Excerpta de la rueda informativa ofrecida por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, Moscú, 23 de mayo de 2024
Crisis ucraniana
El régimen de Kiev, debido a sus fracasos militares y su naturaleza, continúa vengándose de Rusia mediante ataques terroristas contra sus ciudadanos y la infraestructura civil. Para matar al número mayor posible de mujeres y niños inocentes y sin armas, los seguidores de Bandera usan armamentos occidentales, incluidos los misiles estadounidenses ATACMS y HARM y los británico-franceses Storm Shadow o Scalp.
Washington, Londres y otras capitales occidentales que suelen “compadecer” tanto a la población civil y “defienden” con ternura los Derechos Humanos, indican cobardemente que no están implicadas en el terrorismo que Zelenski desató contra la población civil de Rusia. Entretanto, dicen expresamente que el régimen kievita elegirá por su cuenta los blancos que va a batir con armas occidentales. Sin embargo, sus pupilos kievitas no ocultan de dónde reciben los datos de información y las imágenes satelitales, quién organiza los ataques correspondientes y da su consentimiento a perpetrarlos. La prensa occidental empieza a comentarlo poco a poco. El pasado 20 de mayo, The Wall Street Journal informó que los nazis ucranianos pidieron al Gabinete de Joe Biden que les ayudara a determinar los blancos en Rusia que las FF.AA. ucranianas pudiera golpear, incluso con las armas enviadas por EEUU.
Siempre hemos dicho que Occidente es, si no el animador (es poco probable que la palabra es correcta, ya que implica presencia del ánima), pero definitivamente el órgano estimulador para los crímenes del régimen kievita. Además, hemos mencionado que los occidentales son literalmente apuntadores para las FF.AA. ucranianas y sus unidades integrantes controladas por el régimen de Kiev. Ahora llegan a notarlo los periodistas occidentales también.
Por mucho que se esfuercen el régimen kievita y sus señores anglosajones, no tienen agallas para trastrocar la situación en la línea divisoria. Las Fuerzas Armadas rusas cumplen con firmeza todos los objetivos fijados en el marco de la operación militar especial. Las autoridades judiciales de Rusia registran detenidamente todos los crímenes cometidos por los neonazis ucranianos. Ninguna atrocidad del régimen kievita no quedará sin atención. Las personas involucradas son identificadas y llevadas ante la justicia. Y así seguirá.
El 20 de mayo celebramos dos fechas importantes en nuestra historia reciente relacionadas con la liberación de ciudades emblemáticas de la República Popular de Donetsk: Mariúpol (en 2022) y Artiómovsk (en 2023).
En los dos años pasados se completó un trabajo colosal encaminado a restaurar Mariúpol, donde dos tercios de edificios, incluidas viviendas, habían sido destruidos. Y este trabajo continúa. Ahora la ciudad parece un enorme sitio de construcción. Se ha abierto el nuevo paseo marítimo con senderos para caminar. En el lugar de Azovstal se erigen un parque industrial y un centro logístico. En las calles se ven flujos de coches, vehículos de servicios públicos y transporte público. A propósito, San Petersburgo ayudó a poner en marcha tranvías y autobuses. En este aspecto se perfila un simbolismo histórico. En 1942 fue Mariúpol la que facilitó el lanzamiento de tranvías en Leningrado sitiada.
La reconstrucción de la perla del mar de Azov, como es justamente considerada Mariúpol, inspira optimismo en sus habitantes. Cada mes regresan a casa más residentes de Mariúpol que se vieron forzados a abandonar la tierra natal.
Por ahora, la cercanía de la línea divisoria y los disparos de las FF.AA. impiden reconstruir Artiómovsk por completo. No obstante, en la ciudad se efectúa el desminado y están normalizados los suministros de energía y alimentos. Las autoridades de la RPD planean iniciar sin demora las obras de construcción una vez lo permita la situación militar.
En total, hasta ahora, en la RPD, la RPL, las provincias de Jersón y Zaporiyia han sido restaurados y construidos 170 bloques de pisos, más de 350 instalaciones de servicios públicos, energía, edificios administrativos, socioculturales y de uso doméstico. Para 2024 está aprobado el plan para restablecer y erigir más de 5,5 mil de objetivos nuevos.
