Discurso y respuestas a las preguntas de los medios ofrecidos por el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en el transcurso de una rueda de prensa conjunta celebrada al término de las negociaciones con el Viceprimer Ministro, Ministro de Asuntos Exteriores y Europeos de Bélgica, Didier Reynders, Moscú, 13 de febrero de 2018
Estimadas damas y caballeros,
Hemos mantenido unas negociaciones muy nutridas con el Viceprimer Ministro, Ministro de Asuntos Exteriores y Europeos de Bélgica, Didier Reynders.
Nuestra última reunión se celebró no hace mucho, fue en verano pasado en Bruselas. Le agradecí a mi homólogo belga por su hospitalidad y me congratulo por la posibilidad de recibirlo en Moscú con motivo de la celebración de mañana de una reunión de la Comisión mixta para la cooperación económica entre la Federación de Rusia y la Unión Económica de Bélgica y Luxemburgo. Son copresidentes de dicho organismo el Ministro Reynders y el vicepresidente de Gobierno de la Federación de Rusia, Dmitri Rogozin.
Hemos hecho constar una antigua tradición de fructíferas relaciones entre los dos países. Como seguramente ya saben, en próximo abril se cumplen los 165 años desde el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre nuestros Estados. Hemos acordado celebrar esta fecha al debido nivel.
Damos una alta apreciación y lo hemos confirmado hoy a la disposición de las autoridades belgas de fomentar el diálogo con Rusia. Aplaudimos el esfuerzo de los interlocutores belgas encaminado a sanear las relaciones entre Rusia y la UE y en general con Europa.
Hemos abordado en detalle el estado y las perspectivas de la cooperación bilateral, antes que nada, dados los resultados de la reciente visita a Moscú del Primer Ministro de Bélgica, Charles Michel, y de sus negociaciones con el Presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, y con el Presidente de Gobierno de la Federación de Rusia, Dmitri Medvédev. Hemos acordado trabajar de manera activa en poner en práctica todos los acuerdos alcanzados al más alto nivel.
Hemos hecho constar un buen ritmo del aumento del intercambio comercial que creció en 2017 en un 20.1%, llegando a ascender a los 8.900 millones de dólares. Partimos de que la reunión de mañana de la Comisión mixta para la cooperación económica reforzará la mencionada tendencia.
Incentivamos de manera enérgica los vínculos directos entre los círculos empresariales de ambos países. Hemos expresado nuestra satisfacción por la visita de los representantes de Bélgica realizada el año pasado, al igual que los años anteriores, al Foro Económico Internacional de San Petersburgo. Además, en 2017 los empresarios belgas participaron en un evento de un formato relativamente nuevo, el Foro Económico Oriental celebrado durante los últimos tres años en la ciudad de Vladivostok. Contamos con que los eventos de dicho tipo organizados en San Petersburgo, Vladivostok y otras provincias de Rusia sean de interés para los empresarios belgas.
Aplaudimos los regulares intercambios parlamentarios. Los vínculos humanitarios tradicionalmente despiertan un gran interés en los ciudadanos rusos. El año pasado estuvo de gira en Bélgica el Conjunto de danza folclórica Igor Moiséev, la Orquesta del Teatro Mariinski de San Petersburgo dirigido por Valeri Guerguiev, así como los jóvenes solistas del Teatro Bolshoi. En el Museo Estatal del Hermitage de San Petersburgo despertó un gran interés del público la exposición del pintor belga contemporáneo, Jan Fabre.
Hemos hecho constar también la importante y prometedora, a mi modo de ver, tendencia de desarrollo de vínculos entre centros de estudios superiores. El año pasado visitaron Moscú las delegaciones de la Libre Universidad de Bruselas y la Universidad de Gante que mantuvieron reuniones con los representantes de los centros docentes de Moscú, San Petersburgo, Nizhni Nóvgorod, Volgogrado y Petrozavodsk. Fomentaremos dicha tendencia. Es importante que se mantengan contactos entre estudiantes y en general entre pueblos.
