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Entrevista al Embajador de Rusia en el Perú, Igor Romanchenko, sobre la situación en Ucrania y otros temas internacionales, semanario “Hildebrandt en sus trece”, Lima, el 8 de abril de 2022

Por REBECA DIZ

El gobierno de Pedro Castillo está contra las cuerdas debido al alza del precio del petróleo, de los fertilizantes y los alimentos básicos, un fenómeno mundial consecuencia directa de la invasión de Rusia a Ucrania. Tras 41 días de conflicto, uno se pregunta si la Federación Rusa hizo un mal cálculo…

 -Mire, usted hace una muy buena pregunta y yo, trabajando aquí en el Perú, entiendo muy bien la importancia de las respuestas correspondientes. Hoy, al entrar en el Congreso, el presidente del país dijo que la situación es muy complicada por la guerra entre Rusia y Ucrania. Debo decir que yo, con todo respeto, no comparto esta opinión. Los precios del petróleo subieron, es verdad; los precios de gas subieron aún más, es también verdad; va a haber problemas con fertilizantes que el Perú importa en una buena parte de Rusia y con el trigo (…) ¿Pero por qué ocurrió todo esto? No porque hay una confrontación militar entre Rusia y Ucrania. Esto ocurrió porque países de Occidente, antes que nada Estados Unidos pero también Inglaterra, impusieron sanciones. 

-¿Los recursos energéticos, directa o indirectamente, se han convertido en el arma más poderosa de este conflicto? 

-Ellos preguntaban desesperadamente cuándo Rusia iba a utilizar los suministros de gas y petróleo como un arma. Y no lo hizo. Rusia estaba suministrando petróleo y gas, incluso este último a través de territorio ucraniano. Todo según los contratos firmados y vigentes. Entonces fueron ellos los que tomaron la decisión de robarnos seiscientos mil millones de dólares que teníamos en bancos norteamericanos y europeos. Fueron ellos los que empezaron a decir que no iban a comprar gas ruso. Fueron ellos los que dijeron que no van a comprar petróleo ruso. En realidad, algunas cosas sí las compran. Por ejemplo, con los fertilizantes Estados Unidos tuvo que dar marcha atrás y excluirlos de sus sanciones. Pero fueron ellos los que provocaron esa alza de precios. Lo único que hicimos nosotros, en el caso del gas, y quizás lo hagamos con el petróleo, es pedir que el medio de pago sea en rublos porque en euros ya hemos recibido el pago: estaba en bancos europeos y nos lo han robado. Es decir, hemos suministrado gas gratis y no queremos repetir esta experiencia. 

-Entiendo que ustedes no quieren que los súbditos de Gran Bretaña se calienten gratis con el gas de la Federación Rusa… 

-Lógico. Es lo único que hemos hecho, pero los precios los dejamos intactos. Y sin embargo los costos, en el caso del gas, son cuatro o cinco veces más altos que los precios de los contratos, que nosotros respetamos y cumplimos.

-Usted está responsabilizando a la Unión Europea y a Estados Unidos, pero esto es la consecuencia de las sanciones por un conflicto que ustedes han empezado y que está repercutiendo en el Perú. La pregunta es… 

-Que “nosotros hemos empezado” es una opinión muy simplista, discúlpeme. Yo pienso que no fuimos nosotros los que empezamos. ¿Por qué? Eso es un tema. Vamos al año 2014, cuando los países occidentales orquestaron el golpe de Estado en Kiev, llevando al poder a las fuerzas radicales que apoyaron abiertamente el nazismo y la rusofobia. Cuando Crimea logra hacer realidad su derecho a la autodeterminación, otras regiones ucranianas que se pronunciaron en contra de Kiev fueron sometidas a la presión, bloqueo económico y atentaron contra sus derechos fundamentales (…). Una verdadera masacre ocurrió el 2 de mayo del 2014, cuando los nacionalistas ucranianos quemaron vivas a 48 personas en Odesa. ¡Esto fue filmado! ¿Alguien fue acusado? No pregunto siquiera si alguien fue condenado, sólo pregunto si alguien fue acusado. 

