la República Federal de Alemania
Discurso y respuestas a las preguntas de los medios ofrecidos por el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en el transcurso de una rueda de prensa conjunta celebrada al término de las negociaciones con el Ministro de Asuntos Exteriores de la República Federal de Alemania, Heiko Maas, Moscú, 18 de enero de 2019
Estimadas damas y caballeros,
Colegas,
Hemos celebrado la primera parte de unas conversaciones muy nutridas que transcurrió en un ambiente constructivo y fue muy sustanciosa.
Hemos hecho constar que, a pesar de las discrepancias existentes en determinados temas, la cooperación bilateral sigue avanzando en toda una serie de esferas. Hemos confirmado la mutua disposición a reforzar la misma. Me ha parecido percibir que compartimos la opinión de que, dada la delicada situación que se vive en Europa y en el mundo en general, es especialmente relevante que Rusia y Alemania mantengan un intenso diálogo político.
Hemos evaluado de manera positiva el desarrollo de las relaciones económicas y comerciales. A pesar de las sanciones que son impuestas de manera progresiva contra Rusia por Washington, Berlín sigue siendo un importante socio económico y comercial de Moscú. Entre enero y octubre de 2018 los volúmenes del intercambio comercial entre Rusia y Alemania aumentaron en un 23.4% en comparación con el mismo período del 2017, llegando a ascender a unos 49.800 millones de dólares. Apreciamos el hecho de seguir apoyando Berlín el proyecto de la construcción del gasoducto Nord Stream 2, percibiéndolo como una alternativa comercial, encaminada a conseguir la diversificación de las rutas de suministro de gas natural, objetivo que acabará reforzando la seguridad energética del continente europeo.
Hemos hecho constar con satisfacción que se están celebrando diferentes eventos en el marco del Año Dual de cooperación científica y educativa que abarcará el período entre 2018 y 2020. La iniciativa está encaminada a propiciar el refuerzo de la interacción cultural y de los intercambios académicos. Partimos de que este tipo de iniciativas son muy útiles desde el punto de vista de la confianza mutua, siendo también capaces de prevenir el distanciamiento entre los rusos y los alemanes, por fomentar los contactos entre los pueblos de ambos países.
Mientras se abordaron los problemas internacionales clave, se prestó mucha atención a la situación derivada de la decisión de Washington de abandonar el Tratado INF. Es evidente que ello podría entrañar las peores consecuencias para la estabilidad estratégica global. Fue el segundo abandono de un documento de tal relevancia por EEUU, tras el abandono del Tratado sobre Misiles Antibalísticos, y una decisión que puso en peligro toda la arquitectura del control de los armamentos, incluido el Tratado START y las perspectivas del desarme nuclear, así como la estabilidad del Tratado de No Proliferación Nuclear. Hoy hemos abordado con mi homólogo alemán este tema en detalle. La parte rusa se mostró dispuesta, pese al fracaso de las consultas bilaterales celebradas el pasado 15 de enero en Ginebra debido a la implacable postura de Washington que opta por formular ultimátums, a seguir manteniendo una conversación profesional basada en datos concretos. El objetivo sería mantener en vigor este documento de enorme importancia, garante en gran medida de la seguridad estratégica internacional.
Por supuesto, entendemos las preocupaciones de los europeos por dicha situación, porque los políticos y diplomáticos de hoy recuerdan la crisis desencadenada en Europa, debido al despliegue allí en el siglo pasado de los Pershing estadounidenses.
Hemos abordado la situación en Ucrania, partiendo siempre de la necesidad de que los Acuerdos de Minsk sean cumplidos de manera consecutiva. Por desgracia, no se está avanzando en dicha esfera, como tampoco se está avanzando en el cumplimiento de las decisiones alcanzadas en el marco del Cuarteto de Normandía en 2015 en París y en 2016 en Berlín, donde se acordó una serie de pasos en las esferas de la seguridad y del proceso político. Dichas decisiones no fueron cumplidas a causa de la postura de Kiev. Es importante que nuestros interlocutores europeos se hayan fijado en que las autoridades ucranianas cometen burdas violaciones de sus compromisos internacionales, por no garantizar, en primer lugar, las libertades del uso de la lengua, de educación y de conciencia y en que los ánimos nacionalistas y neonazis están cobrando en Ucrania unas dimensiones peligrosas.
