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TEXTO DE LA INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DE LA FEDERACIÓN DE RUSIA, VLADÍMIR V. PUTIN, CON RELACIÓN AL 60-O ANIVERSARIO DEL COMIENZO DE LA GRAN GUERRA PATRIA

ЎEstimados ciudadanos de Rusia!

ЎCompatriotas!

ЎQueridos veteranos!

El 22 de junio es una de las fechas más trágicas en nuestra historia. Este día, hoy ya hace 60 años, ha empezado la Gran Guerra Patria.

Para el pueblo soviético esta guerra ha sido un gran golpe asestado en la espalda.

Precisamente con la agresión a la URSS ha empezado la etapa más sangrienta de la Segunda Guerra Mundial, la hecatombe que ha separado el siglo XX en dos mitades, la antes y la despúes de la guerra.

La agresión fascista contra nuestro país ha resultado la más cruel. Su objetivo ha sido no sólo subyugar la voluntad y esclavizar, sino irradicar toda una nación. 27 millones de víctimas, tal precio nunca fue pagado ningún país del mundo.

Para nuestra Patria el 22 de junio ha sido el día de la prueba de resistencia del espíritu nacional. El día que ha demostratado la unidad de todos los pueblos de la URSS.

Por delante quedaban los interminables 1417 días de combate. Pero ya en aquel primer día, el pueblo ha hecho su elección: estar con su Patria en los momentos del peligro, morir por ella, no dejarla al enemigo.

Esta elección ha predeterminado el resultado no sólo de la Gran Guerra Patria sino de toda la Segunda Guerra Mundial.

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Han pasado ya muchos años. Sin embargo las consecuencias de esa guerra nos lo siguen recordando hoy.

Los destinos deshechos de la gente, las partidas de defunción amarillentas casi en cada familia. Toda una generación de jóvenes descarrilados de la vida. Incluso los problemas demográficos actuales de Rusia en mucho se deben a la herencia de la guerra. Nunca se comprenderá Rusia si no se sabe lo que ha sufrido nuestro pueblo durante la guerra. Qué experiencia ha adquirido en la frente y en la retaguardia. Si no se comprende nuestra actitud especial para con el ejército y los defensores de la Patria.

Si no se llega a comprender el origen de la costubre de las víctimas del bloqueo de guardar el pan seco. De dónde viene tal odio de nuestro pueblo a la guerra. Y cómo ha nacido la frase que tanto repiten nuestros ancianos, y tras de ellos los jóvenes: "ЎOjalá no hubiera guerra!"

La memoria de aquellos terribles años de la guerra, así como el duelo interminable, siempre quedarán en los corazones de la gente que ha vivido junta en un sólo país. La gente que tanto ha sufrido. Que pasado todas las peripecias de la guerra horrorosa. La gente que no sólo ha supervivido sino que ha vencido.

ЎQueridos amigos!

El 22 de junio es el Día de la memoria y del duelo. Así está marcado en el calendario de nuestra historia nacional. Pero también es día de recuerdo y advertencia.

Vamos a defender la verdad sobre esta guerra. A luchar contra todos los intentos de alterar o rehacerla. Humillar e insultar la memoria de las víctimas. Porque no se puede engañar la historia. Pero sí se debe aprender sus lecciones. Aún más cuando se alcanzan por un precio tan enorme.

Nos amarga oír como la Segunda Guerra Mundial se declara sólamente la guerra por el dominio mundial entre dos ideologías totalitarias. Produce dolor ver a los héroes declarados delincuentes, y a los delincuentes elevados a héroes. La Gran Guerra Patria no ha sido la guerra de los rusos contra los alemanes. Ha sido la guerra contra el nacismo. Los soldados soviéticos junto con los aliados han traído liberación de la "peste marrona" a los pueblos del mundo y al pueblo alemán. Sabemos que el pueblo de Alemania se da cuenta de las consecuencias de aquel holocausto. Apreciamos su actitud verdadera hacia las víctimas del nacismo.

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En 1945 el fascismo fue derrotado. Pero las raíces que lo alimentaban no fueron exterminadas hasta el final. Todavía siguen dando sus brotes venenosos en diferentes partes del planeta.

Hasta el momento presente el mundo no ha llegado a deshacerse de las ideolgías que confiesan el nacionalismo extremo, el fanatismo religioso, las ideas del dominio mundial. Todavía hay quien necesita a los nuevos fuehrer. Son los parásitos de las desgracias humanas prometiendo soluciones simples a los problemas difíciles y enrevesados. Están dispuestos a prescindir de todo, de la moral, de la sangre, de la vida humana. Los crímenes del nacismo y su derrota, son la más terrible advertencia a todos los que llaman a exiliar a los ajenos y forasteros. A los que les incrimina sus propias culpas. A los que buscan en esto razón de las desgracias y dificultades. La xenofobia e intolerancia a los demás se desprenden en la dictadura y terror para con su propio pueblo. Esto es el axioma, que tiene que saber y recordar cada persona civilizada.

Una lección más. La víspera de la guerra ninguno de los que determinaban los destinos del mundo supo evaluar a tiempo la amenaza. Esta miopia política, esta incapacidad de atravesar las ambiciones personales, han sido al fin de las cuentas pagados por millones.

La agresión de los nazis ha sido un testimonio horrible del extremo a que puede llevar la infracción de las normas del derecho internacional. No ha sido ninguna sorpresa que después de la Segunda Guerra Mundial Europa empiece a hablar en voz alta de los derechos del hombre y ciudadano, de las normas del derecho internacional.

Las guerras grandes no surgen por sí solas. Las encienden las guerras locales. Por eso una de las prioridades de la política mundial actual es consolidarse para luchar contra las amenazas existentes. Sin exageración es, ante todo, el terrorismo internacional, el extrimismo nacionalista y religioso. Las nuevas banderas albergan las viejas ideas nacistas.

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ЎEstimados ciudadanos de Rusia!

ЎQueridos veteranos!

Tendremos que supervivir las consecuencias de aquella tragedia durnate muchos años. Seguimos oyendo aún su eco. Más de medio siglo Rusia y los demás países están curando sus heridas. Sí, hemos reconstruido juntos las ciudades, hemos levantado el país de las ruínas. Pero nadie nos devolverá los millones de victímas. No devolverá a las personas que no han podido construir su propia casa y educar a sus hijos. Que no han amado ni han terminado sus estudios. Pero han hecho lo más importante en su vida, han defendido la Patria. Han defendido su soberanía y honor. Nos han regalado el futuro. No lo olvidaremos nunca.

Les pido conmemorar a los héroes de la guerra que han perecido por la Patria con el minuto de silencio.

Moscú, Kremlin, 22 de junio de 2001.