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Entrevista de la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, a la revista “Zapiski Slédovatelia” (Notas de un Juez de Instrucción), №2/2025, editada por el Comité de Investigaciones de Rusia

917-30-05-2025

Frente jurídico de la memoria

 

Pregunta: Señora portavoz, ¿cuál es la situación actual en la arena internacional, desde el punto de vista de los intentos de tergiversar la verdad histórica sobre la II Guerra Mundial?

Respuesta: El tema de la lucha con las manifestaciones del racismo, la xenofobia, un nacionalismo agresivo, el neonazismo, así como con los intentos de reescribir la Historia y tergiversar los resultados de la II Guerra Mundial es una de las prioridades de Rusia en la esfera de la defensa de los derechos humanos, también en el marco de sus actividades en los espacios internacionales multilaterales.

Por desgracia, hoy, cada vez con mayor intensidad se están haciendo los intentos de reescribir la Historia y los resultados de aquella guerra, de borrar la memoria sobre las hazañas de los combatientes antifascistas, de destruir los monumentos colocados en su honor, de prohibir llevar los distintivos militares asociados con la Victoria. Condenamos con determinación estas manifestaciones.

Hay cada vez más especulaciones sobre la supuesta responsabilidad idéntica del comunismo y del nazismo por la provocación de la II Guerra Mundial, así como sobre los intentos de reducir la tragedia de la mencionada Guerra al Holocausto, pasando por alto el genocidio que los nazis alemanes practicaron a otros pueblos. Se intenta tacharle a Rusia del grupo de países ganadores, de disminuir su papel en la derrota de las tropas hitlerianas.

De esta manera, la falsificación de la Historia es efectuada con mucha frecuencia desde posturas francamente enemistosos: son glorificados los colaboracionistas nazis, es profanada la memoria de los soldados soviéticos y civiles caídos en la lucha contra el nazismo, es puesta en duda la misión libertadora del Ejército Rojo en Europa del Este, es difundida la leyenda de la “ocupación” soviética de los países bálticos y de Europa del Este durante el período de la posguerra, se hace propaganda de ideas revanchistas o neonazis. Al mismo tiempo, son cuestionadas las decisiones de las Conferencias de Yalta y Potsdam, junto con el veredicto del Tribunal de Núremberg.

Esta línea de reescritura de la Historia y de glorificación de los allegados nazis se ha convertido en parte de la ideología estatal y de la política del régimen kievita. Las élites neonazis están argumentando la independencia de Ucrania, a través de la negación de su pasado soviético, la glorificación de los veteranos de la división de las SS “Galitzia”, los intentos de igualar “los regímenes comunistas y nazis” y de poner el Holocausto al lado de “la colectivización forzosa” y “el Golodomor”. Se hace todo lo posible, para tachar los nombres de los verdaderos patriotas y ganadores que combatieron en el Ejército Rojo y en las unidades de partisanos durante los años de la Gran Guerra Patria. Fue realmente una guerra patriótica para todos los pueblos de la Unión Soviética. Olvidarse de la hazaña de quienes combatieron por el futuro, ucranianos entre ellos, equivale a traicionar a sus abuelos, madres y padres, privarle a su pueblo de sus raíces.

Es difícil sobrevaluar la importancia de la memoria histórica para la conciencia social y para la unidad ciudadana. La Historia desde hace tiempo dejó de ser mera ciencia sobre el pasado. La falsificación de la Historia puede resultar más peligrosa que la amenaza militar. La memoria histórica debe preservarse, para que la tragedia que superó nuestro pueblo durante la Gran Guerra Patria, no vuelva a repetirse nunca.

Pregunta: ¿Qué le podemos oponer a Occidente?

Respuesta: En el marco de la lucha contra la glorificación del nazismo y la tergiversación de la Historia, Rusia, desde 2005, somete a consideración de la Asamblea General de la ONU la Resolución “Lucha contra la glorificación del nazismo, el neonazismo y otras prácticas que contribuyen a la escalada de las formas modernas del racismo, la discriminación racial, la xenofobia y formas conexas de intolerancia”.

Así, el 17 de diciembre de 2024, en Nueva York, en el transcurso de la 79ª temporada de sesiones de la Asamblea General de la ONU, votaron a favor del mencionado documento 119 países, pronunciándose en contra 53 países y absteniéndose 10. Coautores de dicha Resolución, aparte de Rusia, fueron 39 Estados procedentes de todas las regiones del mundo.