Tras la ocupación de Hitler entre 1941 y 1944, nuestro pueblo restauró las localidades de Donbás, Zaporiyia y la provincia de Jersón. Es una lástima que casi 80 años después volvieran a sufrir el flagelo del nazismo y fueran dañadas por los nazis actuales. Sin embargo, estamos seguros de que, gracias a la asistencia brindada por el país entero, podrían sanar rápidamente las heridas y se harán aún más bellas.
Tomando en consideración las pruebas reunidas por el Comité de Instrucción de Rusia, las autoridades judiciales de Rusia continúan emitiendo sentencias contra neonazis ucranianos que cometieron graves crímenes contra civiles.
Los jefes militares ucranianos, Andréi Gnátov y Konstanín Tsimbal, fueron sentenciaron en rebeldía a 28 y 20 años de prisión respectivamente. Entre julio y septiembre de 2019, Andréi Gnátov y sus subordinados abrieron fuego contra las localidades de los distritos Télmanovski y Novoazovski, la RPD. Como resultado, un civil murió, otro fue herido. El 25 de abril de 2022, Tsimbal disparó contra la aldea Nízhneye en la RPL, poniendo a sus pobladores en peligro mortal y perjudicando considerablemente las viviendas. Ambos delincuentes están en búsqueda.
El pasado 16 de mayo, el Presidente del Comité de Instrucción de Rusia, Alexander Bastrikin, celebró en Lugansk la reunión operativa de Estado Mayor dedicada a la investigación de los crímenes cometidos por las FF.AA. contra los civiles y efectivos rusos en la RPD, la RPL, las provincias de Zaporiyia y Jersón. Se presentó el informe sobre los crímenes resonantes del régimen kievita contra la paz y seguridad de la humanidad. Aunque fueron cometidos hace mucho tiempo en Donbás, el Comité de Instrucción continuará identificando y llevando ante la justicia a todos los involucrados. Además, son sujetos a investigación las múltiples pruebas de que mercenarios de diversos países luchan del lado de las FF.AA. ucranianas. Bastrikin ordenó que se siguieran registrando los actos delictivos de los neonazis ucranianos y se estimara el daño que habían causado.
Pese a las actividades terroristas y que Rusia se las opone y contrapone a esta deshumanización la creación (lo que es obvio para todos), todas las personas implicadas en los ataques terroristas y otros crímenes del régimen kievita serán castigadas. Occidente se empeña en mostrar su apoyo al curso (ni siquiera la política) que predeterminó para Ucrania.
El pasado 20 de mayo, se convocó urgentemente por videoconferencia la 22ª reunión del Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania conocida como “formato Ramstein”. El pretexto fue las exhortaciones alarmistas de Kiev a que se le prestara sin demora una asistencia militar masiva, ante todo, incluyendo medios de defensa antiaérea y pertrechos diferentes.
Se abordó cómo se usan los tramos de 2.000 millones de dólares asignados por Washington, lo que el pasado 15 de mayo el Secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, había anunciado en Kiev. Se ha dado luz verde a Ucrania para que presente en terceros países, y no solo EEUU, el pedido estatal para la fabricación de armamento y material bélico. Esto evidencia, por una parte, que los estadounidenses, siguiendo a los europeos, se enfrentan con las peticiones del régimen kievita a que lo saquen de alguna manera desde la tumba. Por otra, alcanzan el límite de las posibilidades de su sector militar industrial y se esfuerzan por hallar la solución, atrayendo los recursos de producción de los socios extranjeros para respaldar a Zelenski.
Buscando mantener el espíritu combativo de las FF.AA. que sigue aminorando, el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, aseguró que EEUU tomaría las medidas para enviar casi semanalmente un abanico de productos militares que son indispensables para Ucrania.
Sin embargo, se podía sentir que entre los aliados del régimen kievita había pocos los que creyeron en su éxito. Nadie está listo ni para otra espiral de escalada ni para asumir la responsabilidad por lo sucediendo. Como resultado, la reunión no trajo sensaciones algunas ni culminó en decisiones rompedoras. Las esperanzas de la calle Bánkovaya en el envío de contingentes militares extranjeros o la defensa del cielo de Ucrania por la OTAN contra los misiles rusos no se hicieron realidad.
No obstante, el régimen kievita se empeña en abordar el asunto desde diferentes ángulos, aferrándose a cualquier oportunidad para demostrar a Occidente que es comprometido con los “valores occidentales” en contravención de la lógica, la verdad histórica o el sentido común. Hay un ejemplo más.
