Discurso introductorio pronunciado por el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en el transcurso de las negociaciones con el Patriarca de Antioquía y todo el Oriente, Juan X Yaciji, Moscú, 5 de diciembre de 2017

Su Santidad,

Estimados invitados,

Es un placer volver a verles.

Apreciamos la participación de su delegación en el Concilio de jerarcas de la Iglesia Ortodoxa Rusa y en los eventos consagrados al 100º aniversario del Patriarcado en Rusia.

Ayer mantuvo una conversación muy nutrida con el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, siendo abordados los principales aspectos de la interacción de las Iglesias ortodoxas. Se prestó atención especial a la necesidad de defender con más energía a los cristianos, sobre todo, en Oriente Próximo y en el Norte de África.

En la mencionada zona representantes de las más variadas etnias y confesiones iban coexistiendo en paz. Fue cuna de las principales religiones del mundo. Estamos muy interesados en evitar el enfrentamiento confesional en esta región clave. La Federación de Rusia participa de una forma muy activa en los esfuerzos encaminados a superar las nefastas secuelas de la política miope y aventurera de los agentes externos que intervinieron en los asuntos internos de Iraq, Libia y Siria. Fruto de aquellas intervenciones fue caos sembrado en la zona, viéndose minados los pilares de los sistemas estatales de toda una serie de países. Se crearon además condiciones idóneas para la propagación del terrorismo y el extremismo.

Las dramáticas consecuencias se perciben más allá de los límites de la región. Contribuimos a la lucha contra el Estado Islámico y demás organizaciones terroristas, prestando ayuda a las fuerzas gubernamentales sirias con nuestra Fuerza Aeroespacial. Al mismo tiempo, apostamos por el establecimiento de un diálogo nacional inclusivo que permita dar solución a los problemas de Siria, Iraq, Libia y otros países de la zona. Nuestro objetivo es que dejen las discrepancias y se unan en la lucha contra la amenaza terrorista. Ello ayudaría a mejorar la situación de los cristianos que se ha visto ya aliviada por la liberación de Palmira y Alepo y la creación de unas zonas de distensión acordadas en el marco del proceso de Astaná.

Les estamos muy agradecidos por la alta apreciación que ofrecen a la actuación de Rusia en esta zona. Contamos con que formulen hoy sus criterios y consejos sinceros sobre la situación actual y nuestras futuras actividades conjuntas.

Permítanme volver a darles la bienvenida.