La République Italienne
Entrevista concedida por el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia en funciones, Serguéi Lavrov, a la revista “Russian Business Guide – Italian-Russian Chamber of Commerce” publicada el 18 de mayo de 2018
Pregunta: ¿Qué es primario en las actuales relaciones internacionales, la política o la economía? ¿Cuyos intereses comerciales se esconden tras las acusaciones formuladas contra Rusia? ¿Corresponde el ritmo de las tensiones entre Rusia y la UE con el desarrollo de los contactos económicos entre la parte rusa y los países europeos?
Respuesta: Por desgracia, hoy presenciamos el proceso de la politización de la cooperación económica. Se recurre cada vez con mayor frecuencia a los elementos de la competencia desleal, se pasan por alto las normas del comercio internacional y las reglas de la OMC, se introducen restricciones unilaterales y se usa de manera extraterritorial la legislación nacional de un país concreto. Estos pasos afectan en gran medida a la economía mundial y se proponen promover a toda costa los intereses comerciales de un país concreto. Eso es lo que busca en muchos sentidos la Ley para Contrarrestar a los Adversarios de EEUU mediante Sanciones.
Es bien conocido que el principal esfuerzo en esta carrera de sanciones antirrusas aplicadas en la economía se hace por Washington. Y quienes se ven obligados a pagar las consecuencias económicas son las empresas europeas, dado que son reemplazadas en el mercado ruso por fabricantes de otras partes del mundo. EEUU, por su parte, no sufre ningunas pérdidas. Washington ni oculta su deseo de reforzar las posiciones de sus empresas de energía y defensa en Europa, aprovechando para ello las sanciones. Los europeos ya verán si corresponde ello con sus intereses. Sabemos que en los círculos empresariales europeos crece el descontento con tal situación.
Al mismo tiempo, a pesar de la delicada situación que se vive en Europa, la cooperación económica entre Rusia y la UE ha vuelto a presentar índices de crecimiento. A finales del año pasado se registró un crecimiento del más del 20%. Sin embargo, habría que esforzarse bastante para alcanzar los índices registrados antes de la crisis.
Pregunta: ¿Cree que la lucha de los “globalistas” y los “soberanistas” que se está avivando en muchos países europeos afecta a las relaciones de Rusia y dichos países?
Respuesta: La Unión Europea es un importante vecino y socio económico y comercial de Rusia. Por supuesto, seguimos los debates sobre el futuro de la integración europea que tienen lugar en los países comunitarios. Al mismo tiempo, nunca hemos intervenido en los asuntos internos de otros Estados ni tenemos la intención de hacerlo. A diferencia de algunos interlocutores, nunca hemos expresado nuestras preferencias acerca de los resultados de referéndums que tienen relevancia para la futura integración europea ni de las campañas electorales. Estamos trabajando y nos mostramos dispuestos a interaccionar con aquellos líderes que son elegidos por los propios europeos.
Partimos de que un mundo y un desarrollo constructivos corresponden con los intereses de Rusia y de la UE. Dada esta circunstancia, nos gustaría ver en la UE a un actor de la arena internacional fuerte, de postura consolidada y responsable, capaz de formar una agenda internacional independiente en intereses de los pueblos europeos.
Esperamos que la UE sepa superar la inercia del pensamiento y encontrar fuerzas para no dejarse llevar en la vertebración de su política con Rusia por ánimos de un grupo de rusófobos poco numeroso pero bastante agresivo.
Ello, además de garantizar una mayor predictibilidad de las relaciones entre Rusia y la UE, propiciaría una mayor confianza y comprensión mutua en nuestro continente común.
Pregunta: Al término de su reunión con el Ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Angelino Alfano, el político italiano de alto rango señaló que Rusia siempre había sido un socio de fiar en los suministros de gas y expresó la intenciones de seguir fomentando la cooperación económico-comercial. ¿Realmente se aplica tal política, independientemente de las sanciones impuestas por Washington y Bruselas, lo confirma el ritmo del desarrollo de las relaciones bilaterales?
Respuesta: Rusia siempre ha prestado mucha atención a las relaciones con Italia y contamos con unas amplias experiencias de exitosa cooperación.
Por desgracia, el ritmo de nuestras relaciones se ve afectado por la difícil situación que se vive en Europa y en el mundo en general. Hoy Italia en lo tocante a nuestro país se atiene a los principios de la solidaridad europea y transatlántica. Las sanciones en espiral promovidas por Washington y Bruselas afectan a la cooperación ruso-italiana. Entre 2014 y 2016 los volúmenes del intercambio comercial se redujeron 2.5 veces. Que yo sepa, la Asociación de productores agrícolas Coldiretti evalúa las pérdidas sufridas por las empresas italianas en los últimos tres años en unos 7.000 millones de euros. Dada esta circunstancia, los datos sobre el crecimiento en un 20% registrado en 2017 se perciben con un moderado optimismo.
Durante las negociaciones con el Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional de Italia, Angelino Alfano, hemos abordado en más de una ocasión las perspectivas del desarrollo y de la diversificación de los vínculos en las esferas del comercio y las inversiones, señalando la importancia de mantener el ritmo de las actividades empresariales, incluso en las actuales condiciones. Una gran importancia en este sentido tienen las actividades del Consejo Ruso-Italiano para la cooperación económica, industria y monetaria. Su copresidente por la parte italiana, Angelino Alfano, está en estrecho contacto con su homólogo, el copresidente ruso, vicepresidente de Gobierno de Rusia en funciones, Arkadi Dvorkóvich. Me gustaría subrayar que las labores del Consejo abarcan todas las esferas clave incluidas en la agenda bilateral.
