la République islamique du Pakistan
LA POSTURA DE RUSIA EN EL 75º PERÍODO DE SESIONES DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU
- El objetivo del 75º período de sesiones conmemorativo de la Asamblea General de la ONU es reafirmar el papel central coordinador de la Organización en los asuntos internacionales y apoyar el sistema policéntrico de relaciones internacionales. Esa Organización mundial se considera acertadamente el foro único para un diálogo sincero y equitativo dirigido a generar soluciones tomando en consideración las diversas opiniones, así como a crear una arquitectura justa del orden mundial.
- Respaldamos invariablemente el fortalecimiento del marco multilateral de las relaciones internacionales y la economía mundial sobre la base de las normas universales de derecho internacional, ante todo la Carta de la ONU, con hincapié en el respeto incondicional de la soberanía de los Estados y la inadmisibilidad de la injerencia en sus asuntos internos. Rechazamos enérgicamente la política de los Estados occidentales que tratan de sustituir los principios y normas universalmente reconocidos de derecho internacional con tales concepciones como "el orden reglamentado".
- Apoyamos los esfuerzos coordinados de la comunidad internacional para combatir el coronavirus y los efectos políticos y socioeconómicos de su propagación. En este sentido, celebramos las iniciativas del Secretario General de la ONU para establecer una cesación del fuego en los conflictos armados a fin de luchar contra la pandemia y suspender las sanciones unilaterales contra los países afectados. Creemos que es inaceptable politizar la propagación del coronavirus y antagonizar a ciertos Estados u organizaciones del sistema de la ONU.
- La responsabilidad primaria por prevenir conflictos y superarlos siempre la tienen los propios Estados. Toda asistencia internacional, incluyendo por parte de la ONU, debe prestarse con el consentimiento de los países interesados y con arreglo a la Carta. Es necesario utilizar la diplomacia preventiva, oficios buenos y la mediación de conformidad con el principio de neutralidad y respetando la soberanía de los Estados. Tampoco hay que olvidar que cada situación requiere un enfoque delicado e imparcial, así como una búsqueda paciente de una solución única que tenga en cuenta los orígenes y la dinámica del conflicto.
- Creemos que el objetivo de la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU es ampliar la representación de los Estados en desarrollo de África, Asia y América Latina sin reducir su eficacia y operatividad. Es necesario seguir buscando un modelo de reforma apropiado que goce del apoyo máximo en el formato actual de las conversaciones intergubernamentales. Las prerrogativas de los miembros permanentes del Consejo, incluido su derecho a veto, no pueden revisarse.
Apoyamos las iniciativas realistas para revitalizar la actividad de la Asamblea General de la ONU. Consideramos que la tarea más importante es mejorar métodos de trabajo, arreglar la agenda recargada y reforzar el multilingüismo. Las innovaciones deben ser razonables y satisfacer las necesidades de actualidad. La redistribución a favor de la Asamblea General de los poderes de otros órganos de la Organización, incluido el Consejo de Seguridad, es inadmisible.
- Respaldamos el desarrollo y el fortalecimiento de la cooperación entre la ONU y las asociaciones regionales y subregionales conforme al Capítulo VIII de la Carta de la ONU. Es necesario intensificar aún más la colaboración constructiva entre la ONU y tales organizaciones como la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), la Comunidad de Estados Independientes (CEI), BRICS y la Unión Económica Eurasiática (UEEA) cuyo "perfil" en los foros internacionales sigue viendo al alza. A este respecto, esperamos que se aprueben por unanimidad en el marco del 75º período de sesiones de la Asamblea General las resoluciones bianuales sobre la cooperación entre la Organización y la CEI, la OTSC y la OCS.
- Defendemos firmemente el principio de inadmisibilidad de tergiversar la historia y revisar los resultados de la Segunda Guerra Mundial en la ONU. Rusia intenta reintroducir como parte de esos esfuerzos el proyecto de resolución de la Asamblea General "Combatir la glorificación del nazismo, el neonazismo y otras prácticas que contribuyen a exacerbar las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia" que goza tradicionalmente del apoyo de la mayoría de los Estados miembros de la ONU. Exhortamos a las delegaciones que se abstuvieron o votaron en contra el año pasado a que reconsideren su posición.
- Nos pronunciamos por aplicar una postura integral en relación con el arreglo de conflictos en Oriente Próximo y el Norte de África por vía exclusivamente política y diplomática. Nuestro propuesto de crear en el Golfo Pérsico y posiblemente en todo el Oriente Próximo una arquitectura de seguridad regional sigue vigente.
- Estamos interesados en la pronta estabilización de la situación en Siria y el arreglo político y diplomático del conflicto que va de la mano con la lucha contra la amenaza terrorista. Como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y participante en el proceso de Astaná, respaldamos los esfuerzos del Enviado Especial, Geir Pedersen y apoyamos sus actividades para mantener contactos con las partes sirias, incluyendo para entablar un diálogo entre los sirios en el marco del Comité Constitucional. Estamos dispuestos a cooperar con otros actores internacionales, pero no permitiremos que se socave el trabajo eficaz del proceso de Astaná. Seguiremos bloqueando los intentos de Occidente de responsabilizar a Damasco por el empleo de armas químicas. Es inadmisible vincular la destinación de recursos financieros para reconstruir a Siria con el llamado cambio político. Rechazamos categóricamente los intentos de politizar los aspectos humanitarios del conflicto en Siria. La asistencia humanitaria debe prestarse con arreglo a los principios rectores de la ONU. Nos pronunciamos por contribuir a reconstruir las regiones liberadas y levantar las sanciones unilaterales impuestas contra Siria.
- Consideramos que es necesario intensificar los esfuerzos dirigidos a reanudar las negociaciones directas palestino-israelíes. Se debe abandonar las medidas que socavan la base internacionalmente aceptada para arreglar la cuestión de Oriente Próximo, incluyendo los planes para anexar la Ribera Occidental. La solución biestatal es la única solución viable. Seguimos contribuyendo al arreglo en Oriente Próximo tanto por canales bilaterales como en nuestra calidad de miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y del Cuarteto de mediadores internacionales. Es importante involucrar a los actores regionales clave y la Liga de Estados Árabes.
- Creemos que no hay otra alternativa que arreglar el conflicto en Libia por los métodos políticos. Consideramos que es necesario tener en cuenta las opiniones de las partes libias, incluso cuando se planifica la asistencia internacional para poner fin al conflicto. Mantenemos contactos con todas las partes libias y les alentamos a que cesen inmediatamente todas las operaciones militares y reconstruyan las instituciones sostenibles y únicas del Estado, incluyendo las estructuras de seguridad.
- Confirmamos la necesidad de superar la catástrofe humanitaria en Yemen generada realmente por una crisis política interna prolongada que fue agravada por la injerencia externa. Continuamos trabajando con todas las partes en el conflicto de Yemen, guiándolas hacia un arreglo político inclusivo. Prestamos asistencia al Enviado Especial, Martin Griffiths.
- Respaldamos los esfuerzos de las autoridades iraquíes para lograr la seguridad, así como la normalización duradera de la situación en el país. Subrayamos la necesidad de una labor centrada y sistemática dirigida a salvar las diferencias entre varios grupos étnicos y confesionales de la sociedad iraquí en el marco de un diálogo nacional.
- Facilitamos de forma consecuente el proceso de la reconciliación nacional en Afganistán, así como la construcción de un Estado libre del terrorismo, el narcotráfico y la presencia militar extranjera. Rusia seguirá trabajando para iniciar rápidamente las negociaciones inclusivas entre los afganos. Estamos profundamente preocupados por el fortalecimiento de la influencia del Estado Islámico en el norte y el noreste del país, así como por el riesgo del traslado de la actividad terrorista de Afganistán a Asia Central. Es necesario intensificar los esfuerzos colectivos internacionales para eliminar la amenaza del narcotráfico en Afganistán. Consideramos que el papel más importante lo desempeña la cooperación regional, sobre todo en el marco del formato de consultas de Moscú, así como de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC). Respaldamos el trabajo de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA).