Dedicaremos más tiempo al problema de Siria, donde se observan unos ciertos avances. Confío en que los acuerdos alcanzados en la Cumbre de Rusia, Alemania, Francia y Turquía celebrada en Estambul hace un par de meses, en primer lugar, un urgente inicio de las labores del Comité Constitucional, serán puestos en práctica próximamente. Hemos informado a nuestros interlocutores alemanes de que el próximo lunes será nombrado un nuevo Enviado especial del Secretario General de la ONU para Siria. Ocupará el cargo Geir Pedersen. Será curioso conocer su plan para el inicio de las labores del Comité Constitucional, dado, sobre todo, que acaba de efectuar una visita de dos días de duración a Damasco, donde mantuvo las negociaciones con las autoridades sirias.
Entre los años 2019 y 2020 Alemania será miembro del Consejo de Seguridad de la ONU. Estamos dispuestos a interaccionar de manera constructiva con nuestros interlocutores alemanes en el marco de dicho organismo. Estoy convencido de que la participación de Berlín en las labores del Consejo de Seguridad propiciará la eficacia de los pasos, cuyo objetivo es garantizar el cumplimiento de las decisiones tomadas por el mismo.
Pregunta: ¿Cómo ve la intención de Ucrania de no abrir en el territorio ruso colegios electorales y de no incluir a observadores rusos en la misión de observación de la OSCE para las elecciones presidenciales en el país? ¿Qué perspectivas se abren ante el Cuarteto de Normandía?
Respuesta: Lo vemos de manera negativa, consideramos que tras la decisión de no abrir colegios electorales en las misiones diplomáticas de Ucrania en Rusia está el deseo de influir de manera artificial en los resultados a favor de las autoridades actuales del país. Privar a millones de ucranianos que viven y trabajan en Rusia de su derecho a votar no es sino infringir todas las normas que han de aplicarse en el marco de la OSCE, también durante la celebración de unas elecciones libres y democráticas. La explicación de la decisión de no abrir colegios electorales en Rusia ofrecida por el Ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Pável Klimkin, quien pretextó falta de seguridad, no se sostiene en absoluto. Se celebra en Rusia con regularidad un gran número de eventos internacionales, incluido el Campeonato Mundial de Fútbol, que son visitados por cientos de miles de extranjeros, entre ellos, muchos ucranianos. No hubo ningún caso que demostrara la falta de seguridad en el territorio ruso. No recuerdo ninguno. Tampoco se recibió ninguna reclamación. Otra cosa son las elecciones en Rusia, momento en el cual son abiertos colegios electorales en las misiones diplomáticas rusas: la Embajada de Rusia en Kiev y en los Consulados Generales. Varias veces el primer día de las elecciones las entidades en cuestión fueron directamente bloqueadas por militantes de Pravy Sector y otros grupos neonazis que impedían a los ciudadanos rusos residentes en Ucrania que tenían la intención de votar el acceso a las urnas. De modo que nuestros interlocutores ucranianos no son precisamente la parte indicada de hablar de la seguridad del proceso de la votación.
En cuanto a la renuncia a incluir a observadores por Rusia en la misión de la OSCE que vigilará la votación en Ucrania, debería pronunciarse al respecto la propia OSCE, en concreto, la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos, organismo encargado de las actividades electorales en el marco de la OSCE.
Hemos abordado hoy las perspectivas del Cuarteto de Normandía. Como seguramente sabe, en dos Cumbres celebradas en octubre de 2015 en París y en octubre de 2016 en Berlín, los líderes del Cuarteto tomaron dos decisiones concretas. La primera estaba relacionada con la esfera de la seguridad y consistía en la necesidad de cumplir el acuerdo sobre la separación de las partes enfrentadas en el conflicto en tres localidades, Petróvskoye, Zolotóye y Lugánskaya. En la última localidad la separación ni siquiera se ha iniciado. La parte ucrania exige para ello siete días de tregua absoluta y la OSCE ya en 55 ocasiones registró una tregua de una semana de duración, cuando se observaba el régimen de alto el fuego. Sin embargo, Kiev pasa por alto dicha circunstancia y se niega a confirmar el acuerdo en cuestión y proceder a la separación. Mientras tanto, en otras dos localidades la separación se llevó a cabo de una manera muy rápida, pero al cabo de algunos meses el Ejército ucraniano “a la chita callando” volvió a sus antiguas posiciones.
