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Entrevista concedida por el director del Departamento de nuevos retos y amenazas del MAE ruso, Iliá Rogachov, al diario Kommersant, publicada el 21 de septiembre de 2017

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Pregunta: ¿Presentará Rusia es este período de sesiones algunas iniciativas en materia de lucha antiterrorista?

Respuesta: No es nuestro objetivo presentar iniciativas porque sí. Fue en los años soviéticos que nos decían desde arriba que había que presentar una resonante iniciativa sobre eso o sobre lo otro. Pero esto está en el pasado. Sin embargo, exponemos iniciativas con regularidad. Simplemente, muchas veces, no llegan al público más amplio.

En cuanto a la ONU, por nuestra iniciativa se celebrará el próximo 28 de septiembre la reunión del Consejo de Seguridad sobre los resultados intermedios de la implementación de su resolución 1373, la básica sobre la lucha contra el terrorismo aprobada en 2001 tras los conocidos sucesos  trágicos del mes de septiembre. Nos gustaría llamar la atención de nuestros colegas a que la implementación de esta resolución no se está llevando a cabo de forma correcta, hay cuestiones que podrían mejorar.

Pregunta: La ONU creó una oficina especializada para la lucha contra el terrorismo y la encabezó un diplomático ruso. ¿Se puede esperar en este contexto que los esfuerzos de la comunidad internacional en este ámbito sean más exitosos?

Respuesta: Llamamos este nuevo organismo de la ONU la Dirección de la Lucha contra el Terrorismo (DLT). Efectivamente, la encabezó el diplomático ruso, Vladimir Voronkov, nombrado Secretario General Adjunto. Consideramos esta decisión un reconocimiento por parte de la ONU de la postura sopesada y activa de Rusia en materia de la lucha antiterrorista. Se trata de mi colega a quien conozco desde hace mucho como un diplomático experimentado y de alta profesionalidad. Le espera un período muy complicado cuando tendrá que organizar el trabajo de una nueva subdivisión de la Secretaría de las Naciones Unidas. Pero estoy seguro de que lo conseguirá con la máxima eficacia y hará todo para que el nuevo organismo sea cuanto más útil. Dado el predominio general de los representantes occidentales en los organismos especializados de la ONU, esperamos que el trabajo en el marco del nuevo mecanismo sea más equilibrado en cuanto a la representación de los intereses de los Estados.

Pregunta: ¿Es posible, en general, la eficaz cooperación internacional en este ámbito dado que no existe una definición común del terrorismo sin hablar ya de una lista única de la organizaciones terroristas?

Respuesta: La inexistencia de la definición no ayuda a solucionar los problemas, desde luego, pero tampoco es un obstáculo insuperable.

Primero, se están redactando listas unificadas y acordadas en el Consejo de Seguridad de la ONU del EI, Al Qaeda y Talibán que contienen tanto a los terroristas militantes (son más de 250 en total) como los grupos terroristas afiliados con el EI, Al Qaeda, el movimiento de los talibanes (unas 80 organizaciones).

Segundo, diferentes documentos internacionales contienen varios elementos que permiten hacer una definición de trabajo de lo que es el terrorismo. Por ejemplo, el Convenio Internacional para la Represión de la Financiación del Terrorismo contiene la lista de las actividades delictivas cuya financiación se califica la financiación del terrorismo. Es decir, en teoría, la respuesta a la pregunta qué es la actividad terrorista puede ser sacada de allí.

No obstante, el terrorismo internacional es un fenómeno muy complejo que no puede verse como un sistema unificado. Por lo tanto, realmente no existe una definición universal de la ONU aunque el trabajo para encontrarla viene realizándose desde hace muchos años.

Pregunta: ¿Las lagunas en la terminología obstaculizan mucho la eficaz cooperación internacional?

Respuesta: Todas estas lagunas son más bien una consecuencia, no la causa de las discrepancias, que radica en la manifiesta divergencia de los intereses políticos y geopolíticos de los Estados, en el deseo de algunos de ellos de conservar su hegemonía en el escenario mundial y de otros – de denunciar este injusto orden mundial. A raíz de estas contradicciones globales se bloquean muchas iniciativas que podrían traer beneficios prácticos. Muchas veces las ideas sensatas se convierten en un objeto de regateo o se frenan solo para perjudicar al oponente político. En la teoría de las relaciones internacionales esta práctica se denomina «juego de suma cero». Este «juego» se observa en muchas situaciones, sin excluir, por supuesto, la lucha contra el terrorismo.

Pregunta: ¿Cómo se manifiesta?