- El paquete de medidas para la implementación de los Acuerdos de Minsk estipulado en la resolución 2202 del Consejo de Seguridad de la ONU sigue siendo el único instrumento legal internacional para el arreglo del conflicto en Ucrania. Las iniciativas de la asistencia internacional, incluidas las de la ONU, sólo pueden ser eficaces si sirven de apoyo al formato actual que consiste en el Grupo de Contacto en Minsk y la Misión de Observación Especial de la OSCE.
El arreglo sostenible de la crisis en Ucrania sólo puede realizarse por vía política y diplomática, a través de un diálogo directo entre Kiev y Donbás tomando en consideración a nivel constitucional las exigencias legítimas de todas las regiones de Ucrania y los grupos lingüísticos, étnicos y confesionales de este país. Rusia seguirá trabajando activamente para ayudar a resolver la grave situación humanitaria en el este de Ucrania generada por Kiev, incluyendo las consecuencias de la pandemia.
De conformidad de la resolución 2166 del Consejo de Seguridad de la ONU, insistimos en que se lleve a cabo una investigación completa, exhaustiva e independiente a nivel internacional del siniestro del vuelo МН17 de Malaysia Airlines en el cielo de Ucrania a partir de los hechos irrefutables. La investigación técnica sobre las causas del derribo del vuelo MH17 realizada por la Junta de Seguridad holandesa, así como la investigación criminal por parte del Equipo de Investigación Conjunta no pueden considerarse como tal.
Esperamos que todos los incidentes de violencia contra la población civil y los periodistas a partir del inicio de la crisis en Ucrania sean investigados de manera objetiva e imparcial y todos los perpetradores sean llevados ante la justicia.
- La pertinencia estatal de Crimea fue determinada de manera concluyente por los propios crimeos en el referéndum de 2014. Las discusiones sobre la situación en esa región rusa que no involucran a sus habitantes están divorciadas de la realidad. Ese tema no puede formar parte del debate sobre la cuestión ucraniana en la ONU. Lo mismo se aplica a la situación del mar de Azov y el estrecho de Kerch que es parte de las relaciones rusas-ucranianas.
- El problema de la península de Corea no puede arreglarse por vía militar. La unificación de los esfuerzos políticos y diplomáticos de todas las partes interesadas es el único modo de lograr una solución general en Asia nororiental. El elemento fundamental para alcanzar ese objetivo es crear una nueva arquitectura de seguridad en Asia nororiental que tenga en cuenta los intereses legítimos de todos los países regionales, incluyendo la misma Corea del Norte. Las sanciones son nada más que una manera de llevar a Pyongyang a la mesa de negociación y no deben sustituir la diplomacia. La "política de máxima presión" propuesta por EE. UU. no puede garantizar una estabilidad duradera en Asia nororiental porque es esencialmente un intento de fortalecer la seguridad de unos países regionales a expensas de la seguridad de Corea del Norte.
- Debido a las acciones destructivas de EE. UU., el proceso del cumplimiento del Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) para arreglar la situación en torno al programa nuclear iraní ha llegado a un punto crítico. Washington violó sus obligaciones bajo la resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU y el Artículo 25 de la Carta de las Naciones Unidas para satisfacer sus intereses mezquinos y coyunturales y adoptó una política encaminada a socavar los acuerdos generales.
Exhortamos a la comunidad internacional a que apoye plenamente el PAIC y haga frente a los intentos ilícitos por parte de EE. UU. de revisar la resolución 2231 del Consejo de Seguridad.
- La solución del problema de Chipre sólo la pueden encontrar las propias comunidades chipriotas sin alguna presión externa y sobre la base de las resoluciones relevantes del Consejo de Seguridad de la ONU. Tal solución debe prever la formación de una federación bicomunal y bizonal con la única e indivisible personalidad internacional. El sistema anacrónico de garantías de seguridad para cada comunidad se debe poner bajo el control del Consejo de Seguridad.
- Para asegurar un funcionamiento sostenible de las instituciones de Bosnia y Herzegovina, es imprescindible que se observe la igualdad de las dos entidades y tres pueblos constituyentes en plena conformidad con lo estipulado en los Acuerdos de Dayton de 1995. Los bosnios merecen el derecho de decidir por sí mismos el futuro de su país. A ese respecto, consideramos que hace mucho llegó el momento para eliminar la administración del Alto Representante.
- La situación en Kosovo debe arreglarse a tenor de la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU. El acuerdo entre Belgrado y Pristina sólo será viable si las partes lleguen a un entendimiento por sí mismas, sin recetas impuestas desde el exterior. Estamos a favor de que se mantengan el presupuesto y el personal de la Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK) en su nivel actual.
- La crisis política en Venezuela sólo puede ser arreglada por los propios venezolanos a través de un diálogo directo entre el gobierno y la oposición con el pleno respeto de la Constitución del país. La asistencia internacional sólo será eficaz si está encaminada a establecer y mantener un diálogo directo entre los venezolanos. Rechazamos enérgicamente el uso o la amenaza del uso de la fuerza bajo cualesquier pretextos, incluyendo pretextos humanitarios. La asistencia humanitaria debe prestarse con arreglo a los principios rectores de la ONU consagrados en la resolución 46/182 de la Asamblea General de la ONU y sin politización.
Seguiremos obstaculizando los intentos de cuestionar las credenciales de las delegaciones oficiales de Venezuela ante las organizaciones internacionales.
- El Acuerdo Final para la Paz constituye la base para el arreglo de la situación en Colombia. Ese documento permitió recibir el apoyo al proceso de paz por parte del Consejo de Seguridad de la ONU. Los intentos unilaterales de reemplazar lo sustancial de sus disposiciones son inaceptables. No es posible alcanzar la solución sostenible a la situación en el país sin involucrar al Ejército de Liberación Nacional (ELN) en el proceso de paz. Esperamos que se resuelva rápidamente la cuestión del estatuto de los negociadores del ELN que se encuentran en Cuba mediante un diálogo constructivo entre la Habana y Bogotá.
- Nos pronunciamos por aplicar un enfoque equilibrado y no politizado en relación con el caso de Myanmar y la búsqueda de vías para normalizar la situación humanitaria en el estado de Rakhine. Estamos convencidos de que para lograr una solución sostenible al problema complejo de los refugiados se necesitan consultas bilaterales entre Myanmar y Bangladesh.
- Rusia siempre ha sido y sigue siendo un partidario constante de la normalización de las relaciones entre la India y Pakistán. Esperamos que las partes involucradas hagan todo lo posible para evitar una nueva escalada de la situación en la región de Cachemira. Nos pronunciamos por el arreglo del problema de Cachemira mediante las negociaciones bilaterales entre Nueva Delhi e Islamabad.
- Creemos que la postura en relación con la prevención de crisis y el arreglo de conflictos en África prevé que el papel principal lo desempeñan los propios habitantes del continente africano en combinación con el apoyo de sus esfuerzos por parte de la comunidad internacional. Nos pronunciamos por seguir profundizando la asociación de la ONU con la Unión Africana y las organizaciones subregionales del continente. Tenemos la intención de seguir contribuyendo enérgicamente al arreglo político de las crisis en la República Centroafricana, la República Democrática del Congo, Sudán del Sur, Somalia, Malí y la región del Sáhara y del Sahel en general, así como otros puntos candentes de África. Respaldamos los esfuerzos nacionales de los africanos para eliminar las causas que provocaron los conflictos, restablecer las instituciones estatales y reformar el sector de seguridad.