El segundo acuerdo, cuyo cumplimiento es saboteado por los ucranianos, es la llamada “fórmula Steinmeier”. El actual Presidente de la República Federal de Alemania en su momento ocupó el puesto de Ministro de Asuntos Exteriores. La fórmula en cuestión consiste en que la Ley sobre el estatus especial de Donbás entrará en vigor de manera temporal el día de las elecciones en dicha región y de manera permanente, el día que la OSCE emita un informe definitivo, con la condición de que sea recogido en el mismo el carácter libre y democrático de las elecciones celebradas.
Ambos acuerdos fueron alcanzados directamente por los líderes del Cuarteto de Normandía. Pasaron ya 2.5 años, si contamos desde la última Cumbre celebrada en Berlín, pero ni dentro del Cuarteto ni del Grupo de Contacto, ni tampoco a nivel de expertos y Ministros Kiev está dispuesto a plasmar sobre papel estos acuerdos. He propuesto a mi homólogo alemán que hoy nos pronunciemos a favor del cumplimiento de estos dos acuerdos, en los cuales no hubo ningún tipo de discrepancias. Sin embargo, nuestros interlocutores alemaness consideran que será más conveniente abordarlo en el marco del Cuarteto de Normandía.
Nuestra postura es muy sencilla: si dejamos que todo corra a cargo de Ucrania que no dejará de dar pasos destructivos en una nueva Cumbre del Cuarteto de Normandía o en cualquier otro formato, no se avanzará mucho en el arreglo. La situación evidencia una cosa muy simple que hacemos constar desde hace tiempo: los países patronos del régimen ucraniano han de obligarlo a cumplir aquello que su líder firmó. De lo contrario, las Cumbres del Cuarteto no serán sino una pérdida de tiempo.
Pregunta (traducido del alemán): ¿Qué opina de la mediación de Alemania en el proceso del arreglo de la crisis ucraniana? ¿Cómo recibió las propuestas de la parte alemana sobre el paso libre por el mar de Azov? ¿Cree que se podría conseguir que la situación mejore antes de las elecciones en Ucrania?
Respuesta (después de Heiko Maas): El término “mediación” no nos parece el correcto. Existen los Acuerdos de Minsk que fueron formulados por los líderes del Cuarteto de Normandía y aprobados por las partes enfrentadas en el conflicto: las autoridades ucranianas, Donetsk y Lugansk. Prueba de ello son las firmas estampadas al pie de dicho documento.
Se aprobó también una Declaración que apoyaba los Acuerdos de Minsk. Contiene puntos que siguen sin ser cumplidos. Por ejemplo, Alemania y Francia se prestaron para garantizar el servicio bancario móvil en Donbás, pero no les salió nada, dado que las autoridades ucranianas se niegan tajantemente a cooperar en dicho campo.
Si nos hacemos la pregunta de si merece la pena mediar en la solución de la crisis en Ucrania, le diré que sí. Ya he señalado que esperamos que los países patronos de las autoridades de Kiev influyan más en el comportamiento del régimen ucraniano, sobre todo, en lo tocante al diálogo directo entre Kiev, Donetsk y Lugansk que es la esencia misma de los Acuerdos de Minsk. Fue creado para ello el Grupo de contacto y, por mucho que se lo intente llamar tripartita, sigue siendo el único formato que permite reunir en la misma mesa los representantes de Kiev y de Donbás. Por otra parte, tanto en el marco del Cuarteto de Normandía, como en el marco del Grupo de contacto los representantes de Kiev se niegan rotundamente a aprobar documentos que fijen de manera jurídica la separación de las fuerzas y los medios. Lo mismo ocurre con la fórmula Steinmeier. Aquí no hacen falta mediadores, lo único que hace falta es ordenar a Kiev que cumpla lo acordado por el Presidente Piotr Poroshenko en persona. De momento no percibimos tal deseo en nuestros amigos alemanes y franceses. Se podría llamarlo mediación o no, pero no deja de ser un hecho.