A pesar de una presión sin precedentes ejercida por los representantes de los países occidentales en el resto de los países miembros de la ONU, el resultado obtenido evidencia que no aceptan estos intentos de cuestionar los resultados de la II Guerra Mundial recogidos en la Carta de las Naciones Unidas, así como en la Carta y en el Veredicto del Tribunal de Núremberg y en el Veredicto del Tribunal Militar Internacional para el Lejano Oriente.

En la Resolución se vuelve a señalar la inadmisibilidad del deseo de falsificar la Historia, justificar los crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad cometidos por los nazis y sus aliados, así como por los colaboracionistas. Se expresa la indignación por la celebración de marchas que glorifican a quienes combatieron del lado de los nazis y cooperaron con ellos, además de la preocupación por una guerra sistémica y total desatada por los países occidentales contra los monumentos que honran a quienes combatieron para librar al planeta de la peste parda. El documento condena también los intentos cada vez más frecuentes de glorificar el nazismo, blanquear la reputación de los miembros del movimiento nazi y conceder el estatus de héroes nacionales a los colaboracionistas.

En el marco del esfuerzo encaminado a conservar la memoria histórica y fijar los resultados de la II Guerra Mundial, para formar un sistema de relaciones internacionales moderno, Rusia, junto con un grupo de países que comparten su postura, sometió a consideración de la 79ª temporada de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas el proyecto de Resolución “80º Aniversario del final de la II Guerra Mundial” aprobado el pasado 4 de marzo. El principal objetivo del documento es lograr la celebración la segunda semana de mayo de una reunión especial solemne de la Asamblea General de la ONU en honor a todas las víctimas de la guerra.

Dada la tendencia por la falsificación de los resultados de la II Guerra Mundial que es observada por parte de los países occidentales, una aportación valiosa a la lucha contra la reescritura de la Historia es la postura consolidada de nuestros socios.

En cooperación con los organismos competentes, incluido el Comité de Investigaciones de la Federación de Rusia, estamos trabajando de manera coherente en la elaboración de la calificación de los crímenes cometidos por los invasores nazis en los años de la Gran Guerra Patria, como genocidio de los pueblos de la Unión Soviética. En condiciones de un intenso enfrentamiento con Occidente, dicha labor precisa de un importante esfuerzo, pero hace falta continuar diciendo la verdad. En ello somos apoyados por los países que comparten nuestra postura: países miembros de la OTSC y países miembros de la CEI. A pesar de las diferencias políticas, económicas, nacionales y étnicas, la Gran Victoria sigue representando uno de los pilares, en el que se apoya la unión de los pueblos de la Comunidad de Estados Independientes.

En 2023, fue aprobada la Declaración de la Duma de Estado de la Asamblea Federal de la Federación de Rusia “Sobre el genocidio de los pueblos de la Unión Soviética por parte de Alemania y sus allegados durante la Gran Guerra Patria (1941-1945)”.

Pregunta: El Comité de Investigaciones de Rusia está haciendo una gran labor de recolección de pruebas de crímenes de guerra cometidos por los invasores nazis contra los civiles y los prisioneros de guerra en los territorios ocupados de la Unión Soviética. Ya se han hecho públicas 34 sentencias que reconocen tales crímenes como genocidio del pueblo soviético. ¿Qué papel pueden desempeñar los resultados de este trabajo en la arena internacional, para preservar la memoria histórica?

Respuesta: Pruebas de asesinatos masivos de civiles y prisioneros de guerra soviéticos, torturas, trabajos esclavos y otras manifestaciones de la inhumana ideología nazi reunidas durante la investigación de los crímenes de guerra cometidos por los nazis y sus allegados en los territorios soviéticos ocupados que fue iniciada en 2020 evidencian que se había practicado un genocidio deliberado y sistemático sin precedentes. Dicho trabajo tiene una importancia de principio para confirmar y fijar de manera jurídica las prácticas del genocidio aplicadas por los nazis en los años de la Gran Guerra Patria a los pueblos de la URSS y crear condiciones propicias para procesar a los culpables, ayudando a preservar la memoria histórica sobre los acontecimientos de aquellos años.

La Gran Guerra Patria trajo infinito dolor y sufrimientos a los pueblos de la Unión Soviética, de Europa y del mundo entero. En nuestro país, casi no hubo familia que se quedara al margen de las consecuencias de las acciones bélicas y de la ocupación. Por la Victoria en la guerra contra el nazismo se pagó un precio realmente enorme. La guerra condenó a muerte a más de 27 millones de ciudadanos soviéticos, causándole a nuestro país unos colosales daños materiales.