Nos proponemos seguir observando atentamente el proceso de estabilización y reconciliación nacional en la República Centroafricana sobre la base del acuerdo político de paz firmado el 6 de febrero de 2019, lo que es particularmente importante dadas las elecciones generales previstas para finales de 2020 y comienzo de 2021. Continuaremos proporcionando asistencia al gobierno del país para fortalecer la capacidad nacional de seguridad. Estamos dispuestos a cooperar con todos los actores sobre el terreno que estén interesados en resolver el conflicto prolongado.
Estamos dispuestos a prestar el apoyo necesario al Sudán, que está experimentando una transición importante– del mantenimiento de la paz a la consolidación de la paz. Abogamos por la necesidad de tener en cuenta los intereses de los propios sudaneses, cualquiera que sea una presencia internacional en el país.
Creemos que es necesario retirar la cuestión de Burundi del programa del Consejo de Seguridad, ya que la situación en el país ya no representa una amenaza para la paz y la seguridad internacionales.
27. Continuamos participando activamente en el trabajo del Comité Especial de Descolonización de la Asamblea General de la ONU (C-24). Ese órgano continuará siendo necesario hasta que se resuelva definitivamente el problema de descolonización de todos los 17 territorios no autónomos.
28.Las actividades de mantenimiento de la paz de la ONU deben realizarse estrictamente de conformidad con sus principios básicos (el consentimiento de las partes, la imparcialidad y el no uso de la fuerza excepto en legítima defensa y en defensa de un mandato) y la Carta de la ONU. Los esfuerzos deben enfocarse en facilitar soluciones políticas a los conflictos y lograr reconciliación nacional. Las actividades de mantenimiento de la paz deben reformarse sólo de conformidad estricta con decisiones de los Estados. La inteligencia en las operaciones de paz puede utilizarse sólo para garantizar la seguridad del personal de mantenimiento de la paz y la protección de los civiles. Se puede otorgar facultades adicionales, incluyendo el uso de la fuerza, al personal de mantenimiento de la paz sólo por decisión del Consejo de Seguridad, de conformidad con las circunstancias de cada país.
Abogamos por un papel central del Comité Especial de Operaciones de Mantenimiento de la Paz de la Asamblea General de la ONU (C-34) en determinar las principales vías para las actividades de mantenimiento de la paz de la ONU.
La construcción de la paz y el mantenimiento de la paz están intrínsecamente vinculados entre sí y se basan en el principio de responsabilidad nacional de los Estados. El apoyo internacional debe prestarse sólo por solicitud del gobierno receptor y debe estar encaminado a incrementar las propias capacidades de los Estados.
30.Abogamos por fortalecer la cooperación internacional en la lucha contra el terrorismo con la función coordinadora central de la ONU y eliminar "dobles raseros" y agendas ocultas. Agradecemos la labor realizada por Vladímir Voronkov, Secretario General Adjunto, para consolidar los esfuerzos antiterroristas bajo los auspicios de la ONU y fortalecer la posición de su Oficina contra el Terrorismo de las Naciones Unidas (UNOCT). Seguiremos proporcionando apoyo político, financiero y de expertos a la UNOCT.
Consideramos especialmente importante que se utilicen eficazmente los instrumentos de los órganos subsidiarios del Consejo de Seguridad, tales como el Comité contra el Terrorismo y los comités de sanciones contra el EIIL y Al-Qaida, así como con respecto al movimiento talibán.
Exhortamos a cumplir completamente las resoluciones del Consejo de Seguridad sobre la lucha contra la financiación del terrorismo y las normas del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI). Con referencia a las resoluciones 2462 y 2482 del Consejo de Seguridad, estamos promoviendo los objetivos de mejorar las medidas para contrarrestar la financiación y el suministro de armas a terroristas, así como los vínculos entre el terrorismo y la delincuencia organizada.
Consideramos esencial que se realicen esfuerzos conjuntos contra los combatientes terroristas extranjeros con miras a impedir su movimiento y enjuiciarlos de manera acorde con la gravedad de sus delitos (como exigen las resoluciones 2178 y 2396 del Consejo de Seguridad). El problema de los familiares (mujeres y niños) de los combatientes terroristas extranjeros merece una atención especial, ya que es preocupante no sólo por su aspecto humanitario sino también desde la perspectiva del cumplimiento de la ley, en vista del alto grado de radicalización y las dificultades para reintegrar a esta categoría de personas en la sociedad.
Consideramos que sería erróneo e imprudente centrar la atención de las entidades de lucha contra el terrorismo de las Naciones Unidas en aspectos secundarios relacionados con el género y los derechos humanos y ejercer presión sobre ellas con el pretexto de involucrar a la "sociedad civil" en la cooperación internacional contra el terrorismo. El creciente sesgo humanitario y de derechos humanos en el sistema de "división del trabajo" de las Naciones Unidas paraliza las estructuras que tienen el mandato singular de mantener la seguridad, haciendo el juego a los terroristas.
Hay que intensificar los esfuerzos para implementar los objetivos de la resolución 2354 del Consejo de Seguridad encaminada a detener la propagación de la ideología y propaganda terrorista, incluso a través de Internet.
Es necesario seguir insistiendo en que el concepto de "lucha contra el extremismo violento" es inaceptable, ya que en realidad justifica que se excluya la cooperación contra el extremismo del formato interestatal y abre la puerta a una intervención en los asuntos internos de los Estados, incluso hasta apoyar a los grupos terroristas y extremistas y provocar "revoluciones de colores".
Subrayamos nuestra firme determinación de luchar contra el extremismo en todas sus formas y manifestaciones. Al mismo tiempo, es importante hacer frente a los intentos de utilizar cuestiones relacionadas con el aumento del extremismo de derecha, que es un factor importante en la escalada de violencia y actos terroristas, principalmente en algunos Estados occidentales, para ejercer una manipulación política y aumentar la presión de las sanciones contra Rusia.
31.Es necesario intensificar los esfuerzos de la comunidad internacional para resolver el problema mundial de las drogas en estricto cumplimiento de las disposiciones de las tres convenciones de las Naciones Unidas sobre drogas. Nos oponemos categóricamente a toda iniciativa encaminada a revisar el sistema internacional vigente de fiscalización de drogas, legalizar ciertos tipos de drogas e imponer prácticas cuestionables de tratamiento contra las drogas como "normas universales".
Consideramos que las recomendaciones de la OMS de enmendar el régimen convencional para el cannabis y sus derivados son deficientes. En particular, carecen de pruebas sólidas que respalden su adopción, así como de un análisis de los riesgos que conlleva un relajamiento de la fiscalización internacional del cannabis.
Hay que intensificar los esfuerzos para contrarrestar la expansión de droga afgana. Destacamos que es importante profundizar la cooperación en formatos multilaterales, tales como el Pacto de París, la OCS, la OTSC, la CEI y el CRICAC, para contrarrestar la amenaza de drogas que proviene de Afganistán. Al mismo tiempo, consideramos prioritario que Afganistán cumpla de manera sistemática sus compromisos para resolver el problema de las drogas sobre la base del principio de responsabilidad común y compartida de los Estados. Creemos que, sin una política eficaz en materia de drogas por parte de las autoridades afganas, en primer lugar, la erradicación de los cultivos de adormidera, los esfuerzos internacionales no darán los resultados deseados.
Hay que prestar especial atención a los problemas relacionados con la distribución de nuevas sustancias psicoactivas, la utilización de los canales de Internet y criptomonedas para el tráfico de drogas.
Apoyamos el papel central coordinador de la Comisión de Estupefacientes de la ONU (CND) como el principal órgano directivo de la ONU en el ámbito de control internacional de drogas. Creemos que la CND debe incluir a los Estados que cumplen impecable y escrupulosamente con sus obligaciones internacionales en virtud de las convenciones de las Naciones Unidas sobre drogas. Rusia es uno de los líderes en la CND, y nos proponemos utilizar activamente las iniciativas que hemos elaborado y que han sido aprobadas por este órgano para convenir resoluciones y decisiones del 75º período de sesiones de la Asamblea General.