En cuanto al estrecho de Kerch, me ha preguntado cómo evalúo las propuestas alemanas. Las acabo de ver por primera vez durante las negociaciones, pero si usted me pregunta, quiere decir que se ha enterado antes que yo. Es curioso, pero voy a adentrarme. No es un secreto mío, es una propuesta de Alemania que acabamos de recibir y tenemos que estudiarla. Lo único que puedo decir es lo siguiente. Hace un poco más de un mes la canciller de Alemania, Ángela Merkel, pidió al presidente de Rusia, Vladimir Putin, permitir a los especialistas alemanes visitar la zona del estrecho de Kerch para ver cómo se realiza el tránsito de buques dado que es necesario el pilotaje para eludir tramos peligrosos. Vladimir Putin en seguida dio su consentimiento para ello. Pasado un tiempo, Ángela Merkel pidió que la misma autorización se concediera a los expertos franceses, que fue concedida también. Ha pasado más de un mes pero hasta ahora no ha venido nadie.
Hoy, Heiko Maas me ha entregado las propuestas que «empaquetan» esta simple cuestión en un documento que deberá aprobarse por Ucrania. Hemos contestado francamente: si nuestros colegas están interesados en realizar lo que habían acordado nuestros líderes, se puede hacer en cualquier momento. Si la idea consiste en convertirlo en un procedimiento político que comprenda la participación de la parte ucraniana, nos arriesgamos a vernos en la misma situación en la que se vio el Cuarteto de Normandía con la «fórmula de Steinmeier».
He destacado las palabras del Sr. Maas de que ahora el tránsito a través del estrecho de Kerch es libre. Quiero subrayar que siempre lo ha sido. Los buques civiles, comerciales y pesqueros de Ucrania nunca han tenido ningún problema para navegar por él. Es más, en septiembre del año pasado lo hicieron los buques militares de la Armada de Ucrania. Y lo hicieron muy bien porque siguieron las reglas establecidas para transitar por esta zona complicada.
En cambio en noviembre, en lugar de cumplir las reglas establecidas, que habían cumplido anteriormente, la Armada de Ucrania decidió llevar a cabo una provocación, y lo consiguió. Esperamos que no vuelva a ocurrir aunque desde Kíev ya llegan las estrepitosas declaraciones amenazando violar el estrecho de Kerch e invitando a las Armadas de los países de la OTAN a unirse al ataque. La OTAN guarda silencio.
Es evidente que todo ello está pensado para conservar la tensión y no dejar que los electores «se relajen» en vísperas de las próximas elecciones presidenciales previstas para el 31 marzo.
Estoy seguro de que nuestros colegas en Alemania, Francia y en otros países europeos se dan cuenta perfectamente de los que se trata. Pero si decidieron hace tiempo respaldar a Ucrania prácticamente en todo, no podemos hacer nada. Sólo nos queda esperar que durante los contactos privados entre los colegas europeos y las autoridades de Kíev, se le inste al régimen ucraniano que cumpla con sus compromisos, sean los Acuerdos de Minsk o las convenciones internacionales sobre los derechos humanos o la libertad lingüística y religiosa de las minorías nacionales.
Pregunta (dirigida a Heiko Maas): ¿Cómo evalúa la declaración del ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Pável Klimkin, de que no se abrirán mesas electorales en Rusia y que Ucrania está en contra de que Rusia participe en la OSCE?
Respuesta (añade después de Heiko Maas): Puedo informarles que hemos recibido la invitación de la OSCE a enviar a nuestros observadores a la misión que monitoreará las elecciones. Así que contamos con la invitación.
