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Discurso y respuestas a las preguntas de los medios ofrecidos por el Ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov, en el transcurso de la reunión en línea “Rusia y el mundo post-COVID” celebrada en el marco del Foro Internacional Ciclo de Conferencias Yevgueni Primakov, Moscú, 10 de julio de 2020

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Antes que nada, me gustaría expresar mi agradecimiento por esta oportunidad de volver a hablar ante los participantes del Ciclo de Conferencias Yevgueni Primakov. Es un espacio de debates joven pero al mismo tiempo uno de los que de mayor prestigio gozan en el campo de las relaciones internacionales. Es de lamentar, por supuesto, que no nos podamos reunir en persona, debido a la propagación del coronavirus, pero las tecnologías modernas, sin embargo, nos permiten continuar con los eventos programados. Me fue muy grato saber que mis compañeros participaron en las anteriores reuniones en el marco de este Ciclo de Conferencias Yevgueni Primakov. A juzgar por sus impresiones, fue una experiencia muy útil.

No mencionaré las secuelas del coronavirus que ha supuesto ya y todavía supondrá para las más variadas esferas de nuestras vidas. Se dejan notar tanto en la economía como en los contactos entre las personas, empezando por las visitas oficiales y las negociaciones y acabando por intercambios en la esfera de Humanidades, cultura y educación. Las estimaciones coinciden en que el retorno a la vida normal llevará bastante tiempo. Nadie sabe a ciencia cierta, cuánto. Tampoco sabemos cómo será esta vida normal. Sin embargo, todos coinciden en que inevitablemente habrá cambios.

Me gustaría señalar, dicho sea de paso, que nuestro sistema de asuntos exteriores también se vio sometido a importantes pruebas. Tanto en el aparato central del mismo como en las misiones diplomáticas en las regiones y en las estructuras dependientes se manifestó el virus en cuestión, pero, gracias a Dios, no hubo muchos casos ni fueron de mucha gravedad. En algunas misiones diplomáticos hubo personal que se tuvo que enfrentar a las consecuencias de la pandemia. Todas nuestras misiones diplomáticas, sin excepción alguna, trabajaron en la asistencia a nuestros compatriotas que se encontraban en el extranjero en el momento de cerrarse las fronteras. Junto con otros participantes del Centro Coordinador, es decir, el Ministerio de Transporte, la Agencia Federal de Aviación de Rusia, la Agencia de Protección del Consumidor (Rospotrebnadzor) y el Ministerio de Comunicaciones, nos dedicamos primero a redactar las listas. Es un trabajo que requiere mucho esfuerzo y tiene mucho margen de error. A veces son cometidos de manera consciente, pero en su mayoría, de manera inconsciente y han de ser corregidos. De manera paralela se trabajó en pagar los gastos diarios a quienes se encontraban en el extranjero sin recursos económicos. Una parte leonina de este trabajo se ha hecho ya, pero, por supuesto, sigue habiendo ciudadanos rusos deseosos de volver y nos lo han comunicado estos últimos días. Todo parece indicar que la gente, tras analizar la situación en el país de estancia, toma la decisión, debido a la falta de certeza acerca del futuro, de regresar a su casa.

Si hablamos de otros aspectos de la influencia que tuvo la pandemia en nuestro trabajo y en nuestras obligaciones profesionales, diría que dicha infección hizo que, lejos de desaparecer, se agravaran al máximo todos los retos y todas las amenazas existentes, incluido el terrorismo internacional. Como ya seguramente saben, se rumorea sobre la intención de los terroristas de usar para sus objetivos poco honestos  la cepa de este virus o de crear algunas otras cepas para salirse con la suya. Las drogas tampoco han desaparecido, como tampoco lo han hecho el crimen cibernético, los problemas ecológicos y climáticos y, por supuesto, los numerosos conflictos que azotan las más diversas partes del mundo. A todo ello se suman un comportamiento muy propio y una política muy especial llevada a cabo por la Administración de Donald Trump y dirigida a minar todos los mecanismos legales de control de armamentos y de cooperación en la arena internacional, sin excepción alguna. Me estoy refiriendo a la UNESCO, la Organización Mundial de la Salud, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y demás.

Por supuesto, estamos pendientes de todos estos procesos y los analizamos. Seguimos convencidos de que únicamente gracias al esfuerzo colectivo basado en la Carta de la ONU y en el respeto del papel prioritario del Consejo de Seguridad de la ONU, a través de la movilización de distintas organizaciones que trabajan en base al consenso, como, por ejemplo, los G-20, los BRICS, la OCS y las asociaciones del espacio postsoviético, se podría alcanzar unas soluciones sostenibles y capaces de arreglar distintas crisis y conflictos y ofrecer soluciones para los problemas en intereses de todos los Estados. Se tendrían en cuenta las preocupaciones de todas las partes. Por desgracia, en las condiciones de pandemia no todos los países se muestran dispuestos a actuar de manera conjunta, a dar pasos colectivos y a formular posturas compartidas. Estamos presenciando los intentos de promover intereses propios y de aprovechar dicha crisis para seguir “asfixiando” los regímenes que no son de agrado de ciertos países. Se pasó completamente por alto el llamamiento del Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, y de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, sobre la necesidad de suspender, aunque fuera únicamente durante la pandemia, las sanciones unilaterales que impiden los suministros de productos de uso médico y humanitario, así como de artículos de primera necesidad a los pertinentes países. Están también los intentos de nombrar a los culpables de la pandemia, a pesar de tener que plantearnos todos nosotros, de qué manera podemos ayudar al personal médico, a los médicos y los virólogos. Todos ustedes entienden, a qué me estoy refiriendo.

Al igual que hace 75 años, obtuvimos la Victoria sobre nuestro enemigo común, mancomunando los esfuerzos y elevándonos por encima de las discrepancias ideológicas de aquella época, ahora también deberíamos darnos cuenta de que únicamente juntos podemos dar solución a los mencionados problemas. Estoy seguro de que volveremos a comentar el futuro de la Organización Mundial de la Salud. Estamos a favor de que todos los problemas sean solucionados en base a la Carta de la ONU que representa una plataforma de seguridad colectiva.

Ya he mencionado en más de una ocasión que nuestros interlocutores occidentales están intentando en estos momentos introducir en el lenguaje diplomático y político y en la actuación práctica el concepto del “orden mundial basado en las normas”. No es Derecho Internacional, es algo completamente distinto (y de ello también podríamos hablar). Es un evidente intento de recuperar su posición dominante, de la que los países occidentales disfrutaron durante casi 500 años. Este intento se está plasmando en la creación de “grupos por intereses” y asociaciones varias, a las que son invitados países “apropiados” que, bien comparten posturas unilaterales en los asuntos internacionales, bien serán receptivos a la presión y se adherirán a este tipo de iniciativas. Es decir, no todos son invitados a participar en dichas agrupaciones, son dejados al lado aquellos países que tienen posturas propias y son capaces de defenderlas. Tras ello, en cónclave cerrado serían elaborados conceptos acerca de armas químicas o se intentará crear un club de los elegidos que se encargará de nombrar a los culpables de cometer crímenes cibernéticos, siendo presentadas sus decisiones como normas de aplicación universal. Todos estamos presenciando esta tendencia y conlleva unos problemas muy graves.

Me gustaría finalizar mi palabra introductoria, señalando que nuestro objetivo común sigue siendo la defensa de nuestros intereses nacionales, así como la creación de unas condiciones externas al máximo favorables para el desarrollo de nuestro país. Seguramente, se han dado cuenta de que formulamos ideas que unen. La más actual de ellas es en estos momentos la convocatoria de una Cumbre de los países que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Estamos trabajando en ello de una manera bastante intensa, centrándonos en especial en los contenidos de tal reunión que, por supuesto, tendrán importancia definitiva.

Todas las dificultades que se dejan notar actualmente en las relaciones internacionales aumentan la relevancia de este tipo de debates y en general de la aportación que pueden hacer los expertos y los círculos académicos y políticos al análisis de la situación y de la elaboración de unos pronósticos sensatos y realistas. Me gustaría acordarme del análisis de la situación que en nuestra política exterior y en la politología fue introducido por Yevgueni Primakov. Siempre valoramos mucho el hecho de ayudarnos los participantes y los organizadores del Ciclo de Conferencias Yevgueni Primakov a tener una visión más amplia y unas ideas más variadas, para poder elegir algunas e informar de las mismas al Presidente de Rusia, formando de esta manera la línea política del país en tal o cual situación.

Pregunta: Hace 5 años, en el Pronóstico Global Estratégico redactado por el Instituto de la Economía Mundial y las Relaciones Internacionales de la Academia de Ciencias de Rusia supusimos que uno de los cuatro guiones del desarrollo del futuro orden mundial podría ser un nuevo modelo bipolar. En aquel momento la teoría se basó en la dinámica relativa del potencial total de China y EEUU. La pandemia nos ofreció numerosas confirmaciones de dicha teoría. Por supuesto, estaríamos hablando de un modelo bipolar asimétrico, distinto del modelo bipolar del siglo XX. La paridad estratégica la tendrían Rusia y EEUU y la paridad económica, RPC y EEUU.