Respuesta: Por ejemplo, afecta la redacción de las antes mencionadas listas de sanciones. Para añadir a nuevas personas u organizaciones hace falta realizar un trabajo diplomático muy minucioso (basado, naturalmente, en los datos proporcionados por los servicios secretos). No siempre, por desgracia, se encuentran soluciones admisibles para todos, mientras tanto, por falta de consenso entre los socios, salen ganando los terroristas.

Pregunta: Últimamente los expertos dicen cada vez más a menudo que el EI, en sus formas territoriales, políticas y simbólicas, está cercándose a su fin. ¿Está de acuerdo con esta afirmación? De ser así ¿cuánto tiempo, según Usted, le queda?

Respuesta: Es evidente que los esfuerzos de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia y del ejército sirio, regenerado también con nuestra ayuda, tienen como resultado una derrota militar del EI en Siria tras otra. Tiene razón cuando menciona que el peligro del Estado Islámico no se limita al número de militantes o su equipamiento técnico y militar, que, por cierto, es bastante bueno. Una amenaza muy seria consiste en la campaña propagandística del EI y sus partidarios.

Los terroristas, incluidos los suicidas, que utiliza en calidad de arma de crimen todo – desde un cuchillo hasta un camión – perpetran sus delitos en nombre del EI a miles kilómetros de distancia de las zonas de combate en el territorio sirio o iraquí. Esto sucede tanto en los Estados vecinos de Siria como en la Europa antaño tranquila y segura, también en casi todos los países de Asia e incluso en la lejana Australia. Sólo en América Latina el EI aún no se manifiesta aunque ya llevaron al continente los problemas específicos.

Pero el EI no es, ni mucho menos, la única organización terrorista del corte islamista. Hay numerosos grupos que persiguen fines similares tergiversando los principios del islam y divulgando las interpretaciones falas del Corán para sustentar sus intereses.

Allí está, como antes, Al Qaeda. Es sorprendente que tal «cambio de marca» embelese a algunos de nuestros socios. Y si hacen frente de alguna manera al EI, al menos bravuconean con las declaraciones al respecto, no quieren luchar de ninguna manera con Jabhat al-Nusra, que es, de hecho, la antigua Al Qaeda. Y todo porque alcanzar fines no demasiado plausibles es mejor con las manos ajenas, sin involucrar las fuerzas armadas propias.

Pregunta: ¿Según los datos de las autoridades rusas, el líder del EI, Abu Bakr al-Baghdadi, está vivo o muerto?

Respuesta: No voy a especular con respecto a esta cuestión, le recomiendo dirigirse a los organismos competentes. Si realmente está neutralizado es un gran éxito de las Fuerzas Aeroespaciales rusas y de Rusia en la lucha antiterrorista.

Por otra parte, la neutralización del cabecilla del EI aún no significa el triunfo completo. Recordamos como los estadounidenses anunciaron solemnemente al mundo la liquidación de Osama Bin Laden (a quien en su tiempo «habían criado» ellos mismos). Es, desde luego, una historia muy confusa. Las imágenes y los comunicados divulgados por los medios occidentales parecían los guiones de las películas de acción de Hollywood. ¿Pero acaso Al Qaeda dejó de existir? ¡Para nada! Sigue activa no sólo en Afganistán y Pakistán sino se hizo presente en África del Norte, en Oriente Próximo, en particular, repito, en Siria, y en muchos otros países.

Pregunta: ¿Qué puede esperar el mundo tras la derrota del EI? ¿Qué amenaza representan sus esquirlas y se sabe cómo neutralizarlas? ¿La tendencia hacia un terrorismo individual y de bajo coste no le quita el sentido a la cooperación internacional en la lucha antiterrorista?

Respuesta: Solo empezamos a percibir las consecuencias del cambio de la táctica de los terroristas, del paso al terrorismo, como Usted ha dicho, individual y de bajo coste, del resurgimiento en Europa de las células terroristas «dormidas». Por ahora es difícil evaluar las dimensiones de la amenaza de los atentados. Lo único que está claro es que va en aumento en vez de reducirse. Esto se nota en la actitud y el estado de ánimo de mis colegas europeos.

En estas condiciones la necesidad de una eficaz cooperación internacional es aún mayor. Ni siquiera los terroristas solitarios se radicalizan ni juran la lealtad al EI por sí solos. Están en contacto directo (cada vez con más frecuencia a través de las redes sociales) con los reclutadores, los emisarios de las organizaciones terroristas, ó se enganchan a la ideología extremista en Internet.