Hoy, debido a una nueva oleada de presión ejercida en Rusia, nuestras relaciones son sometidas a unas pruebas adicionales. Al mismo tiempo, estamos convencidos de que, dado el interés mutuo de los círculos empresariales de ambos países en afianzar la cooperación práctica, las actuales turbulencias mundiales no afectarán a las perspectivas de la cooperación ruso-italiana.
Pregunta: ¿En qué consisten las particularidades de las relaciones entre Rusia e Italia, en comparación con otros países de la UE? ¿Qué esferas de la interacción presentan un mayor ritmo de desarrollo y en qué esferas todavía se podría intensificar los esfuerzos?
Respuesta: En la situación actual los círculos empresariales de Rusia e Italia están buscando nuevas y eficaces maneras de cooperar. Parece muy adecuada la iniciativa consistente en fomentar la cooperación productiva, apostando por producir en Rusia bajo la marca “hecho en Italia”. Este proyecto recibió el apoyo del Gobierno de la Federación de Rusia y de los empresarios de nuestro país.
Operan de manera exitosa en nuestro mercado las empresas más grandes de Italia. Así, Pirelli ha invertido ya más de 200 millones de euros en la creación de fábricas de neumáticos en las provincias de Vorónezh y Kirov. El Grupo Cremonini lanzó a finales del año pasado una nueva línea en la fábrica de productos semielaborados situada en la provincia de Moscú. El líder del segmento de la pastelería, Ferrero, celebra este año el 10º aniversario de la creación de su fábrica en la provincia de Vladimir. Con sus intensas actividades los empresarios italianos confirman su interés en mantener y ampliar su presencia en Rusia.
Me gustaría señalar aparte la industria de gas y petróleo, así como la industria petroquímica. Entre los proyectos que se llevan a cabo con éxito está la participación de la empresa Maire Tecnimont en la construcción de la fábrica de gas Amurski y de la planta de producción de amoníaco situada en Kinguisepp en la provincia de Leningrado. Las empresas italianas participan de manera activa en los proyectos de desarrollo de la infraestructura en el territorio de Rusia. Así, Astaldi lleva a cabo la construcción de algunos tramos de la autovía Moscú-San Petersburgo, mientras que Codest está acabando la reconstrucción del estadio Dinamo de Moscú, al mismo tiempo que adecenta el territorio adyacente.
Merece la pena señalar también los nuevos vectores de las inversiones italianas. Así, empresarios italianos invirtieron en las empresas de uso temporal de vehículos Delimobil y EasyRide cerca de 30 millones de dólares. Parece prometedora la iniciativa de inaugurar en 2017 en Moscú el centro gastronómico Eataly que ofrece una amplia gama de productos italianos y de platos para llevar.
A su vez, las empresas rusas, a pesar de una coyuntura que dista de ser muy favorable, ha desplegado unas actividades intensas en Italia. Se trata de las esferas clave de la industria italiana, la esfera de energía, metalurgia, comunicaciones. Lukoil sigue siendo el principal inversor, propietario de la refinería ISAB situado en la isla de Sicilia, RENOVA está poniendo en práctica proyectos de construcción y explotación de plantas fotovoltaicas y RUSAL está invirtiendo en la fábrica Euroalluminia situada en la isla de Cerdeña.
Pregunta: Tradicionalmente Italia está muy bien representada en el Foro Económico de San Petersburgo. ¿Qué esperanzas pone este año en dicho evento, con qué delegaciones se espera tener los contactos más constructivos y fructíferos?
Respuesta: Durante sus más de 20 años de existencia el Foro Económico de San Petersburgo se ha asegurado la posición de un importante evento internacional y de un espacio del diálogo de gran prestigio que permite establecer contactos de trabajo importantes e intercambiar de manera abierta las opiniones sobre los más acuciantes problemas de la economía actual con la posibilidad de alcanzar acuerdos bilaterales de carácter práctico.
Tradicionalmente el Foro tiene dos segmentos, el global y el ruso. Su agenda incluye un gran abanico de temas, abordando sus participantes problemas económicos, tecnológicos e incluso socioculturales. Ello permite hacer constar que el Foro de San Petersburgo se ha convertido en el análogo de pleno derecho del Foro de Davos.
A pesar de la complicada situación internacional, se percibe gran interés hacia el Foro. Parece lógico, dado que el negocio se ve ya cansado de la confrontación y de las sanciones. Hemos de hacer constar con satisfacción que el número de participantes rusos y extranjeros del Foro, entre ellos, los Jefes de Estado y de Gobierno, así como de dirigentes de organismos internacionales crece de manera permanente. Aumentan los volúmenes de los contratos firmados y se vuelven más numerosos y variados los eventos que se llevan a cabo en el marco del Foro.
Estoy convencido de que la convocatoria de este año tampoco será una excepción. Esta vez tiene previsto acudir a San Petersburgo un gran número de altos invitados. Contamos con que su participación propicie una detallada consideración de los problemas clave de la actualidad y ayude a promover la cooperación práctica. Esperamos también importantes resultados de las planeadas mesas redondas para el desarrollo de la cooperación económica entre Rusia y África, la India, EEUU, Finlandia, Francia, Japón y, por supuesto, Italia.