32.Nos pronunciamos consecuentemente por respaldar el papel central coordinador de la ONU en consolidar los esfuerzos internacionales contra los desafíos y amenazas globales, en particular los provenientes del crimen organizado transnacional.
Concedemos especial importancia al fortalecimiento del marco jurídico para la cooperación internacional a fin de contrarrestar los retos y amenazas de carácter criminal, incluyendo la posibilidad de elaborar y adoptar nuevos instrumentos jurídicos internacionales.
Subrayamos la importancia del trabajo que se está realizando para poner a punto el mecanismo de examen de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional de 2000.
33.Concedemos gran importancia al fortalecimiento de la cooperación internacional contra la corrupción bajo el papel central coordinador de las Naciones Unidas y sobre la base de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción (CNUCC). Acogemos con beneplácito la iniciativa de celebrar un período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas contra la corrupción en 2021. Hemos apoyado de manera coherente una conjunción de los esfuerzos de todas las partes interesadas, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, para prevenir la corrupción en el deporte, en virtud de la resolución 8/4 de la Conferencia de los Estados Partes en la CNUCC, relativa a la corrupción en el deporte, iniciada por Rusia.
34.Consideramos que las Naciones Unidas han de desempeñar un papel clave en los esfuerzos conjuntos en materia de la seguridad de la información internacional, que deberían resultar en la elaboración y adopción, bajo los auspicios de la ONU, de normas del comportamiento responsable de los Estados en el ciberespacio que sean de carácter verdaderamente universal e integral y tengan por objetivo prevenir los conflictos en el mismo. Esas normas deberían consagrar los principios de la no utilización de la fuerza, el respeto de la soberanía de los Estados, la no injerencia en sus asuntos internos y el respeto de los derechos humanos en la esfera digital, y garantizar el derecho de todos los Estados para participar por igual en la gobernanza de Internet.
Es crucial asegurar que el debate sobre la seguridad de la información internacional continúe en las Naciones Unidas en el marco del grupo de trabajo de composición abierta sobre seguridad de la información internacional (GTCA), que fue establecido por nuestra iniciativa y es el primer mecanismo de negociación verdaderamente democrático, transparente e inclusivo. Algunos Estados están intentando desviar el enfoque de las tareas clave en materia de seguridad de la información internacional hacia cuestiones secundarias, andando con muchos rodeos en este tema e incluso interrumpiendo el proceso de negociación en las Naciones Unidas a través de aplazar la última serie de sesiones del GTCA (inicialmente programada para julio de 2020) hasta finales de la primavera de 2021. Al mismo tiempo, las actividades del GTCA están vinculadas al Grupo de Expertos Gubernamentales (GEG) de las Naciones Unidas sobre seguridad de la información internacional, establecido en virtud de la resolución 73/266 de la Asamblea General de 2018 por iniciativa de Estados Unidos. El mandato del GEG expira en mayo de 2021. En este contexto hay que evitar la duplicación entre los procesos de negociación en el GTCA y el GEG para no debilitar el estatus del Grupo de Trabajo.
Exhortamos a nuestros asociados a que respalden nuestra posición y apoyen inequívocamente la revitalización y la continuidad de la labor del GTCA en todos los aspectos de su mandato– en primer lugar, la elaboración de reglas, normas y principios de comportamiento responsable de los Estados en el espacio de información.
35. Hemos abogado de manera consistente por fortalecer los regímenes de tratados vigentes en materia de control de armas, desarme y no proliferación, así como por elaborar los nuevos sobre la base del consenso. Adjudicamos un papel central en este proceso a la ONU y su mecanismo multilateral de desarme. Nuestro enfoque está dirigido a aumentar la eficacia y la coordinación de las actividades llevadas a cabo por sus elementos clave: el Primer Comité de la Asamblea General de la ONU, la Comisión de Desarme de la ONU y la Conferencia de Desarme.
Es imperativo que esos foros tengan por objetivo alcanzar resultados y trabajen en cumplimiento pleno e incondicional de la Carta de la ONU, otras normas del derecho internacional y sus mandatos. Al mismo tiempo, creemos que las medidas que se adopten no deben infringir los derechos soberanos de los Estados.
Nos oponemos a cualquier intento de revisar o socavar la vigente arquitectura de desarme que existe desde hace unas décadas y los regímenes de control de armamentos, o debilitar las capacidades de defensa nacional de otros Estados a través de sanciones impuestas unilateralmente pasando por alto al Consejo de Seguridad de la ONU. Presentaremos al Primer Comité otro proyecto de resolución sobre el control de armas, desarme y no proliferación en el 75º período de sesiones de la Asamblea General.
36.Cumplimos estrictamente con nuestros compromisos en virtud del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCE) y nos pronunciamos por la pronta entrada en vigor del Tratado, lo que ahora depende de los ocho Estados que deben ratificarlo. EE. UU. desempeña el papel más destructivo en este sentido, siendo el único Estado que oficialmente se negó a ratificar el Tratado. Lo más preocupante es que la administración estadounidense sigue deliberando la idea de reanudar los ensayos nucleares en Estados Unidos. Como resultado de esa política, se verá amenazado no sólo el TPCE, sino el régimen de no proliferación nuclear en general.
37.Compartimos el noble objetivo de lograr un mundo libre de armas nucleares y aportamos una valiosa contribución práctica a la consecución de este objetivo. Creemos que para eso se necesita un enfoque realista y equilibrado. Avances hacia el desarme nuclear deben realizarse de un modo que se tengan en cuenta todos los factores que afectan la estabilidad estratégica y se fortalezca la seguridad de todos los Estados sin excepción. Abogamos por incorporar al proceso de reducción y limitación de las armas nucleares a todos los Estados que tienen capacidades respectivas.
Destacamos que los progresos en materia de desarme nuclear se ven obstaculizados por el desarrollo desenfrenado del sistema global de defensa antimisiles de EE.UU., la renuencia de algunos Estados a abstenerse de desplegar armas en el espacio ultraterrestre, los desequilibrios cuantitativos y cualitativos en materia de armas convencionales, la aplicación del concepto estadounidense de Ataque Global Inmediato y la negativa de Estados Unidos a ratificar el TPCE.
No apoyamos iniciativas radicales para la prohibición más pronta de armas nucleares (incluyendo el Tratado para la Proscripción de Armas Nucleares) que resultan perjudiciales para el TNP y desvían la atención de los problemas actuales en materia de la seguridad internacional provocados, ante todo, por las actividades desestabilizadoras de Estados Unidos que tienen por objetivo diluir el sistema de control de armas.
38.Este año se celebra el 50º aniversario de la entrada en vigor del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP). Lo vemos como el instrumento jurídico internacional más importante en materia de no proliferación y desarme nucleares y uno de los pilares del orden mundial moderno.
En vista de las tendencias actuales, que dan lugar a la desestabilización del régimen de control de armamentos y de no proliferación, los Estados partes en el TNP deben hacer todo lo posible para que la próxima Conferencia de Examen de 2021 contribuya a fortalecer el Tratado en vez de aumentar las contradicciones dentro de su marco. La meta principal es elaborar un instrumento que reafirme la viabilidad del Tratado, el compromiso de cumplir las obligaciones en virtud del TNP y la necesidad de aumentar los esfuerzos para fortalecer el Tratado.
Encomiamos y apoyamos plenamente la labor del OIEA como organización internacional con la autoridad y competencia necesarias para verificar el cumplimiento de los compromisos de no proliferación en virtud del TNP. Las salvaguardias elaboradas por el Organismo desempeñan un papel fundamental en ese ámbito. Creemos que el desarrollo ulterior del sistema de salvaguardias contribuye al fortalecimiento del régimen de la no proliferación nuclear, siempre que los principios básicos de la verificación –objetividad, viabilidad técnica y transparencia– seguirán siendo inviolables.