Hemos abordado de una manera bastante detallada la situación en el zona euroatlántica, incluidas las relaciones entre Rusia y la UE y Rusia y la OTAN. Apreciamos la postura consecutiva de Bruselas de superar los actuales problemas en las relaciones entre Rusia y Occidente, de recuperar y reforzar la confianza, de fomentar un diálogo constructivo, dado que nos enfrentamos a las mismas amenazas y retos.
De las situaciones de crisis hemos abordado la de Ucrania y hemos confirmado la falta de alternativa a una observación completa y consecutiva del Conjunto de medidas para el cumplimiento de los Acuerdos de Minsk. Hemos expuesto las labores que realiza Rusia en el marco del Grupo de contacto y del Cuarteto de Normandía, luchando por dar solución a los más acuciantes problemas, la necesidad de levantar el bloqueo económico de Donetsk y Lugansk que contradice los Acuerdos de Minsk, así como de cumplir en su totalidad el conjunto de medidas políticas Minsk 2, junto por supuesto, con la necesidad de tomar medidas urgentes para reforzar la seguridad y poner fin a todo intento de violar régimen de alto el fuego.
Hemos expresado nuestra preocupación por la línea política aplicada por las autoridades de Kiev que promueven en el Parlamento nacional la Ley de “reintegración” de Donbás que no sólo contradice los Acuerdos de Minsk, sino que los echa por tierra. No dejan de provocar nuestra preocupación las posiciones cada vez más seguras de las fuerzas radicales en Ucrania, a menudo con una marcada inclinación neonazi. Lucharemos por que se ponga coto a dichas tendencias y Ucrania cumpla de manera rígida sus compromisos relativos a las Convenciones de la UE y la OSCE.
Así, llamamos la atención de nuestros interlocutores a los razonables comentarios hechos por la Comisión de Venecia sobre la Ley de educación que fue aprobada y entró en vigor en Ucrania y que contiene elementos discriminatorios con respecto a las lenguas de todas las minorías étnicas. Es necesario que sean tomados en consideración, pero de momento no se percibe ningún deseo de Kiev de hacer caso a las recomendaciones de la Comisión de Venecia.
Hablando de la seguridad europea, buscamos promover una agenda constructiva en la OSCE. En Astaná en 2010 se celebró la Cumbre en la que se formuló el objetivo de avanzar hacia la creación en la zona euroatlántica y euroasiática de una comunidad que goce de una seguridad paritaria e indivisible. En estos momentos, después de varios años de estancamiento en la OSCE está renaciendo el interés hacia el establecimiento de un diálogo paritario y basado en respeto mutuo y dedicado a los problemas políticos y militares. Existe tal forma de trabajo como un diálogo estructurado sobre problemas de seguridad. Aplaudimos la decisión de nombrar al mando de tal diálogo a un diplomático belga, enviado permanente de Bélgica ante la OSCE. Contamos con que se guíe en sus labores por los intereses comunes, el Acta Final de Helsinki y el principio de consenso.
Compartimos las preocupaciones provocadas por las crisis en Oriente Próximo y en el Norte de África. Rusia y Bélgica están interesadas en buscar arreglo político para las situaciones en Siria, Libia, Yemen y en superar los problemas a los que sigue enfrentado Iraq. Por supuesto, todo ello empieza a revestir de gran importancia, dadas las amenazas de la dispersión de los terroristas fuera de los límites de dicha región, un proceso que ya está en marcha. Es una amenaza común para todos nosotros.
Hemos informado a nuestros interlocutores sobre los resultados del Congreso Nacional para el Diálogo Sirio celebrado recientemente en Sochi, uno de los principales logros del cual fue la aprobación de la Declaración final que contiene doce principios del sistema político de la nueva Siria, así como el llamamiento de crear una Comisión Constitucional. Consideramos que este éxito es un importante refuerzo de las actividades desplegadas por el enviado especial del Secretario General de la ONU, Staffan de Mistura, y encaminadas a poner en práctica la Resolución 2254 del CS de la ONU que exige el inicio de un diálogo nacional inclusivo en el que participen representantes del Gobierno del país y de todas las fuerzas de la oposición. Mientras tanto, todos los aspectos de la superación de la crisis han de acordarse en base al acuerdo entre los bandos enfrentados en el conflicto.