-Lo que usted narra es cierto, pero eso fue en el 2014. Han pasado siete años y… 

-¿Y qué? En vez de disminuir, este tipo de presiones aumentó… 

-Pero, en todo caso, también era una responsabilidad del gobierno de la Federación Rusa haberlo denunciado y haber… 

-Lo intentamos y no sirve. La guerra civil de ocho años desatada en la zona bajo el disfraz de operación antiterrorista sigue arrasando el Dombás (…). En estos ocho años murieron 13 mil civiles. ¿Alguien acá, en Perú, conoce esta tragedia? (…) Por otro lado, está el avance de la OTAN hacia las fronteras rusas. Cuando cayó el muro de Berlín todo el mundo celebró y nuestros colegas occidentales varias veces declararon en voz alta que no habría ningún avance hacia la frontera rusa de la OTAN. Decían que ni se lo imaginaban, que no hacía falta porque ya no había comunismo en Rusia y que ahora todos estábamos a favor de la propiedad privada que es nuestro… –¿cómo se dice?– ¡nuestro Cordero Sagrado! Gorbachov les creyó o les fingió creer. No lo sé. Pero después empezó el avance de la OTAN hacia las fronteras. Muy suave, en cinco etapas, todo con sonrisa y diciendo: “No es contra ustedes, ponemos cohetes en Polonia, antimisiles balísticos en caso de que Irán pueda disparar contra nosotros”. Hay que tomar un globo para mirar dónde está Irán y dónde está Polonia. Pero ellos siempre con una sonrisa avanzando, avanzando y avanzando. Ahora, los países bálticos que tienen frontera con Rusia son miembros plenos de la OTAN. Bulgaria, Rumanía son miembros de la OTAN y el próximo debía ser Ucrania... 

-Y ustedes no lo toleraron… 

-Hemos avisado varias veces a nuestros colegas de Washington que no podemos permitirnos el lujo de tener sistemas de armamento estratégico en la frontera con Rusia. Ni siquiera nos escucharon. Siempre, con su sonrisa, decían que era un derecho de los pueblos resolver el tema de seguridad. ¡Sí, es el derecho de uno, pero en el caso de la OTAN no es así! 

-¿Ese fue el verdadero motivo por el que se rompió el frágil equilibrio que había entre la Unión Europea y la Federación Rusa? 

-El equilibrio fue roto hace mucho tiempo. Con esto, de haberse realizado, estarían rotos los restos de ese equilibrio.

 -Hasta hace 41 días, la Unión Europea estaba sacudida por una severa corriente de desintegración que parece haberse esfumado de repente. ¿No es ese un milagro que ha propiciado la Federación Rusa con esta invasión? 

-Existe una versión de este tipo, pero a mí no me gustaría hablar de terceros países. Yo soy embajador acá, que mis colegas de Berlín o de París lo comenten. Yo pienso que esto no es tan importante. 

-Desde un punto de vista diplomático, ¿no les preocupa lo que está ocurriendo en Europa…? 

-Desde un punto de vista diplomático nos preocupa… aunque la palabra preocupar no sirve. Nosotros vemos la situación de una manera un poco diferente. Vemos que con estas sanciones fuertes sí hay una especie de unidad en Europa, pero también ha quedado demostrado que el régimen de comercio internacional basado en reglas –no en derecho internacional, no en derecho comercial– ya no sirve, no funciona. Cuando le robaron 20 mil millones a Venezuela hubo un pretexto: que Maduro era narcotraficante... Pero en el caso de Rusia no hubo pretexto, robaron así nomás. 

-Bueno, la justificación es que ustedes han agredido a Ucrania… 

-¿Y qué? Supongamos que fuera así –aunque yo no coincido con usted–, que hay un conflicto. ¿Esto les da derecho a poner la mano en el bolsillo del participante? ¿Cómo es esto? Yo no lo entiendo. ¿Y dónde está el sagrado derecho de la propiedad privada? Y en este caso ni siquiera es una propiedad privada sino es propiedad estatal. ¿Qué argumento tiene? A mí no me gusta tu política exterior, entonces puedo robarte. ¿Esa es la lógica? No lo entiendo. Lo mismo vemos con los oligarcas. No es que a mí me guste el señor Viktor Velselberg, no es esto. Pero yo no entiendo cómo, sin juicio, sin tribunal, sin que él sea un criminal, puedan robarle un yate que cuesta 90 millones de dólares. No se me ocurre. Y después que digan que viven en un Estado de derecho. 

-¿Ustedes no calcularon que Occidente reaccionaría así? 

