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Discurso del Ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov, en la conferencia de Moscú para la no proliferación sobre el tema «Prioridades de la política exterior rusa en materia de control de armas y no proliferación en el contexto de los cambios de la arquitectura global de seguridad Moscú, 8 de noviembre de 2019

2289-08-11-2019

 

Estimadas señoras y señores:

Gracias por la invitación a la conferencia, que consideramos un evento muy importante. Está celebrándose en un momento cuando este tipo de discusiones son especialmente necesarias para esperar que la verdad nazca en unos debates honestos que no pretendan conseguir un efecto geopolítico inmediato dentro de un ciclo electoral, sino permitan tomar de los riesgos que existen en el ámbito de la proliferación de armas de destrucción masiva, estabilidad estratégica conciencia y control de armas.

En mayo del próximo año, se celebrará la ordinaria edición de la Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). Estamos convencidos de que los riesgos y las amenazas que estamos enfrentando hoy deben contrarrestarse implementando estrictamente este Tratado, respetando y garantizando el equilibrio entre sus tres componentes: no proliferación, desarme y uso pacífico de energía nuclear. Es sumamente importante que la conferencia en cuestión se celebre en un ambiente constructivo, sin confrontaciones, para no repetir la triste experiencia del 2015, cuando los participantes, de hecho, se negaban incluso a escucharse exponiendo su postura sin prestar atención a lo que decían lo demás.

Esta fue la razón del triunfo de una tendencia bastante peligrosa y, a la vez, ilusoria, de «forzar» a las potencias nucleares a destruir sus arsenales nucleares sin tomar en consideración sus intereses en materia de seguridad y realidad estratégica. Este planteamiento desembocó en la redacción forzada del Tratado de Prohibición de Armas Nucleares, abierto a la firma.

Me gustaría volver a señalar que Rusia de planea adherirse a este Tratado. Respaldamos el objetivo de construir un mundo sin armas nucleares. Pero no conviene conseguirlo con los métodos unilaterales y bastante arrogantes que propone dicho documento. Partimos de que la destrucción completa de las armas nucleares es posible sólo en el contexto del desarme global y total bajo la condición de garantizar una seguridad igual e indivisible para todos, incluidos los poseedores de armas nucleares, conforme el TNP.

Consideramos críticamente importante para conservar el régimen de no proliferación nuclear, que se consigan avances en la puesta en marcha del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares. Que no haya entrado en vigor hasta ahora, 23 años después de abierto a la firma, es un problema muy serio. La responsabilidad de ello recae sobre aquellos 8 Estados de la «lista de los 44» que deben ratificar el Tratado para que entre en vigor. Resulta especialmente destructiva la postura de EEUU, que en sus documentos doctrinales dejaron claro que no buscaría su ratificación. Esto amenaza la suerte de dicho documento importantísimo, que es el único tratado internacional sobre la prohibición de los ensayos nucleares, posible de controlar eficazmente. No tiene ni puede tener ninguna alternativa.

Otro problema serio es la falta de claridad en cuanto a las perspectivas de crear en Oriente Próximo la zona libre de armas de destrucción masiva (ZLADM) y de canales de suministro de las mismas. Tiene una relación directa con el éxito de la Conferencia de Revisión del TNP en mayo del próximo año. En este contexto, damos una especial importancia a la celebración, entre los próximos 18 y 22 de noviembre en Nueva York, de la Conferencia sobre la ZLADM en Oriente Próximo. La venimos preparando desde hace varios años a pesar de la incomprensión e incuso resistencia de nuestros copatrocinadores de EEUU y el Reino Unido. No obstante, creo que el resultado conseguido deberá satisfacer a todos. El evento está destinado a aliviar la tensión en la problemática de Oriente Próximo en el contexto de la Conferencia de Revisión del TNP. No olvidemos que la resolución que prevé la puesta en marcha de las negociaciones sobre la ZLADM data del año 1995. Desde entonces no se ha hecho nada. Rusia participará en la Conferencia de la forma más activa. Cabe enfatizar que la Conferencia no es un evento aislado sino el inicio del proceso que se basará en el consenso. Todos estaremos asegurados, Será absolutamente contraproducente bloquear de manera artificial este foro, en lugar de contribuir a su exitosa celebración.

A pesar de la destrucción de muchos de los elementos de la arquitectura de no proliferación, cabe destacar una fructífera interacción con fin de implementar la resolución 1540 del Consejo de Seguridad de la ONU para prevenir el acceso de terroristas y cualesquiera organizaciones no gubernamentales al material vinculado a las armas de destrucción masiva.

El próximo año se llevará a cabo la revisión global de la implementación de la resolución 1540 del Consejo de Seguridad de la ONU. Esperamos que, al término de la misma, se prorrogue el mandato del comité correspondiente del Consejo de Seguridad facultado para fomentar la cooperación en este ámbito tan importante.

Aplaudimos el nombramiento por la Junta de Gobernadores del OIEA del representante permanente de Argentina ante las organizaciones internacionales con sede en Viena, Rafael Grossi, como nuevo Director General del Organismo.  Tiene una misión muy responsable de promover una agenda que una a los Estados miembros y mantener la voluntad de trabajar en un ambiente amistoso y de forma colectiva y consensual.

