Comentario ofrecido por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, sobre los nuevos ataques del régimen kievista contra infraestructura civil rusa

En la madrugada del 23 de agosto, el régimen kievita intentó atacar de nuevo Moscú con tres drones. Dos de ellos fueron destruidos por los sistemas de defensa antiaérea sobre el territorio de los distritos Mozhaiski y Jimki, mientras que otro se estrelló contra un edificio en construcción de la City de Moscú. El ataque aéreo causó daños mínimos en varios edificios sin víctimas. En la madrugada del 23 de agosto, la localidad de Lavy, en la provincia de Belgorod, fue atacada dos veces. Tres civiles murieron como consecuencia del segundo bombardeo.

Condenamos enérgicamente estos actos terroristas. Tales actos criminales del régimen neonazi de Kiev, convertido por los países de la OTAN en una herramienta de confrontación con Rusia, serán objeto de la atención máxima por parte de los servicios de seguridad de la Federación de Rusia. Tampoco nuestras Fuerzas Armadas, que están realizando las misiones decisivas de desnazificación y desmilitarización de Ucrania, las dejarán sin respuesta.

Al mismo tiempo, no deseamos desestimar el papel desempeñado en estos crímenes  por los servicios secretos de los países occidentales que proporcionan a los neonazis ucranianos datos de información para trazar las rutas de estos drones. En este contexto, es oportuno recordar el día anterior, dos drones de reconocimiento y ataque MQ-9 Reaper de Estados Unidos y un dron operativo y táctico TV2 Bayraktar de fabricación turca sobrevolaron el mar Negro, recopilando esos datos en la zona de la península de Crimea. Para impedir la violación de la frontera estatal rusa, despegaron dos cazas de defensa antiaérea que forzaron al enemigo a cambiar la dirección de vuelo de sus drones.

Vemos en tales acciones de Kiev y sus mandos de la OTAN un intento cobarde e impotente de vengarse de infraestructura civil y de población por el fracaso de la llamada contraofensiva y la incapacidad de cambiar la situación en la línea de separación a su favor, a pesar de la asistencia intensiva de Occidente.

A este respecto, queremos subrayar a la parte ucraniana y a la comunidad internacional que todas las tareas y misiones de la operación militar especial que hemos definido se cumplirán plenamente y que el territorio ucraniano no volverá a amenazar la seguridad de Rusia.