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Intervención y respuestas a las preguntas de los medios de comunicación dirigidas al Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia durante una rueda de prensa conjunta celebrada tras las conversaciones con el Ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, Péter Szijjártó, Moscú, 19 de noviembre de 2014

2652-19-11-2014

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Señoras y señores,

Buenos días.

He mantenido unas conversaciones muy productivas con mi homólogo húngaro, Péter Szijjártó.

Hemos constatado que entre nuestros países se han formado unas relaciones estables y muy importantes. Para nosotros esto es una prioridad. Nuestras relaciones están basadas en las tradiciones históricas, en el respeto mutuo y el pragmatismo, algo de vital importancia en el mundo actual, extremadamente ideologizado.

Hemos constatado también que, a pesar de la complejidad de la situación en Europa, nuestras relaciones bilaterales en distintos ámbitos continúan desarrollándose. A esto han contribuido enormemente los resultados de la visita el pasado mes de enero del Primer Ministro de Hungría, Viktor Orbán, a Moscú para reunirse con el Presidente de Rusia, Vladímir Putin.

Entre nuestros principales proyectos conjuntos figura el acuerdo sobre la construcción junto con la corporación estatal "Rosatom" de dos nuevos reactores nucleares en Hungría y la cooperación en el proyecto del gasoducto "South Stream" en territorio húngaro, el cual, según nuestra opinión, reforzará la seguridad energética de Hungría y de Europa en general.

Péter Szijjártó encabeza la Comisión Interestatal Ruso-Húngara para la Cooperación Económica, que copreside el Ministro de Agricultura de Rusia, Nikolái Fiódorov. En una reunión celebrada esta mañana entre ambos, se ha tratado en profundidad el tema de la preparación de la próxima asamblea de la comisión, prevista para el primer trimestre de 2015.

Hemos expresado nuestra satisfacción por el estado de nuestros vínculos culturales y humanitarios y hemos acordado su futuro desarrollo, así como la intensificación de los intercambios parlamentarios, regionales y educativos, y la futura colaboración en el marco del foro de los pueblos finoúgricos.

Respecto a algunos temas internacionales, hemos prestado una especial atención a la crisis ucraniana. A pesar de la diferencia de interpretaciones entre la Unión Europea y Rusia sobre una u otra etapa de este drama, Hungría y Rusia coinciden en la opinión de que en la actualidad tenemos más que suficientes motivos para intentar conseguir el cumplimiento total de los acuerdos de Minsk y la organización con este objetivo de un diálogo imperturbable ente los representantes de Kíev y de los que firmaron estos acuerdos en representación de Lugansk y Donetsk.

También mantenemos posturas similares en lo referente a la tarea de la lucha contra el terrorismo, ante todo en la región de Oriente Próximo y el Norte de África. Coincidimos en la opinión de que agrupaciones como el Estado Islámico y otras formaciones extremistas de la región deberían encontrar un duro y decisivo rechazo por parte de la comunidad internacional, incluyendo el enjuiciamiento de todos los implicados en la organización de atentados terroristas.

En general, hemos mantenido una conversación muy agradable. Estoy agradecido a mi colega por este trabajo conjunto.

Pregunta (dirigida a Péter Szijjártó): їCuáles son, según su punto de vista, las perspectivas para la mejora del clima internacional, incluyendo la resolución de la crisis ucraniana?

Serguéi Lavrov (añade tras la respuesta de Péter Szijjártó): En lo que respecta al clima internacional actual, este tema se ha tratado en nuestra reunión. Péter Szijjártó me ha informado de que el lunes en Bruselas se discutió, entre otros, este importante tema durante un encuentro de ministros de Asuntos Exteriores de los países de la Unión Europea.

Hoy hemos confirmado nuestra opinión común sobre el hecho de que Rusia y la UE son socios naturales y de que la ampliación de nuestra cooperación estratégica será mutuamente beneficiosa, ya que esta reforzará la competitividad tanto de la Unión Europea como de Rusia y sus socios de la Unión Aduanera, sobre todo en un mundo globalizado como el actual. Según nuestra forma de verlo, uno de los próximos pasos prácticos es el inicio de un diálogo concreto y profesional entre las estructuras de la Unión Europea y la Unión Aduanera, así como de la Unión Económica Euroasiática, que se encuentra en plena gestación. Ayer el Ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, se expresó a favor de esta idea, y hoy Péter Szijjártó ha confirmado que Hungría también la apoya.

En cuanto pasemos a ocuparnos de la resolución de cuestiones económicas concretas que nos permita cumplir con nuestro deber de incrementar el ritmo de crecimiento y el bienestar de los ciudadanos de la Federación de Rusia y la Unión Europea, creo que la importancia de los puntos más ideologizados de la agenda europea se reducirá considerablemente.

