États-Unis d'Amérique
Respuestas ofrecidas por el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, a las preguntas de la cadena Russia Today, Moscú, 18 de febrero de 2022
Pregunta: Los medios y los políticos occidentales no paran de avivar tensiones en torno al tema de “invasión” rusa en Ucrania, a pesar de que cada vez mayor número de personas no se fíen de sus declaraciones. Hasta se ha empezado a hacer bromas al respecto, incluso en el Reino Unido y en EEUU. ¿Por qué lo siguen haciendo, qué objetivo persiguen?
Respuesta: Estoy convencido de que la gente mínimamente interesada en la política exterior ha podido cerciorarse de que todo es cuestión de propaganda, noticias falsas e inventos. Lo importante es que los autores de estas noticias no dejen de creer en lo que dicen, aunque todo parece indicar que lo están disfrutando. Y, si uno disfruta, que lo siga haciendo. ¿Por qué no pasar bien el rato?
Es algo que provoca sonrisas: personas adultas “generan en cantidades industriales” pronósticos y conjuros. La revista Politico ya ha cambiado en varias ocasiones la fecha de la supuesta invasión, ahora la misma se ha fijado en el próximo 20 de febrero. Al mismo tiempo, la Secretaria del Foreign Office, Elizabeth Truss, señaló que la “invasión” puede producirse cualquier día en los próximos meses. Ya están preparando el terreno. El Secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, ha manifestado que la “invasión” se produciría en cuestión de semanas, o posiblemente días. Estamos al tanto de que la Secretaría de Estado de EEUU ha informado con total confianza a sus aliados de la OTAN que habría que esperar “a que se invadiera” hasta finales de febrero. Al mismo tiempo el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, independientemente de lo que pensemos de sus actividades, ha anunciado que no se contaba con datos que confirmaran al 100% la posibilidad de la “invasión”. Paralelamente, el Foreign Office ha señalado lo siguiente: “pase lo que pase, es necesario estar alerta”. Es decir, incluso si Rusia retira las tropas, la amenaza persistirá. Lo que hacen es “sentar bases” para el futuro. Acabadas las maniobras, las tropas regresarán a los cuarteles. El proceso ya está en marcha y ellos lo han podido ver. Sin embargo, están “perpetuando el tema”: “incluso si Rusia retira sus tropas al lugar donde están habitualmente desplegadas, no dejará de presentar amenaza”.
Todo ello se hace en condiciones de cada vez mayor presencia militar y técnico-militar de la OTAN, del desarrollo de su infraestructura militar. Los británicos han manifestado que doblarán su contingente y el número de tanque y vehículos de combate desplegados en Estonia. Una muestra del “más refinado arte de la diplomacia” ha dado la Enviada Especial de EEUU ante la ONU, Linda Thomas Greenfield. Hablando con periodistas en alguna parte, dijo que “la invasión de Rusia en Ucrania era inminente”. Supuestamente, ellos vieron cómo Rusia lo hacía en otras partes de Europa del Este. En estos momentos todo sirve a la misma causa.
El Canciller de Alemania, Olaf Scholz, y otros representantes de la OTAN insisten en que la Alianza fue concebida para la defensa. El Presidente de Rusia, Vladímir Putin, en la rueda de prensa celebrada al término de las negociaciones, le hizo recordar al señor Scholz los bombardeos de Yugoslavia de 1999. El Canciller replicó que la OTAN había intervenido para evitar el genocidio de los albanokosovares. Añadió que les había ido muy bien y que en la actualidad Kosovo es un próspero territorio. No es verdad eso, en absoluto. Kosovo y algunas otras partes del Oeste de los Balcanes se están convirtiendo en un foco de crimen organizado. Allí hay terroristas y gente que se dedica al narcotráfico, allí se recluta a mercenarios para que participen en los conflictos armados avivados a hurtadillas por Washington. Hay datos de que se está reclutando a mercenarios en Kosovo, Albania, Bosnia y Herzegovina, para sacar a Rusia de quicio y enviarlos a Donbás, entre otros destinos. Estamos verificando estos datos.
