Entrevista del Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, con el periódico panárabe Asharq al Awsat publicada el 4 de octubre de 2017
Pregunta: En vista de la próxima visita a Rusia del Custodio de las Dos Sagradas Mezquitas, ¿cómo valora usted las relaciones bilaterales de Rusia y Arabia Saudí en el ámbito de discusión de las crisis regionales?
Respuesta: Coincidimos en que es necesario continuar el desarrollo sostenido de las relaciones multidimensionales de Rusia y Arabia Saudí para garantizar la estabilidad regional y global, entre otras cosas.
Rusia y Arabia Saudí mantienen un diálogo político confidencial, inter alia, a nivel alto y el más alto. A principios de septiembre, estuve en visita de trabajo en el Reino de Arabia Saudí, en el curso de la que me recibió el rey Salman y sostuve las negociaciones con el ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudí, Adel al-Jubeir. Estoy satisfecho con sus resultados.
Incrementamos los esfuerzos dirigidos a intensificar la cooperación empresarial, los lazos humanitarios. Nuestra tarea común es incrementar y diversificar el comercio bilateral que, según la opinión de ambas partes, no corresponde todavía a sus capacidades considerables.
Alegra lo que este trabajo conjunto empiece a dar frutos. Se alcanzó una serie de acuerdos importantes, se determinaron las direcciones prometedoras a los que se debe prestar la atención prioritaria. Destaco la actividad fructífera de la Comisión Bilateral Intergubernamental para la Cooperación Económico-Comercial y Científico-Técnica, así como los contactos directos entre los respectivos departamentos y las asociaciones de los círculos de negocios de los dos países. Centramos mucha atención en el perfeccionamiento del marco legal.
Moscú y Riad participan en la implementación de los acuerdos de reducción de los volúmenes de extracción del crudo en el formato “OPEP+”. Consideramos importante continuar coordinando los esfuerzos con nuestros socios saudíes en esta dirección.
En lo que se refiere a las crisis regionales, nuestros países parten de que no hay alternativa a su arreglo sostenible y duradero con el uso de los métodos exclusivamente políticos y diplomáticos, a través de un diálogo nacional e inclusivo y sobre un fundamento sólido del Derecho Internacional.
Estos y otros asuntos acuciantes de la agenda bilateral e internacional se abordarán en detalle durante la visita del rey Salman a Rusia por invitación del presidente ruso, Vladímir Putin. Estamos convencidos de que este evento que marcará hito en nuestras relaciones permitirá sacar nuestra cooperación a un nuevo nivel y contribuirá a estabilizar la situación en la región de Oriente Próximo y el Norte de África.
Pregunta: Rusia es un actor clave en Siria. ¿Permítame preguntarle si la crisis siria ha alcanzado la fase de búsqueda de una solución política?¿Cómo sería esta solución?
Respuesta: El conflicto sirio continúa durante varios años. Desde el inicio de la crisis siria, Rusia insistía en la necesidad de arreglar la situación con medios pacíficos, a través de un amplio diálogo entre los bandos del conflicto. Exhortábamos a la comunidad internacional que ayudase a los sirios a poner fin a la violencia y el derramamiento de sangre y prevenir el reforzamiento de la criminalidad y el terrorismo.
En su tiempo la Liga Árabe, así como muchos actores regionales e internacionales negaron la legitimidad al presidente sirio, Bashar Asad, por varios motivos. De ese modo, usurparon, de hecho el derecho del pueblo sirio a decidir de modo independiente quien y como gobernará en Siria. No estamos de acuerdo con este enfoque. En varios foros siempre nos pronunciábamos por la independencia, la unidad y la integridad territorial de la República Árabe de Siria, la necesidad de que los propios sirios determinasen su destino exclusivamente con el uso de los mecanismos legales, a través del diálogo nacional.
En la coyuntura del conflicto interno, el extremismo en Siria alcanzó formas extremas. Las acciones inhumanas del Estado Islámico y otros grupos terroristas hicieron estremecer a todo el mundo. Las amenazas provenientes de los terroristas atrincherados en Siria pasaron fuera de las fronteras no sólo de este país sino de toda la región de Oriente Próximo y el Norte de África.
Rusia tomó la decisión de prestar apoyo al Gobierno sirio por su solicitud para liberar el país de los terroristas. Al mismo tiempo, partimos de que la campaña militar contra los extremistas debe llevarse a cabo simultáneamente con la búsqueda de las vías de arreglo político. En vista de eso, continuando la lucha contra los grupos terroristas, incrementamos los esfuerzos para poner fin al derramamiento de sangre, prestar la ayuda humanitaria a la población e intensificar el proceso político, de conformidad con lo estipulado en la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU.