¿Cree que en el conflicto de EEUU y la RPC se ha pasado ya el punto de inflexión? Es evidente que Rusia está interesada en que su confrontación no vaya a peor. ¿Sería capaz Rusia de desempeñar el papel de una potencia que aporte equilibrio y mantenga la estabilidad del sistema mundial, basándose en sus experiencias únicas de diplomacia multilateral?

Respuesta: Me acuerdo del Pronóstico que acaba de mencionar. Me gustaría decir que en estos 5 años, sin lugar a dudas, muchas cosas cambiaron. En primer lugar, se confirmó que la confrontación, la rivalidad, el enfrentamiento y la lucha por la posición de líder entre EEUU y China, por supuesto, van en aumento. Antes de proceder a comentar este proceso bipolar, permítame señalar que la situación real en el mundo actual es bastante más complicada. El mundo se está volviendo más policéntrico de lo que era. Además de EEUU y China, existen no pocos actores, sin los cuales a alguna capital que arriesgue a promover sus intereses le sería extremadamente complicado lograrlo. Creo que ya hablaremos de las variantes posibles. Mencionaría que recientemente se ha pronunciado en su artículo sobre este tema el Decano de la Facultad de Economía Mundial y de Política Mundial de la Universidad Nacional de Investigación Escuela Superior de Economía, Serguéi Karagánov. Lo hizo para la revista “Rusia en la política global” editado por Fiódor Lukiánov.

Es evidente que toda la variedad y totalidad de los factores políticos, económicos, militares, históricos e ideológicos, cuya influencia se deja notar en estos momentos en el mundo multipolar que predijo Yevgueni Primakov ha de tenerse en cuenta en nuestras labores prácticas. Precisamente desde esta perspectiva estamos evaluando las relaciones entre EEUU y China. El hecho de no encontrarse las mismas en un vacío se confirma por el simple argumento de que cada una de las partes busca reunir al mayor número posible de partidarios de su postura en lo tocante a la Organización Mundial de la Salud y cualquier otro tema interpretado de una u otra forma por Washington o Pekín como factor que provoca discrepancias en sus posturas.

El crecimiento del poderío del Estado chino, por supuesto, es percibido por Washington como una amenaza a sus intenciones de mantener a toda costa su liderazgo a nivel mundial. En 2017 en la Estrategia de la Seguridad Nacional de EEUU entre las principales amenazas figuró, además de Rusia, China, a la cual le fue achacado un mayor grado de peligro que a Rusia.

A Rusia y China se las acusó directamente de desear retar a la influencia estadounidense, a los valores y prosperidad de EEUU. Está claro que en estos momentos Washington no está jugando nada limpio en su lucha. Todo el mundo lo ve y se da cuenta de ello. Se suele formular una exigencia unilateral basada exclusivamente en los intereses de EEUU. En caso de recibirse una negativa, enseguida es calificada como inadmisible y son introducidas sanciones. Si a Washington se le propone negociar, las negociaciones no tardan en transformarse en un ultimátum que otra vez acaba en sanciones, es decir, guerras comerciales, tarifas y muchas otras cosas.

El hecho de haber logrado en pasado enero EEUU y China llegar a un acuerdo en lo tocante a la primera fase de las negociaciones comerciales y la suerte que corre ahora aquel acuerdo son muy ilustrativos. Las autoridades estadounidenses le están acusando a Pekín no solo de hacerse con los puestos de trabajo y de haber llenado el mercado con sus productos, mientras que no quiere comprar productos estadounidenses, sino de estar promoviendo su proyecto “Un cinturón, una ruta” encaminado a imponerse por encima de todos los mecanismos del funcionamiento de la economía mundial y las cadenas productivas. Están acusando a Pekín de haber escondido información relativa al coronavirus, de hacer espionaje cibernético, de la historia con Huawei. Miren con qué intensidad Washington está obligando a sus aliados y no solo aliados a renunciar a toda cooperación con Huawei y con otros gigantes digitales y empresas chinas, desplazando de esta manera de los mercados mundiales a las empresas chinas que trabajan en la esfera de altas tecnologías. Están acusando a Pekín de lanzar una expansión en el mar de la China Meridional, de los problemas en la línea de control real con la India, de violaciones de derechos humanos, se le incrimina el Tíbet, Región Autónoma Uigur de Sinkiang y los problemas de Taiwán y Hong Kong. Todo ello se hace a la vez y se está formando artificialmente una ola enorme. Espero que el sentido común acabe prevaleciendo y no sea pasado el punto de inflexión mencionado por Alexander Dinkin.

Esperamos que en EEUU haya gente que se plantee cómo seguir adelante, cuando se hayan quedado atrás las preocupaciones electorales, qué hacer con las garantías de la seguridad del mundo entero y con la fiabilidad del sistema monetario internacional basado en el dólar. El Secretario del Tesoro lo está comentando casi abiertamente, insiste en que deberían cuidarse de cruzar un cierto límite, tras el cual se empezará a evitar a EEUU, diciendo que el dólar no sirve para nada, puesto que es usado con descaro para otros propósitos.

Queda, por supuesto, la esperanza de que la cultura política y diplomática china en el campo internacional siga buscando situaciones evitar espinosas. Sin embargo, a pesar de que esta esperanza debe ser alentada, se observan unas señales bastante preocupantes, los representantes de EEUU y China llegan con más frecuencia a lo que se llama “palabras mayores”, subiendo su polémica de tono. Es prueba de un alto grado de tensión entre ambas partes y no puede menos de preocupar. Espero que a nuestros interlocutores chinos y estadounidenses les queden todavía algunos métodos de la diplomacia sin usar, métodos de la diplomacia clásica, que invitan a no ofender en público, a no acusar de todos los males habidos y por haber, tal y como lo hace Washington a cada paso, sino a sentarse y a reconocer que estás tratando con una de las principales grandes potencias y que habría que respetar los intereses que tiene cada Estado, cada potencia y cada gran potencia. El mundo debe aspirar, por supuesto, a funcionar, priorizando la búsqueda del equilibrio de los intereses.

En cuanto a su segunda pregunta, la agravación de la situación, sin lugar a dudas, no es de nuestro interés, ni tampoco de interés de la Unión Europea ni de otros países. Hablando de la UE, los volúmenes del intercambio comercial entre China y la UE son completamente comparables con los volúmenes del intercambio comercial entre China y EEUU. Creo que habría que fijarse en los objetivos que se están haciendo públicos en la UE en estos momentos en lo tocante a la autonomía estratégica no sólo en la esfera político-militar, sino también en la esfera de la seguridad, el comercio y la economía. Dicho sea de paso, a la Unión Europea también le gustaría recuperar la producción y volver a ser el centro de cuantas más cadenas comerciales y de distribución, mejor. En este sentido entran en directa contradicción con los estadounidenses. Apenas querrá apoyar en todo a Washington deseosa de hacer que se desangre la economía china, intentando pasar a su territorio la mayor parte de los procesos que aseguran un crecimiento activo. Habrá muchos roces, muchas tensiones y enfrentamiento de intereses.

A diferencia de 2014, momento en el cual la Unión Europea bajo una fortísima presión por parte de EEUU introdujo las sanciones antirrusas, hoy en la UE se están observando manifestaciones de un sano pragmatismo con respecto a nuestro país. Así, por ejemplo, se anunció en público  que serían revisados los tristemente conocidos “cinco principios” de Federica Mogherini elaborados hace algunos años para las relaciones con Rusia. Se está hablando también de la necesidad de renovar su postura con respecto a Rusia de tal forma que se adapte mejor a los intereses de la UE.

Dicho sea de paso, hace poco el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, hablando de la UE y China y de la UE y Rusia y respondiendo a la pregunta de por qué no introducir unas sanciones contra China por Hong Kong, por los derechos humanos, etc., señaló que las sanciones no eran el método que había de usarse en las relaciones con China. Le preguntamos de si eran el método apropiado para las relaciones con Rusia, en su opinión. Nuestros amigos europeos lo tienen que pensar, no es una pregunta nada fácil.

Creo que tanto Rusia como la Unión Europea están interesadas en cooperar, sin dañar a nadie con su cooperación. No nos hacemos amigos de alguien para lanzar acciones contra un tercer país. Se hace en base al pragmatismo y al beneficio mutuo. Creo que Bruselas acabará superando esta miopía política de los últimos tiempos. En el marco de la revisión de la política de la UE con respecto a Rusia, los políticos europeos se fijarán más en los beneficios reales que aporta el fomento de las relaciones con Rusia y con la UEEA.

