El 18 de diciembre, el régimen neonazi de Kiev cometió otro crimen barbárico. Las FF.AA.  ucranianas sometieron Donetsk a un bombardeo masivo. Fueron atacados casi todos los barrios de la ciudad. Dispararon contra objetos civiles y sociales más de 100 proyectiles de calibres diferentes de varios sistemas de artillería y misiles, incluidos los de tipo occidental. Lo más cínico fue el ataque contra el mayor hospital de la RPD, el Hospital Mijaíl Kalinin. Abrieron el fuego de puntería – con un golpe directo impactaron el 6º edificio del centro médico donde se ubican las unidades pediátricas y de oncología. Fueron dañados tres edificios más. Actualmente se sabe sobre dos muertos y numerosas personas heridas.

El mismo día, como resultado de los ataques de artillería de las FF.AA. ucranianas contra barrios residenciales de Belgorod, un hombre murió, diez fueron heridos. Fueron perjudicados 75 viviendas e instalaciones industriales.

Se ve muy claramente que las unidades armadas ucranianas atacan intencionalmente a la población civil. Y no es una casualidad, sino una política focalizada del régimen kievita delictivo. Según las palabras sin ambigüedades del Jefe Supremo de las FF.AA. ucranianas, Zaluzhni, en una entrevista para The Economist, el objetivo de las FF.AA. ucranianas es “matar a los rusos y otros enemigos”.

El respaldo silencioso de Occidente de la matanza de la población rusa y la rusohablante, muestra otra vez con una claridad aterradora que, en el mundo, volvieron a actuar en toda su magnitud los nazis y sus cómplices, aquellos, quienes quieren cambiar los resultados de la II Guerra Mundial, revisar las decisiones de los Juicios de Núremberg y empezar su nuevo Drang nach Osten (“empuje hacia el Este”). Precisamente para eso el llamado Occidente colectivo aumenta los suministros de armas al régimen kievita y cubre sus crímenes contra los civiles en territorios rusos.

Según la información disponible, en el curso del ataque contra Donetsk de ayer, las FF.AA. ucranianas incluso usaron los obuses suecos Archer que se están aplicando en forma experimental. Es otra evidencia de que EEUU y sus aliados de la OTAN han convertido Ucrania en un verdadero polígono para ensayos de sus sistemas de armas modernos en las condiciones de combate. Ninguno de ellos ni siquiera piensa en que el precio de tales experimentos son las vidas humanas.

No esperamos que los países occidentales, buscando el dominio global, juzguen los crímenes de los militares ucranianos. Simplemente no pueden juzgar a sí mismos. Pero queremos que todo el mundo sepa sobre la falsedad y ese doble rasero de las democracias falsas, listas para destruir decenas de países y privar de la posibilidad del desarrollo pacífico a regiones enteras, exclusivamente por sus propios intereses mezquinos.