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Discurso y comentarios ofrecidos por el embajador de la Federación de Rusia ante la ONU, Vitali Churkin, en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU dedicada a la situación en Ucrania. Nueva York, 26 de enero de 2015

128-27-01-2015

Discurso pronunciado por el embajador de Rusia ante la ONU, Vitali Churkin, en la reunión del CS de la ONU dedicada a la situación en Ucrania
 

Señor presidente,

La Federación de Rusia siente una profunda preocupación por la escalada de la crisis en Ucrania. Las ciudades del sudeste del país son sometidas a ataques no selectivos con armamentos pesados, que dejan centenares de muertos. Condenamos estas acciones dirigidas contra la población civil. Presentamos nuestras condolencias a las víctimas de los ataques, independientemente de la fecha ni el sitio de la tragedia.

Desde principios de enero, el Ejército de Ucrania viene lanzando ataques casi permanentes contra Donetsk, la ciudad más importante de la provincia de Donbás. Tan sólo en la última semana perdieron vida 27 personas, otras 71 resultaron heridas. Fueron destruidas 105 casas residenciales, tres hospitales, dos guarderías y tres colegios. Se han destruido en total 2.367 casas.

A intensos ataques está siendo sometida también la localidad de Górlovka. Los medios de comunicación extranjeros por alguna razón no cubren este hecho, como tampoco lo comentan aquí, en el Consejo de Seguridad, nuestros interlocutores occidentales ni el emisario de las autoridades ucranianas. La semana pasada fue para Górlovka la más dramática desde el verano. Perdieron la vida 107 personas, entre ellas 9 niños, y otros 317 habitantes de la ciudad resultaron heridos. Sufrieron daños los edificios de los hospitales, más de 15 colegios y unas 10 guarderías.

El pasado 21 de enero, los ataques con lanzamisiles múltiples Uragán contra la Ciudad Stajánov en la provincia de Lugansk dejaron unos 10 muertos. Y no es la lista más completa de las localidades controladas por las milicias, donde la gente pierde su vida a diario.

Mientras tanto, los medios han centrado su atención en dos incidentes ocurridos últimamente: el ataque a un autobús en la localidad de Volnovaja y de un barrio residencial de la ciudad de Mariúpol. No sorprende, dado que ambos sitios se encuentran bajo el control del Ejército ucraniano. Algo parecido ocurrió con la tragedia en Donetsk: el ataque a una parada de transporte urbano no vino acompañada por marchas en memoria de las víctimas ni convocatorias urgentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Ni siquiera fue objeto de declaración especial del Secretario General de la ONU. ¿Será que en las repúblicas proclamadas de Donetsk y Lugansk viven personas de segunda categoría?

Salta a la vista que las tragedias de estos últimos días son aprovechadas por Kiev para atizar la histeria. Las acusaciones contra los milicianos se formulan casi en el acto, como si se hubieran redactado de antemano. Kiev enseguida lanza llamamientos a los países occidentales, solicitando ayuda financiera y militar y exigiendo que se presione a Rusia. En cuanto un episodio no sirve ya para la propaganda, el interés por él y por la pertinente investigación se pierde por completo. Sobre todo, dada la circunstancia, de que algún tiempo después de estos tan sonados incidentes se descubren datos a menudo completamente opuestos a las evaluaciones inmediatas. Precisamente por esta razón llamamos a que sea llevada a cabo una investigación minuciosa e imparcial de las tragedias ocurridas en enero en Volnovaja, Donetsk y Mariúpol, así como de las tragedias anteriores, las del Maidán, Odesa y otra vez Mariúpol.

Señor presidente,

El sábado pasado, los miembros del Consejo de Seguridad no lograron acordar un comunicado de prensa sobre los acontecimientos trágicos en Mariúpol. La necesidad de su aprobación fue para nosotros tan evidente, como en el caso de Volnovaja y Donetsk y estábamos dispuestos a apoyar el documento. ¿Por qué no pudo ser? La respuesta es sencilla: las delegaciones de los EEUU, el Reino Unido y Lituania hasta el final insistieron en que se incluyera en el texto de la declaración una cita del líder de la proclamada República Popular de Donetsk sacada del contexto de los últimos acontecimientos y en general, del contexto de la crisis en Ucrania. Es un tema muy socorrido también en la reunión de hoy. ¿Y si viéramos todo el panorama?

