Discurso pronunciado por el Ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov, durante la ceremonia de colocación de ofrendas florales en placas conmemorativas en el MAE, dedicada al 77º aniversario de la Victoria en la Gran Guerra Patria, Moscú, 6 de mayo de 2022  

Estimados amigos,

Hoy, por tradición, celebramos la ceremonia dedicada a la celebración más sagrada de nuestro país, el Día de la Victoria en la Gran Guerra Patria.

Tradicionalmente, honramos la memoria de todas las personas que dieron sus vidas por la libertad e independencia de nuestro país, Europa, y por la liberación de todo el mundo de la amenaza nazi.

Honramos la memoria de los fallecidos en los frentes de la guerra, las víctimas de genocidio del pueblo ruso y los otros de la Unión Soviética, las víctimas de holocausto y los prisioneros de campamentos de concentración. La hazaña del soldado soviético es inmortal.

Los funcionarios del MAE contribuyeron a la victoria. Y muchos lo hicieron a costa de sus propias vidas. Sus nombres están inmortalizados en estas paredes. Que no olvidemos a las personas que aportaron su contribución a los esfuerzos diplomáticos comunes. Es una gran parte del resultado que alcanzó nuestro pueblo realizando abnegadamente su hazaña.

Todos debemos recordar las lecciones de la historia. Sobre todo hoy, cuando Occidente trata de arrancar las páginas gloriosas de nuestra historia, borrar todo lo efectuado, y no solo equiparar los vencedores del nazismo a los criminales, sino también convertirnos en los principales culpables de aquella guerra, justificar en todas maneras el nazismo, promover las acciones nazis en Europa contemporánea. Lo vemos en los Estados Bálticos y en Ucrania, donde bajo el régimen kievita empieza a florecer el neonazismo y nuevas manifestaciones de antisemitismo, mientras que Occidente colectivo hace la vista gorda a lo dicho.

Se ha desatado una guerra de propaganda contra la Federación de Rusia y nuestro pueblo, contra cualquier ruso encontrándose en un país europeo, occidental o cualquier otro. Es una palmaria manifestación de racismo (lo que constituye una nueva forma de discriminación que hoy día está llegando al absurdo), cuando comienzan a educar a las personas sobre la base del odio hacia todo lo relacionado con Rusia. Lo ven ustedes con sus propios ojos.

Ningunos castigos ni sanciones no podrán quebrantar la voluntad de nuestro pueblo y los dirigentes rusos de defender la verdad histórica, los intereses legítimos de la Federación de Rusia ni prevenir que se planteen amenazas directas a nuestra seguridad, cultura e historia en nuestras fronteras (como sucedía durante muchos años). Hoy está en juego todo eso, o sea el futuro y el aspecto del mundo que se hará unipolar y EE.UU tendrá plena autoridad (lo que quiere Washington y que toleran todos otros países occidentales), o que será justo y democrático.

Respaldamos  esta meta con la mayoría aplastante de los países. En todos los esfuerzos nos apoyamos no en unos diseños especulativos como las llamadas reglas generadas por EE.UU e impuestas a los demás, sino la Carta de la ONU, es decir, de la organización establecida tras finalizar la II Guerra Mundial. Los valores de la justicia y la igualdad soberana de los Estados previstos por el dicho documento son particularmente relevantes hoy. Son estos valores los que tratan de reescribir las personas que no reconocen la igualdad y que quieren imponer su voluntad.

Apreciamos la contribución que hace nuestro ministerio a la promoción de los intereses de política exterior rusa en este complejo período. Quisiera encomiar sinceramente a todos ustedes por su trabajo y felicitarles por el próximo Día de la Victoria.

Expreso un agradecimiento especial a nuestros estimados veteranos que están actualmente con nosotros y comparten su valiosa experiencia con las generaciones futuras.

¡Dios les bendiga y les llene de salud!

¡Felicidades!