El Secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, manifestó que a partir del próximo 15 de diciembre, la parte estadounidense reanuda las sanciones unilaterales contra uno de los elementos clave del JCPOA: la reconfiguración de la planta iraní en Fordo para la producción de isotopos estables.

Semejantes decisiones representan un nuevo testimonio de la indignante violación de los compromisos internacionales por EEUU, de su irresponsable actitud tanto hacia los acuerdos concertados como hacia las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que no sólo violan expresamente sin menores escrúpulos, sino que se empeñan en estorbar el proceso de cumplimiento por otros miembros.  Una conducta tan desembozada practicada por uno de los mayores Estados que pretende ser líder mundial, merece una censura más resuelta. Esperamos que el Secretario General de la ONU le dé una apreciación objetiva en el informe dedicado al cumplimiento de la resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU  que será presentado en diciembre próximo.

Cuesta comprender la hipotética ventaja que Washington espera obtener al poner trabas al cumplimiento del JCPOA e impedir la reconfiguración de la plante en Fordo a tenor de los acuerdos de 2015. Da pena asumir a nivel de conciencia que precisamente EEUU primero había calculado escrupulosamente los parámetros de las cascadas en Fordo y luego fue el primero en romper el pacto sin motivo alguno.

Los intentos de EEUU de justificas su incapacidad de cumplir los acuerdos achacando la culpa a Irán, no deben inducir a error a nadie. La suspensión por Irán de sus compromisos voluntarios en el marco del JCPOA, incluyendo la reanudación de las operaciones de enriquecimiento en Fordo, es una respuesta a la mal pensada campaña política desatada por EEUU contra el pacto nuclear.

Irán suspende los compromisos bajo control permanente del OIEA y este proceso es técnicamente reversible. Más aun, según informa el OIEA, la suspensión no se ha hecho extensiva a las cascadas sujetas a reconfiguración. Así que el principal sepulturero del proyecto de Fordo es Washington.

Evidentemente, EEUU sueña con que Irán renuncie por completo a su programa nuclear. La frase del Secretario de Estado acerca de que “la necesaria cantidad de uranio enriquecido” para Teherán equivale a cero habla por sí misma. Por lo visto, vale la pena recordar que el derecho de Irán de desarrollar el uso civil de la energía nuclear está refrendado en el Tratado de No Proliferación del que EEUU es parte. Por lo que se refiere al derecho de enriquecer uranio, el Tratado de No Proliferación no lo restringe de ninguna manera. De modo que Teherán actúa a tenor de este documento.

Como es sabido, ingenieros y técnicos rusos participan enérgicamente en el proyecto de reconfiguración en Fordo. Continuamos desarrollando una estrecha cooperación con la parte iraní en esta planta, también con vistas a crear las correspondientes condiciones y un ambiente protegido para continuar los trabajos iniciados.

La Comisión Mixta del JCPOA tendrá que reaccionar debidamente a las declaraciones estadounidenses. Confiamos en que nuestros colegas europeos se armen de valor y no se limiten a expresar lástimas protocolares en relación con el proceder de EEUU y, junto con nosotros y China se alcen en defensa del JCPOA, incorporándose en el trabajo real por mantener la vital y estable el Plan de Acción Conjunto y Completo y garantizando una segura protección al proyecto de Fordo y otros importantes componentes del pacto nuclear contra los ataques sancionadores por parte de EEUU.

Contamos también con el apoyo del resto de la comunidad internacional, tal como lo demanda la resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU.