El 17 de diciembre el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad la resolución 2191, que prolonga la presencia de ayuda humanitaria en las fronteras exteriores de los estados limítrofes con Siria (Jordania, Irak y Turquía), iniciada por la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU 2165 del 14 de julio de este año. De este modo, los observadores de la ONU continuarán controlando la entrada transfronteriza de la ayuda humanitaria, tan necesaria para la población siria, durante un año más.

Rusia ha apoyado este documento en el Consejo de Seguridad de la ONU basándose en su deseo de utilizar todas las opciones de que dispone la comunidad internacional para aliviar el sufrimiento de la población civil de Siria provocado por el ininterrumpido conflicto armado en el país. De hecho, desde el comienzo de dicho conflicto, nosotros iniciamos la búsqueda de una solución que permitiera llevar a cabo un seguimiento eficaz por parte de la ONU de todos los convoyes humanitarios que se dirigen hacia Siria desde los territorios de los estados vecinos. Esto ha sido motivado por la necesidad de reforzar la cooperación entre el gobierno y las agencias humanitarias internacionales respecto al envío de ayuda humanitaria y a su control objetivo.

Moscú alberga la esperanza de que las estructuras humanitarias de la ONU, responsables del envío de ayuda humanitaria a la República Árabe Siria, sigan cooperando activamente con Damasco mediante notificaciones puntuales sobre los volúmenes y el contenido de los mencionados convoyes humanitarios. También esperamos que estas medidas contribuyan a los esfuerzos emprendidos por el enviado especial del Secretario General de la ONU, Staffan de Mistura, para conseguir una regulación pacífica.

Subrayamos de nuevo que la clave del éxito para el trabajo en el ámbito humanitario pasa por las negociaciones entre las partes en conflicto en Siria para conseguir la regulación política de la crisis, unas negociaciones que Rusia ha intentado reanudar en repetidas ocasiones.