No percibo ningún beneficio que tenga para nuestro país una guerra comercial entre Washington y Pekín. No ganaríamos ninguna ventaja en nuestras relaciones con la Unión Europea ni en nuestras relaciones con la India que tradicionalmente tienen carácter amistoso y libre de influencia de la coyuntura política. No creo que haya cabida en las mismas a algunas modificaciones, puesto que hemos proclamado con dicho país “una cooperación estratégica privilegiada”. No veo razones por las que nuestros amigos hindúes decidan sacrificar los logros de nuestra cooperación y las perspectivas que se abren ante la India gracias a ella.

Pregunta: Ya ha mencionado el tema de las relaciones entre Rusia y EEUU. Por supuesto, dependen de su desarrollo la seguridad internacional y la seguridad estratégica. Estamos observando una situación bastante preocupante, debido a que el régimen de control de armamentos está atravesando una profunda crisis. Podría ser que dentro de 6 meses dejara de existir el último Tratado clave en esta esfera. Son numerosas las causas de tal situación. Las hay geopolíticas y tecnológicas. A mi modo de ver, hemos de hacer constar que la opinión pública hoy no ejerce presión en las élites políticas, para apoyar al régimen de la no proliferación, a diferencia de lo que ocurría en la época de la Guerra Fría, cuando, como todos recordamos, se convocaban manifestaciones. Hoy entre los temas prioritarios para la opinión pública se encuentran la pandemia del coronavirus, el cambio climático, el terrorismo. El miedo a una guerra nuclear ha cedido paso a otro tipo de miedos. ¿Se podría revertir esta situación y haría falta una nueva Crisis de Los Misiles, para que la opinión pública se diera cuenta del peligro que supone un conflicto nuclear y empezara a expresar su postura al respecto?

Junto con nuestros colegas de la comunidad científica estamos celebrando en estos momentos numerosas reuniones por videoconferencia con expertos estadounidenses. Dijo usted que hay gente sensata en EEUU. Podríamos decir que estas videoconferencias ofrecen la posibilidad de elaborar una serie de propuestas que podamos aprovechar para nuestras iniciativas. Por supuesto, le informamos al MAE y al Viceministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Riabkov, de cómo están avanzando las cosas. Sin embargo, deberíamos plantearnos algunas medidas drásticas por nuestra parte, posiblemente con motivo de la Cumbre de las cinco potencias nucleares, para poder no solo evitar el derrumbe del sistema de control de armamentos, sino empezar a formar un nuevo sistema de seguridad internacional y de estabilidad estratégica, uno adaptado a las necesidades del siglo XXI.

Respuesta: Estoy de acuerdo con Usted en que últimamente, los riesgos de un conflicto nuclear se han vuelto más intensos, mientras que la situación en la esfera de la estabilidad estratégica está claramente degradando. Los motivos son evidentes: EEUU busca recuperar su dominio global y lograr victoria en lo que denomina “rivalidad de las grandes potencias”. Renuncian al término de “estabilidad estratégica” para sustituirlo por el de “rivalidad estratégica”. Quieren ganar y como una canción decía “están dispuestos a pagar el precio que sea”. Están desmantelando toda la arquitectura que controlaba los armamentos, asegurándose libre elección de medios de presión, también con el uso de la fuerza, que puedan ejercer en sus oponentes geopolíticos y la posibilidad de aplicar dichos métodos en cualquier parte del planeta. Ello resulta especialmente preocupante, dado que hubo modificaciones de la doctrina política y militar del país que ahora estipula guiones de uso limitado de las armas nucleares. Curiosamente, al igual que en otros temas relativos a la seguridad estratégica, Washington nos culpa de nosotros de estar estipulada precisamente en nuestra Estrategia la posibilidad del uso limitado de las armas nucleares, la escalada por la distensión, la escalada por la victoria. Hace poco volvieron a comentar nuestra doctrina, señalando que contiene partes secretas, donde todo eso está indicado. No es así. Ya estamos presenciando en EEUU la puesta en práctica de una serie de programas cuyo objetivo es crear potenciales militares y técnicos en apoyo de estos nuevos postulados. Me estoy refiriendo al desarrollo de cargas nucleares de baja potencia. Expertos y cargos públicos estadounidenses lo comentan de manera abierta.

En esta situación estamos especialmente preocupados por el hecho de negarse Washington por segundo año consecutivo a volver a confirmar el principio clave, el postulado de que en una guerra nuclear no puede haber ganadores, por lo cual nunca debe ser desatada. Desde principios de otoño de 2018 nuestra propuesta plasmada sobre papel, invitación a reiterar lo acordado por el Comisario del Pueblo de Asuntos Exteriores de la URSS, Mijaíl Litvínov, y el Presidente de EEUU, Franklin Roosevelt y confirmado en su momento por las pertinentes notas diplomáticas, sigue a disposición de la parte estadounidense. Se lo recordamos con regularidad. Se nos indica que están analizando el tema. Por supuesto, seguiremos promoviendo el principio de la inadmisibilidad de una guerra nuclear y de la imposibilidad de ganar en ella, dada la próxima celebración de la Cumbre de las cinco potencias nucleares. Lo importante es que las fórmulas usadas no sean menos implacables que las contenidas en los documentos firmados en su momento por EEUU y la URSS. Unas fórmulas menos implacables nos darían a entender que Washington busca disipar la sensación de que el mencionado principio es inapelable y no tiene alternativa.

En cuanto a su opinión de que la situación en la sociedad civil puede caracterizarse como no del todo satisfactoria, le diría que estoy de acuerdo. Sería importante llamar atención adicional a dicho problema, explicar con lenguaje claro los peligros que entraña, porque los detalles técnicos no siempre son fáciles de entender. Es relevante la forma en la cual es presentado el análisis del problema a los ciudadanos. Por supuesto, sería necesaria la participación, además de las estructuras públicas, de la propia sociedad civil, de su parte más políticamente formada y activa, es decir, las ONGs, círculos académicos y expertos.

Compartiendo su evaluación, al mismo tiempo llamaría a no exagerar con la presentación de la amenaza nuclear en la opinión pública: es importante no pasarse y no favorecer a quienes buscan prohibir del todo las armas nucleares. En este caso se elevaría una ola grande que iría en otra dirección. El Tratado de prohibición de armas nucleares entra en directa contradicción con el Tratado de No Proliferación Nuclear, llamando a confusión y generando problemas. De modo que estoy convencido de que con profesionales que en nuestro caso son más numerosos que en cualquier otra parte se podría lograr el debido equilibrio.

Diría que los ánimos que reinan en las masas no siempre determinan la vida. Al elegirse para el puesto de Presidente Donald Trump, las masas en general apoyaron sus planes y su llamamiento de normalizar las relaciones ruso-estadounidenses. Y nada, las masas se quedaron tranquilas, nadie organiza protestas porque no lo haga.

Por supuesto, es importante continuar trabajando directamente con las potencias nucleares: queremos que prevalezcan las posturas sensatas.

Ha mencionado estar manteniendo consultas con sus colegas, politólogos estadounidenses. Lo aplaudimos. La aportación, las evaluaciones y la información que recibimos al término de tales consultas siempre son tomadas en consideración y determinan en gran medida la esencia de nuestras posturas, también en situaciones cuando es necesario ofrecer opciones a los dirigentes del país, ayudando a calcular los posibles desarrollos de los acontecimientos y las ventajas y desventajas de cada una de las variantes.

A Washington, junto con Londres y París que la apoyan, les encantaría poner a la Cumbre de las cinco potencias nucleares exclusivamente al servicio del control de armamentos, el desarme y la no proliferación. Pekín ve en ello un intento de promover, sea como sea, la idea de la ampliación del número de participantes en el proceso de las negociaciones. China en más de una ocasión y de una forma muy concreta expuso su postura acerca de las negociaciones multilaterales y nosotros la respetamos. Dicho sea de paso, a los estadounidenses se les da muy bien tergiversar las cosas. Si nosotros o China hace una declaración para exponer su postura, únicamente son aprovechadas las citas que le vienen bien a EEUU. Hace poco los chinos señalaron estar dispuestos a unirse a las negociaciones sobre el control de las armas nucleares, en cuanto Washington redujera sus arsenales hasta el nivel del arsenal chino. Al día siguiente el Enviado Especial del Presidente de EEUU para el control de armamentos, Marshall Billingslea, manifestó que EEUU aplaudía la disposición de China de unirse a las negociaciones multilaterales e invitaba a sus representantes a acudir a Viena. A finales de julio tendrá lugar una ronda de turno de consultas entre los expertos rusos y estadounidenses. Serán efectuadas a modo de continuación de la reunión mantenida por el Viceministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Riabkov, con el Enviado Especial del Presidente de EEUU para el control de armamentos, Marshall Billingslea que tuvo lugar a finales de junio. EEUU en aquel momento montó un “espectáculo” con las banderas chinas. Ahora los estadounidenses vuelven a formular su invitación a Pekín de acudir a Viena. Antes de ello, continúan, sería recomendable que representantes de Rusia se entrevistaran con los representantes de China y les explicaran qué es lo que quiere Washington de Pekín. Al decir nosotros que es China la que determina su postura, mostramos respeto por la postura de Pekín. Me gustaría señalar que Washington no plasmó sobre papel nada de lo manifestado acerca de la transición al formato multilateral. Que pongan sobre papel por lo menos lo que quieren decir exactamente. Sin embargo, se niegan en rotundo a hacerlo.