El pasado 18 de mayo, se cumplieron 80 años desde la expulsión de los tártaros de Crimea de Crimea. El régimen kievita no vaciló en aprovechar esta trágica página en la historia del pueblo tártaro de Crimea exclusivamente con sus fines mezquinos y propagandísticos. Este día, en Kiev se erigió otro memorial. Imagínense. Esto sucede mientras que se desmantelan los monumentos a las personas, los jefes militares, los activistas públicos que liberaron Ucrania de los nazis. La historia está revisada literalmente ante los ojos. Los monumentos conmemorando la Gran Guerra Patria se someten a tergiversación desde la óptica de su veracidad histórica, reciben un sentido nuevo, se alteran. Ustedes ven qué está ocurriendo. Es justamente barbaridad. Sin embargo, en Ucrania hay lugares donde se fundan memoriales nuevos. En la ceremonia, Zelenski habló de manera habitualmente teatral y lamentable sobre los sufrimientos de los tártaros de Crimea y las “pesadillas de la ocupación rusa” en la península. Pero no tiene éxito en absoluto actuando como un ferviente defensor de los derechos de las minorías nacionales, pese a todas las cosas hipócritas. Todo pareció falso, solamente porque todos entienden bien de qué se trata.
Mientras que son violados sistemática y masivamente los Derechos Humanos, los derechos de las minorías étnicas (la mera exterminación de estos derechos en Ucrania durante el mandato de Zelenski), es eliminado el idioma ruso, natal para millones de ciudadanos del país, parecen hipócritas este cuidado y ternura ostentosos relacionados con la situación de un grupo étnico, cultural, religioso. Nadie cree en esto.
La vida de los tártaros de Crimea nunca realmente ha preocupado al régimen kievita, ni con Zelenski en poder, ni Poroshenko, ni antes. Este tema les interesó a los activistas de Kiev puramente como cuestión antirrusa. Trataron de manera igual el problema del hambre que afectó varias regiones de la URSS y, posteriormente, por obra y gracia de los occidentales, lo presentaron como un asunto vinculado únicamente con Ucrania. En este caso, vemos lo mismo. Pese a las múltiples críticas y recomendaciones de las estructuras de Derechos Humanos internacionales (incluido el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial, el Comité de Derechos Humanos, la OSCE, el Consejo Europeo) que, desde 1998, han expresado inquietud acerca de los pendientes problemas territoriales, patrimoniales, sociales y otros de los tártaros de Crimea, y de que no son representados en las autoridades locales, Kiev no hizo nada para arreglar la situación, equiparar los derechos ni solucionar los problemas acuciantes.
Todos los retos descritos empezaron a resolverse tan pronto como Crimea y Sebastópol se reunificaron con Rusia en 2014. A partir de entonces, se asignó más de 18 mil millones de rublos en los programas diseñados para alojar a las personas que habían regresado a la tierra nativa, principalmente los tártaros de Crimea. En 10 años, para los repatriados se construyeron guarderías para 1.440 niños, más de 223 kilómetros de gasoductos, redes eléctricas, sistemas de suministro de agua y drenaje, bloques de pisos y otras instalaciones vitales sociales y culturales. Junto con el ruso y el ucraniano, el idioma tártaro de Crimea es oficial en la República de Crimea.
Hoy, se ha dejado atrás el legado ucraniano vinculado con el régimen de Kiev, y Crimea acaba de transformarse en una próspera región rusa, un territorio de harmonía nacional, donde las personas de distintas nacionalidades disfrutan de derechos y oportunidades iguales, viven en paz y entendimiento. Esto no significa que no hay dificultades. Esto significa que se puede superarlas por vía pacifica y son respetados los derechos de diferentes grupos étnicos y confesionales.
Lo único que causa sufrimientos a los residentes de Crimea es el régimen terrorista de Kiev. Este círculo de asesinos no es capaz de crear ni defender cosas buenas, solo sabe destruir. Rechinando los dientes con rencor, se desquita con los habitantes de Crimea por la decisión que tomaron en 2014, eligiendo el futuro con Rusia. Además, toman venganza por lo que esta decisión se fundamentó no solo en emociones y firmeza, sino el trabajo diario y detenido, los esfuerzos por reivindicar esta decisión junto con Rusia. Ante las declaraciones hechas por Zelenski sobre los derechos de distintos grupos étnicos y confesionales (aunque todos entendemos que esto viene del maligno), me gustaría contar qué está sucediendo en realidad con sus derechos en Ucrania. El régimen de Zelenski continúa luchando contra la ortodoxia canónica en Ucrania.