Rastrear e impedir los movimientos de los terroristas extranjeros, monitorear  rigurosamente el contenido en el espacio mediático según los estrictos estándares unificados, intercambiar la información inmediata entre los servicios secretos – estas son las acciones imprescindibles para neutralizar la amenaza terrorista. Todo esto requiere la cooperación honesta entre los Estados, sin las «agendas ocultas» ni políticas de doble rasero.

Un papel importante en la prevención del terrorismo pueden y deben desempeñar las instituciones de la sociedad civil: las comunidades empresarial, educativa, religiosas, ONG, medios de comunicación. Sus esfuerzos deben controlarse y coordinarse por los correspondientes organismos estatales que asumen la principal responsabilidad por garantizar la seguridad de un país, de la sociedad en general y cada uno de los ciudadanos.

Por otra parte, la exacerbación exagerada de la tensión en el espacio mediático hace juego a los terroristas, afecta negativamente a las personas psíquicamente inestables. Los periodistas y cualesquiera generadores de noticias son altamente responsables por el contenido y el mensaje de sus comunicados y posturas públicas. Deben estar conscientes de que sus palabras pueden tanto salvar como matar. Un importante testimonio de este concepto en la comunidad periodística rusa fue la elaboración y la implementación de la Convención de los Medios de Comunicación Masiva en 2003, al igual que el promovido a partir de ella concepto de «restricciones antiterroristas voluntarias». En breve, su significado  se resume en un principio comprensible para cualquier persona: «cada uno debe responder por sus propias palabras». Nos consta, a propósito, que recientemente la comunidad periodística empezó el trabajo para actualizar la mencionada Convención y lo apoyamos plenamente.

Uno de los «anti ejemplos» que ponen de manifiesto la necesidad de tomar este tipo de medidas es la cobertura en los medios del asesinato del embajador ruso en Turquía, Andréi Kárlov. Las imágenes aterradoras del tiroteo durante varios días y 24 horas se exhibieron por todos los canales de noticias. Es precisamente tal «publicidad» la que ansían los terroristas cuyo objetivo es aterrorizar a la población. De hecho, en ese caso se les hizo juego. Creo que la comunidad profesional de los trabajadores de los medios es capaz de elaborar los actuales estándares intelectuales y éticos de trabajo que tomen es cuenta este sensible aspecto.

Pregunta: Entre las filas del EI combatieron varios miles de los ciudadanos provenientes de los países post-soviéticos. ¿Tienen los Estados de la región la estrategia de contrarrestar la amenaza que representan estos militantes en caso de regresar a sus países de origen?

Respuesta: Tiene razón, según deferentes estimaciones, de 20.000 a 40.000 de los terroristas extranjeros combatieron en Siria, de ellos caso 10.000 son oriundos de los países de la CEI. Un poco menos de la mitad de éstos últimos tenían la nacionalidad rusa. Otros 5.000 provenían de los países de Asia Central. Su regreso representa una amenaza real para Rusia y los Estados del espacio post-soviético. Con su experiencia en operaciones subversivas y amplios vínculos en el medio terrorista, son una potente carga explosiva capaz de desestabilizar y radicalizar los sentimientos en la sociedad. Uno de los ejemplos del peligro de la infiltración de los ex combatientes fue el trágico atentado en el metro de San Petersburgo en abril.

El mundo actual está organizado de tal manera que es imposible detener por completo la circulación de personas. Pero sí tenemos la obligación de regularla, esto está en interés de todos. Es por eso que, junto con nuestros socios extranjeros, intentamos interactuar en este ámbito de forma óptima y promovemos varias iniciativas en el escenario internacional.

Trabajamos para fomentar la interacción en el marco de las organizaciones sectoriales, entre ellas la OTSC, el Organismo Antiterrorista Regional de la OCS, el Centro Antiterrorista de la CEI, en BRICS. Al mismo tiempo, estamos entablando la cooperación especializada con los países por cuyo territorio pasan los trayectos de los terroristas extranjeros, sobre todo, con Turquía.

Lo ideal sería que en caso de desintegración del EI ningún terrorista pudiera regresar a nuestro país y, de ser así, que fuera para recibir un justo castigo.

Pregunta: Muchos expertos catalogan la lucha antiterrorista a los ámbitos donde Rusia y EEUU comparten intereses y donde nuestros países podrían cooperar. ¿Hasta que punto este planteamiento está justificado?

Respuesta: En un principio, hay varios ejemplo de la interacción entre los estadounidenses y nosotros en materia de lucha contra el terrorismo, principalmente en cuestiones militares. A pesar de numerosas contradicciones con respecto a Siria, contamos con una experiencia positiva de cooperación. Los acuerdos sobre la creación de las zona de distensión sirven de una ilustración reciente a ello.