Existe otro conjunto de temas abordados durante las negociaciones de hoy, lo que nos ayuda a entendernos mejor. La agenda de nuestro diálogo es muy nutrida. Considero que los contactos regulares a nivel de Ministros de Asuntos Exteriores son de gran utilidad.
Pregunta: Usted se ha reunido con algunos colegas europeos. ¿Se ha percatado de ciertos cambios en su actitud con respecto a las sanciones impuestas por la UE a raíz de la cuestión ucraniana?
Respuesta: No nos interesamos por la actitud de nuestros colegas de la Unión Europea u otros países que impusieron sanciones contra nosotros ni por qué piensan al respecto. Nos llegan informes que afirman unánimemente que las sanciones perjudican nuestras relaciones bilaterales. Existen conclusiones de prestigiosos centros de estudios de que los que imponen las sanciones sufren más de ellas. Pero, como ya hemos dicho en reiteradas ocasiones, no vamos a rogar a nadie que cambie de política. Confiamos, como lo subrayó más de una vez el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, en que se imponga el sentido común. La política que persigue objetivos ideologizados, que pone el cálculo político, geopolítico por encima de los intereses económicos no nos conducirá a ningún lado. Aplaudimos que se reconozca la inviabilidad de la misma.
Mientras perdure, nosotros, por supuesto, nos estamos ocupando de nuestra economía fomentando nuestra independencia de semejantes episodios dado que la sociedad occidental incluye una minoría reducida, pero agresiva que intenta impedir la normalización de las relaciones con la Federación de Rusia. Frecuentemente, esta minoría arrastra a los demás. Lo observamos hasta ahora. Pero siempre estamos dispuestos a reanudar un diálogo equitativo, respetuoso y mutuamente beneficioso sin ultimátums o exigencias de pedir perdón. Explicamos de forma abierta nuestras acciones a partir de las normas del Derecho Internacional. Todos los que quieren oírnos nos oyeron.
Hoy hemos hablado, desde luego, sobre Ucrania y Crimea. Cada vez son más los políticos occidentales, incluidos los parlamentarios de Bélgica y otros países de la UE, que visitan las entidades federadas de Rusia: la República de Crimea y Sebastopol.
Todos los que realmente quieren comprender qué es lo que está ocurriendo allí pueden hacerlo de forma directa, viajar allí para ver con sus propios ojos cómo están las cosas, en vez de criticar a distancia. Ahora está muy de moda solucionar cuestiones a distancia, especialmente cuando toca lanzar acusaciones contra Estados que no caen en gracia a nuestros colegas occidentales. Los criterios «remotos» se usan mucho en el caso de Crimea por parte de los que critican lo ocurrido, calificándolo de anexión contrariamente a los hechos objetivos consistentes en que fue la expresión de la libre voluntad de los crimeos. También a distancia se dictaminan veredictos de quién había empleado armas químicas en Siria. Se ha convertido en una tendencia generalizada. Es mejor y más honesto verlo con los ojos propios visitando el sitio en cuestión. Si se trata del empleo de armas químicas en Siria, hay que viajar al área de incidente en vez de fiarse de las grabaciones de vídeo montadas. Si se trata de infracciones de los derechos humanos en Crimea, hay que ir a Crimea en vez de escuchar las invenciones a las que son propensos algunos Estados, incluido, desde luego, el gobierno ucraniano.
Creo que la respuesta está clara. Me he extendido pero espero que no haya sido en balde.
Pregunta: ¿Qué piensa de los planes del Pentágono de destinar 550 millones de dólares al adiestramiento de las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias y la organización de las fuerzas de seguridad en la frontera? ¿Cómo afectará esto el arreglo político en el contexto de la tensión existente?
Respuesta: Hemos acumulado, especialmente en los últimos meses, numerosas preguntas a EEUU sobre sus acciones en Siria. Los estadounidenses las están emprendiendo sin estar invitados, al igual que el resto de la coalición liderada por ellos. No obstante, en aras de impulsar la lucha antiterrorista, accedimos a negociar con los militares estadounidenses. Los representantes de la Fuerza Aeroespacial de Rusia tienen un canal de comunicación con ellos que permite, sobre todo, evitar accidentes y coordinar acciones destinadas a combatir las organizaciones terroristas. Aprobamos esta cooperación en vista de que los colegas estadounidenses al más alto nivel, incluido el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, nos habían asegurado que el único objetivo de la presencia de las Fuerzas Armadas de EEUU en Siria era derrotar el EI.