El propio OIEA deberá seguir siendo  un mecanismo técnico y profesional de supervisar los compromisos garantizados y desempeñar el papel centra en la cooperación internacional en materia de uso civil de la energía nuclear. No tenemos duda de que el sistema de garantías del OIEA deberá permanecer objetivo y despolitizado, basarse en el Derecho Internacional y los acuerdos que se enmarquen en el mismo. En este contexto mencionaré el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) para el arreglo del programa nuclear iraní.

A pesar de las conocidas y absolutamente inadmisibles acciones de Washington, el  PAIC no perdió su significado. Permitió resolver todas las cuestiones del OIEA a Teherán, contribuyó a hacer el programa nuclear iraní transparente al máximo, confirmó los derechos legales de este país a diseñar y desarrollar las tecnologías nucleares de uso civil bajo la supervisión del Organismo. Irán, conforme al PAIC y a la resolución aprobatoria del Consejo de Seguridad, es el país más controlado del mundo. No lo olvidemos. Estamos convencidos de que está en interés de todos los países conservar el PAIC y crear condiciones favorables para ulterior implementación estable, completa y correcta en los plazos establecidos. Respaldamos los esfuerzos de los europeos en este sentido, aunque por ahora, lamentablemente, no dan fruto.

El arreglo del problema nuclear de la península de Corea es posible sólo con los métodos diplomáticos y a base del diálogo de todas las partes interesadas. El lanzamiento definitivo del proceso de desnuclearización de la península de Corea se hará realidad sólo en el caso de que avancen las negociaciones políticas de las partes involucradas que deberían dar pasos hacia el encuentro. Las propuestas concretas para alcanzarlo fueron formuladas por China y Rusia primero en la hoja de ruta, luego en el Plan de Acción que estamos terminando de acordar con los miembros del Sexteto.

En los últimos años ha degradado la situación en el ámbito de estabilidad estratégica. La profunda cridad en esta área no tiene precedentes en la historia moderna. Se debe, en primer lugar, a las acciones de EEUU, con el apoyo ciego de sus aliados, que da pasos consecutivos para terminar destruyendo la arquitectura de los tratados internacionales en materia de control de armas. Esta arquitectura se ha venido creando durante decenios y funcionó con éxito para el bien común en los períodos más difíciles de la historia mundial de la segunda mitad del siglo XX¿ pero ahora se ha convertido para Washington en un lastre y un límite innecesario que restringe las posibilidades de EEUU para aumentar su potencial militar en todo el mundo con fines de realizar presión sobre los oponentes o emplear directamente la fuerza militar, de los cual hay numerosos ejemplos.

Tiene consecuencias extremadamente negativas la destrucción por Washington del Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Más Corto. Es verdad que durante su funcionamiento las partes  acumulamos ciertas pretensiones recíprocas, pero en lugar de resolverlas de forma profesional y constructiva, nuestros colegas estadounidenses se preocuparon sólo de buscar pretextos para desmontar del Tratado en cuestión. Las medidas concretas y realistas propuestas por Rusia y destinadas a eliminar las preocupaciones mutuas en aras de salvar el Tratado, fueron rechazadas arrogantemente. Es lamentable que la mayoría de los miembros de la OTAN obedeció sin más a las exigencias de Washington sin aceptar nuestra propuesta de convencerse con sus propios ojos de lo artificioso de las afirmaciones estadounidenses.

En vista de que EEUU ya empezó a desplegar sus sistemas terrestres de misiles de alcance medio y más corto, Rusia, tal y como advirtió el Presidente Vladimir Putin, actuará de manera simétrica. Al mismo tiempo, para no desechar las posibilidades de mantener el equilibrio y previsibilidad en el ámbito de misiles, Rusia tomó la decisión de no desplegar los sistemas terrestres de misiles de alcance medio y más corto en ninguna zona donde no se emplacen los misiles análogos de fabricación estadounidense. El Presidente Vladímir Putin llamó en unos mensajes personales a los líderes de los países de la OTAN y Asia-Pacífico a adherirse a la moratoria para el despliegue de sistemas terrestres de los misiles de alcance medio y más corto.  No hubo respuesta clara por parte de la OTAN. Es más, nos han dejado entender que la OTAN no aceptará la propuesta. Desde luego, sabemos de la discusión en torno a la declaración de EEUU de su intento de emplazar misiles en cuestión en Asia-Pacífico, en particular en Japón y Corea del Sur, que ya se ha filtrado en el espacio público. Seúl negó haber oído estas conversaciones pero cuando el río suena, agua lleva.

La cuestión candente del orden del día es la prórroga del Tratado ruso-estadounidense de Reducción de Armas Estratégicas, que sigue siendo, a pesar de los problemas existentes, la última herramienta bilateral eficaz en materia de control de armas nucleares. Su prórroga impediría la destrucción definitiva de los mecanismos de control y restricción y permitiría ganar el tiempo para estudiar los posibles métodos de regulación de nuevas tecnología militares y acordar la composición de la mesa de las eventuales negociaciones. Entre tanto, Washington evade la conversación seria. Es más, emite públicamente señales poco optimistas con respecto al futuro del Tratado. Resulta francamente provocador la constante condición previa relativa a la incorporación de China en el proceso, en contra de la postura clara y reiteradamente declarada de Pekín.