Al mismo tiempo, las declaraciones del presidente de EEUU, Donald Trump, sobre la posibilidad de cooperación con Rusia que escuchamos durante su campaña electoral y en la etapa inicial de su presidencia, poco a poco cesaron, por lo visto a raíz de la presión por parte de las élites políticas de Washington. En cambio, el mecanismo de sanciones arrancado por la administración de Barack Obama está en plena marcha.

Pregunta: Pero tanto Rusia como EEUU proclamaron la lucha contra el terrorismo en Siria su objetivo. ¿Acaso no coinciden plenamente nuestros intereses en este ámbito?

Respuesta: Aquí es preciso hacer una importante aclaración: si los estadounidenses están luchando contra alguien es contra los terroristas del EI. Pero, por ejemplo, en Siria hacen caso omiso de los demás grupos sin siquiera considerarles terroristas, en la mayoría de los casos, catalogando a los auténticos bandidos como la «oposición moderada». EEUU no hace nada en contra de  Jabhat al-Nusra. Es un vivo ejemplo de la política de doble rasero con la que no estamos de acuerdo.

Otro ejemplo, aún más revelador, de este estilo de la diplomacia estadounidense son los practicados por Washington bloqueos de las declaraciones del Consejo de Seguridad de la ONU que condenan los regulares ataques contra la Embajada rusa en Siria o los ataques de las organizaciones terroristas contra los civiles sirios en el territorio controlado por las autoridades sirias. Si en otros casos similares tales declaración con un texto estándar se aprueban de forma casi automática, en las situaciones en torno a nuestra Embajada o a los sirios progubernamentales los «socios» occidentales encuentran razones para no condenar los atentados terroristas.

Instigados por los estadounidenses, continúan los ataques antirrusos con el objetivo de desestabilizar la situación dentro de Rusia, que afecta también la lucha contra el terrorismo. En particular, se somete a una dura crítica nuestra legislación antiterrorista. Se insinúa que el llamado «paquete de Yarovaya» es una herramienta de persecución de la oposición política, de intimidación de los medios libres, de pisoteo de los derechos de las minorías religiosas, etc.

Pregunta: Hay muchos en Rusia que piensan lo mismo.

Respuesta: Le diré una cosa. En el MAE sabemos bastante bien lo que hacen diferentes Estados en el ámbito antiterrorista, seguimos la legislación y la práctica legal. Al mismo tiempo, si criticamos a los socios, lo intentamos hacer de forma moderada, sin politizar, aún teniendo motivos de sobra para ello. A veces dan hasta ganas de soltarle a algunos: «Recuerdas como hace 10 o 12 años me leíste la cartilla de que en una democracia «auténtica» el terrorismo es imposible porque lo más importante es observar los derechos humanos… Y los que obran en Rusia no son terroristas sino los luchadores contra el régimen represivo».

Pues, la tendencia a apretar las tuercas se da en todas partes, y en los países que más alto gritan acusando a Rusia de la falta de democracia, están ya apretadas hasta límites inalcanzables para nosotros. En primer lugar, se refiere a la lucha contra la propaganda terrorista en Internet, sobre todo al bloqueo o eliminación del contenido inadmisible. Un detalle característico es que los organismos estatales muchas veces solucionan estas cuestiones con los empresarios a base, digamos, extraoficial, sin ningún sustento legal. Y los empresarios, en al menos 80% de los casos en los países de Europa occidental, satisfacen las «recomendaciones» de los servicios secretos. Es de envidiar la mutua comprensión entre algunos segmentos de la sociedad en cuanto a lo que le viene bien o mal a esta sociedad.

De esta forma, tenemos que constatar que en las relaciones de Rusia y EEUU y otros países occidentales la lucha antiterrorista en calidad de agenda unificadora es algo posible y, tal vez, deseable pero aún no existente.

Pregunta: Uno de estos días el medio estadounidense Buzzfeed publicó las propuestas rusas de reinicio de las relaciones con EEUU enviados por Moscú a Washington en pasado marzo. Entre otro, el documento contenía el punto sobre la intensificación de la cooperación en materia de lucha antiterrorista. ¿Entiendo bien que no ha habido mejoras en este ámbito desde entonces?

Respuesta: No voy a comentar las filtraciones en los medios.

Pero sí creemos – y nos llegan las mismas opiniones por la parte estadounidense – que la lucha contra el terrorismo es uno de los ámbitos que podría abrir nuevos horizontes para restaurar y desarrollar la cooperación entre nuestros países. Aunque, como ya he dicho, por ahora es sólo una posibilidad.


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