Estaremos dispuestos a participar en negociaciones multilaterales, pero, por supuesto, cada uno es libre de tomar su propia decisión y hacerlo de buena voluntad. Únicamente una participación voluntaria puede ser eficaz.

No hay condicionante que valga para Washington. Se anuncia “Rusia apoya nuestro llamamiento a iniciar unas negociaciones multilaterales”. Al añadir nosotros que, si las negociaciones empiezan, creemos necesario que tomen parte en las mismas el Reino Unido y Francia, el Enviado Especial del Presidente de EEUU para control de armamentos, Marshall Billingslea, “ni corto ni perezoso”, dijo hace poco sobre la participación de París y Londres en las negociaciones multilaterales que eran potencias soberanas, de modo que nadie podía indicarles, si participar o no y que Washington no tomaría esta decisión por ellas. Sin embargo, por China sí que tomarán la decisión y la están tomando, de hecho.

De modo que, conociendo las costumbres de los negociadores de hoy, no me espero gran cosa con respecto al futuro del Tratado START III. Sin embargo, un cierto diálogo se ha entablado: Serguéi Lavrov y Marshall Billingslea acordaron crear tres grupos de trabajo en el marco del proceso que están patrocinando. Entre los próximos 27 y 30 de julio celebrarán en Viena una reunión del grupo de trabajo para el espacio, la transparencia y los asuntos relacionados con las armas nucleares y las doctrinas nucleares. Veremos lo que ocurre. Nunca rechazamos una negociación y seguimos intentando que esté orientada a un resultado concreto.

Pregunta: En estos momentos uno de los asuntos especialmente espinosos de las relaciones entre Rusia y EEUU en la esfera de control de armamentos es, en primer lugar, el problema de la prórroga del Tratado START. Si hasta próximo febrero no se logra alcanzar un acuerdo sobre su prórroga, ¿cuáles serán los pasos de Rusia? Si en el diálogo con Washington surge una pausa tan larga y el Tratado no se prorroga, ¿qué pasará con el sistema de control de armamentos? ¿Serán posibles en estos casos las negociaciones multilaterales de las que estamos hablando?

Respuesta: Parto de que la decisión de no prorrogar dicho documento, según todo parece indicar, está ya tomada por Washington. La insistencia con la que esta capital subraya la falta de alternativa a la conversación a tres bandas indica que ya está decidido todo. Están además, formuladas condiciones sobre la necesidad de mencionar en la conversación los armamentos rusos más modernos, lo que se parece a una perogrullada. Durante los contactos anteriores a EEUU se le dijo que a los sistemas Avangard y Sarmat, tras su total despliegue, se les aplicarían las limitaciones estipuladas por el Tratado, por supuesto, mientras siga en vigor. En cuanto al resto de los sistemas, son nuevos y no cuadran en las tres categorías a las que se aplica el START III. Sin embargo, estaríamos dispuestos a aceptar que los armamentos que, desde el punto de vista de Tratado, no habrían de someterse a limitaciones, sean tema de debate, pero, por supuesto, como parte de una conversación sincera acerca de todos los aspectos, sin excepción alguna, que influyan de una u otra forma en la estabilidad estratégica. Sería la defensa antimisiles, esfera en la cual están ahora ocurriendo unas cosas que echan por tierra las antiguas aseveraciones sobre su único propósito, el de prevenir la amenaza de ataque con misiles por parte de Irán y Corea del Sur. Nadie ni siquiera se acuerda ya de ello, puesto que todo es vertebrado en torno a la disuasión de Rusia y de China. Entre otros factores se encuentran las armas no nucleares de alta precisión, el llamado programa de Ataque Global Inmediato, los planes de desplegar armas en el espacio anunciados por EEUU y Francia, la situación en torno al Tratado de la Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares y una serie de otros factores. Estamos dispuestos a hablar de nuevos armamentos, pero no para quedar bien con alguien o corresponder con algunas iniciativas, sino para bajar de verdad el grado de la amenaza a la estabilidad y la seguridad globales.

Y para ello habría que considerar todos los factores que generan tal amenaza, forzándonos a buscar un antídoto, tal y como ocurrió con nuestras armas hipersónicas desarrolladas a modo de respuesta al despliegue global por EEUU de su sistema de defensa antimisiles.

Si hablamos únicamente de START III, necesitamos su prórroga en la medida en que la necesite Washington. EEUU ve algún turco en nuestro llamamiento de prorrogar este documento para otros cinco años sin condiciones previas. Se señala algo como que Rusia modernizó sus arsenales nucleares y ellos solo están empezando a hacerlo, por lo que “Moscú quiere pararles los pies” y “atar de pies y manos”. No es así en absoluto. Nosotros, subrayo, lo necesitamos en la misma medida en que lo necesitan los estadounidenses. Si se niegan en rotundo, no nos podremos a persuadirlos. Sabemos a ciencia cierta que tendremos garantizada a largo plazo nuestra seguridad, incluso si el documento en cuestión deja de existir. Sería prematuro comentar ahora qué haremos, si el Tratado expira sin más, pero estamos preparados para cualquier desarrollo de los acontecimientos. Si Washington se niega a prorrogarlo, puede haber opciones, pero les aseguro que nuestra intención general es seguir dialogando con EEUU acerca de los asuntos estratégicos, las nuevas herramientas de control de armamentos en el mencionado contexto, es decir, abordando la totalidad de factores que influyen en la estabilidad estratégica.

En lo tocante a las negociaciones multilaterales, diré que todavía en 2010, al ser firmado el START III, señalamos que con la firma de dicho Tratado quedaban agotadas las posibilidades de futura reducción en formato bilateral. Y en caso de hablarse de mayores reducciones, insistimos, habría que tener en cuenta los arsenales de otras potencias nucleares y buscar otras formas de debate. Estoy hablando de reducciones, pero, si hablamos de control de armamentos, considero que la interacción entre Rusia y EEUU no está en absoluto agotada, puesto que sería insensato e irresponsable ante los pueblos del mundo perder todos los tipos de control y transparencia en dicho campo. El hecho de haber entre los grupos de trabajo ruso-estadounidenses que en breve se reunirán en Viena un grupo para la transparencia (es un término muy abarcador que incluye las medidas de confianza y verificación) es calificado como señal positiva.

Pregunta: Los países de la región eurasiática ven en Rusia el pilar central capaz de unir a la Unión Europea con los países asiáticos. ¿Cómo ve el papel de nuestro país en dicho espacio?

Respuesta: La situación en el continente euroasiático, por supuesto, se ve influenciada por casi todos los factores de carácter global, puesto que está situada en dicha zona una serie de importantísimos centros de nivel mundial: China, Rusia, la India, la Unión Europea. Cada uno de esos actores, debido a motivos propios, busca llevar a cabo una política exterior independiente de EEUU, la Unión Europea inclusive.

Los llamamientos a la autonomía estratégica se hacen extensivos también al ámbito de desarrollo. Es verdad que percibimos en la región eurasiática no solo la existencia de fuerzas deseosas de “formar bloques por intereses” y aportar confrontación a los procesos, sino que percibimos tendencias centrífugas. Me estoy refiriendo a la ASEAN y la UE en el este y el oeste de nuestro continente. En el centro se encuentran la Organización de Cooperación Shanghái (OCS) y la Unión Económica Euroasiática (UEEA). Nos gustaría que en dicho espacio fueran promovidas posturas que busquen unión en vez de división, que se volviera más intensa la cooperación transregional y que la misma se basara en la paridad, el beneficio mutuo y, lo más importante, en el entendimiento de evidentes ventajas comparativas que ofrecería la unión de los países del continente a través de estructuras de integración. Las hay en el oeste, el este y el centro. Dicha integración debe acompañarse por el respeto de cada una de las agrupaciones y por la búsqueda de formas de interacción naturales. Todo ello iría encaminado a lo que denominamos la Gran Asociación Euroasiática. La iniciativa de su creación fue formulada por el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, en la Cumbre Rusia-ASEAN celebrada hace algunos años en Sochi. Consideramos que es plan de acción factible.

Me gustaría señalar que en este sentido hay tendencias que avanzan en dirección contraria. Son promovidas principalmente por EEUU a través de famosas estrategias Indo-Pacíficas que buscan minar el papel central y fundamental para todo el sistema de la ASEAN en la región Asia-Pacífico y vienen encaminadas a crear un grupo de países que se dedicará a contener abiertamente a China en su desarrollo.