Haremos todo lo posible para recuperar la dinámica del proceso de control sobre las armas. Estamos abiertos a interactuar de forma constructiva con todos los que estén dispuestos a colaborar para fomentar la seguridad internacional a base del respeto recíproco y el equilibrio de intereses de todas las partes y de un estudio integral de todos los factores, sin excepción alguna, que influyan en la estabilidad estratégica global.

Contamos entre tales el despliegue, por ahora no restringido, del sistema global de defensa antimisiles de EEUU. La configuración del mismo disipa las últimas dudas, si es que alguien las tenía, de que su objetivo no es el arsenal de misiles de Irán, sino mucho más ambicioso. Entre los factores mencionados están también los planes de emplazamiento de las armas de asalto en el espacio ultraterrestre y el desarrollo de sistemas no nucleares de alta precisión para asestar golpes preventivos y demoledores. Llama la especial atención el iniciado en EEUU desarrollo de las cargas nucleares de poca potencia al mismo tiempo que se ha previsto en los documentos doctrinales estadounidenses la posibilidad de rebajar el umbral de empleo de armas nucleares. No se puede tampoco ignorar su táctica destinada a debilitar el potencial defensivo de otros países usando los métodos ilegítimos de la presión económica unilateral a espaldas del Consejo de Seguridad de la ONU. Esta táctica no se oculta y consiste en exigir suspender la cooperación técnico-militar con la competencia de EEUU en diferentes regiones del mundo y adquirir las armas exclusivamente de fabricación estadounidense.

Provocan una creciente preocupación los intentos insistentes de nuestros colegas occidentales de subordinar a sus intereses geopolíticos el trabajo de los organismos multilaterales intergubernamentales de no proliferación, desdibujar el estatus independientes de sus secretarías, intentar de «privatizarlos».

El ejemplo más ilustrativo es la situación en la Organización para la prohibición de las Armas Químicas (OPAQ). Cabe subrayar que la secretaría técnica de este organismo internacional ostenta exclusivamente las competencias establecidas en la Convención sobre las Armas Químicas. No obstante, los países occidentales, al tomar el año pasado el rumbo hacia la suplantación del Derecho Internacional por sus reglas, infringiendo burdamente la Convención sobre las Armas Químicas, obligan, con los votos de la minoría de sus participantes, a la secretaría técnica a solucionar cuestiones que incumben exclusivamente al Consejo de Seguridad de la ONU. Las contradicciones profundas surgidas a consecuencia de ello en las filas de la Organización, afectarán inevitablemente el futuro de la Convención sobre las Armas Químicas.

Los colegas occidentales tampoco quieren aceptar la consolidación de la comunidad internacional en el camino hacia la elaboración de unas normas únicas para contrarrestar el terrorismo vinculado a las armas de destrucción masiva y sus componentes. Me refiero a la situación que se dio en la Conferencia de Desarme en Ginebra hace unos años, cuando Rusia y China propusieron desarrollar a base de esta plataforma internacional universal y comúnmente reconocida, una nueva herramienta, la Convención para la lucha contra los ataques del terrorismo químico y biológico. Los miembros de la OTAN se pronunciaron rotundamente en contra, pero urge dar algunos pasos en la situación tan arriesgada que estamos viviendo, cuando el acceso a los materiales relativos a las sustancia tóxicas químicas y biológicas puede resultar abierto para los que nos deben tenerlo. En lugar de dedicarse a trabajar en ello en una plataforma de negociaciones colectivas en Ginebra, en la Conferencia de Desarme, los miembros de la OTAN anunciaron la creación de cierta «asociación para luchar contra la impunidad por el empleo de armas químicas», que no se rige por ningunas reglas del Derecho Internacional. Fueron invitados a participar sólo los que comparten la postura de Occidente, también sobre la acusación infundada del gobierno sirio de haber perpetrado varios ataques químicos investigados por la OPAQ bajo la batuta de Occidente y con métodos bastante dudosos y contrarios de la Convención. En la asociación arriba mencionada se tomarán decisiones, como si de un club cerrado se tratara, que se presentarán como decisiones de la comunidad internacional, y es lo que ya está sucediendo.

La tendencia de suplantar de las organizaciones intergubernamentales y universales, regidas por las herramientas de Derecho Legal comúnmente aceptadas, por estos clubes cerrados para los que no van a discutir ni oponer resistencia, es muy peligrosa. Lamentablemente se hace cada vez más consistente en la política de nuestros colegas occidentales. Quiero destacar que las amenazas de proliferación son demasiado serias para convertirlas en el objeto de juegos geopolíticos e intentar usarlas para regatear y obtener ventajas ilegítimas en los asuntos internacional. Y sólo, o mayoritariamente, con los fines geopolíticos e ideológicos.

