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Entrevista ofrecida por el Ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov, a la Agencia Informativa cubana Prensa Latina, Moscú, 30 de marzo de 2023

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Pregunta: Teniendo en cuenta la operación militar especial iniciada en Ucrania, ¿cuáles son los principales derroteros de la actividad de la diplomacia rusa?

Respuesta: El trabajo de nuestro Ministerio y las actividades de política exterior rusa en general están a la vista. Casi diariamente hacemos nuestros comentarios, proporcionamos evaluaciones. No tenemos nada que ocultar. En el discurso presentado en febrero de 2022, el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, determinó claramente los objetivos y tareas de la operación militar especial. Siguen siendo los mismos.

Ya no podemos tolerar la línea de Occidente que ha decidido de nuevo recurrir  a la teoría y la práctica nazi para declarar esta vez la guerra proxy contra la Federación de Rusia. Está librada con las manos de los militares ucranianos por la orden del régimen kievita. Según las declaraciones de los mismos dirigentes ucranianos, si más armamentos ofensivos no continúan suministrándose a Ucrania, va a perder. Es una confesión típica. Significa solo una cosa: Occidente participa directamente en esta guerra. Si no fuera por él, habría terminado hace mucho tiempo y se habría permitido eliminar las amenazas que, tras el golpe de Estado de 2014, ha afrontado toda la población rusohablante del país llamado Ucrania. Allí está prohibida la educación en ruso, el uso de la lengua incluso en la vida cotidiana y no mencionamos el cierre de los medios de comunicación. Occidente ha utilizado este régimen no solamente para erradicar todo lo ruso que siempre, durante toda la historia de estas tierras, ha existido en Ucrania contemporánea, sino también para plantear amenazas directas para la seguridad de la Federación de Rusia en este territorio, incluido el establecimiento de bases militares y otra infraestructura de la Alianza del Atlántico Norte.

No tuvimos otra opción después de que hubieran sido rechazados todos nuestros intentos de conseguir un arreglo político a través de la implementación de los Acuerdos de Minsk y después, en diciembre de 2021, por medio del tratado con EEUU y la OTAN sobre las garantías mutuas y la seguridad igual e indivisible.

Todos los interesados en lo sucediendo y los que son al menos un poco objetivos, entienden de qué se trata. En nuestro caso, no tenemos nada que ocultar. Luchamos por las condiciones de la seguridad de nuestro país. En los últimos treinta años, Occidente, ante todo EEUU, ha llevado destruyéndolas consecuentemente, eliminando todos los acuerdos relacionados con la estabilidad estratégica. En el marco de la operación militar especial luchamos por los destinos de las personas, a quienes el régimen kievita ha amenazado públicamente con exterminar y a quienes que declaró terroristas.

Defendemos los destinos de estas personas y sus derechos, en plena conformidad con la Carta de la ONU y las convenciones internacionales, a determinar libremente cómo quieren seguir viviendo en los territorios que han pertenecido a sus ancestros por centenarios. En 2014, en Crimea, tuvo lugar tal libre determinación. En 2022, eso ocurrió en la República Popular de Donetsk, la República Popular de Lugansk, las provincias de Zaporiyia y Jersón. Es la realidad de la que nadie podrá hacer caso omiso.

Pregunta: Sabemos que Rusia se enfrenta a una amplia guerra económica. El mismo Occidente entiende hoy que esta política está fracasando y trata de presionar sobre otros países de Asia, África y América Latina para que se adhirieran a su política. ¿Qué opina al respecto?

Respuesta: Esta política ha fracasado, así como el plan de Occidente de debilitar drásticamente a Rusia, infligirla una derrota estratégica en el campo de batalla, según dijeron. Obviamente, hacerlo con las manos de los ucranianos y un creciente número de mercenarios occidentales que encuentran la muerte en combates en Ucrania.

Tres cuartos de los países del mundo, ante todo los de Asia, América Latina y África, no se adhirieron a las sanciones. Permanentemente hacen frente a chantajes, amenazas, promesas de terminar el financiamiento y crear problemas cuando obtienen créditos en el FMI y el Banco Mundial. Se exige que voten en la ONU y otras organizaciones internacionales a favor de las resoluciones que juzgan la Federación de Rusia. Suceden esas cosas.

Sabemos qué métodos sucios, literalmente bandidescos, se usan para conseguir estos votos. Lo sabemos perfectamente. Chantajean con todo: las cuentas bancarias en EEUU y lo que los niños de los ciertos embajadores y activistas estudian en Occidente. No se puede llamarlo la diplomacia. Es un puro chantaje tipo un golpe bajo. No puedo recordar que había tal cosa ni siquiera en los tiempos de la Guerra Fría.

Pero los tres cuartos del mundo, un grupo de países a los que llamamos la mayoría mundial, a veces, cuando votan, hacen los pasos que ellos mismos no aprueban mucho, no se adhieren a las sanciones y no van a hacerlo. Cada vez más países llegan a entender que, en alguna etapa, jugar el juego de Occidente y seguir ciegamente su rumbo puede ser peligroso para ellos mismos.  Nadie sabe a quíen el año siguiente o dentro de un año los estadounidenses reconocerán como una amenaza, un objeto que, siendo atacado, aislado o castigado, pueda desempeñar un papel positivo en las elecciones del Presidente estadounidense o las elecciones intermedias en el Congreso. Los estadounidenses vinculan todo con sus intereses codiciosos y egoístas.