En primer lugar, los líderes de las milicias hicieron antes de ayer distintas declaraciones que no pueden ser citadas de forma selectiva ni sacadas del contexto.

En segundo lugar, porque nunca hemos oído que nuestros interlocutores occidentales condenaran a las autoridades ucranianas por permitirse toda clase de declaraciones y de acciones. Se oyen las amenazas de que "Donbás recibirá una buena paliza", será devuelto por la fuerza y se implantará allí todo lo ucraniano, que la población de la región ha de prepararse para "una gran guerra continental", a la que, según se ha dicho, no hay alternativa.

Hace una semana, fue el presidente de Ucrania, Piotr Poroshenko, quien anunció públicamente la reanudación de las acciones bélicas. Lo hizo un par de días después de la reunión en Berlín de los ministros de Asuntos Exteriores de Alemania, Rusia, Ucrania y Francia, en la cual se había apoyado la iniciativa de una retirada urgente de los armamentos pesados de la línea divisoria, estipulada en el Memorándum de Minsk del 19 de septiembre de 2014.

Me gustaría recordar que la aprobación de las redacciones rusas de las declaraciones del CS sobre temas muy importantes, en concreto, el cese del derramamiento de sangre y la situación humanitaria en Donbás, fueron bloqueadas. ¿Y el bloqueo por parte de Lituania y EEUU del comunicado de prensa en apoyo a los Acuerdos de Minsk redactado por Rusia tras su publicación el 22 de septiembre?

Tras los ataques a una parada de transporte urbano en Donetsk, lanzado evidentemente por el Ejército ucraniano, durante un día entero nos tuvimos que dedicar a renunciar a enmiendas nada constructivas por parte de ciertas delegaciones. Y sólo una fuerte presión por nuestra parte permitió que el texto fuera acordado ya al final del día. Señalaré al respecto que, en el caso de Volnovaja, necesitamos sólo un minuto para expresar nuestro acuerdo con el texto propuesto de la declaración.

Es de lamentar que nuestros interlocutores occidentales a lo largo de todo el conflicto se dediquen únicamente a acusar a los milicianos de todos los crímenes pensados y por pensar, pasando por alto la actuación de Kiev. No hemos percibido ni un intento de discutir de forma honesta y constructiva las verdaderas razones de esta crisis interna ucraniana ni de buscar una salida de la situación actual.

El agravamiento de la situación en Donbás es consecuencia de la actitud de Kiev consistente en esquivar diálogo directo con los representantes de Donetsk y de Lugansk sobre la puesta en práctica de los Acuerdos de Minsk. Desde septiembre del año pasado estamos observando los pasos que va dando Kiev, para reforzar su presencia militar en el sudeste del país. A la línea divisoria se estaban enviando unidades y armamentos, incluyendo los pesados, se declararon varias etapas de la movilización y las plantas recibían encargos para armamentos. Al mismo tiempo, en vez de adoptar medidas encaminadas a la reconstrucción económica de Donbás, se aplicó la política de la asfixia económica contra los territorios que no están bajo el control de Kiev. A su población se le privó primero de recursos económicos, porque se suspendió el pago de pensiones y ayudas sociales y más tarde se bloqueó la circulación de transporte y los suministros de las cargas humanitarias.

Y, mientras tanto Kiev se estaba preparando para una guerra. Ni lo ocultaba.

Señor presidente,

Suelen afirmar que la Historia desconoce convencionalismos, pero los acontecimientos pudieron haberse desarrollado de otra forma, si se hubiera cumplido a tiempo el Memorándum de Minsk sobre el cese del fuego y la retirada de los armamentos pesados.

El documento preveía también que el aeropuerto de Donetsk pasara bajo el control de los milicianos. Se podría haber evitado una nueva espiral de la confrontación aceptando las autoridades ucranianas la propuesta formulada por el presidente ruso Vladímir Putin el pasado 15 de enero que abogó por la retirada inmediata de armamentos pesados.