Pregunta (dirigida a Serguéi Lavrov): El próximo 21 de enero el Consejo de la UE redactará la primera «lista negra» dentro del nuevo paquete de sanciones contra los que consideran responsables por la producción y el empleo de las armas químicas. Según las publicaciones en los medios, figurarán en él cuatro ciudadanos rusos, supuestamente oficiales de la Dirección General de Inteligencia de Rusia (GRU), incluidos los sospechosos de atentar contra Serguéi y Yulia Skripal. ¿Cómo planea el MAE defender a los ciudadanos rusos? ¿Procurará que se les elimine de la lista?
¿Cómo evalúa los acontecimientos en el norte de Siria, en particular, la explosión en Manbij, que coincidió con la retirada de las tropas estadounidenses, y los llamamientos a crear las zonas de seguridad en el norte del país?
Respuesta: No sabía que se celebraba una reunión del Consejo de la UE el lunes pero si lo saben los medios, se habría anunciado.
Es verdad que hace un tiempo la UE declaró que estaba diseñando un organismo que tomara decisiones con respecto a las sanciones contra las personas involucradas en casos de empleo de los agentes tóxicos, las armas químicas. Este proyecto parte de la resolución de la Asamblea General de la ONU que aprobó por votación la creación de un mecanismo independiente de investigación de incidentes químicos. Un numeroso grupo de países, incluida Rusia, votó en contra porque, según la Carta de la ONU, a la Asamblea General no le incumbe investigar ni, menos aún, decidir sobre la culpabilidad, que tampoco le incumbe a la Secretaría de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas. Se llama, de hecho, la Secretaría Técnica. Por eso, cuando en la conferencia de los Estados miembros de la Convención sobre Armas Químicas nuestros colegas occidentales se dejaron llevar por los anglosajones y votaron (aunque con menos de la mitad de los votos de los Estados partes de la Convención) a favor de otorgar a la Secretaría Técnica la función de decidir sobre la culpabilidad, se atribuyeron la prerrogativa del Consejo de Seguridad de la ONU.
Ahora semejantes actuaciones ilegítimas y contrarias a la Convención sobre Armas Químicas se legalizan, en lugar de mediante las negociaciones, mediante la votación que impone decisiones ilegales. Una de ellas es precisamente la decisión de la Unión Europea de haberse confrontado con las normas de la ONU y la OPAQ creando ciertas reglas que contradicen al Derecho Internacional. Estas reglas les permitirán obtener información (que podría resultar incompleta, sesgada o clasificada) y castigar a unas u otras personas en función de sus decisiones secretas y materiales secretos.
Es lo que sucede con los Skripal, por cierto. Cuando tuvo lugar el incidente en Salisbury, los británicos obligaron a la mayoría de sus socios en la Unión Europea a respaldar su decisión de expulsar a los diplomáticos rusos. Pregunté a muchos de mis colegas europeos, en una conversación privada, si los británicos le habían presentado pruebas, además de su refrán highly likely, de la culpabilidad de Rusia. Y todos los preguntados me contestaron que no, no habían presentado nada prometiendo hacerlo más tarde. Hasta ahora no lo han hecho. Nadie sabe dónde están los Skripal. Decenas de nuestras solicitudes de concedernos el acceso consular se quedan sin respuesta o reciben una respuesta formal alegando los intereses de seguridad del Reino Unido.
No es la primera vez que la parte británica adopta esta actitud. Cuando murió en 2006 Alexander Litvinenko, el proceso judicial se celebró a puerta cerrada y ni siquiera los abogados tuvieron acceso a los materiales entregados por los servicios secretos a la acusación.
A propósito de highly likely, hoy hemos discutido el Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Más Corto. Nuestros colegas nos dicen que es importante trabajar con los hechos. Es justo lo que llevamos proponiendo a los estadounidenses desde hace varios años. Durante mucho tiempo nos acusaron de incumplir el Tratado sin explicar en qué consistía el incumplimiento. Recientemente conseguimos sacarles casi con tenazas a qué modelo de misil se referían, les confirmamos que sí ese modelo existía, que había sido probado, y les preguntamos qué era lo que no les gustaba. Nos respondieron que los habíamos probado para un alcance mayor que el permitido por el Tratado. Pedimos entonces datos más concretos. Estuvieron varios años sin facilitárnoslos y sólo en otoño del año pasado nos comunicaron dos fechas en las que, según ellos, se habían realizado los ensayos en contra del Tratado. Les facilitados los datos de los ensayos, incluido el alcance del misil, que era el autorizado por el Tratado, y pedimos pruebas más contundentes. Si están convencidos de que el alcance era mayor, será que tienen fotografías de satélites u otra cosa. Pero no nos han presentado nada.
