Intervención del ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en la Conferencia Científica “Bulgaria-Rusia. 135 años del establecimiento de relaciones diplomáticas: pasado, presente y futuro”, Sofía, 7 de julio de 2014
Estimados amigos:
Es un gran placer participar en la conferencia dedicada a los 135 años del establecimiento de relaciones diplomáticas entre nuestros países. Estoy seguro de que su trabajo será satisfactorio y fructífero.
Las relaciones entre Rusia y Bulgaria se basan en los profundos sentimientos de simpatía y amistad entre nuestros pueblos hermanos, la amplia comunión de la herencia espiritual y cultural, el recuerdo de las victorias conjuntas obtenidas en la lucha por la libertad y la independencia de Bulgaria.
Hoy, basándonos en las tradiciones seculares, es preciso seguir avanzando, ampliar el beneficio mutuo y la cooperación igualitaria en los diferentes campos, encontrar soluciones de compromiso a todo tipo de problemas, incluso a los más complicados. Precisamente, este ha sido el propósito de las conversaciones intensas y productivas con el Presidente, el Primer Ministro y el Ministro de Asuntos Exteriores de Bulgaria.
En los últimos tiempos hemos conseguido unos resultados apreciables. Las relaciones comerciales y de inversiones se desarrollan de forma muy dinámica. Aunque el comercio ha experimentado cierta disminución, vemos la forma de superar esta tendencia, la posibilidad de incrementar los intercambios comerciales. En los últimos diez años las compañías rusas han invertido en Bulgaria casi 2000 millones de dólares. Entre los proyectos más conocidos está la modernización a gran escala de la planta petroquímica de la compañía Lukoil en Burgas, cuya actividad aporta actualmente al presupuesto búlgaro casi la cuarta parte de los ingresos fiscales. Entre otros ejemplos exitosos está la creación por cuenta del Gobierno de Moscú de "Kamchia", un complejo vacacional único en la costa del mar Negro de Bulgaria y el desarrollo por parte de la S.A.A. "Gazprom Neft" de la red de gasolineras.
Pero, por supuesto, el potencial de esta asociación fructífera está lejos de agotarse. La vía más prometedora de los esfuerzos realizados sigue siendo la energía, y en primer lugar, el proyecto del gasoducto "South Stream". Su realización contribuirá al refuerzo de la seguridad energética, al desarrollo económico de Bulgaria y al incremento del bienestar de sus ciudadanos.
Nuestro encuentro se produce en medio de muchas conmemoraciones históricas en las que están involucrados nuestros pueblos. En 2013, en Rusia y Bulgaria se celebraron eventos a gran escala para conmemorar los 135 años de la liberación de Bulgaria del yugo otomano. En abril de este año se han cumplido 135 años de la Constitución de Tarnovo. En su redacción participaron conocidos juristas rusos de la época. En septiembre celebraremos el 90 aniversario de la consagración de la catedral-monumento de San Alejandro Nevski, construido en recuerdo de los soldados que liberaron Bulgaria del yugo otomano. En diciembre se cumplen 100 años del Templo de la Iglesia Ortodoxa Rusa de Sofía.
Las relaciones culturales experimentan un desarrollo fructífero. El principal acontecimiento del año pasado fue la inauguración de la exposición "El oro tracio de Bulgaria - leyendas vivas" en el Museo Estatal de Historia de Moscú. En noviembre del año pasado se celebraron los Días de Sofía en Moscú, y en otoño están programados los Días de Moscú en Sofía.
Aumenta el interés de los rusos por Bulgaria. En 2013 llegaron aquí más de 680.000 turistas rusos, y más de 300.000 rusos compraron propiedades en su hospitalario país.
Se está incrementando el diálogo entre las organizaciones no gubernamentales. El año pasado comenzó su actividad el Foro Social Ruso-Búlgaro. Se celebraron encuentros de sus copresidentes (un miembro del Consejo de la Federación Vitali Ignatenko visitó Sofía en marzo; y en abril y octubre estuvo en Moscú el expresidente de Bulgaria, Georgi Parvanov), se firmó el Acuerdo de hermanamiento entre Shipka y el término municipal de Mozhaisk, y tuvieron lugar otros eventos significativos en el marco del Foro.