-Nosotros esperábamos esto, pero nadie nos creía. Lo que ha ocurrido probó que el sistema de comercio internacional no podrá seguir funcionando bajo los mismos reglamentos anteriores. Segundo, mostró que en Occidente no hay nada sagrado. Antes fue sagrada la propiedad privada, ahora no lo es. Antes fue sagrado decir la verdad, ahora no lo es. Antes era sagrado cumplir con el derecho internacional. Ahora, en vez de derecho, se utilizan reglas. La pregunta es: ¿quién las inventó? 

-Usted mencionó Venezuela, uno de los pocos países beneficiados con este conflicto. De hecho, Estados Unidos ya se ha reunido con la administración Maduro para ver cómo pueden volver a poner en el mercado su petróleo. ¿Es la oportunidad de Estados Unidos para reposicionarse en Latinoamérica o será China, con ustedes fuera del tablero, la que aproveche la crisis? 

-Yo creo que usted conoce la respuesta mejor que yo. Usted ha dado la respuesta. 

-Pero el lector querrá escucharlo a usted… 

-Mire, si hablamos en serio, nosotros queremos tener amistad con América Latina. (…) Por ejemplo, en el tema de los rublos y el gas, ahora hay todo un ruido en contra de eso, pero yo recuerdo que con el Perú hasta la desaparición de la Unión Soviética nosotros cooperábamos a través de rublos y fue muy bien. Nosotros suministrábamos aquí equipo militar en aquel entonces… 

-Pero está hablando de hace más de 40 años… 

-Sí, pero las cuentas eran en rublos y con estos rublos aquí comprábamos pescado, zinc, tela de jeans, mantas de lana y cubitos de caldo de gallina y cosas por el estilo. Y ambas partes estaban muy contentas (…) El comercio andaba muy bien. 

-Pero está usted hablando de los tiempos de la Guerra Fría… 

-Esto duró todos los años 70 y todos los 80 (…) y mediados de los 90. (…) El 80 % de la demanda de pilas de la población de la Unión Soviética, 250 millones de habitantes, se cubría con suministros de zinc de Perú… 

-Embajador, ¿a los diplomáticos de la Federación Rusa les preocupa cómo pueda cambiar la geopolítica en esta región del mundo? 

-¿Y puede cambiar? No creo. Yo creo que vamos a seguir manteniendo muy buenas relaciones porque además la pregunta inicial suya fueron los problemas con el petróleo, fertilizantes y trigo. Con el petróleo, según las estadísticas de enero, los volúmenes de importación y exportación son muy parejos. Entonces no creo que el precio del petróleo sea tan importante para el país… 

-Bueno, es tan importante que hoy, martes 5 de marzo, Lima está paralizada... 

-Yo siento que no tiene nada que ver con los precios. Sobre los fertilizantes, sí hay problemas con las cadenas logísticas. Pero el fertilizante es una mercancía que se vende a granel. Entonces, en vez de comprar en Holanda los fertilizantes rusos, más fácil es comprar un barco para mandarlo a Rusia y comprarlos directamente. No hay ningún problema, ninguna prohibición ni dificultades… 

-¿Sugiere que la administración Castillo mande un barco a comprar los fertilizantes a Rusia? 

-No, que las empresas privadas que distribuyen acá los fertilizantes compren directamente a Rusia, que con gusto los vendería al Perú. No hay ningún límite, ninguna dificultad. Hasta los norteamericanos excluyeron los fertilizantes de su lista de sanciones. (…) El trigo sí va a aumentar de precio. ¿Aquí qué podemos hacer? Nosotros tuvimos que utilizar el sistema de cupos para no permitir el aumento de precios dentro de Rusia, pero el trigo no era algo que el Perú importara de Rusia a gran escala. 

-¿Cree que ha habido presiones de terceros países para entorpecer las relaciones comerciales entre Rusia y Perú? 

-No, presiones no. Sin embargo, repito que lo que se llama las cadenas de suministros, de pagos, ahora están desarticuladas. Por ejemplo, Rusia importa arándanos en cantidades, también palta. No hay ninguna limitación para seguirle vendiendo a Rusia. Sin embargo, hay que cambiar a los intermediarios, hay que cambiar el modo de transporte, hay que cambiar el camino de los pagos. ¿Por qué? Porque muchas cosas se hacían a través de Europa occidental y esto está generando problemas. No es que no se vayan a poder solucionar, pero esto va a traer dificultades los primeros meses. Así que yo sí espero la reducción de exportación peruana a Rusia. 

