Республика Сербия
Discurso pronunciado por el Representante Permanente de la Federación de Rusia ante la OSCE, Alexander Lukashévich, en la reunión del Consejo Permanente de la OSCE, Viena, 31 de septiembre de 2017
En respuesta al informe presentado por
el Jefe de la Misión de la OSCE en Kosovo
Estimado señor Presidente:
Agradecemos al estimado Embajador Jan Braathu el informe sobre la actividad desarrollada sobre el terreno. Volvemos a recalcar que el análisis de la situación en esta provincia serbia se caracterizar por el deseo de presentar el estado de cosas sin tergiversaciones a favor de consideraciones coyunturales. Secundamos tal enfoque.
Las autoridades de Kosovo instigan los ánimos nacionalistas. No cesan las invectivas belicosas contra las autoridades centrales de Serbia. Se oyen amenazas directas de reanudar las purgas étnicas de la población serbia de la provincia. Tomando en consideración los antecedentes de estos hombres que en su mayoría habían formado parte del denominado “ejército de liberación de Kosovo” (UÇK) de mala fama, cabe percibirlos con toda seriedad como amenaza real a la seguridad regional. Instamos a los dirigentes de la Misión de la OSCE a reaccionar expeditamente a semejantes manifestaciones.
Confiamos en que las recientes declaraciones hechas por los políticos albanokosovares no incidan negativamente en los resultados del reanudado diálogo entre Belgrado y Pristina con mediación de la Unión Europea. Una vez más exhortamos a Bruselas que asumió el papel de mediador a tenor con la resolución de la Asamblea General de la ONU, del 9 de septiembre de 2010, a procurar con mayor energía que Pristina cumpla rigurosamente los acuerdos alcanzados, en particular, los relativos a la creación de la Comunidad de municipios serbios en Kosovo (CMSK). Esperamos que la reunión del 31 de agosto en Bruselas entre el Presidente de Serbia, Aleksandar Vučić, y el denominado “presidente” de Kosovo, Hashim Thaçi, organizada por la Alta Representante de la Unión Europea, Federica Mogherini, contribuya a desbloquear la situación en torno a la CMSK, cuya creación es saboteada por las autoridades de Pristina.
En Kosovo se está afianzando una “zona gris” en la que de hecho no se respetan los compromisos multilaterales en el ámbito de los derechos humanos. El pisoteo de los derechos de la población no albanesa, incluyendo los serbios, los más vulnerables en este sentido, se convierte en una norma para Kosovo. Las garantías de sus derechos políticos, lingüísticos, culturales y religiosos siguen siendo una fraseología huera. En realidad se mantiene la discriminación en la educación, la sanidad, el empleo y los medios. Está restringida la libertad de desplazamiento. La administración pública de Kosovo es incapaz y es poco probable que realmente desee garantizar derechos iguales a toda la población de la provincia. Lamentablemente, tampoco surten el efecto deseado los consecuentes esfuerzos empeñados por la Misión de la OSCE a diversos niveles con vistas a reforzar las garantías del respeto de los derechos e intereses legítimos de la población no albanesa. Ello no obstante, estamos convencidos de que este derrotero debe seguir siendo central en la actividad desarrollada sobre el terreno. Importa comprender que la garantía de una protección igual, sin excepciones, a la población de Kosovo constituye una premisa fundamental para que todos los esfuerzos aplicados durante muchos por la Misión de la OSCE para propiciar la estabilidad étnica y confesional en la provincia, den unos resultados palpables.
El comportamiento irresponsable de las élites políticas albanokosovares no hace más que caldear la intolerancia belicosa en la provincia con respecto a la población no albanesa en la vida cotidiana. No es ningún secreto que incluso los escasos fallos acusatorios contra los albanokosovares que cometieron crímenes contra los serbios y cuya culpabilidad quedó demostrada, con cada vez mayor frecuencia son revisador por los nuevos jueces de Kosovo. Experimentado la sensación de supremacía personal, asesinos y atracadores salen en libertad. Así las cosas, no son de extrañar los datos del informe sobre conflictos interétnicos que ocurren en Kosovo de hecho a diario.