39. Consideramos la Conferencia para el Establecimiento de una Zona Libre de Armas Nucleares (ZLAN) en Oriente Próximo celebrada en Nueva York el 18-22 de noviembre de 2019 como un acontecimiento trascendental tanto para garantizar la estabilidad y la sostenibilidad en la región como en el contexto de los esfuerzos globales de la no proliferación de las armas de destrucción masiva. Tenemos la intención de seguir apoyando la idea de celebrar tales conferencias. Creemos que la elaboración de un acuerdo jurídicamente vinculante sobre la ZLAN es de interés para todos los países de la región.
40. Observamos que uno de los pasos destructivos tomados por los Estados Unidos en la esfera del desarme –su retirada del Tratado de eliminación de misiles de intermedio y corto alcance (Tratado INF) y la terminación del Tratado– ha afectado adversamente la seguridad internacional. Pedimos a todos los países interesados en mantener la estabilidad en el "mundo sin Tratado INF" que hagan los esfuerzos necesarios para garantizar la previsibilidad y la moderación en la esfera de los misiles.
Reafirmamos nuestro compromiso con la aplicación estricta del Tratado sobre las medidas para la reducción y limitación de las armas estratégicas ofensivas (Nuevo START) y nuestra disposición a una negociación amplia con los Estados Unidos respecto a su prórroga. Estamos convencidos de que su prórroga permitiría evitar un mayor deterioro de la situación y ganar tiempo para estudiar posibles enfoques adicionales del control de armamentos, teniendo en cuenta los nuevos factores que surgen en esta esfera, incluida la aparición de nuevas tecnologías militares y armas.
41. Encomiamos los esfuerzos del Consejo de Seguridad de la ONU y de su Comité 1540 orientados a la prevención de la proliferación de las armas de destrucción masiva. Estamos comprometidos de mantener un diálogo sustantivo y constructivo en el marco del examen amplio del estado de aplicación de la resolución 1540 del Consejo de Seguridad. Consideramos que tras su examen el mandato vigente del Comité 1540 será reafirmado.
42. Rusia incentivó la elaboración de importantes acuerdos multilaterales en materia de control de armas, desarme y no proliferación para la prevención de una carrera de armamentos en el espacio ultraterrestre y la lucha contra los actos del terrorismo químico y biológico. Consideramos que un diálogo constructivo sobre estos temas dará la posibilidad de iniciar un trabajo esencial (en particular, mediante las negociaciones) en el marco de la ONU. Promoviendo esas iniciativas, nos adherimos estrictamente a los principios de igualdad y consenso a través de un equilibrio de intereses.
43. Tradicionalmente, presentaremos los proyectos de resolución sobre el no emplazamiento de armas en el espacio ultraterrestre, así como sobre las medidas de transparencia y fomento de confianza en las actividades relativas al espacio ultraterrestre ante la Primera Comisión en el 75º período de sesiones de la Asamblea General de la ONU. La globalización de la iniciativa de no emplazar armas en el espacio ultraterrestre tiene gran importancia, pero no es más que una fase intermedia en el camino hacia un tratado internacional sobre la prevención del emplazamiento de armas en el espacio ultraterrestre basado en el proyecto de acuerdo pertinente entre Rusia y China.
44. Respecto a la cooperación internacional para la exploración y utilización del espacio ultraterrestre con fines pacíficos, consideramos necesario reforzar el papel central coordinador de la Comisión de las Naciones Unidas sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos. Nos oponemos a la práctica de abordar cuestiones atinentes al mandato de la Comisión en el marco de otras plataformas multilaterales y organizaciones internacionales no especializadas. Destacamos la importancia de elaborar y adoptar normas nacionales que aseguren el cumplimiento de las obligaciones jurídicas internacionales relativas a las actividades espaciales.
Trabajamos enérgicamente en la Comisión de las Naciones Unidas sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos para formar lo más pronto posible el Grupo de Trabajo sobre la Sostenibilidad a Largo Plazo de las Actividades en el Espacio Ultraterrestre, así como para acordar una agenda equilibrada "Espacio2030" y su plan de implementación.
45. Abogamos por un fortalecimiento de la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción y el Almacenamiento de Armas Bacteriológicas (Biológicas) y Toxínicas, el Protocolo de Ginebra de 1925 relativo a la Prohibición del Empleo en la Guerra de Gases Asfixiantes, Tóxicos o Similares y de Medios Bacteriológicos, así como el mecanismo del Secretario General de las Naciones Unidas para investigar los casos del posible uso de armas químicas y biológicas (presentaremos el nuevo proyecto de resolución correspondiente).
Consideramos que las acciones de los Estados occidentales encaminadas a otorgar facultades de "atribuir responsabilidades" por el uso de armas químicas a la Secretaría Técnica de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) son ilegales. La decisión impuesta por ellos de establecer un Equipo de Investigación e Identificación (IIT, por sus siglas en inglés) en la OPAQ contradice la Convención sobre las Armas Químicas (CAQ) y se intrusa en las prerrogativas exclusivas del Consejo de Seguridad de la ONU. Es importante impedir el otorgamiento a la OPAQ que es una organización puramente técnica de las funciones que no le corresponden.
La publicación del informe piloto del IIT sobre tres incidentes químicos ocurridos en la población siria Al Lataminah en 2017 concluye sobre la presunta culpabilidad de los dirigentes militares y políticos de Siria y confirma los temores sobre el carácter ordenado de las actividades de esa estructura. Un análisis del documento demuestra la continuidad de los viciosos principios de la Misión de la OPAQ para investigación del uso de armas químicas en Siria, así como el antiguo Mecanismo Conjunto de Investigación (MCI) de la OPAQ y las Naciones Unidas.
Apoyamos la realización de investigaciones internacionales imparciales y sumamente profesionales de las provocaciones químicas por las fuerzas antigubernamentales y de todas las manifestaciones de "terrorismo químico" en el Oriente Medio en estricta conformidad con los altos estándares de la CPAQ.
46. Lamentamos la decisión de los Estados Unidos de retirarse del Tratado de Cielos Abiertos (TCA) bajo el pretexto de acusaciones infundadas de "violación" del Tratado por parte de Rusia. Las acciones de Washington se inscriben plenamente en la línea encaminada a socavar todo el conjunto de acuerdos de control de armas y causen daños al sistema de seguridad europeo. Estudiamos todos los posibles escenarios de la situación alrededor del TCA, así como nuestras posibles respuestas.
47. Respecto al derecho del mar, seguimos defendiendo la pertinencia continua de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar como instrumento universal que establece un régimen completo de cooperación en los océanos y nos permite abordar con eficacia los nuevos desafíos mundiales para garantizar la sostenibilidad de las actividades marítimas, la seguridad marítima y la ordenación eficaz de los recursos biológicos marinos. Tradicionalmente, apreciamos la labor de mecanismos convencionales tales como la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, el Tribunal Internacional del Derecho del Mar y la Comisión de Límites de la Plataforma Continental. Consideramos sumamente importante que se adhieran estrictamente a sus mandatos y no permitan sus interpretaciones expansivas.
48. La Federación de Rusia apoya las actividades de la Corte Internacional de Justicia de la ONU como el principal órgano judicial de la Organización y está dispuesta a prestar asistencia a fin de crear condiciones para el cumplimiento efectivo e imparcial de sus funciones.
Seguimos de cerca la situación relativa a la aplicación de las disposiciones de la resolución de la Asamblea General de la ONU de 23 de mayo de 2019 sobre el archipiélago de Chagos adoptada de conformidad con la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia. Consideramos la decisión mencionada de la Asamblea General en el contexto de la descolonización y esperamos que contribuya a la conclusión de ese proceso.
49. La Federación de Rusia sigue de cerca la labor de la Comisión de Derecho Internacional (CDI) de las Naciones Unidas que contribuye de manera significativa a la codificación y el desarrollo progresivo del derecho internacional. Nos pronunciamos por lo que los resultados de la labor más valiosos de la Comisión sean apropiadamente desarrollados en el marco de las Naciones Unidas.