Apreciamos mucho la actividad del Consejo de Coordinación Bulgaria-Rusia creado en su país, que organiza regularmente destacados actos sociales y políticos sobre temas actuales de la agenda bilateral. Merece respeto y apoyo la iniciativa del Consejo para la organización en vísperas del 70 aniversario de la Victoria en la Segunda Guerra Mundial de una colecta de fondos para la restauración del monumento al Ejército Soviético en Sofía, que tanto en Rusia como en Bulgaria es percibido como un símbolo de la amistad de nuestros pueblos. No cabe duda de que esta acción será una valiosa aportación al extenso programa de actos dedicados a la Gran Victoria, que se está preparando a nivel intergubernamental y social, así como en el marco de las organizaciones internacionales.
Aprovechando la ocasión, también quisiéramos manifestar nuestro agradecimiento por la edición en búlgaro de mi libro "Entre el pasado y el futuro. La diplomacia rusa en un mundo cambiante". Se trata de un trabajo colectivo de nuestro Ministerio. Aunque no reniego de su autoría, esta obra refleja el gran trabajo de todo el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, nuestros esfuerzos para promover la doctrina de política exterior que ha confirmado el presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin.
Lo que aparece resumido en este volumen lo puede comprender cualquier búlgaro, al igual que cualquier persona del planeta Tierra. En él se habla de los esfuerzos concretos que todos debemos realizar para garantizar el proceso de creación de un nuevo orden mundial policéntrico, justo y democrático, que se base en los principios del derecho internacional, el papel central de la ONU, el respeto a la autodeterminación de los pueblos, el derecho a decidir el propio destino, en los métodos colectivos pacíficos de resolución de conflictos sin injerencias externas y sin el uso de la fuerza. Como subrayó hace una semana el presidente Vladímir Putin en la reunión de embajadores y representantes permanentes de Rusia, la política exterior de nuestro país, en consecuencia, parte de que la solución de los problemas globales y regionales no puede buscarse en la confrontación, sino en la cooperación, mediante la búsqueda de compromisos. Quisiera recordar muestro lema eslavo, ortodoxo, que siempre aplicamos a cualquier situación: "Dios no está en la fuerza, sino en la verdad".
Pienso que expreso la opinión de los colegas míos que han participado en la preparación del volumen al agradecer especialmente a la editora del libro, Svetlana Sharenkova, que encabeza el Foro "Bulgaria-Rusia", que edita en Bulgaria el periódico en lengua rusa "Russia dnes - Russia segodnya". En conjunto, considero la edición en Bulgaria como el reflejo del interés de la sociedad búlgara por la diplomacia moderna rusa y sus esfuerzos, encaminados a la plasmación de los objetivos que he mencionado.
Hoy cabe resaltar la cooperación creciente ruso-búlgara en el campo de la edición de libros, que tiene un enorme peso en el ambiente de amistad y confianza entre nuestros pueblos. En el mundo moderno, la literatura no solo contribuye al mantenimiento de la lengua y de la diversidad, sino que nos ayuda a entendernos mejor unos a otros.
En 2013 se inició el proyecto ruso-búlgaro de la Biblioteca Estatal Margarita Rudomino de Toda Rusia para la Literatura Extranjera, y del Ministerio de Cultura de Bulgaria "Nueva novela búlgara". Gracias a ella, por primera vez después de una interrupción de treinta años, las obras de una serie de autores modernos de su país han podido difundirse entre los lectores en lengua rusa.
Apreciamos que en la mayoría de las principales librerías búlgaras existan secciones de ficción y de ensayo en lengua rusa.
Hoy en día nos enfrentamos a grandes problemas. Estoy convencido de que con los esfuerzos conjuntos, y no solo de Rusia y Bulgaria, sino de todos los países de Europa, de la Europa Atlántica y de otros países del mundo, podremos resolverlos favorablemente en beneficio de nuestros pueblos, para incrementar la seguridad, la estabilidad y el bienestar. Para esto, contamos con todo lo necesario, y, en primer lugar, con la amistad ratificada a lo largo del tiempo entre rusos y búlgaros.
Miro esta sala y veo a muchos conocidos, viejos amigos, distinguidos políticos búlgaros y de nivel europeo, veteranos y muchos jóvenes. Ahí radica la clave de nuestro éxito. Veo los ojos de los jóvenes y concluyo: la mirada que me dirigen refleja que nuestra amistad durará eternamente.