Me pronunciaría a favor de la búsqueda de puntos en común para todos los procesos de integración. Tenemos la estrategia china “Un cinturón, una ruta”, la UEEA tiene un acuerdo con China que supone la búsqueda de puntos en común, de armonización de proyectos que se pondrán en práctica en el marco de la integración euroasiática. Por supuesto, supondría un choque de intereses económicos en ciertos casos, pero la disposición a apoyarse en los principios del Derecho Internacional, en el respeto y en el beneficio mutuos permite conciliar dichos intereses, buscando su equilibrio. Es como vertebramos nuestras relaciones con nuestros socios en el marco de la interacción UEEA - China, en el marco de la OCS y en nuestras relaciones con la ASEAN. En más de una ocasión invitamos a la UE a considerar las posibilidades de unirse para su propio beneficio y para el beneficio de los demás a la explotación de nuestro espacio geopolítico y geoeconómico común.

Pregunta: El Oriente Próximo y el norte de África siguen siendo hoy región intranquila. Además, no dejan de surgir nuevos asuntos conflictivos y persisten viejas tensiones que todos conocemos bien. La situación se está agravando a causa de las injustas sanciones introducidas por los países occidentales contra determinados países de la zona. Se están volviendo más intensos los desequilibrios de todo tipo. ¿Cuáles son los intereses estratégicos actuales de Rusia en esta parte del mundo? ¿Qué nos gustaría alcanzar allí en estos momentos, dado el carácter post pandemia de la época en la que estamos entrando?

Respuesta: Es verdad que tenemos buenas relaciones, diría incluso que las mejores de toda la Historia, con dicha región del mundo. Me refiero a las relaciones con todos, tanto con los países árabes, a pesar de las potencialidades de conflicto que se observan en la región, como con Israel. Partiremos de la necesidad de promover vínculos positivos con todos estos países e intentar comprender sus problemas y necesidades, teniéndolas en cuenta no solo al vertebrar las relaciones con un país determinado, sino con aquellos países, con los que dicho país tiene dificultades.

Al principio me han preguntado si Rusia estaría dispuesta a hacer de balancín entre EEUU y China. Si se nos pide, si lo vemos interesante, no nos negaremos a hacerlo. Tenemos contactos establecidos con ambas partes y la experiencia de nuestro desarrollo histórico nos permite deducir que contamos con potencialidades para ello.

Si en dicha región hay interés por nuestro esfuerzo mediador, siempre intentaremos ayudar. Sin embargo, no nos impondremos. Nuestro interés primordial consiste en que no estallen en la región nuevos conflictos bélicos y en que encuentren solución los conflictos antiguos, para que Oriente Próximo y el Norte de África se convierta en un espacio de paz y estabilidad. Desde el punto de vista estratégico, no estamos interesados en mantener allí un caos dirigido. Otros importantes actores que no pertenecen a esta región sí que tienen tal interés. Nosotros, no, como tampoco estamos interesados en hacer chocar a diferentes Estados de la zona, para recibir de esta forma un pretexto para mantener y a veces ampliar su presencia militar en la región. Estamos interesados en ampliar con los países de la región los vínculos de mutuo beneficio en los campos del comercio, la economía, las inversiones y demás. En este sentido no queremos que algún otro país corra la misma suerte que Libia, despojada de su institucionalidad. Y ahora se falla en saber, como recuperarla. De modo que nos aplicaremos a fondo para que se imponga el Derecho Internacional, que no haya más probetas con dentífrico en polvo ofrecido a la opinión pública como sustancia tóxica VX, para que no haya más mentiras sobre la existencia de armas de destrucción masiva en otros países de la región, para evitar el guion de Siria. Se empezó a hablar de las armas químicas en Libia, pero, al parecer, no se “llegó a montar la historia”. Todos estos inventos y las maneras en las que se confeccionan son un secreto a voces.

Nos gustaría beneficiarnos económicamente con nuestras relaciones con los países de la región. Para ello, antes que nada, tenemos posturas afines en lo tocante a los problemas del mundo actual: el Derecho Internacional, la Carta de la ONU, el diálogo entre civilizaciones. Este último factor es muy relevante, dado que en la Federación de Rusia hay población musulmana. Nuestras repúblicas musulmanas tienen unas muy buenas relaciones con los países del Golfo Pérsico y con otros Estados del mundo árabe. Lo queremos mantener y fomentar, no sacaremos provecho del caos que está imperando en la región. En cuanto se estabilice la situación, nuestra fiabilidad como socio en la esfera de la cooperación económica, técnico-militar y política siempre nos asegurará considerables ventajas.

Pregunta: Mi pregunta se refiere a los recientes cambios en nuestro país. La Constitución renovada que entró en vigor contiene ahora la normativa siguiente: "No se permiten cualesquiera acciones (a excepción de la delimitación, demarcación, redemarcación de la frontera estatal de Rusia con los Estados limítrofes) dirigidas a la enajenación de una parte del territorio de la Federación de Rusia ni llamamientos para realizar tales acciones". Es una normativa comprensible. En vista de eso, surge la pregunta: ¿quiere decir esto que nuestras negociaciones con Japón que continúan durante muchos años en relación con el llamado asunto territorial se hacen anticonstitucionales porque contradicen a la Ley Fundamental? En cuanto recuerdo, los conceptos de 'delimitación' o 'demarcación' nunca se han aplicado a las islas Kuriles. ¿O me equivoco?

Respuesta: No, no se equivoca. Nuestras relaciones con Japón se basan en una serie de acuerdos. La Federación de Rusia como Estado sucesor de la Unión Soviética confirmó en su tiempo su fidelidad a todos los acuerdos que firmó la URSS. El Presidente de Rusia, Vladímir Putin, lo confirmó en reiteradas ocasiones. Esto se refiere también a la Declaración de 1956, de conformidad con que estamos dispuestos a firmar un tratado de paz y discutimos con nuestros colegas japoneses la necesidad  de hacerlo, pero no en forma de como se hace "por la mañana después del último tiro", es decir, el fin del estado de guerra (varios colegas nuestros de Japón quisieran firmar tal tratado). Se puso fin al estado de guerra entre la URSS y Japón por la Declaración de 1956 donde está escrito que no hay más guerra y que establecemos las relaciones diplomáticas. ¿Qué se necesita más? Por eso el tratado de paz de que se trata debe ser actual, válido y no reflejar la situación de hace 60 ó 70 años sino la situación actual cuando estamos convencidos de que es necesario fomentar las relaciones normales con Japón. Este documento debe ser sustancial e integral: sobre la paz, la amistad, la buena vecindad, la asociación, la cooperación y abarcar todas las áreas de nuestras relaciones, incluida la economía en que se observan avances, pero no en todos los ámbitos todavía. No vamos a olvidar que quedan sanciones impuestas por nuestros vecinos japoneses contra Rusia. No son tan amplias como las impuestas por EEUU pero siguen en vigor.

El tratado debe incluir el tema de seguridad, en vista de que Japón es miembro de una alianza militar con EEUU muy estrecha y Washington de hecho ha declarado a Rusia como enemigo. Naturalmente, las cláusulas de un tratado integral deben incluir también nuestra visión de la interacción en el ámbito de política exterior en que seguimos votando de forma diferente en relación con todos los asuntos controvertibles, así como los vínculos humanitarios, culturales, etc. Hemos propuesto los fundamentos conceptuales de tal tratado. Nuestros colegas japoneses no aceptan todavía esta concepción.

Naturalmente, el fundamento de lo que debe determinar nuestras relaciones en un futuro lo constituyen los resultados de la Segunda Guerra Mundial. Los cargos oficiales de Japón han declarado en reiteradas ocasiones que reconocen los resultados de la Segunda Guerra Mundial, a excepción de los resultados en relación con las islas Kuriles del sur o, como les denominan, los Territorios del Norte. Es una postura ilegal. La postura legal de Japón tendría que determinarse por el hecho que el país ratificó la Carta de la ONU cuyo artículo 107 estipula que todo lo que hicieron las potencias ganadoras es indiscutible.

Naturalmente, oímos las declaraciones de nuestros vecinos japoneses de estar dispuestos a firmar un tratado de paz cuando resuelvan el problema territorial. Pero hemos convenido en otra cosa. Hemos convenido en centrar la atención en la suscripción del tratado de paz, conforme a la Declaración de 1956.

Pregunta: Rusia critica con frecuencia a EEUU por promover en regiones del océano Pacífico e Indico unos organismos no inclusivos cuya misión es aislar a los Estados inconvenientes para EEUU. Me refiero, ante todo, al llamado Diálogo Cuatripartito sobre la Seguridad (Quad). Es evidente que la propia existencia de tales foros transforma la región de la zona de cooperación en la zona de confrontación. No estamos interesados en esto. Mientras, a pesar de todas sus partes negativas, la iniciativa Quad encuentra un entendimiento de los socios estratégicos de Rusia, inclusive la India. Se habla de Quad+  a que los estadounidenses planean invitar a Vietnam que es nuestro socio estratégico también. A juzgar por todo, existe la necesidad de fortalecer la seguridad en la región. ¿Puede Rusia ofrecer en esta coyuntura una alternativa a tales foros para evitar la situación cuando dos nuestros socios estratégicos formen parte de un organismo creado para disuadir al tercer socio nuestro?