Abogamos porque haya una total transparencia con respecto al cumplimiento del Tratado por ambas partes. Es de lo que queríamos hablar el pasado 15 de enero en Ginebra. Nos lo negaron de forma bastante insolente, con un ultimátum de destruir todos los misiles en cuestión con sus respectivos equipos de lanzamiento y garantizar un acceso regular (una vea cada tres meses) de los inspectores estadounidenses para que se paseen por aquí curioseando. Está claro que desde el principio lo planearon para crear un pretexto para abandonar el Tratado. No revelaré un gran secreto si digo que ya en octubre, cuando el presidente de EEUU, Donald Trump, anunció que se retiraban del Tratado, los colegas estadounidenses durante los contactos oficiales en materia de desarme nos aseguraron que esa decisión era definitiva e irremediable. Y que las declaraciones de que EEUU abandonarían el Tratado «no constituían invitación al diálogo». Estoy citando. Así que decidan ustedes mismos qué motivos tenía EEUU y qué era lo que realmente querían.
En cuanto a Siria, los últimos acontecimientos no sólo en el norte sino también en otras partes del país, incluido el atentado terrorista en Manbij, ponen de manifiesto la necesidad de que todos los que queremos ayudar a erradicar la amenaza terrorista y, desde luego, las propias autoridades sirias, actuemos con más ahínco y energía.
EEUU y Turquía llevan tiempo discutiendo la posibilidad de patrullar conjuntamente los territorios que no estaban poblados por los kurdos para que éstos no se asentaran en ellos. Como ustedes saben, Turquía estaba muy preocupada porque sus fronteras pudieran resultar amenazadas. Ahora en esta zona se está consolidando una tendencia positiva debido, entre otro, a que el Ejército sirio, con la ayuda de la policía militar rusa, se ha dirigido hacia allí. Han empezado a vislumbrarse ciertos acuerdos entre EEUU y Turquía. La próxima semana hablaremos con detalle con nuestros colegas turcos sobre las zonas de seguridad. Al mismo tiempo, nos preocupa que en Idlib, en contra de los acuerdos sobre la instauración allí de la zona desmilitarizada, Jabhat al-Nusra, que se ha transformado en Hayat Tahrir Al-Sham, mantenga sus posiciones y viole el régimen establecido. Un 70% de la zona ya está ocupado por los terroristas. Desde allí intentan atacar las posiciones de las tropas sirias, las poblaciones e incluso nuestra base militar en Hmeimim. Es uno de los problemas más graves porque es imposible seguir tolerando el último foco grande de terrorismo en el territorio sirio.
Los estadounidenses anunciaron su retirada de Siria. Ustedes sabrán cómo suelen hacerlo: primero ponen el plazo de dos meses que se convierten en seis y luego se quedan hasta una victoria absoluta que, supuestamente, ya se anunciado. Así que habrá que ver lo que pasará en la realidad. No tenemos ninguna duda de que la única manera segura de impedir las actividades terroristas en Siria es la entrega de estos territorios bajo el control del gobierno de este país y sus Fuerzas Armadas.
