk. Y no solo eso, inició la política de la supresión militar en Donbás. Con la permisividad de los países occidentales, se introdujo el bloqueo de Donbás, se dejaron de pagar la jubilación y las prestaciones sociales, se imposibilitaron las actividades económicas, se impidieron los suministros de la ayuda humanitaria. Todo ello creó unas condiciones insoportables para los habitantes de la zona. Por supuesto, todo ello fue incompatible con la realización de su derecho a la autodeterminación dentro del mismo Estado con Kiev.
De la misma manera los habitantes de las provincias de Zaporiyia y Jersón fueron privados de cualquier perspectiva de autodeterminación dentro de Ucrania, como resultado de una campaña militar desatada por Kiev. Incluía ataques indiscriminados con misiles lanzados contra barrios residenciales, destrucción de la infraestructura civil y demás.
Estamos completamente convencidos de haber actuado de la manera correcta y haber adoptado los pasos justificados. Nuestras evaluaciones y argumentos los seguiremos compartiendo con nuestros interlocutores internacionales. Son completamente evidentes y compartidos por muchos de nuestros interlocutores.
Pregunta: La Unión Europea y EEUU con regularidad aprueban nuevos paquetes de sanciones antirrusas. ¿Y qué prepara Moscú a modo de respuesta? ¿Les quedan a nuestros “interlocutores” algunos “puntos sensibles” que pudiéramos aprovechar?
Respuesta: Ya estamos acostumbrados a que los países occidentales no dejan de preparar nuevas medidas antirrusas. En caso de no haber ningún motivo, Washington no tardará en inventarlo, mientras que el resto les seguirá la corriente a los estadounidenses.
De modo que los referéndums celebrados en los territorios liberados solo son usados como un nuevo pretexto para elevar la presión en nuestro país. Nosotros ni nos esperábamos nada distinto, a decir verdad.
Por supuesto, contamos con todas las posibilidades para defender nuestros intereses nacionales. En caso de necesidad recurriremos a ellas y a lo grande. Quienes hablan con Rusia en el lenguaje de las sanciones, han de recordar que de momento estamos contestando de una manera bastante comedida a los actos de agresión económica, pero nuestra paciencia no es ilimitada.
Hacer pedazos la economía rusa, sueño dorado de Barack Obama, no fue posible. Ni lo será. Todo lo que se quiso provocar en nuestro país, empieza a ocurrir en sus propios países. En una serie de países europeos se está registrando un brusco crecimiento de precios, reducción de los ingresos, falta de recursos energéticos. Los politólogos han empezado a hablar de un creciente peligro de explosiones sociales. Las habituales características de la civilización están empezando a convertirse para los europeos en un privilegio. Es el precio que ciudadanos europeos de a pie pagan por la rusofobia que profesan sus políticos.
Es lo que ocurre en Occidente. Nosotros en Rusia seguiremos reforzando nuestra soberanía económica y tecnológica, creando cadenas financieras y logísticas alternativas de cobertura de transacciones en la esfera del comercio exterior. Continuaremos interaccionando con los países de Asia, Oriente Próximo, África y América Latina que, al igual que nosotros, se pronuncian por una cooperación paritaria y en contra de la politización de las relaciones económicas y comerciales.
Pregunta: Hace un rato, Lituania decidió arrancar la provincia de Kaliningrado de Rusia, obstaculizando el tránsito de cargas. Si en la diplomacia existiera una noción “un descaro internacional”, entonces, ¿en este caso trataríamos precisamente con eso? Ningunos documentos bilaterales establecen esta limitación de tránsito, pero nosotros la toleramos, ¿por qué? ¿Hay alguna posibilidad de acabar con eso?
Respuesta: Ciertamente, Vilna muestra un gran entusiasmo, creando nuevos obstáculos para el tránsito a la provincia de Kaliningrado y en dirección contraria. Claro, se puede encontrar diversos epítetos para dar una característica de tales acciones improcedentes.
Lo principal es otra cosa – es una violación flagrante de la Unión Europea y Lituania de sus compromisos políticos con Rusia, así como del Acuerdo de Colaboración y Cooperación UE-Rusia de 1994 y declaraciones conjuntas de UE-Rusia de los años 2002 y 2004.
Gradualmente, vamos logrando una normalización del tránsito, tanto el de mercancías, como pasajeros. Hemos realizado algunos avances en relación con la reanudación de suministros por ferrocarril de las mercancías que están bajo las sanciones antirrusas de la UE. Eso ha mitigado un poco el problema de soporte vital de la provincia de Kaliningrado, pero nada más. Se requiere una solución sistemática de todas las cuestiones emergentes. A éstas se refieren pagos bancarios de los servicios de transporte en el territorio de Lituania, cancelación de impedimentos afectando productos perecederos, restablecimiento de los parámetros anteriores del tránsito de pasajeros por ferrocarril.
