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Intervención del corresponsal de la cadena de televisión “LifeNews”, Oleg Sidiakin en la 26ª sesión del Consejo de la ONU para los derechos humanos dentro del debate sobre el tema “Seguridad de los periodistas” Ginebra, 11 de junio de 2014

1396-11-06-2014

Señor presidente:

Mi nombre es Oleg Sidiakin. Soy corresponsal de la cadena televisiva rusa LifeNews. El 18 de mayo, en las afueras de la ciudad ucraniana de Kramatorks, fui detenido junto a mi compañero, el operador de cámara Marat Saichenko, por las fuerzas de seguridad ucranianas y también por los neonazis del "Sector de Derechas".

Estando acreditados oficialmente como periodistas, estábamos grabando una entrevista con los lugareños cuando aparecieron cerca de 30 personas armadas en vehículos blindados. Empezaron a disparar, no al aire, sino hacia donde nos encontrábamos. Encañonándonos con las armas, nos metieron en los vehículos blindados y nos llevaron a un lugar desconocido.

Pasamos una semana encerrados. Nos privaron de todos los derechos. Nos despojaron de todo el equipo y el dinero. No nos permitieron hacer ninguna llamada a nuestros parientes, nos negaron abogados y protección jurídica y no nos dijeron los motivos de nuestro encierro. Nos ataron de tal manera que nos provocaron lesiones en las manos y en la planta de los pies. Nos colocaron en la cabeza unas bolsas de polietileno y nos ataron una cinta adhesiva al cuello. Estuvimos así dos días enteros. Era imposible respirar. Nos arrojaron a un frío foso de tierra y nos obligaron a quedarnos de rodillas, agachando la cabeza hacia el suelo. En cuanto nos movíamos caían piedras sobre nuestras cabezas.

No nos dieron de comer en 4 días. Del foso nos llevaron a un interrogatorio golpeándonos a menudo. Nos querían quitar los zapatos diciendo que los muertos no los necesitan –de todas formas nos dispararían. Nos llevaron a fusilar varias veces, y después lo aplazaban.

A continuación, nos metieron en cajas metálicas y a las 10 horas nos llevaron a Kiev, a los Servicios de Seguridad de Ucrania. A las 6 nos volvieron a colocar las bolsas en la cabeza y nos arrojaron al suelo pegándonos periódicamente. A continuación comenzó el interrogatorio que duró 10 horas seguidas. Después nos encerraron en un cuartucho húmedo y nos mantuvieron allí 4 días hasta que por fin nos soltaron.

Estamos en deuda por nuestra libertad con todo el mundo que se movilizó por nuestra causa y apoyó la campaña "Save our guys", así como también con la posición de principios mantenida por Rusia, que ha logrado nuestra liberación.

Nuestro caso no es exclusivo. Recientemente ha sido detenido el equipo de grabación de la cadena televisiva rusa "Zvezda". Aunque nuestros compañeros estaban acreditados para grabar el juramento de Petró Poroshenko, fueron arrestados por la Guardia Nacional de Ucrania. También a ellos los condujeron a punta de pistola con sacos en la cabeza y esposados a las dependencias de los servicios de seguridad. Al parecer, se ha convertido en el "estilo de la marca" de las autoridades de Kiev para tratar a los periodistas.

La comunidad internacional debe prestar atención a todo esto con urgencia. Se está intentando acabar con los periodistas independientes en Ucrania, y se ha puesto precio a nuestras cabezas –vivos o muertos. Los cargos públicos de Kiev eliminan deliberadamente a todos los disidentes y a los que acuden al lugar de los acontecimientos y buscan el testimonio de las víctimas y los testigos de los crímenes.

Hay que poner fin inmediatamente a la tremenda violación de los derechos humanos y los derechos humanitarios en el territorio de Donbás por parte de las formaciones armadas de Kiev.

Las autoridades ucranianas tratan de tapar como sea los delitos cometidos durante la operación punitiva. En los informes que presentan a sus protectores occidentales y en la propaganda a través de unos medios de comunicación controlados. La información sobre lo que está sucediendo en Donbás está totalmente distorsionada.


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