En lo que respecta a la crisis ucraniana, estoy de acuerdo con el señor Péter Szijjártó: debemos cumplir los acuerdos existentes, es algo por lo que nosotros siempre hemos abogado. Debemos permanecer alerta, ya que los acuerdos se han infringido en numerosas ocasiones, empezando por el conocido Acuerdo para la regulación de la crisis ucraniana del 21 de febrero. Más tarde se firmó la Resolución de Ginebra entre Estados Unidos, la UE, Ucrania y Rusia, en la que Kíev se comprometía a iniciar inmediatamente una reforma constitucional con la participación de todas las regiones, pero este acuerdo tampoco se cumplió. Por esta razón, los ciudadanos del sureste de Ucrania, que no aprueban los resultados del golpe de estado ni los intentos de imponer unas normas ajenas a las personas que viven esta tierra durante siglos, tienen razones para no confiar en el gobierno de Kíev, sobre todo ahora que se oyen llamamientos para enterrar los acuerdos de Minsk y pasar a la resolución del problema por la vía militar. Espero sinceramente que aprendamos la lección de la crisis ucraniana ahora, en sus etapas tempranas, y que no dejemos pasar la oportunidad que el proceso de Minsk nos brinda de conseguir un diálogo constante y directo entre Kíev y los representantes del sureste de Ucrania que firmaron el protocolo de Minsk. La primera tarea en la que están trabajando los representantes de ambas partes sobre el terreno es el acuerdo de unas líneas fronterizas, la retirada del armamento y las garantías del seguimiento de estas líneas fronterizas por parte de los observadores de la ONU.

Pregunta: їCuáles son las perspectivas de la cooperación económica y comercial entre Rusia y Hungría, incluyendo la realización del proyecto "South Stream", en el contexto de las sanciones actuales contra Rusia por parte de la Unión Europea?

S.V. Lavrov: Únicamente puedo repetir lo que ya he señalado hoy: este proyecto se encuentra en nuestra agenda. A día de hoy las partes han ratificado todas sus obligaciones contraídas en los documentos ya firmados sobre el gasoducto "South Stream". Nosotros valoramos altamente esta postura y la disposición para alcanzar un acuerdo de nuestros socios húngaros. Creemos que la comprensión demostrada por la Comisión Europea acerca de la importancia de este proyecto adquirirá unas características visibles y se verá reflejada en las decisiones que la Eurocomisión y la Unión Europea en conjunto deben tomar para poder llevar a cabo este proyecto tan importante desde el punto de vista de la seguridad energética de Europa.

Pregunta: Durante el encuentro de hoy se ha repetido varias veces que Rusia y Hungría son importantes socios estratégicos. Hace unas horas el Presidente Vladímir Putin ha declarado que Hungría es un socio importante para Rusia. Sin embargo, Hungría es miembro de la UE y de la OTAN, con todas las consecuencias que ello conlleva. їNo es algo contradictorio?

S.V. Lavrov: Desde el inicio mismo de la expansión de la OTAN, que supuso la entrada de Hungría, así como desde los primeros días de supertenencia a la UE, Hungría ha actuado, en nuestra opinión, de forma responsable, sin intentar utilizar su membresía en estas estructuras para promover ni imponer ningún enfoque ideologizado, ni mucho menos rusófobo. Algunos nuevos miembros de la OTAN y la UE de aquel momento pecaron precisamente de esto, intentando imponer, a través de un "principio de solidaridad", enfoques que en realidad estaban destinados a unificar estas estructuras hacia una postura antirrusa. Nosotros nunca hemos denunciado un comportamiento de este tipo por parte de Hungría. Consideramos correcto que un país actúe no sólo en base a la disciplina del bloque, sino ante todo en base a sus intereses nacionales. Debemos reconocer abiertamente que, con el paso del tiempo, cada vez existen más países responsables que mantienen posturas responsables dentro de la Unión Europea y la OTAN a favor de unas relaciones en igualdad de derechos con Rusia. No existe otro camino más allá del diálogo en igualdad de derechos y con respeto mutuo para encontrar un equilibrio de intereses, que, desde luego, no siempre coinciden. Consideramos muy valioso que Hungría mantenga esta postura.

Pregunta: їQué opinión le merecen las noticias aparecidas recientemente en los medios de comunicación acerca de que Rusia espera garantías delestado no alineado de Ucrania? їEn qué garantías concretas insiste Rusia? їDeben ser, en caso de concederse, jurídicamente vinculantes? їCambiará la postura de Rusia respecto a Ucrania?