Estamos convencidos de la necesidad de abordar de forma sistémica las cuestiones de no proliferación y control de armas. Es posible conseguirlo únicamente entablando un diálogo abierto para todos, Rusia está dispuesta a hacerlo y está interesada en interactuar con todos los que compartan el objetivo de fortalecer la paz, la seguridad y la estabilidad.

Me gustaría expresar cierto optimismo con motivo de la aprobación por la Primera Comisión de la Asamblea General de la ONU del proyecto de resolución presentado por Rusia y titulado «Sobre el fomento del sistema de tratados de control de armas, desarme y no proliferación». Se pronunciaron a favor del proyecto 175 Estados, incluidos todos los países miembros de la OTAN, sin que ningún país se hubiera opuesto al mismo. Si conseguimos unirnos en esta plataforma, podremos superar las complicaciones objetivas y, en su gran parte, subjetivas que se registran en el camino hacia una mundo estable y seguro. Confío en que su conferencia y las discusiones planeadas permitan acercarnos a esta meta.

Pregunta (traducción del inglés): Recientemente, el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, declaró, con respecto a la amenaza rusa, que «la OTAN sufre muerte cerebral. ¿Qué opina usted sobre esta declaración?

Respuesta: En cuanto a la parte médica, no me gustaría entrar en discusiones sobre los diagnósticos. Si el presidente de Francia, Emmanuel Macron, siente que este diagnóstico es correcto, tiene todo el derecho a anunciarlo. El conoce la situación en la OTAN mucho mejor que yo, ya que representa al país que es uno de los líderes de la Alianza. A nosotros nos interesa entablar un diálogo normal con la OTAN. No es nuestra culpa que fueron congeladas casi todos los canales de cooperación, fue suspendido el diálogo entre los militares. No fuimos nosotros los promotores de las medidas que la OTAN emprendió con respecto a la delegación rusa en la OTAN en Bruselas. A los miembros de la misma simplemente tienen allí durante varios días sin atender siquiera sus peticiones y preguntas más elementales. No vamos a insistir, pero es de nuestro interés, tal y como está previsto en nuestra doctrina de la política exterior, fomentar la cooperación equitativa  y mutuamente beneficiosa con la OTAN. Por eso, en cuanto la OTAN «convalezca», no nos haremos de rogar.

Pregunta: En su discurso en la II Conferencia sobre la entrada en vigor del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCEN) en Nueva York, el pasado 25 de septiembre, usted planteó la cuestión de que no todos los diplomáticos rusos habían obtenido los visados. Tal vez esta importante Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), que acaba de mencionar, podría ser trasladada a Viena, donde hace mucho se había discutido uno de los pilares del TPN, en concreto, las garantías. Además, no habrá problemas con la tramitación de visados.

Respuesta: En cuanto a la celebración de los eventos internacionales en diferentes sedes de la ONU, realmente ha surgido un gran problema. La parte estadounidense no cumple con sus compromisos de asegurar el trabajo normal de los organismos de la OTAN que se ubican en la sede de Nueva York. No se trata sólo de la actitud inadmisible con respecto a las delegaciones rusas, sino también con respecto a los delegados de muchos países más, que se enfrentan al mismo problema. La cuestión fue discutida en la Primera Comisión, responsable de los temas de desarme, y en el Comité de Relaciones con el País Anfitrión. El informe aprobado al término de esta discusión, establece claramente que la parte estadounidense actúa de forma ilegítima. Además, el convenio entre la ONU y el gobierno de EEUU, como país anfitrión de los organismos centrales de la ONU, contiene el artículo que prevé aplicación de procedimientos de arbitraje en semejantes situaciones. Los debe iniciar el secretario general de la ONU. De momento seguimos esperando con paciencia, pero no podremos hacerlo infinitamente. Este problema no es un problema puntual  relacionado con la participación de las conferencias aisladas, sea la de Revisión del TPCEN u otras. Es un problema sistémico que deberá solucionarse de forma sistémica. Por eso insistiremos en que el secretario general ponga en marcha todos los procedimientos previstos por el Acuerdo entre las Naciones Unidas y su país anfitrión.

Pregunta (traducción del inglés): Rusia tiene muy buenas relaciones con los países del Sur de Asia. Entretanto, Asia Meridional vuelve a convertirse en un de los focos de tensión nuclear. ¿Qué podría hacer Rusia para solucionar este problema? Ya está trabajando en ello y esto podría mejorar la situación.

El control de armas es una cuestión muy importante. No se trata sólo de herramientas multilaterales. Los países de Asia del Sur acumulan tecnologías y armas. Observamos tal desequilibrio que amenaza la estabilidad estratégica. Estaría bien contar con cierta  moderación por parte de los proveedores nucleares...

Respuesta: Estoy de acuerdo con su modo de pensar. Desde luego, los problemas en el ámbito de proliferación de armas de destrucción masiva y otros tipo de armas modernas de alta precisión requieren una conversación aparte, y estamos listos a ella. Pero cuando ninguna de nuestras propuestas recibe reacción inteligible de nuestro socio principal en este ámbito, EEUU, es difícil hacer algo de forma unilateral. Llamamos constantemente la atención a las numerosas propuestas en materia de estabilidad estratégica y control de armas que presentamos a EEUU y de las que saben otras potencias mundiales. Estas propuestas siguen sobre el tapete.