Se prevé que se celebren elecciones a la CDI durante el 76º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en otoño de 2021. La Federación de Rusia ha propuesto la candidatura de Evgueni Zagaynov, actual miembro de la Comisión y Director del Departamento Jurídico del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, para su reelección como miembro de la Comisión para el período 2022-2026. Contamos con el apoyo de nuestro candidato por parte de los Estados Miembros de la Organización en las próximas elecciones y estamos trabajando enérgicamente en esa dirección.
50. La credibilidad de la Corte Penal Internacional (CPI) está disminuyendo constantemente. Se hace más politizado y parcial, mientras que su trabajo requiere recursos financieros excesivos. Observamos su baja calidad y la ausencia de una contribución tangible a la resolución de los conflictos.
51. Subrayamos el mandato estrictamente limitado del Mecanismo Residual, así como la necesidad de finalizar más pronto todas las causas pendientes. Seguimos afirmando que el Mecanismo Residual ha "heredado" las peores prácticas de sus predecesores, principalmente del Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia (TPIY), demostrando constantemente una tendencia "antiserbia". Creemos que, por el momento, el establecimiento de nuevas entidades judiciales de tal tipo está poco justificada.
52. Seguimos pensando que el Mecanismo Internacional, Imparcial e Independiente para Ayudar en la Investigación y el Enjuiciamiento de los Responsables de los Delitos de Derecho Internacional Más Graves Cometidos en la República Árabe Siria desde marzo de 2011 establecido por la Asamblea General de la ONU fuera de los límites de su mandato es nulo de pleno derecho. Nos oponemos a la transferencia de su financiación al presupuesto de la ONU.
53. Continuamos considerando el tema del imperio de la ley con un hincapié en su dimensión internacional, es decir, la primacía del derecho internacional. Consideramos con cautela la aplicación del concepto en el marco de las Naciones Unidas debido al deseo de varios Estados de disfrazar detrás de esa Organización diversas iniciativas que no cuentan con un amplio apoyo. Lucharemos contra los intentos de usarla para una injerencia arbitraria en los asuntos internos de los Estados.
Continuaremos contrarrestando cualquier intento de ciertos países de legitimar el concepto de la "responsabilidad de la protección" (R2P, por su acrónimo en inglés) que perdió su carácter consensual, en el marco de la ONU.
54. Los Estados tienen la responsabilidad principal por defender y promover los derechos humanos, mientras que los órganos ejecutivos de la ONU desempeñan un papel secundario. Consideramos que el principio fundamental de la actividad de la ONU para promover y defender los derechos humanos debe ser la cooperación equitativa de los Estados a tenor de la supremacía del Derecho Internacional, el respeto de la soberanía y la igualdad de los Estados. La integración del tema de derechos humanos en todas las áreas de actividad de la ONU no debe conllevar la duplicación del trabajo de sus órganos principales. No respaldamos que la actividad del Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la ONU se vincule con el Consejo de Seguridad de la ONU. Nos pronunciamos contra la reforma del CDH para convertirlo en un mecanismo de observación cuasi judicial.
Nos pronunciamos también contra adopción de resoluciones politizadas dirigidas a países específicos, sobre todo ante el funcionamiento exitoso del mecanismo de Examen Periódico Universal en el marco del CDH. Condenamos firmemente el uso de las cuestiones de derechos humanos como pretexto para injerir en los asuntos internos de los Estados y socavar los principios fundamentales del derecho internacional.
Precisamente en este contexto consideramos la resolución sobre la situación con los derechos humanos en Crimea que la delegación de Ucrania entrega al Tercer Comité de la Asamblea General de la ONU a partir de 2016. El documento no tiene nada que ver con la situación real en esa región de la Federación de Rusia.
Es evidente la ineficacia de la resolución georgiana sobre la situación en que se encuentran los desplazados internos y los refugiados de Abjasia y Osetia del Sur que puede conllevar la agudización de la tensión en la región y frenar las discusiones de Ginebra que siguen siendo el único formato de diálogo para los representantes de Abjasia, Osetia del Sur y Georgia.
En la actividad de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ACNUDH) debe fortalecerse la transparencia y la obligación de informar a los Estados Miembros de la ONU para evitar posturas políticamente sesgadas en relación con valoraciones de la situación en el ámbito de derechos humanos en varios países.
55. Condenamos decisivamente todas las formas y manifestaciones de la discriminación. La prohibición de discriminación estipulada en los tratados internacionales sobre los derechos humanos es de carácter universal y se refiere a todas las personas sin exclusión. No vemos un valor añadido en la indicación de nuevos grupos vulnerables (por ejemplo, los representantes de la comunidad LGBT, activistas de derechos humanos, blogueros) que supuestamente necesitan un régimen especial de defensa de sus derechos, así como la creación de nuevas categorías de derechos. Esas medidas tomadas por varios países llevan a una mayor politización y al enfrentamiento en la labor de los mecanismos de derechos humanos de las Naciones Unidas.
56. Un trabajo concreto en materia de desarrollo social para erradicar la miseria, promover la integración social, garantizar una plena ocupación y un trabajo digno para todos contribuirá al cumplimiento eficaz de las decisiones tomadas en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social y en el marco del 24º período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de la ONU.
Consideramos que la Comisión de Desarrollo Social de la ONU es el principal órgano coordinador en el sistema de la ONU para elaborar acciones coordinadas en el ámbito de asuntos generales para asegurar la protección social, garantizar las posibilidades iguales para los minusválidos, considerar problemas de envejecimiento de la población, mejorar el estado de los jóvenes y fortalecer el papel de la familia tradicional. Nos oponemos categóricamente a las iniciativas que socavan su papel y pide su disolución.
57. La Comisión de las Naciones Unidas de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW, por sus siglas en inglés) sigue siendo la principal plataforma intergubernamental para examinar una amplia gama de cuestiones para el adelanto de la mujer, incluida la igualdad entre los géneros. Creemos que es importante evitar la politización de los temas "femeninos" y evitar la inclusión mecánica de ese tema en los documentos no fundamentales de las Naciones Unidas. Los documentos sobre el adelanto de la mujer deben prestar especial atención a los derechos sociales y económicos, así como a las medidas de protección social y apoyo para las mujeres y sus familias. Acogemos con beneplácito la actividad de la entidad "ONU-Mujeres", la que debe prestar asistencia solo a petición y con la autorización de los Estados. Damos gran importancia a la celebración del 25º aniversario de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en otoño de este año.
58. Nos pronunciamos por el desarrollo ulterior de la cooperación internacional en materia de promoción y defensa de los derechos de niños a tenor de la Convención sobre los Derechos del Niño y el documento final aprobado al término del 27º período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de la ONU y titulado "Un mundo apropiado para los niños". Son inadmisibles los intentos emprendidos por varios países de privar a los padres y tutores legales de su papel en la crianza y el desarrollo de niños, incluso dando a los niños pequeños autonomía en la toma de decisiones. Para un próspero crecimiento de niños son importantes, en particular, programas de apoyo de la familia y el aseguramiento del acceso a la educación y la salud.
Prestamos mucha atención al tema de los niños en los conflictos armados, incluso en el marco del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Apoyamos el mandato del Representante Especial del Secretario General para la Cuestión de los Niños y los Conflictos Armados y desarrollamos la cooperación con él, incluso en el marco del programa de repatriación de los niños rusos de Siria e Iraq.
59. Respaldamos la discusión en la Asamblea General de la ONU de temas relacionados con la interacción interreligiosa e intercultural, así como el desarrollo de un diálogo entre civilizaciones, en particular, en el marco de la Alianza de Civilizaciones (AC). Consideramos que es importante involucrar activamente a los representantes del AC, así como a otras estructuras de la Secretaría de las Naciones Unidas en la preparación de la Conferencia Mundial sobre el Diálogo Interreligioso e Interétnico, que se prevé celebrar en Rusia en 2022.