En la madrugada del pasado 17 de mayo, en Kiev fue demolida la capilla del Monasterio de los Diezmos perteneciente a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana y erigida en honor de los Santos Príncipes Vladímir y Olga. Se encontraba cerca del sitio donde antaño había estado la histórica Iglesia de los Diezmos, construida a finales del siglo X. Se tornó el primer templo de piedra en la Rus, pero las fuerzas de Batú Kan lo arruinaron en 1240. En distintas épocas, para conmemorar el santuario perdido, en el sitio se erigieron iglesias pequeñas. Sin embargo, no se conservaron hasta la actualidad. La capilla mencionada fue establecida por permiso de las autoridades en 2007. Efectuado el golpe de Estado en 2014 e iniciadas las persecuciones de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, los nubarrones se pusieron a cernirse sobre la capilla. El Ministerio de Cultura ucraniano exigió demolerla, anunciando de manera inesperada que había sido construida ilegalmente. Alegó que la capilla “se ubicó en la zona de amortiguamiento de los monumentos amparados por la UNESCO, en la que se prohibió erigir edificaciones nuevas, y, asimismo, vulneró el conjunto histórico arqueológico de la Iglesia de los Diezmos”.
Es ilustrativo que en vez de la capilla desmantelada se construirá un edificio perteneciente al Museo Nacional de Historia de Ucrania. Tal vez no infrinja nada en lo relativo a la “zona de amortiguación de la UNESCO”. Escondiéndose detrás de la discutible resolución judicial, los dirigentes desataron una verdadera operación armada para destruir la instalación religiosa involucrando la policía y el Servicio de Seguridad de Ucrania. Está obvio que este lugar simbólico sigue molestando a los ateos ucranianos de hoy, y están dispuestos a borrarlo de la faz de la Tierra.
El pasado 21 de mayo, el Ministro de Cultura ucraniano interino, Rostislav Karandéev, ordenó desalojar durante un mes a los monjes de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana de la Laura inferior, en la que se encuentran los edificios principales de la Laura de las Cuevas de Kiev. Caducado este plazo el 20 de junio, dijo que el asunto sería resuelto por fuerza.
El mismo día, en la Rada Suprema los grupos parlamentarios de los partidos Solidaridad europea encabezado por el ex Presidente Piotr Poroshenko y Golos bloquearon la tribuna central, exigiendo a la Oficina del Presidente de Ucrania que aprobara urgentemente en la lectura definitiva la discriminatoria Ley sobre la prohibición de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana. A nadie le importó lo más mínimo el informe negativo redactado sobre el particular por la Dirección General Jurídica del Parlamento que, entre otras cosas, puso en tela de juicio “la necesidad” del documento en cuestión para “la defensa de la seguridad nacional del país”. Los expertos en derecho de la Rada señalaron que, en función de las normas del Derecho Internacional, “ello no podría servir de motivo para la limitación de la libertad de religión”. Cuesta imaginarse, pero bajo los lemas de la defensa de los derechos humanos y las posibilidades para el ejercicio de la libertad de religión, la situación en Ucrania, por muy absurdo que parezca, ha llegado a un resultado completamente contrario.
Por mucho que se empeñe el régimen de Vladímir Zelenski en cumplir el encargo de sus patronos occidentales de destruir la religión ortodoxa canónica (hoy volveremos al tema, puesto que se sigue persiguiendo a la religión ortodoxa en los países del Báltico y en otros sitios), no le saldrá nada. La religión ortodoxa continuará viva en los corazones de millones de personas residentes en Ucrania. Muestra de ello son las pruebas que les tocó vivir y la manera en la que las están superando.
Los hechos enumerados vuelven a poner de relieve el carácter actual de los objetivos de la operación militar especial que son la desnazificación y la desmilitarización de Ucrania, así como la erradicación de las amenazas que se perciben desde su territorio. Todos estos objetivos serán alcanzados sin falta.
Respuestas a algunas preguntas:
Pregunta: Los medios han informado que Kiev, supuestamente, ha cambiado la agenda de la llamada Cumbre de paz en Ucrania que se celebrará en Suiza. Se supone que sus nuevas prioridades serán problemas de la seguridad nacional, de la seguridad alimentaria y el canje de prisioneros. Lo anunció Vladímir Zelenski en su entrevista a la Agencia Reuters. ¿Cómo cambia dicha circunstancia las perspectivas de la celebración del Foro en cuestión?