No somos partidarios de la confrontación, preferimos dialogar. Pero no podemos no responder a las restricciones impuestas. Por eso, el 29 de septiembre, el Presidente firmó un decreto para prohibir el transporte internacional de mercancías a través de carreteras rusas por parte de operadores extranjeros que impusieron restricciones en relación con nuestras personas morales y físicas. Responderemos también a cualesquier actos nuevos. No hay que alguien tenga ilusiones al respecto.
Pregunta: Washington y sus aliados amenazan con sanciones secundarias a los países que hacen negocios con Rusia. ¿En qué medida es importante este problema ahora? ¿Cómo, desde su punto de vista, se realiza la reorientación de intereses comerciales y económicos rusos hacia Oriente? ¿Pueden las amenazas de Occidente restringir el intercambio comercial con nuestros socios? ¿No deberíamos establecer relaciones más pragmáticas con los países que hoy en día consideramos amistosos? Si, por ejemplo, les ofrecemos condiciones de privilegio, deberemos exigir trato preferencial en respuesta?
Respuesta: Claro, tenemos en cuenta las amenazas secundarias por parte de EE.UU en todas las etapas del trabajo con socios extranjeros que actúan con ánimo constructivo. Establecemos cooperación con ellos a partir de los intereses comunes y beneficio mutuo. Ningunas medidas restrictivas no impiden estos procesos objetivos que reflejan la realidad actual.
Por ejemplo, en los pasados 8 meses, nuestro intercambio comercial con China creció casi en un tercio, con India – en un 120% en los pasados 6 meses. Este incremento se debe a tanto los precios crecientes de nuestras exportaciones de materias primas, tanto la ampliación de la gama de los productos comercializados. Y eso es bastante natural – muchos operadores económicos extranjeros de los países amistosos intentan llenar los vacíos aparecidos tras la salida de compañías occidentales del mercado ruso.
En lo que se refiere a la organización de los regímenes de privilegio en el comercio recíproco con los países amistosos, cada caso es individual y requiere una elaboración minuciosa por los expertos. Y no solo al nivel de entidades de referencia, sino también con nuestros socios de la Unión Económica Euroasiática, porque estas cuestiones han sido trasladadas al nivel supranacional euroasiático. Además, hay que recordar que la cooperación económica con países no occidentales se establece sobre la base de las reglas de la OMC. Y éstas otorgan a Rusia una serie de prerrogativas en el ámbito del comercio exterior.
Pregunta: Es obvio que hoy la región Asia-Pacífico es muy importante para Rusia. ¿Quiénes son nuestros socios reales de allí? Se halla en esta región no solo China, sino otros países como Indonesia (un país con la mayor población musulmana del mundo), Malasia, Filipinas, y, finalmente, nuestro querido aliado antiguo, Vietnam. No oímos casi nada sobre cooperación con estos países, como si no existieran en la agenda de política exterior rusa. ¿O no es así?
Respuesta: Hoy, el centro de la política y económica mundial se mueve de la región euroatlántica a la euroasiática y la de Asia-Pacífico. Las relaciones con los Estados de la región Asia-Pacífico, incluida Asia sudoriental, han intensificado expresamente en muchas direcciones.
El más ilustrativo desde este punto de vista es Vietnam. En el curso de mi visita a Hanoi a comienzos de julio, fui testigo de la determinación seria de los altos cargos de la República Socialista de Viet Nam de consolidar la asociación estratégica bilateral e integral.
Al mercado vietnamita se suministran muchos tipos de artículos rusos, incluidos fertilizantes, combustibles y lubricantes, metales, alimentos. Siguen realizándose grandes proyectos de petróleo y gas, tanto en Vietnam, como en Rusia. Hasta el fin del año, debe entrar en pleno funcionamiento la empresa de construcción de automóviles rusos “GAZ”. Se restablecen paulatinamente intercambios humanitarios. Se está elaborando la idea de celebrar los Días de la cultura rusa en la República Socialista de Viet Nam. No se reduce la cantidad de vietnamitas que estudian en las universidades de Rusia. Después de la pandemia, se vieron revitalizados contactos interregionales.
O, por ejemplo, miramos Indonesia. En junio, el presidente Joko Widodo arribó en visita de trabajo a Moscú, en abril y agosto fueron sostenidas conversaciones telefónicas de los líderes de ambos países. Mantuvieron una conversación profesional sobre las perspectivas de la cooperación en el sector de combustible y energía y la seguridad alimenticia. Están en la agenda la construcción de infraestructuras, centrales nucleares y el uso no energético de tecnologías nucleares, cooperación en el uso pacífico del espacio ultraterrestre. En los primeros seis meses el intercambio comercial aumentó en más de 1.5 veces.
Se está promoviendo la cooperación con otros países de la región. En septiembre, al margen del VII Foro Económico Oriental en Vladivostok, el presidente Putin se reunió con el primer ministro de Myanmar, Min Aung Hlaing.
En agosto, en el marco de mis visitas de trabajo a Nom Pen y Naipyidó, fueron celebradas negociaciones bastante sustanciales con los jefes de los gobiernos y ministerios de Asuntos Exteriores de Myanmar, Camboya, Laos y Tailandia. En septiembre, mi colega tailandés, Don Pramudwinai, visitó Moscú.