Desde los Juicios de Núremberg que condenó de manera incondicional al nazismo como una ideología criminal, el número de fuentes accesibles que confirman los crímenes cometidos en el territorio de la URSS por las tropas de ocupación y por sus allegados creció muchísimo. Nuevos materiales y testimonios permitieron probar de manera irrefutable que la guerra desatada por la Alemania nazi se planteó de hecho el objetivo de exterminar a la población de la URSS. De acuerdo con los órganos de mantenimiento del orden rusos, el número total de víctimas entre civiles soviéticos equivalió durante la ocupación hitleriana a unos 13.6 millones de personas. Se conoce que para estos momentos, gracias a la búsqueda desplegada también por los promotores del proyecto “Sin fecha de caducidad”, en el territorio de Rusia se establecieron más de 100 lugares de entierros masivos desconocidos. Habían sido fusilados y torturados, aquellas inocentes mujeres, niños y ancianos. El debido cuidado de las instalaciones memoriales que honran la memoria del genocidio del pueblo soviético en los años de la Gran Guerra Patria es el objetivo prioritario que es planteado antes la actual y las futuras generaciones de ciudadanos rusos. La difusión de la información sobre los resultados de las investigaciones y las pruebas reunidas durante la realización del proyecto en cuestión propicia la divulgación entre los ciudadanos de Rusia y de Estados extranjeros de la verdad histórica sobre los crímenes cometidos por los invasores hitlerianos.

La memoria del sacrificio que hizo nuestro pueblo por la Victoria contra el nazismo es sagrada. Tal y como señaló el Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, “la preservación de la memoria histórica no es únicamente una manifestación del respeto por el pasado, sino la garantía de la unidad del pueblo y de la soberanía del Estado en el futuro”.

Para nosotros, tiene una importancia de principio que la comunidad internacional reconozca los crímenes cometidos por las tropas hitlerianas en el territorio de la Unión Soviética en los años de la Gran Guerra Patria como genocidio. Para lograr este objetivo, estamos trabajando de manera conjunta con nuestros socios de la CEI en espacios internacionales. Los líderes de los países de la CEI han aprobado una Declaración dirigida a los pueblos de los Estados de la CEI y a la comunidad internacional, con motivo al 80º Aniversario de la Victoria del pueblo soviético en la Gran Guerra Patria. El documento indica que “los hechos de la expulsión y el exterminio por los nazis y sus allegados de la población civil, establecidos en el Veredicto del Tribunal Militar Internacional de Núremberg han de ser calificados como genocidio de los pueblos de la Unión Soviética”. Esta tesis está confirmada también en la Declaración de la OTSC.

Todos los hechos revelados por los efectivos del Comité de Investigaciones de Rusia y reconocidos por las instancias judiciales de nuestro país, se deben hacer llegar en su totalidad a la opinión pública internacional, en aras de la preservación de la verdad histórica y la glorificación de la memoria de millones de ciudadanos soviéticos inocentes que cayeron víctimas del nazismo y de la ideología misantrópica.

Pregunta: Rusia remitió a la Corte Internacional de Justicia de la ONU materiales que prueban la comisión por el régimen kievita de genocidio contra la población de Donbás. ¿En qué están basadas? ¿Qué posibilidades de un análisis imparcial de estos materiales existen?

Respuesta: El proceso judicial en la Corte Internacional de Justicia de la ONU iniciado por Ucrania contra Rusia en febrero de 2022, enseguida después del inicio de la operación militar especial, en base a la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948, se volvió en contra del régimen kievita.

En su sentencia intermedia del 2 de febrero de 2024, la Corte Internacional desmintió por completo todas las acusaciones de Ucrania en lo tocante a la supuesta infracción por Rusia de la mencionada Convención, dictaminando que el proceso pasaría a estudiar, si la propia Ucrania había practicado genocidio en Donbás. De esta manera, el régimen kievita se sentó a sí mismo en el banquillo de los acusados en el marco de su propia demanda.

El 18 de noviembre de 2024, presentamos ante la Corte Internacional de Justicia de la ONU un nuevo documento competitivo, el llamado Contramemorándum. Es el primer caso desde los Juicios de Núremberg, cuando Rusia de hecho adopta el papel del Fiscal en un tribunal internacional. El parecido con los Juicios de Núremberg van más allá, al igual que antes, estamos hablando de un régimen nazi que comete atrocidades masivas contra civiles, por motivos raciales (étnicos, nacionales).

Nuestro Contramemorandum es, de hecho, una acusación que argumenta la implicación del régimen kievita en el genocidio, incluida tanto su comisión, como la inacción con respecto a dicho delito, la asistencia al mismo y la renuncia a procesar a los culpables del genocidio.