En cuanto a la India y Pakistán, nuestro país, aún en la época de la Unión Soviética, emprendió muchos esfuerzos para que estas relaciones se desarrollasen en clave constructiva y no confrontacionista. Si ambas partes tal lo desean, estaremos dispuestos a estudiar las formas de nuestra participación que las partes consideren útiles, posibles y necesarias. Como un resultado ya conseguido, destacaré la adhesión de la India y Pakistán a la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), con nuestro enérgico apoyo.  De esta manera, contamos con un foro más, conde los líderes y los ministros de Asuntos Exteriores pueden comunicarse en un ambiente amistoso y corporativo que, espero, ayudará a impulsar el diálogo entre Delhi e Islamabad para el bien de los pueblos de estos países y de toda la región.

Pregunta: Como usted ha señalado justamente, la propuesta rusa sobre la renuncia al despliegue de los misiles de alcance medio es la única manera de prevenir el nuevo y muy peligroso bucle de la carrera armamentista, que, según creo, podría llevar a la repetición de la Crisis de los Misiles en Cuba en 1962 o a algo aún más grave.

Usted ha comentado que EEUU y sus aliados no reaccionan ante la propuesta rusa esgrimiendo dos argumentos en contra. El primero es que el propio término «moratoria» se interpreta como el intento de Rusia de conservar los misiles ya desplegados en contra del Tratado. Se parangona esta situación con la de 1982, cuando la URSS proponía no desplegar y declarar moratoria conservando sus misiles SS-20. ¿Conviene usar el término «moratoria» que no hace más que «enturbiar las aguas».

Y el segundo es: ¿cómo controlar la implementación de la iniciativa rusa de no despliegue? De ahí surge la pregunta: ¿es posible encomendar tal control a los mecanismos de inspección existentes dentro del Acuerdo de Cielos Abiertos? Por ejemplo, usando parte de vuelos para convencerse de que no se lleva a cabo el despliegue. O incluso el mecanismo del Tratado START-III, que prevé la realización de las inspecciones terrestres, también las relativas a los sistemas móviles de misiles balísticos intercontinentales, que tiene Rusia. Semejantes inspecciones podrían usarse también para convencerse de que los compromisos de no despliegue se cumplen tanto por Rusia, como por EEUU.

Respuesta: En cuanto al término de «moratoria», llámese como se llame. No creo que hay un problema terminológico y todos se dan cuenta de ello perfectamente. Es verdad que nos acusaron de intento de engaño a la hora de proponer el acuerdo sobre la renuncia recíproca al despliegue de este tipo de armas, de haberlas ya desplegado. A esto le recordamos a la parte estadounidense que llevamos varios años pidiendo a los estadounidenses presentarnos pruebas concretas de las infracciones. Se negaron rotundamente a hacerlo. Nadie nos ha enseñado jamás las imágenes de satélite, que en mi opinión, es lo único que puede justificar sus denuncias. Y no cabe duda de que las tienen. Al igual que tienen las imágenes de satélite del derribo en el cielo de Ucrania del Boeing malasio. Tampoco las enseñan a nadie. Simplemente afirman que nosotros somos los responsables. En este caso afirman que tal misil infringe el Tratado y por eso debemos destruirlo. En cambio, nosotros proponíamos todo un manual de procedimientos para solucionar estos problemas. No, debemos destruirlo, nadie quiere saber nada más. Entonces, organizamos una demonstración en enero de 2019 invitando a los agregados militares de la mayoría de los Estados, incluidos todos los miembros de la OTAN. A todos los miembros de la OTAN, incluidos los de la vieja Europa, se les prohibió asistir al evento y verlo, se les prohibió escuchar siquiera la rueda informativa de más de dos horas de duración, con posibilidad de recibir respuestas a cualesquiera preguntas. Está claro que, dada la ausencia de EEUU, las preguntas hechas no abarcaban del todo el ámbito de intereses de nuestros socios occidentales en este tipo de armas. Pero se les brindó tal oportunidad que despreciaron y se mostraron descorteses, dado que son representantes militares de los departamentos militares de sus países en Moscú. Los únicos que se atrevieron a desobedecer a Washington y fueron a ver el misil en cuestión, fueron los turcos, los búlgaros, los chipriotas y los griegos. Habla por sí mismo. Según se comportan las personas, se puede saber lo que traman. Nuestras pretensiones a los estadounidenses se refieren a los misiles furtivos (misiles de alcance medio y más corto), que reúnen todos los parámetros de este tipo de armas, y a los vehículos aéreos no tripulados, que no están previstos en el Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Más Corto. Es más, propusimos celebrar negociaciones complementarias sobre los vehículos no tripulados, pero los estadounidenses se negaron rotundamente. Existe el sistema de lanzamiento vertical de misiles MK-41 que, según llevamos varios años denunciando, es capaz de ser empleada para el lanzamiento de misiles de crucero para atacar. Nos responden que no es así, aunque en la página web del fabricante, la empresa Lockheed Martin, está indicado que es de doble función: de defensa antimisiles y de asalto. Fue éste el sistema que ensayaron los estadounidenses sin preocuparse de explicar por qué hasta ahora habían rechazado la aptitud del MK-41 de lanzar los misiles de crucero.