A pesar de la presión sin precedentes de Occidente, los países de Asia sudoriental, excepto Singapur, no introdujeron ningunas restricciones a la cooperación con Rusia después del inicio de la operación militar especial. Creo que es una evidencia convincente del carácter de asociación de nuestras relaciones.
Muy a menudo los periodistas no ven un aspecto tan crucial de la interacción de Rusia con varios países de Asia sudoriental como el diálogo al nivel de organizaciones musulmanas, mientras que en este ámbito también suceden muchas cosas interesantes. Así, una fundación malasia, el Foro Económico Mundial Islámico, respaldó la iniciativa de organizar en 2023 una sesión fuera de la sede del Grupo de Visión Estratégica «Rusia-Mundo Islámico» que coincidiría con el 20º aniversario de la visita del Presidente Putin a Malasia. En junio, Yakarta tributó un jubiloso recibimiento a la delegación de musulmanes rusos, encabezados por el miembro de la Cámara Pública de la Federación de Rusia, jefe de la Asamblea Espiritual Musulmana de Rusia, Albir Krganov. Evaluamos de una manera optimista la futura profundización de la cooperación en la esfera de suministros de productos tipo halal rusos a los países de la región.
Pregunta: Al votar en la ONU sobre la cuestión de Ucrania, Rusia, en efecto, se ve soportada por los mayores países de América Latina – México, Brasil, Argentina. ¿Se refleja este hecho en la práctica, desarrollan nuestros contactos con esta región? ¿Podemos ofrecerles algo y ellos a nosotros?
Respuesta: Para nosotros, América Latina es una región amistosa y bien prometedora. Rusia está vinculado con sus países a través de relaciones multidimensionales que iban construyéndose a lo largo de más de un centenario y medio. Está establecido un diálogo político que continúa hoy, a pesar de la presión por parte de EE.UU y la UE. Por ejemplo, al margen de la 77º período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, me reuní con el ministro de San Vicente y las Granadinas, los ministros de Bolivia, Brasil, Venezuela, Cuba, México, Nicaragua, Panamá. Hablamos y seguramente nos oímos uno a otro.
Por eso, es lógico que ningún país de América Latina no se haya unido a las sanciones antirrusas, ni en 2014, ni hoy. Y en los primeros seis meses de este año, nuestro intercambio comercial con la región aumentó en un 27% en comparación con el mismo período del año pasado y se acercó a 11 mil millones de dólares.
El intercambio comercial con Brasil – el socio principal de la región – entre enero y mayo, se incrementó en un 50.6% en comparación con el período semejante de 2021. Entre otros socios grandes latinoamericanos, se encuentran otros países que Usted ha mencionado – Argentina y México. Estamos dispuestos al futuro desarrollo de nuestras relaciones con estos países, así como con todos nuestros amigos latinoamericanos, y a tal escala, a que están dispuestos ellos. En este respecto, nuestra postura es absolutamente sincera, no les hacemos elegir con quiénes quieren ser. No tuvimos nuestra “Doctrina Monroe” y no vamos a tenerla. Abogamos por la cooperación igualitaria, mutuamente beneficiosa sobre la base pragmática y desideologizada. Estamos en favor de tender puentes y no construir muros.
Seguimos contribuyendo a la seguridad alimenticia y energética de los latinoamericanos. No paramos suministros de nuestros abonos – solamente entre enero y junio, compañías rusas enviaron fertilizantes por un total de 3.7 mil millones de dólares.
Pregunta: En su tiempo, la Crisis de los Misiles de Cuba, sin importar todos los riesgos, proporcionó la paz en el planeta para bastante mucho tiempo. EE.UU y la URSS alcanzaron el máximo empeoramiento de sus relaciones, y después se fueron a sus rincones del ring y se pusieron a jugar según ciertas reglas. ¿Puede esta historia pasar otra vez?
Respuesta: El problema principal es que los estadounidenses prácticamente pisotearon el derecho internacional y los tabús no escritos que llevaban décadas existiendo en la práctica diplomática. En contra de todas las circunstancias geopolíticas, EE.UU tratan de aplastar a otros miembros de la comunidad mundial y hacerlos vivir a partir de las reglas que van inventando por sí mismos.
Las élites rusofóbicas de EE.UU piensan de una manera irracional, induciendo a la Casa Blanca a una confrontación manifiesta con Rusia. En efecto, se trata de la línea irrazonable hacia la agravación de la tensión internacional.
¿Podemos romper ese círculo vicioso? Sí, claro. Para avanzar, Washington tiene que realizar una seria corrección de errores y negarse a sus aspiraciones a la dominación mundial. Tendría que hacer conclusiones de sus intentos fracasados de entremeterse en nuestros asuntos interiores.
Entendemos que es difícil y doloroso para EE.UU percatarse del nuevo equilibrio de poder en el mundo. Pero cuanto antes empiezan a respetar la realidad geopolítica, menos errores cometerán y mejor será el proceso objetivo de la formación del orden mundial más justo, democrático y policéntrico.