Sólo una labor imparcial del Tribunal Especial de La Haya permitirá invertir la situación. Los escollos jurídicos para que esta institución empiece a funcionar están eliminados.
Esperamos resultados concretos ya próximamente. Los culpables de los crímenes sonados deben recibir el digno castigo, indistintamente de su status y el lugar que ocupan en la jerarquía actual del poder en Kosovo.
Ciframos nuestras en la mejoría de la situación in situ con el proyecto de consolidación de los comités de seguridad social que está llevando a vías de hecho la Misión de la OSCE. Avanza la labora con vistas a reforzar la policía kosovar, también en relación con la amenaza terrorista que se está arreciando en la provincia.
La atmósfera de intolerancia e impunidad representa el principal óbice para el retorno de los desplazados internos. Los datos estadísticos presentados por la Misión de la OSCE a nuestra insistente solicitud, vuelve a evidenciar deplorable en este ámbito. Confiamos en que la Misión presente con regularidad una información actualizada sobre el particular. No se puede hacer la vista gorda de unos hechos tan oprobiosos.
Agradecemos al estimado Embajador Jan Braathu su concurso personal en la tramitación de documentos de identidad personal para una familia de desplazados internos serbios residente en el poblado de Ljubožda. Consideramos que semejante ejemplo de una actitud participante hacia el destino de desplazados internos demuestra lo necesaria que es la labora de la OSCE sobre el terreno, sobre todo cuando la Misión de la OSCE es de hecho el único instrumento internacional capaz de prestar ayuda práctica a los grupos étnicos más vulnerables.
La política de la administración pública de Kosovo contradice los objetivos anunciados de afianzar la tolerancia interconfesional. Las autoridades de Pristina ponen trabas a la actividad de la Iglesia Ortodoxa Serbia (IOS) en Kosovo. No se cumple el fallo del juzgado de Kosovo que corroboró el derecho de propiedad para el Monasterio de Visoki Dečani. Se bloquea la reconstrucción de los edificios religiosos de la IOS, en particular, de la Iglesia de Cristo El Salvador en Pristina. El corte del agua en el monasterio femenino de la ciudad de Peć, la inacción ante los incendios premeditados, los actos de vandalismo, el amedrentamiento de los peregrinos, todo ello induce a la conclusión sobre la intención de expulsar a la población serbia de Kosovo. Confiamos en una enérgica participación de la Misión de la OSCE en la protección de los edificios de la IOS contra las intrusiones ilegales. Un ejemplo positivo es la mediación, mencionada en el informe, en el arreglo de la situación conflictiva que se gestaba en torno a la iglesia de la IOS en Lipljan.
Las observaciones realizadas por la Misión de la OSCE vuelven a corroborar el cada vez más evidente abismo entre la realidad kosovar y los objetivos anunciados de vertebrar en Kosovo una sociedad segura y democrática. En este ambiente es indudable la necesidad de continuar ejerciendo una intensa asistencia externa y vigilar detenidamente la evolución de la situación en la provincia. Es evidente la imperiosa necesidad de reemplazar el paradigma de un ciego y poco exigente amparo que algunos países occidentales dan a la élite política albanokosovar. Esta élite la interpreta como una especie de indulgencia para mantener la actual situación intolerable en la provincia.
Sobre este telón de fondo suscita especial decepción la decisión de la presidencia rotatoria de Austria en la OSCE de invitar a los representantes de Pristina a la reunión informal con el Jefe de la Misión en Kosovo que se celebró el pasado 30 de agosto. Lo interpretamos como un intento de abandonar el status de neutralidad, lo que contraviene la decisión “El papel de la Presidencia rotatoria de la OSCE” tomada por el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la OSCE en Porto en 2002. Tal intento erosiona la reputación de la presidencia austríaca en tanto gestor honesto. Por si fuera poco, dicho paso está en flagrante divorcio de la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU que sigue siendo la base del arreglo kosovar.
Les agradezco la atención.