Respuesta: He comentado ya el tema de conceptos en relación con el Indo-Pacífico que aparecieron hace varios años, las estrategias de formar una región indo-pacífica libre y abierta, según dicen los diplomáticos estadounidenses. Cuando una iniciativa se llama a sí misma libre y abierta me parece siempre que se trata de una campaña de promoción, porque ¿en qué medida está abierta esta iniciativa si no se invitan adherirse a esta todos los países de la región sin excepción?

Cuando surgió el término Estrategias Indo-Pacíficas preguntamos si esto quería decir que no se trataba de la región de Asia Pacífico cuyos contornos están comprensibles: es el Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), en particular, y los mecanismos formados en torno a la ASEAN (el Foro Regional de Seguridad de la ASEAN, la Reunión de los Ministros de Defensa de los Estados partes de la ASEAN con socios de diálogo – es un mecanismo muy importante, el mecanismo de Cumbres de Asia Oriental que este año cumple diez años). Rusia se adhirió a éste hace varios años junto con EEUU. Son mecanismos realmente abiertos e inclusivos a que se invita a todos. Cuando preguntamos por qué en vez del término 'región de Asia Pacífico' a que estamos acostumbrados aparecieron unas 'Estrategias Indo-Pacíficas', si esto quería decir que la cobertura geográfica de este concepto fue más amplia y que todos los países ribereños del océano Índico serían invitados, nos dijeron que no. ¿Por qué son Indo- en este caso? ¿Y se prevé adherir a estos procesos el golfo Pérsico que forma parte del océano Índico también? Nos dijeron 'tampoco no' porque hay demasiado muchos problemas en el golfo Pérsico para involucrarlo en estas iniciativas.

En cuanto a las ideas que se promueven en el marco de este cuarteto, como ya he dicho, están vinculadas con los intentos de disuadir a China. Nuestro socio estratégico privilegiado, la India, lo entiende perfectamente también. Al promover su política multilateral en muchas direcciones, la India naturalmente está interesada en desarrollar las relaciones con EEUU (¿y quién no está interesado en esto?), con Japón y con Australia. Estamos interesados en esto también. Mientras, la India no quiere beneficiarse de esta cooperación pagando por esto con una mayor agudización de sus relaciones con China. Tuvieron incidentes trágicos en la línea de contacto directo. Aplaudimos los contactos entre los militares que se sostuvieron de inmediato y continúan ahora. Hay acuerdos respecto a la desescalada de la situación. Los políticos y diplomáticos sostuvieron contactos también. Vemos que la parte india y la parte china están interesadas en prevenir que sus relaciones se empeoren. Por eso, antes de discutir en serio las estrategias Indo-Pacíficas como un futuro de toda nuestra región grande, hay que responder a la pregunta, a qué se debe estos cambios de términos. Si se busca hacer algo agradable para India porque el océano es Índico, díganlo.

Hay cosas a las que ya nos hemos acostumbrado. He mencionado una amplia red de institutos, mecanismos creados en torno a la ASEAN. La ASEAN es un grupo de países que, en el marco de su cultura civilizatoria, promueven posturas unificadoras. Todo se apoya en la búsqueda de un consenso, el equilibrio de intereses. Durante muchas décadas, todos estuvieron satisfechos con el desarrollo de las relaciones en el marco de este foro en torno a que se formó el Foro Regional de la Seguridad, las Reuniones de los Ministros de Defensa, las Cumbres de Asia Oriental. Existe hasta el término ASEAN-way. Se subraya constantemente que quieren actuar conforme a la manera de proceder de la ASEAN. Esto quiere decir que no se puede buscar la confrontación, no lanzar proyectos que pueden crear problemas en relación con otro participante en el proceso. Lamentablemente, las Estrategias Indo-Pacíficas persiguen otro objetivo, al menos, fueron creadas para esto.

Al inicio de nuestro diálogo he citado las reclamaciones que presenta EEUU a China de forma drástica, tajante. Quieren valerse de este mecanismo también para ejercer y reforzar la presión. No vemos nada positivo en esto. Es necesario resolver todos los problemas por vía pacífica, a través de las negociaciones. Repito de nuevo, el foro que ofrece la ASEAN es conveniente para que cada participante pueda discutir sus problemas hipotéticos con otro participante sin polemizar, sin exacerbar la tensión. Nosotros junto con la ASEAN (he hablado ya sobre la UEEA, la OCS) tendemos puentes, las secretarías de estas organizaciones ya firmaron los respectivos memorandos. Promoveremos el papel central protagónico de la ASEAN en la región de Asia Pacífico.

Si las estrategias Indo-Pacíficas se hacen más comprensibles, si nos convencemos de que se evolucionan hacia la adhesión a estos procesos encabezados por la ASEAN y no intentan socavar este papel y redirigir todo el diálogo en esta región para disuadir a China u otro país lo aplaudiremos. Mientras, no lo observamos todavía.

Pregunta: Hace una semana, se encuestó a los expertos después de que los estadounidenses acusaran a la inteligencia militar rusa (GRU) de sobornar a los talibán para que asesinaran a los militares estadounidenses en Afganistán. Todos los expertos coinciden en que esto se debe a las causas internas de EEUU, ante todo, las políticas.  Su subordinado, el enviado especial del Presidente de Rusia, para Afganistán, Zamir Kabúlov, destacó que, según su opinión, una de las facciones de EEUU se pronuncia en contra de la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán porque los efectivos de los servicios secretos de EEUU están involucrados en el narcotráfico en los últimos años. No he tenido todavía la posibilidad de preguntarle al respecto. Coméntelo.

Respuesta: Hemos reaccionado ya al alboroto armado en EEUU en torno a las especulaciones sobre los vínculos de la parte rusa con los talibán a los que supuestamente incitamos combatir por dinero contra los militares estadounidenses ofreciendo premios por la cabeza de cada uno. Sólo puedo confirmar que todo esto parte de las especulaciones de mala fe. No se han presentado algunos hechos concretos. Además, los empleados responsables de la Administración de EEUU, incluido el secretario de Defensa, declararon que no sabían nada de eso.

Esto forma parte de la lucha política en la antesala de las elecciones, como si se concibiese para esto (a juzgar por todo, es así). Se buscó difamar de nuevo a la Administración, desacreditar todo lo que hace, especialmente en relación con Rusia. Repito que ahora no hay hechos que prueben estas insinuaciones, aunque sí que hubo tales a finales de los años 70 y 80, cuando la Administración estadounidense no ocultaba que suministraba a los muyahidines 'Stingers' y otro armamento de que se abría fuego contra los soldados soviéticos.

Repito que estamos interesados en que Rusia y EEUU saquen lecciones en Afganistán de la experiencia acumulada en este país atormentado y, junto con otros Estados capaces de tranquilizar la situación, ante todo, con China, Irán y Pakistán, otros vecinos de Afganistán, ayuden a lanzar un diálogo nacional. Nos ocupamos de esto enérgicamente.

En cuanto a EEUU, en el marco de este proceso político, respaldamos los acuerdos que promueve EEUU en el diálogo con los talibán y el Gobierno. Aplicamos esfuerzos a través de nuestros canales para que estos acuerdos se hagan realidad. Existe un mecanismo consultivo Rusia-EEUU-China a que se adhiere Pakistán y se invita Irán, pero no ha aprovechado todavía esta invitación debido a sus relaciones complicadas con EEUU y la campaña antiiraní que EEUU lanzó en todo el mundo. Este mecanismo consultivo ayuda a cooperar y determinar las direcciones concretas en que se puede enviar señales a una u otra partes. Esto se hace en el marco de la lógica de la conferencia de Moscú que cuenta con la participación de todos los vecinos de Afganistán sin excepción, EEUU, Rusia, China. Es un mecanismo óptimo.

En lo que se refiere a lo dicho sobre las drogas en Afganistán y una posible implicación de los militares estadounidenses en el narcotráfico, hemos recibido en reiteradas ocasiones la información, inclusive a través de los medios de comunicación, de que en Afganistán está organizado el contrabando de los opiáceos a otros países, inclusive los europeos, con el uso de la aviación militar de la coalición de la OTAN, según se informa. Los gobernadores afganos de las respectivas provincias declararon muchas veces sobre los vuelos continuos de helicópteros sin signos distintivos, y en Afganistán la coalición de la OTAN controla todo el cielo. Hubo también la información de que el contrabando de los opiáceos se realiza de otra manera.