En cuanto a los mecanismos de verificación. El Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, dirigió a los líderes de más de 50 países un mensaje extenso anunciando que estamos dispuestos a buscar el compromiso y estudiar las posibilidades de verificación, en el marco de la discusión de la moratoria, o llámese como se llame. Así que, la pelota está en su tejado.

Pregunta (traducción del inglés): En cuanto al régimen de no proliferación, está sufriendo la crisis a raíz de las acciones unilaterales de EEUU y la falta de habilidades de liderazgo en este ámbito en  muchos Estados. ¿Cree usted que Rusia tiene la posibilidad de recuperar el papel de líder para restaurar el régimen de no proliferación, en particular, con respecto al programa nuclear iraní? ¿De qué manera podemos conservar la Conferencia de Revisión de TNP?

Respuesta: Ya he mencionado los pasos a dar para que la Conferencia de Revisión del TNP-2020 no repita la suerte de la anterior, del 2015. Para aprovechar al máximo todas las posibilidades, no basta con el liderazgo de un sólo país. En cuanto al procedimiento de revisión, siempre han desempeñado un papel muy específico los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, que, conforme al Tratado, poseen legítimamente las armas nucleares. Tomando en consideración la aspiración a un avance rápido hacia el mundo sin armas nucleares, muchos activistas antinucleares exigen excluir otros factores que influyen en la estabilidad estratégica, lo cual es imposible, ya que no se trata de la destrucción de las armas nucleares por destruirlas, sino de que en el mundo no haya armas desestabilizantes que creen riesgos y amenazas constantes. Es por eso que enumero todos los factores que deberán ser considerados antes de avanzar hacia la reducción de las armas nucleares. El quinteto de las potencias nucleares centra la atención de todos y  muchos de los activistas que abogar por destrucción inmediata de las armas nucleares lo acusan de actuar con demasiada lentitud, de no ser consciente de su propia responsabilidad. En este contexto, los pasos constructivos que proponen los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y potencias nucleares, son necesarios para que las conferencias de revisión sean fructíferas, para que el quinteto demuestre que no ignora los sentimientos de muchos países miembros del TNP. Pero para ello, el quinteto debe estar unido. Si llevamos desde 1995 sin poder convocar la conferencia sobre la zona libre de armas de destrucción masiva en Oriente Próximo, acordada entonces, para el quinteto no es un motivo de orgullo. Cuando por culpa de uno de los miembros del quinteto resulta destruido o casi destruido (espero que aún pueda ser salvado) el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), aplaudido por todos como un gran avance no sólo en cuanto al programa nuclear iraní, sino también en cuanto al fomento del régimen de no proliferación, esto, desde luego, no añade puntos al quinteto en víspera de la Conferencia. Rusia, que tiene unas posturas defendibles, aboga por la Conferencia sobre Oriente Próximo, por la conservación del PAIC. En esta situación podríamos presentar a nuestros colegas occidentales como incapaces de mantener un acuerdo, especialmente EEUU, pero no queremos hacerlo. Somos conscientes de una gran responsabilidad colectiva del quinteto. Y estamos interesados en que esta responsabilidad prevalezca sobre los juegos del momento en el contexto del próximo o anterior ciclo electoral en este u otro país, que esta responsabilidad prevalezca sobre los artificial, coyuntural y superficial. Creemos que los expertos serios del quinteto se dan cuenta de ello. Y de ser así, trataremos de elaborar las recomendaciones que permitan a los líderes de los países del quinteto actuar de forma responsable y promover un orden del día comúnmente admisible en el ámbito de no proliferación.

Pregunta (traducción del inglés): Es obvio que Rusia es un actor importante en Oriente Próximo. Y allí se celebrará la Conferencia sobre la creación de la zona libre de armas de destrucción masiva. ¿Considera usted posible conseguir la creación de zonas libres de ensayos nucleares en Oriente Próximo? ¿Es posible empezar a discutirlo? Lleva desde 2016 trabajando con Lassina Zerbo en la posibilidad de declarar la moratoria de los ensayos nucleares y aprobar la correspondiente declaración. ¿Cree usted que existen condiciones que nos permitan regresar a esta idea? ¿Podremos, por fin, hacer esta declaración en nombre del quinteto?

Respuesta: En cuanto a la segunda parte de su pregunta, ya he dicho en el discurso introductorio que EEUU declaró oficialmente que no tenían la intención de ratificar el TPCEN. ¿Cómo recibirán en este contexto la idea de declarar una moratoria? La moratoria, de hecho, existe, sólo que no está documentada legalmente. Es una buena idea pero discútala usted primero con los estadounidenses y otros colegas. Cuando Rusia propone algo, la sospechan siempre de  una segunda intención. Tal vez a usted le salga mejor promover la postura neutral de esta iniciativa.

