Comentario del Departamento de Información y Prensa del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores en relación con la decision del Comité Ejecutivo de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) sobre Siria
El 11 de noviembre, en la reunión del Comité Ejecutivo de la OPAQ convocada en La Haya, al emprender una serie de pasos con el uso del factor de “solidaridad regional”, un grupo de los países miembros lograron hacer aprobar una decisión antisiria basada en las conclusiones infundadas del equipo conjunto OPAQ-ONU para la investigación de los casos de empleo de armas quínicas en Siria, que, de hecho, acusan a Damasco.
Esta decisión prevé, en particular, aplicar medidas ilimitadas de inspección en relación con la infraestructura militar y los centros de investigación y desarrollo de Siria que satisfacen las principales demandas de economía nacional de este país y, en cierta medida, de toda la región de Oriente Próximo, en general. Según el plan de los promotores y ejecutores, esta decisión dará la posibilidad de aprovechar las actividades de inspección de la OPAQ para establecer un control total sobre las capacidades tecnológicas y de defensa del Estado soberano socavadas sin esto por la guerra desatada hace mucho años y financiada desde fuera.
La toma de esta decisión que, de hecho, no sólo pisotea los derechos de uno de los Estados miembros del Convenio sino también socava la integridad de este tratado importante causa una lástima profunda y una preocupación. Una de las organizaciones que goza de prestigio y ha conseguido éxito en materia del desarme y la no proliferación de las armas de destrucción masiva, que obtuvo en 2013 el Premio Nobel de la Paz por la desmilitarización química de Siria, se convierte en una herramienta de presión política y económica y de chantaje gracias a los esfuerzos de un conocido grupo de los países poseídos de la idea de cambiar el régimen en Damasco. Parece que no se sacaron lecciones de los acontecimientos trágicos en torno a la antigua Yugoslavia, Irak y Libia, aunque muchos líderes actuales y anteriores las reconocieron en público.
Ahora hay que esperar que sigan creciendo las manifestaciones de los ánimos antisirios tanto en el marco de la OPAQ como en el Consejo de Seguridad de la ONU. Exhortamos a todos los Estados que respetan los principios y normas internacionales a poner fin a esta falta de principios y de responsabilidad en las relaciones interestatales.
Agradecemos a los Gobiernos de los países que pudieron contrarrestar a la presión sin precedente y no apoyaron la decisión del Consejo Ejecutivo de la OPAQ sobre Siria que, de hecho, implica sanciones.