Naturalmente, no podemos comprobar al 100% esta información. Mientras tales reportes llegan tan regularmente que no podemos desestimarlos. Si la aviación militar se usó en el cielo de Afganistán (pude ser sólo la aviación de la OTAN, como ya he dicho), claro está que sólo los militares o efectivos de los servicios secretos pudieron realizar tales vuelos. Es necesario investigar estas circunstancias, ante todo, en EEUU.  Hay órganos competentes en EEUU que deberían controlar la observancia de las leyes del país. Además, es necesario investigar la situación en el país donde están presentes los contingentes militares: en Afganistán. Zamir Kabúlov habló de esto. En cuanto a los hechos conocidos, durante unos 20 años de la presencia de EEUU y otros participantes de la coalición en Afganistán, el flujo de drogas proveniente de este país al exterior, inclusive a Europa, a los países que tienen una frontera común con nosotros y a Rusia aumentó varias veces. EEUU ni otros miembros de la OTAN en el marco de esta coalición no luchan seriamente contra la fabricación de drogas en Afganistán. El inspector general de EEUU para Afganistán, John Sopko, señaló hace poco en su informe que las plantaciones de la adormidera están al lado de las bases militares de la OTAN. Es un factor confirmado también. Creo que no es correcto, en vista de la postura de EEUU respecto a la lucha contra el tráfico de drogas.

Hemos centrado la atención a esto también en el Consejo de Seguridad de la ONU al escuchar informes sobre la actividad de la coalición de la OTAN en Afganistán y por canales bilaterales exhortando a nuestros socios a luchar contra la industria de drogas. Declaran que esto no forma parte de la misión de la OTAN que incluye sólo la lucha contra el terrorismo. Se sabe que la industria de drogas financia el terrorismo y es la fuente más importante del financiamiento de las organizaciones terroristas. Saquen las conclusiones. Tomamos esta cuestión en serio.

Pregunta: Pasadas varias horas después del Ciclo de Conferencias Yevgueni Primakov, a las 10:00 hora de Nueva York, se inaugurará la Asamblea General extraordinaria de la ONU dedicada a la lucha contra la pandemia. Estas sesiones se celebrarán por iniciativa del Movimiento de Países No Alineados. ¿Cómo estima usted la importancia de estas sesiones? ¿Quién representará a Rusia? ¿No cree que la ONU ha tardado en reaccionar a la pandemia? ¿Qué opina usted sobre el papel y el puesto que ocupa el Movimiento de Países No Alineados en la coyuntura actual?

Respuesta: Sabemos que por iniciativa del Movimiento de Países No Alineados (presidido por Azerbaiyán durante el año en curso) se convocará una reunión extraordinaria de la Asamblea General de la ONU dedicada al COVID-19. Se celebrará un poco más tarde. Hoy, el 10 de julio, se inicia el proceso de registro de las normas a las que se orientarán al convocar la reunión porque, en las condiciones del coronavirus, es necesario coordinar la organización y el proceso de celebración de todos los eventos convocados a distancia. Hoy se discutirán sólo estos aspectos. La fecha de convocación de la reunión extraordinaria no se ha determinado todavía.

No creo que podamos decir que la ONU es lenta y ha tardado en reaccionar a los desafíos que impone el coronavirus. En cuanto a la Asamblea General de la ONU, se reunió dos veces, esto tuvo lugar hace mucho, en la etapa inicial de esta situación. Se aprobaron dos resoluciones dedicadas a las tareas de la comunidad internacional en la lucha contra el coronavirus. Hace poco, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución respecto al COVID-19. No pudimos hacerlo durante mucho tiempo porque los estadounidenses no querían mencionar el papel de la Organización Internacional en este documento. Al final, encontramos las palabras que permitieron mencionar este papel y garantizar su aprobación por consenso.

No olvidemos que en mayo pasado se celebró una reunión extraordinaria de la Asamblea Mundial de la Salud con la participación de los estadounidenses. La Asamblea aprobó una resolución respaldada por los estadounidenses en que el papel de la Organización Mundial de la Salud fue reflejada objetivamente. En la misma reunión se llegó a un acuerdo de que, en cuanto la pandemia y todos los programas principales finalicen, se realizará una valoración a nivel internacional de las lecciones que sacamos de la actividad de la OMS en este ámbito sin apuntar con el dedo a alguien. Será una valoración objetiva realizada por los expertos independientes.

Estoy de acuerdo con usted, el Movimiento de Países No Alineados es nuestro socio cercano. Rusia es un país a que se invita regularmente en esta calidad a las cumbres del Movimiento de Países No Alineados y a las reuniones ministeriales. Esta alianza se creó en otro contexto histórico, en plena Guerra Fría, cuando los países en vías de desarrollo que formaron este Movimiento quisieron subrayar su neutralidad en relación con dos bloques militares. Mientras, tras el fin de la Guerra Fría, el Movimiento de Países No Alineados sigue siendo un factor importante en la política internacional. Creo que es justificado porque los intentos de formar bloques continúan (hemos hablado de eso hoy). Es importante que la actividad del Movimiento de Países No Alineados continúe siendo neutral, no sesgada y promueva los principios del Derecho Internacional. En octubre de 2019, Bakú acogió una nueva cumbre del Movimiento de Países No Alineados. Rusia asistió a este evento en calidad de invitada. Se acordaron importantes declaraciones conjuntas, inclusive la confirmación de la postura a favor del fortalecimiento de la multipolaridad en la arena internacional, el respeto de los principios de la Carta de la ONU. Se aprobaron también las declaraciones del Movimiento de Países No Alineados en apoyo a Palestina y Bolivia. En aquel período estos temas fueron candentes. Estamos interesados en que nuestro estatus en el Movimiento de Países No Alineados nos permita trabajar en cuestiones de interés mutuo.

Pregunta: En las negociaciones sobre los Acuerdos de Minsk, al plantearse la elaboración urgente de las enmiendas a la Constitución de Ucrania referentes al estatus especial de Donbás, ¿Dmitri Kózak lo exigió como condición definitiva? Si es así, ¿por qué esta condición se ha hecho definitiva sólo ahora, mientras los Acuerdos de Minsk tienen cinco años?

Respuesta: No se presentaron condiciones definitivas ni ultimátums. Los asesores de los líderes del Cuarteto de Normandía, como representantes de la parte rusa en el Grupo de Contacto, donde, junto con la OSCE, buscamos promover el diálogo directo, que Kíev está obligado a mantener con Donetsk y Lugansk, luchamos por alcanzar una única meta: que nuestros vecinos ucranianos confirmen su compromiso completo con los Acuerdos de Minsk, redactados, firmados y aprobados por el Consejo de Seguridad de la ONU. Cuando nos dicen que Kíev se compromete con los Acuerdos de Minsk, pero primero pretende que el Ejército ucraniano controle toda la frontera, no son los Acuerdos de Minsk. Es la desinformación de la población ucraniana, y una desinformación consciente. Cuando los dirigentes supremos de Ucrania, ni mas ni menos, afirman que es necesario mantener los Acuerdos de Minsk, porque son la razón de ser de las sanciones contra Rusia, nos gustaría saber: si éste es el principal interés de Ucrania con respecto a los cuerdos de Minsk, que nos expliquen para qué la parte ucraniana había firmado estos acuerdos y si mantiene el compromiso con su contenido, sin vincularlo artificial- y absurdamente a la política de sanciones. La absurdez de este vínculo ya es evidente para la mayoría de los miembros de la propia UE. Es cuestión de principios. He hablado con los ministros de Exteriores de Francia y Alemania, Dmitri Kózak ha hablado con sus colegas. Queremos que los franceses y los alemanes, como participantes del Cuarteto de Normandía, también se pronuncien sobre el tema. Oímos a diario desde Kíev las declaraciones oficiales que simplemente destruyen los Acuerdos de Minsk, fijados por el Consejo de Seguridad de la ONU.

Al mismo tiempo, estamos manteniendo una conversación pragmática para acordar los pasos concretos con el fin de avanzar en todos los aspectos del documento de Minsk: en materia de seguridad, en temas socioeconómicos, humanitarios y políticos. En la reciente y bastante productiva reunión  de los asesores de los líderes de los Estados del Cuarteto de Normandía en Berlín, se alcanzaron varios acuerdos relativos a la nueva fase del canje de detenidos, a la coordinación de cuestiones de seguridad en el Grupo de Contacto, incluido la conciliación de los textos de los órdenes a dictar por las partes en conflicto (Kíev, Donetsk y Lugansk), desglosando con detalles las actuaciones prohibidas por estos órdenes. Todo esto fue acordado. El tercer momento acordado de la agenda política es la presentación por Ucrania de su versión del documento que contenga las enmiendas a la Constitución destinadas a fijar el estatus especial de estos territorios de Donbás, en plena conformidad con los Acuerdos de Minsk.

Estas tres cuestión fueron acordadas y tenían que cobrar forma en la decisiones del Grupo de Contacto, que finalizó estos días. La delegación ucraniana en Minsk desautorizó los tres acuerdos alcanzados en Berlín. Lo tomamos en cuenta y el vicedirector de la Administración Presidencial de la Federación de Rusia, Dmitri Kózak, envió el mensaje correspondiente a sus colegas. No es nada nuevo. Siempre hemos abogado por que los Acuerdos de Minsk se cumplan en su totalidad y de forma consecutiva, según está documentado. Y no nos falta la paciencia pero la paciencia ayuda cuando hay claridad conceptual, y, por ahora, no existe la claridad conceptual en cuanto a la actitud de la Administración del Presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski, llegado al poder con el eslogan de una paz inmediata en Donbás, ante los pasos a dar para cumplir los cuerdos de Minsk.