-Teniendo en cuenta su experimentadísima carrera diplomática, ¿cree que fue un error de cálculo o una mala información lo que ha ocurrido en Ucrania? Rusia había planteado una “Operación militar especial” de un par de semanas y resulta que llevan 41 días... 

-Yo no soy ni el presidente Putin ni el ministro de Defensa Shoigu para responderle a esa pregunta. Pero pienso que lo importante es otra cosa, no es la respuesta a su pregunta, con todo respeto. Yo pienso que la respuesta es que no tuvimos otro remedio. Hemos avisado varias veces a países occidentales que hay líneas rojas. Ellos no nos creyeron, por eso ahora las negociaciones con la parte ucraniana –bueno, quizá la palabra avanzar es demasiado positiva y tal vez no debo decir avanzar– continúan, y hubo algunas luces al final del túnel, como dijo Europa ayer. Nuestra posición es que el tratado final con Ucrania debe incluir la no alineación, estatus neutral, no emplazamiento de armamento de exterminio en masa, limitación sobre el ejército ucraniano pero, también, reconocimiento de la república del Dombás. 

-¿Es innegociable, para llegar a un acuerdo, que Ucrania reconozca la independencia del Dombás? 

-Yo no soy negociador. Yo le explico cuál es la posición inicial de Rusia, pero en cada caso puede haber ciertos movimientos, desde luego. La idea es esta: resolver el tema del Dombás, resolver el tema de Crimea, pero también hacer la desnazificación en Ucrania y hacer que respeten el derecho de la población rusoparlante en todos los ámbitos. Eso es lo que queremos. De estos puntos, lo que se refiere al estatus neutral y hasta sobre la no militarización hay ciertos entendimientos, no acuerdos, pero entendimientos por lo menos. Eso lo tenemos hoy. Antes del 24 de febrero, cuando planteábamos el tema, se reían en nuestra cara. No solamente Ucrania, también la OTAN, también Estados Unidos. 

-Si la Federación Rusa justifica esta invasión debido a los crímenes contra la población de origen ruso del Dombás, ¿por qué sus diplomáticos no hicieron una campaña previa para tratar de explicar lo que estaba ocurriendo en esta zona? 

-No voy a comentarlo. Pero recuerdo que, en el conflicto de Perú con Ecuador del año 95, en aquel entonces las embajadas ecuatorianas en todo el mundo ya tenían listos unos sobres que abrieron los embajadores (…) con los textos de entrevistas que debían dar para justificar su motivación. Y por eso el primer día CNN –acababa de aparecer en aquel entonces– presentó todo un reportaje probando que Ecuador tenía razón, que aquí el gobierno dictatorial de Fujimori empezó la guerra para resolver sus propios problemas. Pero en dos días cambió todo y CNN dijo que las tropas peruanas estaban luchando contra los invasores ecuatorianos. Quiere decir que toda esa preparación no sirve para nada. Pero pasemos por fin… 

-Disculpe que lo interrumpa. ¿Entienden que la Federación Rusa ha perdido ya la guerra mediática contra Occidente? 

-Yo no diría, no utilizaría la palabra perdida porque, por ejemplo, en China la campaña mediática la hemos ganado y China tiene mil millones y medio de habitantes. En Occidente, sí, podemos decir que hemos perdido. ¿Por qué? Porque los medios de comunicación acá, con pequeñas excepciones, pertenecen a la gente que depende de centros de fuerza de Occidente. Llamémoslo así, para no ofender a nadie. Uno tiene hijos que estudian en Estados Unidos, otro tiene la dacha en Miami, el tercero pasa su tiempo en la lancha que necesita repuestos norteamericanos, otro tiene crédito y tan pronto que publique un artículo no conveniente entonces no recibe el visado, etc., etc. Por eso, es natural. Sin embargo, debo reconocer que hoy en día la guerra mediática (…) llegó a ser tan importante y tan fuerte que muchas veces es más importante que la guerra en el terreno tradicional del fusil en mano. Y usted tiene razón: por una línea que la embajada logra introducir en un periódico peruano aparecen 100 o 200 líneas que contradicen lo que la Embajada está diciendo. Es todo un mecanismo que requiere de profesionales que nosotros, en muchos casos, no los tenemos. 

-¿Está usted reconociendo una flaqueza? 