60. Estamos dispuestos a cooperar con todas las organizaciones no gubernamentales interesadas respecto a las cuestiones incluidas en la agenda de la ONU. Aplicamos todos los esfuerzos necesarios para que las organizaciones no gubernamentales de Rusia estén representadas de forma adecuada en el trabajo de varios órganos y organismos de la ONU.
61. Estamos convencidos que para superar las consecuencias de las crisis migratorias es esencial coordinar los esfuerzos de todos los países con el papel central desempeñado por la ONU. Enfoques para superar los retos de la migración, incluidas las cuestiones relativas a la promoción y la protección de los derechos de los refugiados, no pueden contradecir a los principios fundamentales del humanitarismo, la neutralidad, la imparcialidad y la independencia, y las medidas tomadas no deben violar la soberanía y la integridad territorial de los Estados o realizarse sin recibir el visto bueno de los países donde se realizan.
Rusia contribuye de manera significativa a la protección de los refugiados y la respuesta a los problemas migratorios, como atestigua la acción humanitaria de gran escala en muchos países y regiones del mundo, así como los esfuerzos políticos para prevenir y superar las crisis.
Acogemos con beneplácito el papel de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en el aumento de la eficacia de la protección internacional de los refugiados y otras categorías de personas de las que es responsable. Nuestro país destina anualmente a voluntad 2 millones de USD para el presupuesto del ACNUR.
Tomamos nota de los esfuerzos del ACNUR respecto a los refugiados y desplazados internos sirios. La Federación de Rusia participa activamente en la financiación de las operaciones humanitarias de socorro llevadas a cabo por el ACNUR. La vida misma confirma la necesidad de la iniciativa rusa sobre la asistencia para la repatriación voluntaria de refugiados sirios, cuya implementación requiere apoyo internacional. Esperamos que la comunidad internacional adopte un enfoque no politizado para abordar este problema.
Acogemos con beneplácito y apoyamos, incluso mediante financiación, las actividades del ACNUR encaminadas a superar las consecuencias humanitarias de la crisis interna de Ucrania.
Consideramos necesario que el ACNUR preste una mayor atención a las personas sin ciudadanía, incluso en Europa.
En el contexto de la pandemia de la COVID-19 aplaudimos la dedicación del ACNUR al desarrollo de una estrecha colaboración con las autoridades de los Estados para luchar contra esta infección. Nuestro país apoya, incluso mediante financiación, los esfuerzos de la Agencia para contener la propagación de la enfermedad entre los refugiados.
Rusia apoyó la adopción del Pacto Mundial sobre los Refugiados (PMR) que debe aportar una contribución importante al fortalecimiento del régimen internacional de protección de los refugiados. Esperamos que el Foro Mundial sobre los Refugiados contribuya a señalar a la atención internacional los problemas de los refugiados y aumentar los esfuerzos para implementar el PMR.
Vemos la pertinencia de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Observamos el fortalecimiento de interacción constructiva entre la ONU y la OIM. Esperamos que facilite el incremento mutuo de sus capacidades en intereses de una respuesta exitosa de la comunidad internacional a los retos emergentes en el ámbito de la migración.
Consideramos que la migración constituye no solo un reto actual, sino también un propulsor en el desarrollo socioeconómico. Suponemos que la tarea clave en el ámbito migratorio en el contexto del desarrollo debe ser la búsqueda de mecanismos para optimizar y controlar procesos migratorios con miras a aumentar su contribución positiva en la esfera socioeconómica teniendo en cuenta los intereses y prioridades nacionales.
Asignamos una gran importancia al fortalecimiento de la cooperación internacional en el ámbito de la migración. Rusia apoyó la adopción del Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular. Destacamos que numerosas disposiciones del actualizado Concepto de la política migratoria estatal de la Federación de Rusia concuerdan con los principios y objetivos del tratado. Nuestro país participó activamente en las consultas para elaborar las modalidades del primero Foro del examen de migración internacional de 2022.
62. Apoyamos el proceso de la "transformación estratégica" de la UNESCO iniciado por su Directora General. Estamos convencidos que la adaptación de las actividades de esta principal organización humanitaria a los desafíos contemporáneos no debe causar la erosión del mandato principal de la UNESCO y su carácter intergubernamental, así como la duplicación del trabajo de otros organismos y órganos de la ONU. Suponemos que la reforma de la organización debe tener como objetivo primordial aumentar la eficacia de la UNESCO por vía de su despolitización y evitación de los temas no relacionados con su mandato y conducentes al aumento de las divisiones entre los Estados miembros.
Insistimos en que los métodos de trabajo a distancia utilizados por los órganos rectores de la UNESCO en el contexto de la pandemia de la COVID-19 son por necesidad y deben ser abandonados cuando se levanten las medidas restrictivas para luchar contra la propagación del coronavirus. La elaboración de un régimen de funcionamiento provisional no debe resultar en la disección de las normas y procedimientos exigentes o sentar un precedente para el futuro.
63. Opinamos que la cooperación en el ámbito del deporte y la creación de ideales deportivos en el mundo son formas eficaces de fortalecer el respeto y el entendimiento mutuo entre los pueblos.
Consideramos inaceptables la politización del deporte y la discriminación de los atletas, incluyendo paralímpicos, mediante castigo colectivo. Nos pronunciamos por formar un sistema universal de cooperación internacional en el ámbito del deporte a tenor de los principios de independencia y autonomía del deporte.
64. En el contexto de la intensificación de los esfuerzos internacionales encaminados a implementar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (Agenda 2030) estamos a favor de reforzar y profundizar la cooperación social, económica, ambiental y de dimensiones conexas de la labor de la ONU. Subrayamos el carácter integral, no politizado e indivisible de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), entre los cuales el principal es erradicar la pobreza.
Apoyamos la intensificación de procesos intergubernamentales en el ECOSOC utilizando la plataforma de diálogo del foro político de alto nivel sobre el desarrollo sostenible, incluso a fin de examinar a nivel mundial el progreso en la implementación de la Agenda 2030 y la consecución de sus objetivos.
El examen nacional de carácter voluntario sobre el progreso en el alcance de los ODS presentado por Rusia demostró claramente el progreso alcanzado por nuestro país en las esferas socioeconómica y ambiental. Ese trabajo recibió un impulso considerable por el Decreto del Presidente de la Federación de Rusia del 7 de mayo de 2018 núm. 204 "Sobre metas nacionales y objetivos estratégicos del desarrollo de la Federación de Rusia hasta 2024", que también estableció una sólida base para la consecución ulterior en Rusia de todos los 17 ODS. Instamos a todos los asociados a que se familiaricen con el examen publicado en el sitio web oficial de la ONU.
Teniendo en cuenta el carácter amplio e inclusivo de la Agenda 2030, consideramos fundamental la participación de las empresas en su implementación. A la vista de eso apoyamos las actividades del Pacto Mundial de las Naciones Unidas como un mecanismo eficaz de la promoción de los principios de la responsabilidad corporativa social en la esfera de los derechos humanos, relaciones laborales y la protección ambiental.
65. Prestamos gran atención al fomento de la interacción en el marco de comisiones regionales económicas de la ONU, la Comisión Económica para Europa (CEPE) y la Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico (CESPAP). Esas instituciones poseen una capacidad considerable para promover la agenda económica y social tras como la creación de mecanismos sectoriales convencionales tanta asistencia técnica a los Estados necesitados.
66. Estamos a favor de un diálogo equilibrado y transparente entre los donantes y los países receptores de ayuda sobre la ulterior aplicación de la iniciativa del Secretario General de la ONU encaminada a reformar el sistema de las Naciones Unidas para el desarrollo (SNUD), incluyendo el sistema de coordinadores residentes.