La situación descrita por el señor Scholz, de cuando era bombardeada Yugoslavia, no tiene nada que ver con el genocidio. Las instancias judiciales internacionales no han dictado ningunas sentencias al respecto. Conocemos de sobra cuál fue el motivo de los bombardeos: El entonces Jefe de la Misión de Observación de la OSCE en el territorio serbio de Kosovo, William Walker, ciudadano de EEUU, reunió en pleno período de enfrentamientos armados a periodistas y declaró ante cámaras haber descubierto en el poblado de Racak 30 cadáveres de civiles. Lo calificó como genocidio y anunció su decisión unilateral de revocar la misión de Kosovo, a pesar de no contar con potestades para hacerlo. Aquel acontecimiento dio luz verde a la agresión de la OTAN contra la antigua Yugoslavia: el organismo señaló que las “salvajadas” cometidas en el poblado de Racak contra civiles “habían colmado el vaso de su paciencia”, por lo cual se encargaría de poner fin a este comportamiento del “régimen criminal”.
Más tarde fue formado un grupo espacial encargado de investigar este incidente. Se estableció que en realidad los civiles en cuestión habían sido terroristas armados que habían caído en combate. Aparecían vestidos con ropa de civiles, pero las heridas de los cuerpos no coincidían con las huellas que los disparos dejaron en la ropa. Es decir, se llegaron a establecer incluso este tipo de detalles. No sería correcto ni muy ético, por lo tanto, asegurar que la OTAN invadió Yugoslavia, persiguiendo un objetivo noble.
La declaración del señor Walker jugó el mismo papel que la probeta con polvos dentales que tenía en sus manos el Secretario de Estado de EEUU, Colin Powell: garantizó excusas para invadir Irak y destruirlo desde dentro. Hasta estos momentos el país está muy lejos de disfrutar de la democracia y de presentar buenos indicadores económicos. Conocemos muy bien los resultados de aquella decisión.
Nuestros interlocutores de la OTAN no podrán evitar tener con nosotros una conversación sobre cómo piensan cumplir aquello que firmaron ni hacer interpretaciones selectivas de una estrategia aprobada al más alto nivel que ha de garantizar la relación entre todos los componentes de una seguridad indivisible.
Mantenemos correspondencia con la parte estadounidense. Hemos reaccionado a la respuesta que ofrecieron a las iniciativas formuladas por Rusia en diciembre. De momento no se avanza mucho en los asuntos de importancia crucial. Insistiremos en promover precisamente una actitud abarcadora. No se puede llegar a un acuerdo serio, de larga duración, de carácter práctico, si no está acordada la base conceptual y política de tal interacción.
Pregunta: Se informa de que podría celebrarse su reunión con el Secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken. ¿Llegará a pasar? ¿Está esperando algún progreso?
Respuesta: Hemos acordado con el Secretario de Estado Blinken que, en cuanto Rusia envíe su documento y la parte estadounidense estudie nuestra visión de la situación, se celebraría una reunión, lo que es de interés de ambas partes. Corresponde con nuestros intereses y planes.
Insisto en que Rusia está interesada en explicarle de manera detallada a nuestros interlocutores estadounidenses y a todos sus aliados en la OTAN que no podemos contentarnos con promesas. Sobre todo, puesto que los compromisos de la OTAN de respetar la totalidad de nuestros intereses, asumidos en forma escrita por los Jefes de Estado o de Gobierno (sin hablar de las garantías verbales mencionados en más de una ocasión por el Presidente Vladímir Putin), no valen nada, según se ha demostrado. Así no se podrá avanzar.
Nos empeñaremos en que todo se haga de forma honesta, como quien dice “Lo prometido es deuda”. Es algo que debería cumplirse también a nivel internacional.