Lo mismo se refiere a los territorios en el sur de Siria, la zona de Al-Tanf, donde los estadounidenses de forma unilateral e ilegal crearon una zona de 55 kilómetros de radio, dentro de la cual se encuentra el campo de refugiados de Rukbán. Los refugiados deben de estar en una situación crítica ya que es imposible suministrarles la ayuda humanitaria porque resulta confiscada por los bandidos que mangonean en este enclave estadounidenses. Estos se quedan con las cargas humanitarias afirmando que se encargarán de repartirlas, pero nadie sabe cómo las reparten. Hace poco, con la ayuda del gobierno sirio y la nuestra, se consiguió enviar un convoy humanitario allí y están pidiendo otro. Pero mientras no recibamos garantías de que la ayuda se entregará a los refugiados, no habrá acuerdo alguno. En cualquier caso los estadounidenses abastecen a sus efectivos que se encuentran en este enclave, donde se esconden los terroristas, desde el territorio de Irak, seguramente desde Jordania. Es decir, existen rutas de suministro. Que las empleen no sólo para abastecer a los oficiales de las fuerzas especiales de EEUU, sino también a los refugiados.
Estamos interesados en avanzar hacia la implementación de nuestros objetivos conjuntos aprobados por el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la necesidad de conservar y garantizar la soberanía y la integridad territorial de la República Árabe Siria, en que estos objetivos se traduzcan en los pasos prácticos en el terreno, en todas las zonas mencionadas y, en general, en todo el territorio del país.
Pregunta (traducción del alemán): El Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Más Corto seguramente pasará a la Historia en breve. ¿En qué medida Rusia planea aumentar sus arsenales para responder al aumento de los arsenales de EEUU? ¿O es que ya lo está haciendo?
Respuesta: En mi discurso introductorio he expresado la preocupación sobre el futuro de todos los Tratados en materia de desarme y control de las armas, que durante decenios han constituido la base para la estabilidad estratégica en el mundo. Los estadounidenses están por dar otro paso unilateral destruyendo, tras el Tratado sobre Misiles Antibalísticos, el Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Más Corto.
Reitero lo dicho antes: en octubre de 2018, cuando el presidente de EEUU, Donald Trump, anunció que se retiraban del Tratado, los colegas estadounidenses nos aseguraron que esa decisión era definitiva e irremediable y que no constituían invitación al diálogo. Nosotros, en cambio, siempre hemos intentado conservar este documento. Durante todos estos años que los estadounidenses nos presentaban denuncias abstractas, siempre les hemos propuesto entablar un diálogo. El pasado 15 de enero en Ginebra fue la única ocasión que pudimos reunirnos. Ya le he contado cómo se comportaron los representantes estadounidenses.
Somos conscientes de que Europa también está preocupada con el tema. Dentro de dos años expira el plazo de vigencia del Tratado en cuestión. El año que viene se celebrará la Conferencia de Examen del Tratado de No Proliferación Nuclear, que provoca un creciente descontento a raíz de la incapacidad de Occidente, en primer lugar, de cumplir todo lo acordado en los años 1990: iniciar las negociaciones para crear en Oriente Próximo la zona libre de armas de destrucción masiva. Ahora, junto con los países árabes, sobre todo con Egipto, intentamos salvar la situación, impedir que un nuevo fracaso de las negociaciones sea aprovechado por los enemigos del Tratado de No Proliferación Nuclear.
Aquí hay muchas cuestiones. Hoy hemos hablado de que respaldamos la postura de Alemania sobre la necesidad de reflexionar todos juntos cómo seguir garantizando las normas de comportamiento en el ámbito de armas nucleares y estabilidad estratégica. Estamos listos para este trabajo.
En cuanto a nuestra actividad práctica tras la eventual “extinción” del Tratado sobre la Eliminación de Misiles de Alcance Medio y Más Corto, Vladímir Putin, al comentar la situación en torno a estos misiles, dijo que los estadounidenses, acusando a Rusia de infringir el Tratado, no toman en consideración que poseemos misiles con plataformas de lanzamiento navales y aéreos, no prohibidos por el Tratado. Cuando firmábamos el documento, no los teníamos, pero más tarde desarrollamos los misiles de alcance medio y más corto con plataformas de lanzamiento navales y aéreos, que son absolutamente legales. No tenemos necesidad de crear nuevos modelos de misiles con plataforma terrestre en secreto. No sería racional.
Estamos dispuestos a mantener una conversación concreta. Si el Tratado pierde vigor, nuestros pasos prácticos dependerán de la actitud de los países que ya disponen de estas armas, de EEUU que, de hecho, ya comenzaron a desarrollar los misiles de alcance medio y más corto.