Comentario del comisionado especial para Derechos Humanos, Democracia y Supremacía de la Ley del Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Konstantín Dolgov, acerca de la situación en torno al centro de detención en la base naval de EEUU en Guantánamo
Ha pasado un año desde que, en enero de 2014, la delegación interministerial rusa visitó el centro de detención en la base naval de EEUU en Guantánamo y se reunió con el ciudadano ruso Ravil Mingázov, quien permanece recluido en la cárcel desde hace más de doce años en un vacío de derechos: sin cargos ni juicio.
Pese a las promesas de la parte estadounidense de determinar la suerte de Ravil Mingázov en el curso de las próximas semanas, todavía no se ha resuelto nada. Continúa recluido sin tener derecho alguno, con el estatus de un militar beligerante no privilegiado, bajo la jurisdicción del Pentágono.
Al mismo tiempo, causa una seria preocupación el que la situación en torno al centro de detención en Guantánamo en general siga siendo dramática. Washington se abstiene de comentar las posibilidades de su clausura, pese a que al asumir la presidencia en 2009 Barack Obama prometió hacerlo al cabo de un año y trasladar a los presos que quedaran al territorio de EEUU, donde habrían estado totalmente bajo la jurisdicción estadounidense.
La reclusión de decenas de presos que llevan en Guantánamo muchos años sin juicio es una indignante violación de las normas de derechos humanos y democracia fundamentales. Esto salta a la vista aún más en el contexto de los detalles que se han publicado sobre las torturas que practica la CIA en sus cárceles clandestinas en el extranjero. El que no se lleven a cabo acciones para el cierre del centro de detención de Guantánamo es una nueva evidencia de la política de doble rasero en la esfera de derechos humanos, que afecta a la reputación de EEUU en el mundo.
16 de enero de 2015