Ahora ya está claro que el EI, como proyecto de califato, no prosperó, sobre todo gracias a las acciones del Ejército sirio apoyado por la Fuerza Aeroespacial de Rusia. Sin embargo, no negamos el aporte de la coalición estadounidense. Cabe señalar, no obstante, que al desarticular el califato y sus gérmenes brotados en el suelo sirio, estamos lejos del triunfo definitivo mientras los grupos aislados de terroristas vaguen por el país intentando penetrar en los Estados vecinos. Acabar con ellos es una importante parte del trabajo.
Pero nuestros colegas estadounidenses ya ofrecen explicaciones muy diferentes de su presencia en Siria. Dicen que deberá perdurar hasta que se cumplan no sólo las tareas militares sino hasta que arranque un proceso político estable que conduzca a una transición de poder, o sea, un cambio de régimen, admisible para todos (léase para EEUU). Es más, a partir de otros indicios, de los que hablaré ahora, sospechamos que EEUU pretendan quedarse allí para mucho tiempo, tal vez para siempre.
Usted ha mencionado los planes de crear las fuerzas de seguridad en la frontera, asignar importantes fondos para adiestrar a militantes de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) integradas principalmente por las milicias kurdas. Todo ello a despecho de las preocupaciones de Turquía, sobre todo, cuando se anunció la creación de zonas de seguridad a lo largo de la frontera entre Siria e Iraq. Todos conocemos la actitud de Turquía hacia unos u otros grupos de las milicias kurdas. Esta postura turca podrá considerarse tal o cual, pero es una realidad. Actuar sin tenerla en cuenta es, al menos, poco perspicaz. Los resultados de esta falta de perspicacia los estamos observando ahora, por ejemplo, en la zona de Afrin. Quiero subrayar de entrada que Rusia, desde el principio, ha sido y sigue siendo partidaria de una participación directa de los kurdos en todos los esfuerzos por lograr el arreglo sirio. Los kurdos constituyen una parte inalienable de la sociedad siria. Así lo estipula la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU exigiendo iniciar un proceso de arreglo con la participación del gobierno y todo el espectro de la oposición y la sociedad sirias. Sin la participación de los kurdos no seremos capaces de garantizar un arreglo estable de la crisis siria. Ahora bien, para conseguir un arreglo inclusivo, con la participación de los kurdos, hay que avanzar buscando consenso tanto de todos los actores sirios dentro del país como de los participantes externos de los procesos en Siria y en torno a Siria.
Los estadounidenses, a mi juicio, en lugar de ir empeñándose en conseguir el consenso, están dando peligrosos pasos unilaterales. Estos pasos cada vez más parecen formar parte de una estrategia encaminada a crear un cuasi Estado en una extensa parte del territorio sirio, en la orilla oriental de Éufrates hasta la frontera con Iraq. Cada vez más cobra forma de una estrategia con vistas a socavar la integridad territorial de Siria. En el territorio en cuestión se van creando órganos de poder locales, independientes de Damasco. Se destinan allí fondos monetarios para permitir que estos organismos funcionen y reciban armas. Con la ayuda estadounidense se están formando también organismos de seguridad. Hemos planteado a nuestros colegas de EEUU estas preguntas en más de una ocasión, pero no recibimos respuestas claras, a excepción de los eslóganes habituales de que no hay motivos para preocupación y que están a favor de la integridad territorial de Siria. Sin embargo, la realidad parece ser otra.
Confío en que la ONU, que es responsable por implementar la resolución 2254 de su Consejo de Seguridad y entablar el diálogo inclusivo sirio, ahora, tras este gran impulso que supuso el Congreso del Diálogo Nacional Sirio celebrado el pasado 30 de enero en Sochi, antes de actuar tome en consideración la necesidad de poner coto a cualesquiera pasos de los actores externos capaces de socavar los principios del arreglo establecidos en la resolución mencionada.