El documento está compuesto por 522 folios de texto y más de 10.000 folios de anexos, en los que se exponen las pruebas relativas a más de 140 episodios de exterminio deliberado de los civiles de Donbás, lo que se confirma por testimonios procesales de cerca de 300 testigos, resultados de peritaje y otros materiales procedentes de las causas penales que están siendo investigadas por el Comité de Investigaciones de Rusia.

En la actuación de las FF.AA. ucranianas y los grupos armados neonazis se han detectado señales de genocidio premeditado, es decir, la intención de erradicar a la población rusa y rusoparlante de Donbás, ciudadanos de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, parroquianos de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana y en general, habitantes de la región en su calidad de un grupo étnico, religioso y nacional. Se ha revelado la esencia neonazi del régimen kievita, su apoyo en la ideología criminal de los sangrientos movimientos nacionalistas ucranianos y del Tercer Reich. Se han presentado pruebas de una abarcadora discriminación étnica y lingüística practicada a personas rusas y rusoparlantes, el deseo de Kiev de borrar por completo la lengua rusa y la cultura rusa, eliminar la memoria histórica sobre la Victoria contra el nazismo hitleriano, glorificando al mismo tiempo a los nazis y a sus allegados, culpables de una larga cadena de actos de genocidio, empezando por los pogromos organizados por Petliura y acabando por el Holocausto.

Apenas podía suponer nadie que en el territorio afectado por el nazismo a las calles y las plazas se les concedieran los nombres de los allegados de Hitler, se organizaran marchas con retratos de los criminales nazis y se colocaran monumentos en su honor, que se utilizaran símbolos nazis en las Fuerzas Armadas. Bajo estos lemas y estas banderas se estaba llevando a cabo la erradicación de todo lo ruso. Sin embargo, eso llegó a ocurrir. Y nuestro objetivo es garantizar en el frente jurídico internacional que los culpables sean procesados. Es necesario hacerlo en público, ante toda la opinión pública internacional. Aunque los materiales del sumario, incluido nuestro Contramemorándum tienen estatus clasificado, serán hechos públicos, en cuanto empiecen las pertinentes audiencias judiciales.

Pregunta: El MAE ruso desarrolla velozmente la diplomacia digital. Aumenta la audiencia que puede recibir información fehaciente sobre nuestro país. Al mismo tiempo, al evolucionar la digitalización, se propagan numerosas noticias falsas de toda índole. ¿Cómo se logra luchar contra ellas hoy?

Respuesta: El Ministerio viene fomentando enérgica y gradualmente la diplomacia digital desde 2011. Durante casi quince años se convirtió de una útil herramienta adicional en un medio fuerte de proporción de información objetiva que permite comunicar nuestras posturas directamente al amplio público extranjero a escala global. Además, posibilita compartir información completa sobre la política exterior rusa.

Hoy, ante la guerra proxy desatada por el Occidente colectivo contra nuestro país, y mientras que se bloquean medios rusos y se aplica una censura sin precedentes, es difícil sobreestimar la importancia de oportunidades que ofrece la diplomacia digital. Tenemos a nuestra disposición más de 20 plataformas oficiales del MAE ruso en las redes sociales, y nuestra amplia red ministerial que incluye más de 1.200 cuentas de entidades rusas en el extranjero, departamentos del Ministerio y blogs profesionales de diplomáticos. Día y noche, esta red transmite información en dos decenas de idiomas.

En los últimos años, vemos aumentar notablemente el número de noticias falsas. Esto tiene muchas causas: intensificación general de flujos de información, desinformación malintencionada de Occidente y otros malhechores, desarrollo de tecnologías aplicadas de IA que permiten publicar deepfakes audiovisuales en cantidades ingentes. Y estos contenidos ultrafalsos han alcanzado un nivel tal alto, que, a veces, requiere esfuerzo diferenciar a simple vista (o al oído) el original de falsificación.

Por lo tanto, es particularmente acuciante la cuestión de verificación y marcado de contenidos. Por desgracia, sería ingenuo suponer que entre repentinamente en razón Occidente que usa campañas de desinformación y bulos para “infligir una derrota estratégica a Rusia”. Por esto, abordamos este ámbito crucial con personas de ideas afines en el marco del BRICS, la OCS, la OTSC, la CEI, el Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de la ONU, contactos bilaterales con los países de la Mayoría Mundial.