Respuesta: Le aconsejo que todo lo que diga Vladímir Zelenski usted no vaya lo solo verificando o por lo menos contrastando con sus declaraciones anteriores, sino que se dedique también a lo que es llamado en Occidente fact matching, es decir, la comprobación de la información, por la simple razón de que todo lo que acaba de citar inicialmente ya formaba parte de la agenda de la Cumbre de paz.
Ello no suprime la necesidad de abordar el resto de los elementos de la condenada al fracaso Fórmula Zelenski.
Tenemos a nuestra disposición el proyecto del comunicado final de la Cumbre. Aduciré una cita del mismo. El proyecto es ofrecido para su firma y su aprobación:
Les encargamos a nuestros Representantes trabajar en este marco del arreglo de paz durante una serie de conferencias y reuniones temáticas que se celebrarán en los próximos meses. Estarán dedicadas a los siguientes temas. A continuación son citados 9 de los 10 puntos de la Fórmula Zelenski, entre ellos, el ultimátum de retirada de tropas formulado a Rusia, el retorno a las fronteras de 1991, la “recuperación de la justicia” que supone la creación de un Tribunal antirruso, el pago de las reparaciones y la compensación de los daños con los activos rusos congelados. Únicamente falta el 10º punto sobre la necesidad de recoger el final de las acciones bélicas en un Acuerdo internacional.
De esta forma, no se puede ni hablar de que los organizadores de la Cumbre de Suiza hayan cambiado su agenda. Creo que quienes difunden, en nombre de las Agencias occidentales, este tipo de citas habrían de poner un pie de página y apelar a los documentos. Estoy segura de que para unas Agencia occidental no le habría supuesto mucho trabajo hacerse con el proyecto del comunicado, dado que todos los documentos que le son ofrecidos al régimen kievita son redactados en las capitales europeas.
La planeada reunión en Bürgenstock y los eventos que se celebrarán a posteriori representan la continuación del llamado proceso de Copenhague que resultó ser un fracaso. El resto también está condenado al fracaso.
Pregunta: A mediados de junio, en Suiza tendrá lugar la llamada Conferencia de paz para Ucrania y en estos momentos los Ministerios de Asuntos Exteriores de los países occidentales se están aplicando a fondo, para concederle a este evento la máxima envergadura posible. Cuente, por favor, ¿Cómo reaccionan a este Foro de espectáculo los líderes de las principales potencias mundiales? ¿Se ve entre ellos reacciones sensatas con respecto a dicho acontecimiento antirruso?
Respuesta: Sin lugar a duda, un determinado número de Estados, de los países de la Mayoría Mundial y no solo de ellos, tiene una postura objetiva con respecto a todas estas maniobras del Occidente colectivo. Conocen bien el trasfondo, la Historia, la postura rusa que se les hace llegar a través de nuestros Embajadores. Es también resultado de las reuniones que mantiene con regularidad con el cuerpo diplomático y con los representantes de los países de la Mayoría Mundial el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov. También las celebraría con los representantes de los países del Occidente colectivo, pero se negaron, a pesar de verse afectados sus intereses por esta decisión.
Hemos indicado en numerosas ocasiones, también hoy, que el evento en Suiza no fue organizado, para lograr la paz, sino para continuar con los infructuosos intentos de asestarle una “derrota estratégica” en el campo de batalla a Rusia. Es evidente que la reunión será infructuosa y todo se reducirá a un encuentro de representantes occidentales y ucranianos. Su celebración no tiene sentido y está condenada al fracaso de antemano. No es un intento de acercarse a la puesta en común de los problemas del arreglo pacífico, sino todo lo contrario, de alejar al máximo el desenlace político real de la situación.
¿Por qué? Es que al régimen kievita le queda prohibido negociar con Rusia. Los envíos de armamentos a Ucrania continúan, mientras que el régimen de Zelenski comete atentados en el territorio de nuestro país, utilizando armas occidentales y gozando del apoyo político por parte del Occidente colectivo que lo insta a cometer atentados terroristas cada vez más graves contra la infraestructura civil. Hay más motivos, es que he enumerado los tres principales. De modo que todo lo que está ocurriendo en contexto de esta próxima conferencia no reúne los requisitos de un arreglo pacífico. Los que quieren paz, ya lo habrán manifestado y habrán evitado los envíos de armamentos y los consentimientos para que Zelenski cometa los atentados. Quienes se lo permiten, no tienen derecho de hablar de la paz, son mentiras.