S.V. Lavrov: Estamos convencidos (y lo hemos dicho desde el principio de este periodo histórico) de que la desconsiderada y continua expansión de la OTAN es un error que socava la estabilidad en Europa. En su momento, en el marco de la OSCE y el Consejo Rusia-OTAN se aprobaron unas declaraciones políticas que proclamaban el principio de seguridad igual e indivisible para todos los países de la región del Tratado Euroatlántico y se aseguró que nadie se procuraría su propia seguridad en detrimento de la seguridad de los demás. Por decirlo directamente, estas declaraciones políticas todavía están en el aire. Cuando desapareció el Pacto de Varsovia surgió una oportunidad única de convertir la OSCE en la piedra angular de la realización de este principio de seguridad igual e indivisible. Pero los miembros de la OTAN escogieron otra vía: apostaron por mantener y avanzar hacia el Este las líneas divisorias de Europa, desplazando asimismo la infraestructura militar de la alianza. Esto no podía pasarse por alto en nuestra planificación militar, porque, como es sabido, en los asuntos militares lo importante no son las intenciones (nos decían que nadie trataba de vulnerar los intereses de Rusia), sino los importantes potenciales reales que se están creando y que nosotros tuvimos y seguimos teniendo que considerar seriamente. En esta situación, la única decisión correcta y responsable que se ha tomado fue la aprobación del estatus neutral de Ucrania en su legislación. Por cierto, una solución análoga se tomó también en Moldavia.

No tengo ninguna duda de que el estado no alineado es de vital importancia, no sólo desde el punto de vista de los intentos de garantizar la estabilidad en la zona euroatlántica, sino también respecto a los intereses nacionales fundamentales del Estado ucraniano. En estos momentos intentamos activamente contribuir a que en Ucrania comience sea como sea un diálogo nacional con el objetivo de garantizar la paz nacional y un acuerdo que establezca cómo pueden convivir las distintas nacionalidades y los distintos grupos confesionales y étnicos. Los miembros del actual gobierno ucraniano, de los cuales la mayoría están a favor de rechazar el estatus neutral del país, no esconden que necesitan este cambio para resolver los problemas en el sureste de Ucrania por la vía militar y para una futura guerra (según ellos mismos declaran) contra Rusia, a la que consideran su principal enemigo.

Quiero recordar que en abril de 2008, durante la cumbre de la OTAN en Bucarest, se tomó la decisión, y esto fue literalmente un anuncio, de que "Georgia y Ucrania entrarían en la OTAN". Ya, en agosto de ese mismo año, Mijeíl Saakashvili, en contra de todas sus obligaciones, atacó Osetia del Sur y a los que en aquel momento eran ciudadanos de su país, así como a las unidades pacificadoras. Los mismos motivos que en aquel momento movieron a Saakashvili (y entre ellos concretamente el apoyo de la OTAN) mueven ahora a los que intentan promover en Ucrania ideas de confrontación para resolver el problema de este país. A juzgar por los hechos, los nacionalistas radicales (o los radicales nacionalistas), que en la actualidad cuentan con representación en el gobierno de Kíev, se han propuesto eliminar todos los elementos rusos de la historia ucraniana y todos los valores que los rusos han promovido en Ucrania a lo largo de los siglos.

Nos preocupan enormemente los últimos pasos del gobierno de Kíev, encaminados al parecer al estrangulamiento socioeconómico del sureste del país. También hemos sabido que Ucrania ya se ha dirigido al Consejo Europeo para declarar que las autoridades ucranianas dejarán de cumplir con sus responsabilidades en el marco del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos en lo que respecta a los territorios de la llamada "operación antiterrorista", es decir, los territorios de las repúblicas autoproclamadas de Donetsk y Lugansk. El gobierno ucraniano desea conseguir una autorización para no cumplir con los derechos humanos en esta zona. En mi opinión, este es un llamamiento muy serio que debe ser denunciado.

En lo referente a la cuestión sobre qué estatus debe tener y cuáles deben ser las garantías, nosotros propusimos hace un tiempo y seguimos proponiendo que las mencionadas declaraciones políticas sobre la indivisibilidad de la seguridad se conviertan en un Acuerdo jurídicamente vinculante que contemple la libre anexión de todos los países miembros de la OSCE. Pero en aquel momento la dirección de la OTAN se negó categóricamente incluso a discutir este tema, declarando que únicamente pueden otorgarse garantías jurídicas de seguridad a los miembros de la OTAN. Yo creo que este es un enfoque provocador destinado a descohesionar cada vez más el espacio geopolítico y anexionarlo a la OTAN, continuando de este modo su enfoque de confrontación que en más de una ocasión ha provocado conflictos en el continente europeo.

Esperamos sinceramente que las consultas sobre la composición del nuevo gobierno que se están llevando a cabo actualmente en la Rada Suprema den paso a la formación de un gabinete de ministros adecuado para el futuro del país, que contemple las posturas, los intereses y los puntos de vista de todas las regiones y fuerzas políticas de Ucrania sin excepción y sea consciente de su responsabilidad a la hora de garantizar la estabilidad en el continente europeo. Del mismo modo que en el ámbito económico estamos llegando a la conclusión de la necesidad de un diálogo y una cooperación entre los procesos de integración en el marco de la Unión Europea y la Unión Económica Euroasiática, en el ámbito político militar también va siendo hora de iniciar un diálogo entre la OTAN y la OTSC, así como con otros países que no figuran en la Alianza del Atlántico Norte ni en la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva. Ha llegado el momento de dejar de insistir en las líneas divisorias, de borrarlas y construir aquella gran casa europea sobre la que se hablaba con tanta esperanza a principios de los años 90.


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