Consideramos que las reuniones internacionales sobre Siria celebradas en Astaná son una etapa importante en el arreglo del conflicto sirio. En el marco del proceso de Astaná en que participaron la delegación del Gobierno sirio y los representantes de los grupos de la oposición armada, las partes llegaron a un entendimiento de que no hay alternativa a la solución política y diplomática del conflicto sirio bajo los auspicios de la ONU y manifestaron su fidelidad a la observación del régimen de alto el fuego. Además, se creó y empezó a funcionar el mecanismo coordinador para controlar la observación del régimen de alto el fuego y posteriormente se establecieron las zonas de distensión destinadas a crear las condiciones para normalizar la situación, resolver agudos problemas humanitarios, hacer posible el regreso de los refugiados y, en general, mantener la unidad de Siria.
Todas las partes involucradas deben dejar de lado hoy sus ambiciones geopolíticas y contribuir a restablecer la estabilidad y la seguridad en Siria, Oriente Próximo y el Norte de África, en general. La agenda incluye las tareas de reconstruir la infraestructura destruida durante los años del conflicto y las sanciones económicas unilaterales impuestas contra Siria por varios países, contribuir a su desarrollo social, económico y político.
Una dirección importante del trabajo encaminado a superar la crisis siria sigue siendo el arreglo político a través de un diálogo nacional e inclusivo, de conformidad con la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU. Este arreglo debe consolidar las tendencias actuales en el teatro de operaciones, poner fin a la confrontación armada. En vista de eso, quisiera destacar la importancia de los esfuerzos de Arabia Saudí para formar la delegación de la oposición que en las negociaciones bajo los auspicios de la ONU en Ginebra podría ser un digno socio de la delegación del Gobierno sirio capaz de buscar fórmulas de compromiso.
Pregunta: Rusia está en buenas relaciones con Turquía e Irán. ¿Cómo estima Moscú el papel que desempeñan estos países en Siria e Irak?
Respuesta: Rusia considera muy importante la cooperación con Turquía e Irán para contribuir al arreglo de la crisis siria y prestar apoyo a Bagdad en la lucha contra la amenaza terrorista representada por el Estado Islámico.
Partimos de que, gracias a los esfuerzos conjuntos de Rusia, Turquía e Irán, se logró cambiar drásticamente la situación en Siria y aniquilar los principales focos de resistencia del Estado Islámico, Frente al Nusra y otros grupos terroristas, crear las condiciones necesarias para entablar un diálogo sustancial y constructivo entre los bandos del conflicto sirio sobre el futuro régimen político.
El último ejemplo de la cooperación eficaz y estrecha de los tres países son los acuerdos conseguidos durante la 6ª reunión internacional sobre el arreglo sirio celebrada en Astaná los pasados días 14 y 15 de septiembre, incluidos los acuerdos sobre los parámetros del funcionamiento de la zona de distensión en Idlib. De hecho, se crearon las condiciones necesarias para parar la guerra fratricida en Siria, aniquilar definitivamente a los terroristas y permitir el retorno de los sirios a la vida pacífica. Los esfuerzos emprendidos en coordinación con Ankara y Teherán están encaminados a mantener y fortalecer el régimen de alto el fuego en Siria, contribuir al arreglo político del conflicto, reducir el grado de violencia y mejorar considerablemente la situación humanitaria.
Nuestra cooperación práctica a todos los niveles, los contactos de trabajo interdepartamentales sostenidos diariamente ponen de relieve que Turquía e Irán desempeñan literalmente el papel clave en el proceso de estabilización de la situación en Siria e Irak. Creemos que, en vista del carácter complicado y multidimensional de los desafíos que afronta Oriente Próximo, la profundización de la cooperación de Moscú, Ankara y Teherán en el ámbito de la política exterior responde a los intereses de todos los Estados de la región.
Estamos dispuestos a continuar intercambiando opiniones y cooperando de modo estrecho y enérgico con nuestros socios turcos e iraníes, ante todo, para contrarrestar a los grupos terroristas en Siria e Irak y sanear paulatinamente la situación en Oriente Próximo, en general.
Esto se abordó, entre otras cosas, durante las negociaciones del presidente ruso, Vladímir Putin, con su homólogo turco celebradas el pasado 28 de septiembre. En particular, se confirmó la disposición a observar los acuerdos conseguidos en Astaná, continuar la cooperación estrecha entre los ministerios de Asuntos Exteriores, los servicios de seguridad y defensa para profundizar la coordinación de esfuerzos conjuntos con vistas a arreglar la crisis en Siria y resolver otros problemas regionales.
Pregunta: A pesar de los contactos que mantienen EEUU y Rusia, las relaciones bilaterales de Washington y Moscú dejan mucho que desear. ¿Espera usted que las relaciones se normalicen? ¿Por qué estas relaciones se encuentran en un nivel bajo?
Respuesta: Rusia no es responsable de que las relaciones ruso-estadounidenses hayan bajado hasta el nivel actual. Es la consecuencia de la política de la administración de Barack Obama que destruía el fundamento de la cooperación y, antes de dejar las riendas del poder, puso minas de acción retardada para dificultar la vida a sus sucesores.
Rusia está dispuesta a buscar las posibilidades de normalizar las relaciones basándose en los principios de respeto mutuo y tomando en consideración los intereses recíprocos. Desgraciadamente, los vínculos bilaterales siguen siendo rehénes de las discrepancias entre las élites estadounidenses.