En lo que se refiere a Oriente Próximo y la propuesta de empezar por el Tratado de Prohibición de los Ensayos Nucleares en esta región, creo que complicaría la discusión en torno a la creación de la zona libre de armas de destrucción masiva. Si empezamos hablando sobre la prohibición de los ensayos nucleares, se supone que existe algo que se pueda ensayar. En cambio, queremos que no exista nada por el estilo.

Pregunta (traducción del inglés): Tras el fracaso de las negociaciones en Hanói, entre EEUU y Corea del Norte hay muchas contradicciones. Se debe a la presión que Washington ejerce sobre Pionyang​ en lo que se refiere a la elaboración del plan de desnuclearización del país. Al mismo tiempo, Corea del Norte exige garantías de seguridad. Usted se desempeña como mediador habiendo elaborado su propio plan de acción. ¿Cómo lo evalúa? Creo que a ambas partes les gusta este plan por ahora. ¿Tiene usted algún secreto para convencer a ambas partes, dado que la situación es crítica?

Respuesta: Cuando empezamos a emprender esfuerzos para entablar el diálogo entre Washington y Pionyang, Rusia y China nos pronunciamos a favor de los contactos entre ellos y expresamos nuestra sincera opinión de que se podría conseguir el éxito sólo a base de un movimiento al encuentro: paso por paso, etapa por etapa, de forma paulatina. Y advertimos a la vez contra la lógica que obliga a Corea del Norte primero a destruir todo lo relacionado con la fabricación de armas nucleares (y los misiles) y luego ya se pensaría cómo garantizar su desarrollo económico, el levantamiento de sanciones, etc. Esta lógica es absolutamente inútil y el encuentro en Hanói lo puso de manifiesto. Nuestra hoja de ruta propuesta conjuntamente con la parte china, preveía primero fomentar la confianza celebrando varias reuniones; en la siguiente etapa se tomarían algunas medidas concretas, incluida la suspensión de los ensayos militares y lanzamientos de misiles; luego se celebrarían las negociaciones. Es como se está desarrollando la situación. Al menos hasta los recientes ensayos que su país celebró junto con EEUU y que provocó una reacción negativa de las autoridades de Corea del Norte. Ahora, cuando la lógica de la hoja de ruta es aceptada por todos, según las evaluaciones ruso-chinas, hemos elaborado el plan de acción basado en el principio de pasos «recíprocos». Recoge los pasos que EEUU y Corea del Norte podrían dar sin perjuicio para su reputación. Los países que participan en las negociaciones a seis bandas ya llevan un par de meses estudiando este plan y, según entiendo y como usted ha dicho, ha causado una impresión positiva.

Hemos formulado las ideas que todos aprueban pero no podemos realizarlas en lugar de los estadounidenses y norcoreanos. Hace falta impulsar los contactos suspendidos por ahora. No obstante, mantenemos el diálogo regular con el representante especial de EEUU para Corea del Norte, Stephen Biegun. También mantenemos el diálogo regular con Pionyang. Si no me equivoco, en la conferencia de hoy participan los expertos de EEUU y de Corea del Norte. Además, realizamos consultas regulares con nuestros colegas surcoreanos. Pero, a modo de conclusión, quiero subrayar que no hace falta esperar de Rusia o de China que lo solucionemos todo por EEUU y Corea del Norte. No hay que esperar que el diálogo se reanude de alguna manera. Creo que el plan paralelo e independiente de los contactos entre el sur y el norte de la península de Corea aprobado hace un par de años está injustamente desatendido. Hace mucho que no oímos nada del proceso. Y eso que se había llegado a unos acuerdos importantes sobre la reanudación de la comunicación por ferrocarril y muchos más. Estábamos dispuestos a ayudar dado que tenemos proyectos infraestructurales tripartitos, con la participación de ambas Coreas y Rusia. Por eso, destacaría la importancia de relaciones entre las partes coreanas como un elemento complementario de la tarea de estabilización y desnuclearización de toda la Península de Corea.

Pregunta (traducción del inglés): Me gustaría volver a sus observaciones sobre la OPAQ. El problema está en que recientemente se emplearon los agentes tóxicos. A pesar de un gran número de pruebas contra los responsables de ello, se ponen en entredicho, al igual que los resultados de los análisis. Dado el apego de los Estados partes a la Convención sobre las Armas Químicas, lo correcto sería conceder a la OPAQ las funciones atributivas independientes para en semejantes situaciones el análisis resulte más consensuado.

¿Podría imaginar que algún día conseguiremos un mundo sin armas nucleares?

Respuesta: Esto suena a una novela de ficción. Si se me pregunta, estoy a favor. Pero nunca se sabe qué se le ocurrirá al ser humano. La soberbia humana, el deseo de dominar es algo muy común. De momento tenemos que pensar en un mundo libre de riesgos y amenazas. Y si las garantías de seguridad a corto plazo exigen que las armas nucleares se conserven bajo el control de mecanismos correspondientes de verificación y las demás condiciones necesarias para que nadie sospeche a nadie, así deberá ser.  Volvemos una vez más a la pregunta de si el mundo será más seguro sin las armas nucleares, con los escudos antimisiles, las armas en el espacio, las armas del llamado Rápido Ataque Global (Prompt Global strike) y mucho más, y dado el desequilibrio en las armas convencionales, de las que se acuerda poco por alguna razón. Lea el informe del SIPRI sobre el balance de las armas pesadas de la OTAN en Europa y de Rusia: la OTAN nos adelanta en 2-3 veces en cada categoría de las armas pesadas. Esto habría que tomarse en consideración en nuestras discusiones.