Proporcionamos la información más completa sobre nuestro país y la política exterior rusa, sin dejar espacio para conjeturas y especulaciones. Interactuamos de manera constructiva con el Comité de Investigaciones también. Enfatizamos y secundamos en nuestras plataformas las publicaciones del Comité ruso, ante todo, relativas a los crímenes de las unidades armadas de Ucrania, incluso ataques terroristas y sentencias merecidas que las autoridades judiciales rusas dictan a los neonazis ucranianos.

Contrarrestamos de manera sistémica las noticias falsas, tomamos nota de bulos y mentiras, los desmentimos expeditivamente basándonos en hechos, publicamos y divulgamos anti-fakes y refutaciones analíticas  relativas  a diversos países. Vemos una reacción positiva y rápida del público lector a nuestros mentises. Esto evidencia que estamos avanzando por el camino correcto.

Pregunta: El MAE ruso celebra anualmente una serie de eventos para el Día de la Victoria. ¿Cómo reaccionan los residentes de Europa a estos acontecimientos?

Respuesta: Realizamos tales actividades desde hace mucho tiempo, interactuando exitosamente con distintas organizaciones rusas. Son la Sociedad Histórica Rusa, la Sociedad Histórica Militar Rusa, la Fundación Alexander Pecherski, el Centro de Investigación y Educación Holocausto y muchas otras. En enero pasado, en la sede de la ONU, se inauguró la exposición dedicada a una de las páginas más trágicas de la Gran Guerra Patria, el sitio de Leningrado. La exposición fue preparada por el Centro Nacional de Memoria Histórica del Presidente de Rusia y la Representación Permanente de Rusia ante la ONU. Actualmente, dicha exposición se exhibe en el Consulado General ruso en Ciudad del Cabo. El formato presencial complementa bien el virtual, permite usar el componente emocional para explicar a los visitantes durante conversaciones vivas la importancia de la Victoria para nuestro pueblo y la amargura causada por las bajas que sufrimos.

Occidente viene tergiversando enérgicamente la memoria histórica, denigra el Ejército Rojo, relega al olvido su hazaña y víctimas, equipara la Unión Soviética con Alemania de Hitler. El ejemplo más vibrante y reciente de las manipulaciones blasfemas y tergiversación de hechos son eventos memoriales anuales en el día de liberación del campo de concentración Auschwitz-Birkenau el 27 de enero. Desde 2005, por iniciativa de Rusia, la ONU celebra esta fecha como el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto. En su tiempo, Rusia aportó un millón de dólares estadounidenses al fondo del museo polaco. El Museo de la Victoria en la Colina Poklonnaya diseñó una exposición permanente dedicada a prisioneros soviéticos en el bloque №14 del antiguo campo de concentración. Ahora, las autoridades polacas y la administración del museo acaban de cerrar la exposición, y no invitan a representantes rusos oficiales. En vez de “liberación del campo”, hablan sobre “incursión” del Ejército Rojo en su territorio.

Sin embargo, nada podrá tergiversar la verdad histórica. Los pueblos de la antigua Unión Soviética, aunados hoy por la Comunidad de Estados Independientes, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, la Unión Económica Euroasiática recuerdan las víctimas comunes, honran a los héroes del Ejército Rojo. El año 2025 fue declarado en la CEI como el Año del 80º Aniversario de la Victoria en la Gran Guerra Patria, el Año de la Paz y Unidad en la Lucha contra el Nazismo. Aumenta el número de líderes extranjeros que quisieran celebrar el Día de la Victoria con nosotros.

No se puede sino señalar el papel de nuestros compatriotas en el extranjero en reivindicar la verdad histórica. En aproximadamente 120 países realizan actividades enérgicas los consejos de compatriotas rusos que preparan una serie de eventos, incluidas proyecciones de películas, debates, reuniones de politólogos. Planean organizar sus eventos en el marco del Regimiento Inmortal, la Cinta de San Jorge, la Vela de la Memoria, el Jardín de la Memoria, participan en el Dictado de la Victoria, y muchas otras iniciativas maravillosas que deberían pasar a la siguiente generación la memoria sobre la Victoria y los ganadores.

Es difícil sobreestimar la importancia de la memoria histórica para la conciencia social y la unidad cívica. Desde hace mucho que la historia no es ciencia exclusivamente sobre el pasado. Tan solo unas campañas de información enérgicas y bien coordinadas, que involucren a todos los interesados, es decir, compatriotas, expertos, museos rusos, entidades científicas y educativas, estructuras públicas y sociales, pueden detener el flujo de falsificaciones históricas, promover la visión objetiva de la historia de la II Guerra Mundial y el papel de nuestro país en esta guerra.

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