Es evidente que la campaña rusófoba lanzada en EEUU, incluidas las especulaciones sobre la supuesta injerencia de nuestro país en las elecciones presidenciales en EEUU del año pasado impide normalizar el diálogo. Parece que varias personas en Washington no quieren aceptar la voluntad manifestada por los estadounidenses tratando de echar sobre nosotros la responsabilidad por sus fracasos y descaradamente juegan la carta rusa en la lucha política.
No nos entregamos a las emociones y manifestamos la discreción. Tomamos en consideración las realidades complicadas de la política interna en que se ve obligada a trabajar la nueva administración. Mientras, no podemos dejar sin respuesta tales pasos agresivos, como por ejemplo la aprobación en julio pasado de la “Ley para contrarrestar a los adversarios de EEUU mediante sanciones”.
Esperamos que el sentido común prevalezca en Washington y se logre frenar la espiral de confrontación. No estamos interesados en esto. Entendemos que Rusia y EEUU como las mayores potencias nucleares tienen una responsabilidad especial por la situación general en el mundo, por el mantenimiento de la estabilidad y la seguridad global. Se puede calificar como positiva la reanudación en septiembre pasado del diálogo sobre los asuntos estratégicos entre nuestros países que fue suspendido a principios de 2014.
Hay muchas posibilidades para la cooperación internacional ruso-estadounidense que en mucho quedan sin realizarse. Proponemos desde hace mucho a nuestros colegas a establecer una coordinación real en el ámbito de lucha contra el terrorismo y otros desafíos peligrosos: la proliferación de las armas de destrucción masiva, el tráfico de drogas y los delitos cibernéticos sin hablar del arreglo de las crisis regionales cuyo número, desgraciadamente, no se reduce en el mundo.
Existen las posibilidades para realizar las iniciativas mutuamente ventajosas en el sector comercial y de inversiones. Es demostrativo que el sector de negocios de EEUU aprecia la posibilidad de estar presente en nuestro mercado, quiere desarrollar proyectos mutuamente beneficiosos con los socios rusos. La delegación de la comunidad empresarial de EEUU compuesta por los representantes de 140 empresas fue la más numerosa en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo celebrado en junio pasado. La tasa de rendimiento del sector de negocios estadounidense es más alta en Rusia que en muchos otros mercados y las condiciones de trabajo son muy confortables.
Así las cosas, no hay que perder la esperanza de sacar la cooperación de este punto muerto artificialmente provocado, pero el futuro de nuestras relaciones no depende sólo de nosotros sino también de la parte estadounidense.
Pregunta: ¿Cómo valora usted la actividad de la Coalición Internacional contra el Estado Islámico encabezada por EEUU? ¿Cómo es el límite de la participación rusa en la guerra contra el EI?
Respuesta: No voy a entrar en detalle, pero hay que empezar con lo que, desde el punto de vista de los sirios y del Derecho Internacional, esta coalición es un huésped no invitado en Siria. Y el Gobierno sirio muestra tolerancia hasta que los esfuerzos de la coalición apunten a luchar contra los terroristas en el territorio de este país. Nos preocupa, y lo declaramos abiertamente, la llamada “táctica de medidas paliativas” aplicada por EEUU y sus aliados. En caso de aplicar la política de doble rasero, dividir a los terroristas en los “malos” y “no muy malos”, reclutar a los miembros de la coalición por motivos políticos olvidando que es necesario recibir el visto bueno del Consejo de Seguridad de la ONU, es difícil hablar sobre la eficacia de la campaña antiterrorista. Fueron los ataques de la Fuerza Aeroespacial rusa y la ofensiva lanzada por el Ejército sirio los que obligaron al Estado Islámico a retirarse.
Hay muchas preguntas en Siria a las fuerzas encabezadas por EEUU que presuntamente por casualidad asestan golpes contra las Fuerzas Armadas de Siria después de que el Estado Islámico lanza una contraofensiva; o inspiran a otros terroristas a lanzar una ofensiva contra los poblados estratégicamente importantes donde se restableció el poder legítimo del Damasco oficial; o preparan provocaciones mortalmente peligrosas. Recordaré también muchos impactos “por casualidad” contra objetos de infraestructura civil que causan la muerte de centenas de civiles.
Nuestra participación en la lucha contra el Estado Islámico no sólo busca garantizar la seguridad de Rusia sino fortalecer la estabilidad global y regional. No será posible erradicar el terrorismo en Oriente Próximo y el Norte de África sólo con el uso de la fuerza. Estamos convencidos de esto. La ventaja de nuestra política consiste en que ésta no busca satisfacer los intereses egoístas ni tiene un “doble fondo”. Así las cosas, continuaremos incrementando nuestros esfuerzos para contribuir al arreglo pacífico, con medios políticos y diplomáticos de las numerosas crisis y conflictos en la región. Invitamos a trabajar junto con nosotros de modo honesto a todos los que estén preparados a esto.