En cuanto a la OPAQ, estoy de acuerdo en que cualquier episodio del empleo de las sustancias químicas prohibidas debería investigarse de forma independiente. Por ahora este trabajo no es independiente. La Secretaría Técnica instituida conforme la Convención sobre las Armas Químicas con el único objetivo de reaccionar ante las comunicaciones sobre los supuestos episodios del empleo de sustancias prohibidas y establecer si tal sustancia fue empleada o no. Ni más ni menos. Pero un detalle muy importante: la Secretaría Técnica está obligada a establecer si fue empleado el agente tóxico prohibido o no, sólo en función de los procedimientos aprobados por la Convención. Esto significa que los expertos independientes visiten el lugar de los hechos. Que recojan personalmente las nuestras de suelo, aire, biomateriales si hay personas afectadas, que estas muestras se transporten al laboratorio certifica bajo el control ininterrumpido de estos mismos expertos de la OPAQ. Y que luego el laboratorio entregue su informe a la dirección de la Organización. En ninguno de los casos previos a la crisis estallada en la OPAQ se cumplieron estos requisitos. Empezando por Jan Sheijún, cuando los expertos se negaron a viajar al lugar de los hechos alegando la falta de seguridad. Cuando insistimos en la visita de os expertos, nos dijeron desde La Haya que ya no hacía falta porque, por una feliz casualidad, las muestras ya habían llegado a Londres y París. Los franceses y los británicos las compartieron con la OPAQ. ¿Qué le parece tal independencia? Naturalmente nos dirigimos en seguida a Londres y París para que ayudaran a garantizar la seguridad de los expertos de la OPAQ al lugar del ataque, ya que, de haber recibido las muestras por sus canales, debían saber cómo hacerlo. Se negaron a hacerlo y a nuestra pregunta de cómo habían obtenido las muestras nos contestaron que era secreto. ¿Esto es la independencia de la OPAQ de Londres y Paría? ¿O, tal vez, una pequeña dependencia? Es después de este feo episodio que se publicó el informe sobre lo ocurrido en Jan Sheijún. Estaba claro que todo había sido escenificado y el informe consistía de los highly likely, «hay buena razón para suponer», «probablemente», etc. Es un documento tan poco profesional que detracta a los funcionarios internacionales. El grupo conjunto de investigación fue facultado por el Consejo de Seguridad de la ONU, tal y como debe ser en la situación cuando hace falta realizar procedimientos  sumarios, imputar la culpa, tan sólo el Consejo de Seguridad de la ONU tiene la facultad de aprobar este u otro mecanismo. Es por eso que el mecanismo en cuestión se suspendió al haberse desacreditado con el informe mencionado. Y esto desacredita también a nuestros colegas occidentales, ya que el 99% de los miembros del mecanismo eran los representantes de los países occidentales.

La misión de determinar los hechos sobre las denuncias de uso de sustancias químicas tóxicas en Siria estaba encabezada por dos personas: una dirigía el grupo que investigaba las denuncias de la oposición contra el gobierno, la otra, las denuncias del gobierno contra la oposición. Ambas, por una feliz casualidad, resultaron ser súbditas de Su Majestad la Reina de Gran Bretaña, Isabel II. Es por eso que la suerte de este mecanismo, arbitrario, usado con descaro en interés de una sola parte, estaba echada. Al impedir la prórroga del mandato de este mecanismo, nosotros, junto con nuestros partidarios, no tardamos en proponer que el Consejo de Seguridad de la ONU cree un nuevo organismo que se rija por la regla obligatoria de aplicar sólo los procedimientos previstos por la Convención para las Armas Químicas para los casos del eventual empleo de los agentes químicos. Esto no les gustó a nuestros colegas occidentales que, precisamente, intentaban aplicar unos procedimientos ilegales e ilegítimos. Esto pone de manifiesto la diferencia entre el Derecho Internacional y las reglas en las que Occidente pretende basar el orden del mundo (rules based-world order). El Derecho Internacional es la Convención. Establece lo siguiente: si reciben el aviso, tienen que ir personalmente al lugar de los hechos, recojan las muestras y llévelas al laboratorio para que dé su informe. Esto forma parte del Derecho Internacional. Pero cuando nos dicen que las muestras se recogieron a distancia, que los «chicos de Londres y París, habían ayudada, ya no se trata del Derecho Internacional sino de la reglas con las que se pretende sustituir el Derecho Internacional. El caso de la OPAQ es un vivo ejemplo del concepto que tanto les gusta declarar con solemnidad en sus documentos a nuestros socios occidentales: «el orden mundial basado en reglas». Nosotros, en cambio, confiamos en que no las reglas impuestas por un reducido grupo de países, sino las herramientas acordadas del Derecho Internacional, incluidas las convenciones y resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, constituirán la base de nuestras acciones.

 


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