Sí, yo estoy reconociendo una debilidad de nuestro servicio diplomático porque pensar que uno dice la verdad y por eso siempre va a salir ganando, no siempre ocurre de esta manera. También no basta decir la verdad, también hay que saber cómo decirla profesionalmente. 

-Los crímenes de la ciudad de Bucha han indignado al mundo. ¿Siguen negando tener responsabilidad alguna en lo ocurrido allí? 

-El embajador toma una ayuda memoria y lee: “Veintinueve de marzo, el Ministerio de Defensa de Rusia anuncia que reducirá su actividad militar en las inmediaciones de Kiev y Chernóbil tras la ronda de negociaciones en Estambul. 30 de marzo, todas las unidades rusas se retiran completamente de Bucha. 31 de marzo, el alcalde de Bucha anuncia de manera feliz la gran victoria de las fuerzas armadas de Ucrania. No menciona ni se ve en los videos cadáveres en las calles. Primero de abril, aparecen referencias de fotos y videos desde Bucha, pero ninguna como las vamos a ver al día siguiente y esto en una localidad de 20 kilómetros cuadrados. A esto hay que añadir que las primeras imágenes que se grabaron en la ciudad fueron de la policía porque ellos fueron los primeros en entrar a la ciudad...” 

-Esa es la posición oficial de la Federación Rusa que ya se conoce. Yo le preguntaba… 

-Disculpe, y en un video de la policía de Ucrania del primero de abril se escucha decir: “La ciudad está siendo limpiada de los saboteadores y cómplices de las Fuerzas Rusas”. ¡Bien dicho! 

-Como le decía, esa es la versión oficial de Rusia, pero en las últimas horas han aparecido en medios estadounidenses imágenes satelitales de los primeros días de marzo y, aparentemente, ya están los cuerpos… Más allá de negarlo, ¿la Federación Rusa tiene alguna manera de probar que no cometieron esos crímenes? 

-(…) Puede preguntar a cualquier médico forense y él va a responderle cuál sería el estado de esos cuerpos si fueran de los primeros días de marzo. Hay tantas mentiras alrededor que es muy difícil. Occidente piensa que los ucranianos son buena gente (…) y basándose en eso dicen que los ucranianos no pueden hacerlo. Sólo los rusos podrían hacerlo. 

-Es fácil intuir que estas explicaciones no van a satisfacer a Europa, a Boris Johnson ni a Biden… 

-No, no van a convencerlos porque ellos conocen la verdad. Esta no es la idea, la idea es convencer a la gente común que tiene capacidad de crítica. 

-¿Van a pedir una investigación sobre lo sucedido en Bucha

-No vamos a pedir. ¡Ya lo hemos pedido! Dos veces solicitamos la reunión con el Consejo de Seguridad y los ingleses están en contra. 

-Polonia ha ofrecido su territorio para que la OTAN instale armamento nuclear. ¿Rusia lo consentiría? 

-¿Y quién va a preguntar a Rusia? Polonia es un país independiente, miembro de la OTAN. Es una lástima que hablen sobre esta materia. Es una gran lástima. (…) Después dicen que hay que contrarrestar a Rusia y que tienen que suministrar equipos de no sé qué… 

-¿Rusia se ha convertido en una coartada para el rearme de Occidente? 

-Sí, pero Rusia nunca ha dicho nada al respecto. Es lo mismo que con el petróleo y con el gas, siempre han dicho que es un arma en manos de Rusia, pero nosotros cumplimos hasta antes de la operación militar en Ucrania, cuando el gas ya estaba por las nubes, con los contratos anteriores. 

-Pero sí es cierto que el petróleo y especialmente el gas eran un arma de la Federación Rusa para contrarrestar el posicionamiento de Estados Unidos en Europa…

 -Pero lo decían siempre los Estados Unidos, no los rusos. 

-Y Merkel los defendió a ustedes… 

-Merkel tenía su posición al respecto…

 -Tenía su propio juego, digamos.… 

-Cada país es independiente y decide los temas de su desarrollo él mismo. Sobre Polonia, está en su derecho en hacer lo que le plazca, pero para mí invitar al armamento nuclear ajeno a estar en su territorio sin tener el derecho de veto para su utilización es una cosa muy delicada. 

-¿La Federación Rusa podría interpretarlo como una agresión? 

-Todo depende de la situación concreta, pienso yo.

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