Es evidente que la paz en Donbás no la necesita, en primer lugar, el ‘partido de la guerra' en Kiev. El Gobierno de Kiev sabotea la celebración de la nueva reunión del Grupo de Contacto en Minsk, poniendo condiciones infundadas de que asistan a ésta los representantes de alto nivel de las milicias. Lo más importante ahora es celebrar este encuentro en vez de debatir el nivel de sus participantes. Tratamos de contribuir en mayor medida posible a establecer contactos programados para los próximos días. Continuaremos incentivando a las partes a entablar un diálogo directo, como lo hemos hecho durante toda la crisis en Ucrania.

Así las cosas, nos dirigimos a los representantes de los Estados que tienen influencia en las autoridades ucranianas, ante todo, a Washington: ¡dejen de dar alas a los halcones ucranianos, de cubrir y justificar sus actos inhumanos y de alentarles a la solución militar del conflicto! Lo único que esto puede conllevar es una catástrofe aún más grave, otro foco de tensión en Europa.

Los miembros responsables de la comunidad internacional no deben exigir meras declaraciones a Kiev, sino hechos para dar impulso al proceso real del arreglo político. Hasta que el ‘partido de la guerra' de Kiev no entienda que no podrá resolver el conflicto con el uso de la fuerza, que los sistemas de lanzamisiles múltiples, misiles tácticos, proyectiles de fósforo blanco y bombas de racimo y nuevas movilizaciones no ayudarán, tales hechos tendrán lugar de nuevo. Es necesario obligar a las autoridades de Kiev a sentarse a la mesa de las negociaciones con las milicias.

Lo principal es que todos entiendan que se podrá alcanzar resultados reales sólo a través del diálogo directo de Kiev con Donetsk y Lugansk que todavía se empeñan en esquivar las autoridades ucranianas, optando evidentemente por la represión del sudeste del país con el uso de la fuerza. No habrá una reconciliación nacional en Ucrania ni un arreglo estable en el sudeste del país sin el diálogo directo e inclusivo, en el marco del cual es necesario discutir aspectos de la reforma constitucional, conforme a la Declaración de Ginebra y los Acuerdos de Minsk.

¡Gracias por su atención!

* * *

Primer comentario ofrecido por el embajador de la Federación de Rusia ante la ONU, Vitali Churkin, en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU dedicada a la situación en Ucrania

 

Gracias, señor presidente.

Quisiera hacer varios comentarios al respecto, pero en calidad de preámbulo, preferiría recordar lo que pasó en la ciudad de Mariúpol. El Consejo de Seguridad no fue capaz de hacer comentarios en torno a esta tragedia. Lo abordaron varios colegas, pero el colega ucraniano fue demasiado lejos en este ámbito -incluso según sus normas- al tergiversar absolutamente la postura de la Federación de Rusia.

Ante todo, siempre condenamos todos los ataques contra civiles y deploramos todas las víctimas humanas, a diferencia de Kiev que, cuando se declara luto o se deplora víctimas civiles, detalla minuciosamente las regiones de las que provienen las víctimas hacia las que dirige palabras de pésame. Es decir, no le interesan las personas, centenares de las cuales mueren por culpa de proyectiles y misiles ucranianos. No está claro si Kiev sigue considerando a Donbás como parte del territorio ucraniano o no. Si no, que lo diga. Esto facilitará mucho la situación. Repito: siempre condenamos las situaciones en las que mueren los inocentes y estuvimos dispuestos a hacerlo en el caso de Mariúpol. Con lo que no podemos es con la diplomacia sucia de varios colegas nuestros, del método al que han recurrido en reiteradas ocasiones durante la crisis en Ucrania, cuando usan formulaciones evidentemente inaceptables para uno de los miembros del Consejo de Seguridad. ¿Han condenado ustedes alguna vez declaraciones despreciativas que provienen de Kiev? No. Entonces, ¿por qué se han agarrado a una declaración de un líder de las milicias y hemos tenido que condenarle de inmediato? Si no se hubiesen agarrado a esta declaración, actuando evidentemente de modo deshonesto, la condena a lo que pasó en Mariúpol habría sido aprobada en varios minutos, como fue aprobada la declaración propuesta por la delegación de Lituania en Volnovaja que aceptamos de inmediato.