Pregunta: El ex asesor de seguridad nacional del Presidente de EEUU, John Bolton, escribe en sus memorias sobre el descontento del Presidente de EEUU, Donald Trump, con las sanciones por Salisbury y Siria. ¿Ha recibido usted semejantes señales? ¿Se conserva el acuerdo con EEUU sobre el intercambio de visitas al más alto nivel? ¿Se planea la participación de Rusia en el formato ampliado del Grupo de los Siete?

Respuesta: No he leído las memorias del Sr. Bolton pero sí la descripción de algunos episodios que la conforman. Está claro que John Bolton tiene una visión muy particular tanto sobre las relaciones ruso-estadounidenses, como sobre la misión estadounidense en el mundo y el lugar de EEUU en el orden mundial. Como cualquier libro pensado por el autor (y en EEUU cualquiera que ejerce durante un par de años un cargo estatal, ya escribe su libro), éste debe venderse bien. Para ello, hace falta despertar el interés de los lectores, y los temas escandalosos ayudan a hacerlo. Lo dejo a la conciencia del Sr. Bolton: tanto la presentación de hechos, como la revelación de ciertos detales sensacionales. También dejo a su conciencia el evidente embellecimiento de las acciones de Washington en algunas situaciones.

Nadie ha firmado ningún acuerdo sobre el intercambio de visitas al más alto nivel. Porque el acuerdo sobre una visita significa una fecha concreta, una ciudad u otra ubicación geográfica donde se celebrará la misma. Tampoco nadie renuncia a las visitas. No nos falta el deseo de trabajar con los estadounidenses a todos los niveles, el Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, tiene un buen contacto con el Presidente de EEUU, Donald Trump. Yo también me comunico con regularidad con el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo. Nuestros viceministros mantienen el diálogo fluido. De ahí que no has obstáculos, si la parte estadounidense se muestra interesada. No queremos que nuestras relaciones con EEUU se perciba como un apéndice de la lucha electoral, que en EEUU se caracteriza por unas acciones bastante duras.

En cuanto al Grupo de los Siete, ya lo hemos dicho todo. Antes existía el Grupo de los Ocho, en el que Rusia participaba de pleno derecho. Si no se reunió en 2014, no fue por nuestra iniciativa. Nuestros socios, como Europa, América del Norte, Japón, decidieron no participar en este evento. Es du elección. El Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, comentó en alguna ocasión que estaríamos contentos de recibir al Grupo de los Ocho en la Federación de Rusia. Pero si nuestros colegas no quieren, en el corazón no se manda.

En cuanto al Grupo de los Siete, la lista de los países mencionados por el Presidente de EEUU, Donald Trump, como invitados potenciales a la cumbre prevista en EEUU, refleja la evidencia de que el Grupo de los Siete no es capaz de solucionar nada por sí solo. Aunque si se le juntan los países mencionados, la situación difícilmente cambiará de forma radical, porque la lista no es representativa. Estamos convencidos de que sin China, por ejemplo, es difícil que se resuelvan las cuestiones serias en la economía y finanzas mundiales. Creo que es evidente que la razón para reanudar al más alto nivel la actividad del Grupo del Veinte sea la necesidad de involucrar a los principales actores de la economía mundial y de los mercados financieros y de productos. Este mecanismo inclusivo funciona a base del consenso y de la igualdad. Creemos que si hablamos de la esencia de los problemas que afronta la economía, en lugar de su manipulación en la polémica de política exterior u otra retórica, el Grupo de los Veinte es el mecanismo eficaz, que debemos conservar, estimular y usar.

Pregunta: Rusia siempre asegura que estará dispuesta a trabajar con cualquier presidente electo por el pueblo estadounidense. ¿Podría usted evaluar el posible desarrollo de las relaciones ruso-estadounidenses en caso de la victoria del ex vicepresidente de EEUU, Joe Biden? ¿Considera justificadas las expectativas de algunos expertos de que revise ciertas decisiones del Presidente de EEUU, Donald Trump, desventajosas para Rusia, como la retirada del Tratado de Eliminación de Misiles de Corto y Medio Alcance o del de Cielos Abiertos?

Respuesta: No solemos comentar las campañas electorales, se dedican a ello los medios de comunicación masiva, como sucede en todos los países. La campaña electoral en EEUU despierta un elevado interés en todo el mundo, esto también es comprensible, pero a nivel oficial partimos de que la elección del jefe de Estado es la elección del pueblo estadounidenses y un asunto interno de EEUU.

Si hablamos, de forma abstracta, del impacto que pueda tener el resultado de las elecciones en las relaciones ruso-estadounidenses, algunos expertos comentan que podría influir en las negociaciones sobre el desarme. Existe la opinión, seguramente basada en los datos reales, de que los demócratas están menos orientados que los republicanos, a la destrucción de los acuerdos en materia de estabilidad estratégica y desarme, acumulados en los decenios transcurridos. Pero también recordamos que la Administración del ex presidente demócrata de EEUU, Barack Obama, inició la amplia campaña antirrusa, cuyos elementos, incluida la cuestión de las sanciones, forman parte del consenso bipartidista. No voy a barajar las posibilidades, la situación es impredecible. Reitero: que sea la elección del pueblo estadounidense.

El Buró para los Institutos Democráticos y los Derechos Humanos (BIDDH) de la OSCE,  responsable, en particular, del monitoreo de las elecciones, por primera vez lo realizó a distancia y, recientemente, presentó en el Consejo Permanente de la OSCE el informe, que recoge bastantes denuncias de la organización de los procesos electorales conforme las leyes estadounidenses. No voy  profundizarme en los detales, el informe es de acceso público. Pero, en particular, menciona que más de dos millones de ciudadanos de EEUU están privados, por deferentes motivos, del derecho a voto, asegurado por ley. Es especialmente interesante que el informe señala como «defecto innato» de la legislación electoral estadounidense, las dos etapas del proceso electoral. Primero se elige a los electores, que, a su vez, eligen al presidente. También señala que la distribución de los distritos es desigual para diferentes grupo étnicos. Es una observación muy curiosa de la OSCE. Nosotros lo llevamos señalando desde hace tiempo. Recuerdo que cuando Condoleezza Rice era secretaria de Estado de EEUU y se quejó, una vez más, de las elecciones celebradas en nuestro país, le contesté que si tenía pretensiones concretas, se podría analizar los informes de los observadores nacionales e internacionales. No desaproveché la oportunidad de recordarle que en EEUU un candidato puede obtener más votos directos de los electores pero, por distribución de los distritos y el sistema de electores, otro candidato queda electo como presidente. Esto recuerda la situación en el año 2000, cuando se tardó mucho en recontar los votos en Florida hasta que la Corte Suprema dio por finalizado el recuento. Entonces George W. Bush quedó electo como presidente de EEUU, mientras Albert Gore reconoció que se resignaba. Condoleezza Rice me replicó que sabían que era un problema pero eran problema de EEUU y lo iban a solucionar por su cuenta. Seguramente será lo que dirán ante la publicación del informe de la OSCE.

En cuanto a las perspectivas y proyecciones del resultado de las elecciones sobre los tratados, incluido el de Cielos Abiertos, según el programa aprobado, EEUU se retira del Tratado el 22 de noviembre, dos semanas y medio después de las elecciones. El nuevo presidente, sea quien sea, y su administración empiezan a ejercer sus funciones el 20 de enero. Así que es difícil que esta decisión se revisa en este contexto. Si la nueva administración, demócrata o republicana, decide regresar al tratado, habrá que empezar las negociaciones desde cero. Es por eso que en la conferencia extraordinaria de las partes del Tratado de Cielos Abiertos, celebrada el pasado 6 de julio, exhortamos a todos los participantes del mismo a conservarlo. Por nuestra parte, estamos dispuestos a continuar participando en el tratado pero la decisión definitiva, la tomaremos una vez analizadas todas las consecuencias de la retirada de EEUU, que parece definitiva, según nos estamos convenciendo. Se confirma también con lo sucedido con el Tratado de Eliminación de Misiles de Corto y Medio Alcance. Los intentos de disuadir a la parte estadounidense no dieron resultado.

Pero quiero volver a lo que he dicho contestando una de las preguntas anteriores. Estamos preparados para la situación que de dará a consecuencia de la destrucción consecuente por parte de EEUU de todos los acuerdos en materia de control de armas. Y estamos dispuestos de continuar los contactos con los estadounidenses sobre todos los problemas de la estabilidad estratégica. Estoy seguro de que lo respaldarán todos los miembros de l comunidad internacional. Al mismo tiempo, reitero que dejaremos abierta la puerta para las negociaciones multilaterales, que, repito, deben basarse en la comprensión mutua, la voluntariedad de la participación y en una representación equilibrada de sus participantes.

 


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