Esperamos que la aplicación práctica de la reforma del SNUD contribuya a su eficacia y ayude a evitar una duplicación de los esfuerzos de los fondos, programas y organismos especializados de la ONU. El trabajo del SNUD debe ser conforme a las decisiones resultantes de la revisión cuadrienal amplia de la política relativa a las actividades operacionales del sistema de las Naciones Unidas para el desarrollo (resolución 71/243 de la Asamblea General de la ONU), seguir siendo imparcial y libre de imposición de directivas políticas, así como estar destinado a atender las necesidades básicas de los países en desarrollo en el marco de la ejecución de la Agenda 2030.
Suponemos que esta reforma no menoscabará el papel normativo de las comisiones regionales pertinentes de la ONU.
67. Somos partidarios de acelerar la aplicación de la Agenda de Acción de Addis Abeba sobre la Financiación para el Desarrollo a fin de movilizar recursos y utilizarlos con eficiencia para lograr los ODS.
Seguiremos elevando el perfil de Rusia como un donante importante y previsible en materia del fomento del desarrollo internacional, en particular mediante la promoción de las prácticas innovadoras y experiencias nacionales.
Reconocemos la importancia de la cooperación abierta y equitativa en cuestiones tributarias, incluso en el marco de la lucha contra la evasión fiscal y como parte de los esfuerzos para desbaratar las corrientes financieras ilícitas.
68. Nos proponemos apoyar la OMC y promover un sistema multilateral de comercio universal, abierto, no discriminatorio y equitativo. No aceptamos las medidas proteccionistas, restricciones y sanciones al comercio unilaterales introducidas por ciertos países en violación de las normas de derecho internacional universalmente aceptadas.
69. Consideramos la erradicación de la pobreza como una tarea central en la labor de la ONU en materia social y económica. Apoyamos la elaboración ulterior de medidas prácticas para erradicar la pobreza (incluso en las zonas rurales) e introducir transformaciones socioeconómicas y tecnológicas relacionadas al desarrollo de la producción industrial, sobre todo en los países menos adelantados, en el marco del Tercer Decenio de las Naciones Unidas para la Erradicación de la Pobreza.
70. Respaldamos los esfuerzos multilaterales para luchar contra el cambio climático. A pesar de una interrupción forzada en las negociaciones a causa de la pandemia del coronavirus, esperamos una interacción constructiva entre todos participantes del proceso de negociación con miras a finalizar la armonización de las normas de la ejecución del Acuerdo de París, sobre todo en la esfera de mecanismos de mercado y no de mercado, para aprobarlos en el curso de la 26a Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en 2021.
Subrayando la importancia de problemas climáticos, nos oponemos a la vinculación artificial de ese tema importante con las cuestiones de la paz y la seguridad, derechos humanos y la migración. Consideramos que se debe usar el clima como una agenda unificadora para la comunidad mundial.
71. Nos dedicamos al fomento de la cooperación internacional con miras a garantizar la seguridad alimentaria para todos.
72. Abogamos por el mantenimiento del liderazgo de las agencias de las Naciones Unidas con sede en Roma (FAO, PMA, FIDA) en el fomento de la cooperación intergubernamental para el desarrollo agrícola y la lucha contra el hambre.
Apoyamos el fomento de la colaboración multilateral sobre las cuestiones de una alimentación equilibrada, seguridad de alimentos y promoción de los conocimientos en esa esfera. Aplaudimos la labor de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) dirigida a formular normas alimentarias, luchar contra la resistencia a los antimicrobianos y realizar en la practica actividades en el marco del Decenio de las Naciones Unidas de Acción sobre la Nutrición (2016-2025). Promovemos la colaboración con el Programa Mundial de Alimentos (PMA) para prestar ayuda alimentaria de carácter humanitario, en primer lugar, en las zonas en conflicto (Siria, Yemen, Afganistán, Palestina) y de desastres naturales (Cuba, Nicaragua, Burundi, Djibouti, Somalia, Sierra Leona, República Centroafricana), así como países de África oriental afectados por la plaga de langosta (Kenia, Uganda, Etiopía, Sudán del Sur).
Contribuiremos activamente a la preparación y el enriquecimiento substantivo de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios de 2021. Estamos convencidos que será un acontecimiento político importante que dará un impulso práctico a la transformación de sistemas alimentarias con fines de garantizar la seguridad alimentaria, incluso en el contexto de las crisis causadas por la pandemia de la COVID-19.
73. Apoyamos el fortalecimiento del sistema internacional de respuesta humanitaria. Estamos preocupados por la politización del problema de asistencia humanitaria e intentos de usar la penosa situación de personas que viven en los países en crisis como pretexto para imponer cambios en su política interior. Esas situaciones se ven tanto en el Oriente Próximo como en otras regiones.
Destacamos que en la práctica acciones politizadas de actores externos solamente exacerban la desconfianza entre las autoridades legítimas y los altos cargos del segmento humanitario de las Naciones Unidas, lo que no contribuye a resolver problemas humanitarios, sino más bien beneficia a los quienes quieren seguir socavando la situación política.
Consideramos que los Estados miembros de las Naciones Unidas deben trabajar juntos para asegurar el respecto a las directrices para la ayuda humanitaria, consagradas en la resolución 46/182 de la Asamblea General de las Naciones Unidas y otras decisiones de la Asamblea General y el ECOSOC que se han reafirmado en numerosas ocasiones.
74. Consideramos a la OMS el líder en la cooperación internacional en materia de salud. Al mismo tiempo, reconocemos la necesidad de mejorar su trabajo respecto a la introducción del Reglamento Sanitario Internacional. Nos oponemos a la creación de instituciones paralelas a esa Organización y la transferencia a ellas de una parte de sus funciones o la politización de la agenda de la salud.
Para nosotros otro tema prioritario de la salud mundial es la lucha contra enfermedades no transmisibles (ENT), y en ese contexto continuaremos brindando nuestro completo apoyo a la labor del Equipo de Tareas Interinstitucional de las Naciones Unidas sobre la Prevención y el Control de las ENT, así como acceso universal a los servicios de la salud, prevención de la resistencia a los antimicrobianos, la lucha contra la proliferación de la tuberculosis.
75. En el contexto de la cooperación internacional para mitigar las consecuencias del desastre de Chernóbil nos pronunciamos por una sinergia entre Rusia, Belarús y Ucrania y otros países donantes con miras a superar las consecuencias socioeconómicas y de medio ambiente del accidente y lograr el desarrollo de las zonas afectadas.
76. Abogamos por el fomento de la colaboración en la reducción del riesgo de los desastres en el marco de la aplicación del Marco de Sendai 2015-2030. Estamos dispuestos a colaborar con todos los participantes en ese proceso con miras a celebrar de manera eficaz la cumbre de la Trayectoria de Samoa para asistencia a los pequeños Estados insulares en desarrollo (27 de septiembre).
77. Tenemos como objetivo contener el crecimiento del presupuesto de los programas de las Naciones Unidas para 2021, así como las estimaciones financieras de las operaciones de mantenimiento de la paz y el Mecanismo Residual Internacional de Tribunales Penales. Atribuimos gran importancia al mantenimiento de la disciplina presupuestaria, la incorporación de las recomendaciones aprobadas de los órganos de consulta y de supervisión, una mejor ordenación de los recursos financieros y humanos, el aumento de la transparencia y la rendición de cuentas en el trabajo de la Secretaría de las Naciones Unidas. Nos oponemos a la aprobación de las iniciativas de reforma no ultimadas y sin un análisis claro de beneficios y costos potenciales.
78. El logro de los principios del multilingüismo y de la plena paridad entre los seis idiomas oficiales de las Naciones Unidas es una base indiscutible para la evaluación de las actividades de las Naciones Unidas en el ámbito de los servicios de conferencias, así como el acceso de los Estados miembros a la información sobre su funcionamiento. Insistimos en que se garantice sin reservas la paridad de financiación entre todos los servicios lingüísticos.