Pregunta: Usted ha hablado mucho sobre Siria. Quisiera preguntarle: ¿cómo está vinculado el Congreso celebrado en Sochi con la Conferencia de Ginebra? ¿Se celebran estos eventos en paralelo, compiten o tienen un objetivo común?
¿Cómo planean ustedes involucrar a todos los actores internacionales para conseguir un éxito en el proceso negociador? ¿Qué papel puede desempeñar la UE, ante todo, Bélgica en esto? ¿Hay algunas propuestas concretas hacia la parte belga para involucrarla en este proceso político negociador?
Respuesta: Es fácil recibir la respuesta a la primer pregunta al leer la declaración final del Congreso del Diálogo Nacional Sirio. Todos, hasta los que no están involucrados en estos esfuerzos, entenderán cómo está vinculado el Congreso de Sochi y las negociaciones en Ginebra. Se dice directamente que los participantes del Congreso de Sochi, todos los sirios solicitan al Secretario General de la ONU encomendar a Staffan de Mistura que preste apoyo en la organización del trabajo para preparar la reforma de la Constitución, concordar definitivamente la composición de la Comisión constitutiva, sus poderes y el régimen de trabajo. Creo que todos ya han visto los resultados del Congreso publicados en la página web del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores. No voy a hablar de eso durante mucho tiempo. Espero que estudien este documento tras la rueda de prensa. Es accesible desde hace mucho.
En lo que se refiere a los actores internacionales, invitamos a muchos observadores a asistir al Congreso partiendo de los siguientes principios: a todos los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU por motivos evidentes; a todos los vecinos de Siria: Iraq, Jordania y el Líbano; a Egipto como país donde en su tiempo se formó el grupo de oposición de El Cairo. Otro grupo opositor se formó en Riad, por eso invitamos también a Arabia Saudí. El tercer grupo opositor mencionado en la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU es el de Moscú. Rusia, naturalmente, estaba representada en Sochi. Además, invitamos a Kazajstán como país anfitrión del proceso de Astaná.
Todos los invitados enviaron a sus altos representantes en calidad de observadores, excepto nuestros colegas occidentales. EEUU, Francia y Gran Bretaña, al declarar que no estaban representados en Sochi en ninguna calidad, ocultaron la verdad. Los tres países destinaron a Sochi a los diplomáticos de sus Embajadas, al declarar que no estarían allí en calidad de observadores sino simplemente se desempeñarían en los pasillos. Mientras, este círculo bien lógico de actores externos estuvo presente en Sochi. El futuro está en manos de Staffan de Mistura.
Existe un mecanismo auxiliar diseñado hace mucho: el llamado Grupo Internacional de Apoyo a Siria encabezado por Rusia y EEUU. El propio grupo no se reunió desde hace mucho a nivel de Ministros, pero dos subgrupos creados por éste para controlar la observancia del régimen de alto el fuego y abordar asuntos humanitarios se reúnen semanalmente en Ginebra. Los representantes del servicio diplomático europeo, de varios países de la UE asisten a estas reuniones. Parto de que Bélgica en tanto uno de los miembros clave de la Unión Europea recibe con regularidad valoraciones de la situación de sus colegas de la UE.
Naturalmente, cuando empiece el proceso constitucional, esperamos que nuestros colegas de la ONU garanticen su transparencia y traspasen la respectiva información a todos los miembros concernidos de la comunidad internacional.
Por su parte, Rusia continuará apoyando estos esfuerzos participando junto con Turquía e Irán en el proceso de Astaná que a finales de 2016 permitió sacar a nuestros colegas de la ONU del estado de relajación. Durante todo el año 2016, a excepción de los primeros dos meses, el foro de la ONU estuvo vacío. Y sólo cuando se anunció la constitución del foro de Astaná, los representantes de la ONU empezaron a promover iniciativas. Estoy satisfecho de que les hayamos dado estímulo. Y ahora el Congreso de Sochi dio estímulo a nuestros colegas. Se lo agradecemos a Staffan de Mistura. Participó personalmente en el Congreso de Sochi y recibió un impulso útil para continuar sus esfuerzos.