Ahora se ha celebrado la segunda cumbre por la democracia, encabezada por el Presidente de EEUU, Joe Biden. El circulo de los invitados es ilustrativo. No se trata de los criterios claros. El único es la lealtad más bien no exclusivamente a la democracia estadounidense, sino al actual Partido Demócrata de EEUU.

En lo que se refiere a las sanciones. Si, afrontamos ciertos problemas. Pero los superamos, para sorpresa de los que profetizaban un colapso de la economía rusa, una desintegración del país, etc. El Presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha apreciado varias veces los esfuerzos del Gobierno y los resultados alcanzados para asombro de muchas personas de Occidente y varios expertos en Rusia.

Nuestra diplomacia se empeña  en hacer que sean eficaces al máximo. Participamos en las negociaciones de nuestras entidades con sus socios extranjeros sobre la creación de los mecanismos independientes de Occidente y transporte de los productos, su financiamiento y seguro.

Puedo y debo decir que en este trabajo nos inspira el ejemplo de Cuba que lleva muchas décadas viviendo bajo las sanciones ilícitas estadunidenses que se mantienen a despecho de la voluntad política claramente definida de la mayoría aplastante de los países miembros de la ONU, a excepción de tres o cuatro Estados que no son independientes. Año tras año esta posición se confirma mientras que EEUU la pasa por alto completamente.

Pregunta: En la reunión de los Ministros del G20, Usted declaró el fortalecimiento del mecanismo de integración de la CELAC. ¿Podría desarrollar esta idea y contarnos sobre las perspectivas de la cooperación entre Rusia y América Latina?

Respuesta: En cuanto al desarrollo de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y el fomento de los procesos de integración. Comentamos lo que observamos y los que hacen los mismos países latinoamericanos y caribeños.

Acogemos con beneplácito la revitalización del espíritu de la solidaridad regional de la CELAC después de cierto periodo de inactividad y descenso del interés en su trabajo por parte de varios países latinoamericanos. Esta organización vuelve a ser el grupo prioritario que todos los países de América Latina y el Caribe consideran el instrumento clave para promover sus intereses colectivos dentro del establecimiento del mundo multipolar.

A partir de 2013, tenemos un mecanismo de reuniones entre los ministros rusos y el cuarteto de la CELAC. Debido a las restricciones impuestas por la pandemia, no se han reunido en los recientes años. Ahora contamos con restablecer esta práctica. Sentimos un interés recíproco, incluso por parte de los dirigentes de San Vicente y las Granadinas que ahora preside en la organización. Estoy seguro de que es una asociación prometedora, especialmente ahora, cuando han aparecido los líderes que apuestan mucho por el fortalecimiento de la CELAC desde la perspectiva de los intereses latinoamericanos y los de cada país de la región.

Ha mencionado que discutí la CELAC con los periodistas al margen de la cumbre del G20. Creo que la CELAC como una organización (en el caso si haya un consenso), bien puede aspirar a la participación constante e independiente en el G20 en las mismas condiciones que la Unión Africana recién invitada a esta asociación. Me parece que eso reflejará los procesos de la multipolaridad en las discusiones que tienen lugar bajo los auspicios del G20.

Pregunta: Ha mencionado Usted que durante muchos años Cuba se ve bloqueada por Estados Unidos. Hoy aplican medidas punitivas incluso contra Rusia. ¿Qué opina Usted sobre las perspectivas de las relaciones entre Rusia y Cuba? Sin duda, esas relaciones tienen un carácter estratégico.

Respuesta: Si, podemos describir el carácter de nuestras relaciones como la asociación estratégica. Pero es una característica seca. Son más profundas, están arraigadas en las relaciones humanas, la simpatía mutua entre nuestros pueblos.  Sin duda, van a desarrollarse.

Llevamos cooperando por muchas décadas en el contexto de las sanciones, cuando había intentos de obstaculizarlas en todos los sentidos y crear dificultades. Ya hemos elaborado los mecanismos y la capacidad de lograr resultados a pesar de las medidas restrictivas aprobadas por Occidente. Hoy, con todos nuestros amigos y socios elaboramos nuevos enfoques para la creación de cadenas logísticas, el financiamiento y las operaciones bancarias que no dependerán de ninguna manera de los caprichos estadounidenses.

Quieren eliminarlos no solamente los países del Norte Global y la mayoría mundial, sino también una serie de países europeos. Entienden también que se ven explotados, incluso en el marco del sistema SWIFT. Los países europeos tienen claro qué sucede con sus economías en la situación cuando se ven obligados a financiar no únicamente la guerra en Ucrania, sino también la vida cotidiana de este país debido a que el régimen kievita no puede encargarse de eso y hacer algo en este ámbito. Europa pierde sus ventajas competitivas como un continente que fue forzado a rechazar el gas ruso barato y alcance la umbral de la desindustrialización cuando los negocios europeos se van a Estados Unidos. Todo eso no pasará desapercibido. Todo lo sucediendo ha empezado a reevaluarse, incluso en las mentes de los políticos europeos. Si hay políticos en cuyas mentes no ocurre nada por ahora, estoy convencido de que la población de Europa va a recordarles y asegurar que el sentido de la realidad penetre en sus mentes.


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