Segundo. Siempre nos pronunciamos por llevar a cabo una investigación rigurosa y objetiva de tales casos. No tengo ganas de abordar en el Consejo de Seguridad el trabajo de los observadores de la OSCE, pero en este caso consideramos que los observadores actuaron de modo impropio. Llegó un grupo encabezado por un miembro estadounidense de la misión de observadores, miró de una manera rápida al lugar de la tragedia e hizo una declaración pública de inmediato. Esto contradice los métodos de trabajo acordados, que son tradicionales para la OSCE. Así las cosas, se trata de nuevo de un caso en el que se aprovecha los acontecimientos trágicos con sucios fines políticos.

Ahora paso a una parte esencial de nuestro discurso.

Desgraciadamente, nuestra reunión de hoy recuerda a muchas anteriores. Quizás sólo algunos matices hayan cambiado. Hoy varios colegas han prestado mucha atención a distintas declaraciones de los líderes de la proclamada república popular de Donetsk. Quisiera recordar que Donbás está bajo el fuego de misiles y de la artillería ucraniana desde hace varios meses, por eso es poco probable que se pueda esperar declaraciones pacíficas de los líderes de las milicias. De hecho, durante varios meses, las milicias tratan de hacer retroceder a la artillería y a los misiles del Ejército ucraniano a una distancia desde la que éstos no podrían amenazar a Donetsk y a Lugansk. Los acuerdos de Minsk buscan lograrlo también. Esto predetermina la importancia de su cumplimiento.

Hoy, las cifras se dieron a conocer de nuevo, pero habría que considerar el quid del problema. Se debe entender lo que quiere decir la tesis de que el conflicto no tiene una solución militar respecto al Este de Ucrania. Lo abordamos directamente en el Consejo de Seguridad ya en la fase inicial del conflicto: los carros blindados ucranianos no pueden entrar en Donbás. Desgraciadamente, este mismo objetivo fue planteado por el conocido ‘plan de paz' de Piotr Poroshenko que, de hecho, exigía la capitulación de los rebeldes. Este fue el camino directo hacia la escalada, la catástrofe. Aunque esto podría parecer trágico, así es el guión que observamos en el pasado, el guión alentado, desgraciadamente, por varios miembros del Consejo de Seguridad. Varios miembros del Consejo de Seguridad han dicho hoy: los rebeldes y Rusia deben hacer esto y esto, lo que conllevará el arreglo político. Es una actitud inoportuna. Es necesario aplicar ahora mismo serios esfuerzos políticos. Se debe entablar un diálogo directo entre Kiev y el Este. Es necesario dejar de jugar al escondite con la Constitución que deberá ser objeto de discusión de todo el pueblo.

El señor Feltman mencionó hoy que el presidente Piotr Poroshenko había anunciado la aprobación del regreso al formato negociador de Ginebra. Francamente dicho, no sabía que Rusia había dado su visto bueno para tal cambio del formato, pero, en general, la postura de Moscú respecto al formato es demasiado flexible. Estamos dispuestos a trabajar en cualquier formato que fuese capaz de hacer avanzar el asunto hacia una resolución. Además, quisiera destacar que todas las discusiones de uno u otro formato no deben de constituir otro pretexto para evitar el diálogo directo de Kiev con los representantes de las regiones, ante todo, del Este.

¡Gracias, señor presidente!

 

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Segundo comentario ofrecido por el embajador de la Federación de Rusia ante la ONU, Vitali Churkin, en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU dedicada a la situación en Ucrania

 

 

Me sorprende un poco que el colega ucraniano haya objetado hasta las tesis que no he mencionado hoy en mi discurso, pero es bueno que se le hayan grabado en conciencia y que considere necesario continuar negando los aspectos evidentes relacionados con los adeptos a Stepán Bandera, etc. Pero me sorprende otro. Me alegra que el colega ucraniano haya aprendido tan bien el inglés y hable este idioma perfectamente. Pero me sorprende que haya olvidado el ruso. Porque sólo he explicado el quid del problema que enfrenta el Este. Mientras, en vez de entender el quid del problema y elaborar una actuación política correspondiente, vuelve a hacer declaraciones propagandísticas. Es una pena.

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