Excerpta de la rueda informativa ofrecida por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, Moscú, 8 de septiembre de 2022
Situación actual en Donbás y Ucrania
En Ucrania y Donbás continúa la operación militar especial. Su progreso planificado y seguro genera cada vez más nerviosidad, y en algunos casos, histéricos, a los patrocinadores occidentales del régimen kievita, que exigen persistentemente que el régimen de Zelenski muestre a toda costa el espíritu de combate y la capacidad de las FF.AA. de Ucrania usar eficazmente las armas suministradas por los países de la OTAN en unas cantidades gigantescas, en otro caso, amenazan con reducir significativamente la asistencia prestada. En esencia, es una historia muy aterradora, porque es muy cínica, por lo que la vida humana, la de un ciudadano de Ucrania, no simplemente se deprecia, sino que no le importa a nadie. Para Occidente no existen estas personas. Como si sus vidas no tuvieran ningún valor, nadie piensa en su futuro. Son simplemente material fungible, son la carne de cañón del siglo XXI. Son las personas que deben sacrificar sus vidas en favor de la falta de principios ideológica e impudicia de los regímenes occidentales liberales. Es una parte del esquema global de corrupción en la que se asignan fondos colosales de presupuestos de las “democracias” occidentales y se dividen entre sus propias compañías, luego, estos fondos se dirigen parcialmente a Ucrania o se legalizan a través del régimen de Kiev y regresan a su “base”, a los bancos occidentales. Lo hemos visto varias veces en otros países y regiones del mundo. Ahora este esquema se practica aquí.
En Europa ya se oyen declaraciones sobre el agotamiento de las reservas de armas para Ucrania. En particular, el 7 de septiembre, la Ministra Federal de Defensa de Alemania, Christine Lambrecht, dejó muy claro que “en este ámbito Alemania ya ha alcanzado su límite”. Parece que no han alcanzado su límite los recursos humanos. De nuevo, no los alemanes, sino los ucranianos. No les importa cuántas personas mueran allí. Pero sí les importa cuántas armas queden para ellos mismos, probablemente, no les da igual cuánto dinero gasten en eso. Hay algunos cálculos propios allí. ¿Y cuántas personas morirán? Es que están en algún lugar allí, en alguna Ucrania, hay eslavos. Sabemos qué función Occidente atribuyó a los eslavos en la historia. Zelenski tiene mucho miedo de que pierda todo y se quede solo con sus problemas. Hace todo y está dispuesto a todo para preservar la asistencia militar y financiera de EE.UU y sus aliados. Incluso para mostrar a los ciudadanos de Ucrania que todo está normal, todo va según el plan. Sí, todo va según el plan, pero no él que presentó Zelenski antes, sino el otro. Ya se presentó muchas veces, incluso en público, para los de Occidente: exterminar a la máxima cantidad posible de los rusos. No mencionan que incluye la destrucción de personas de otros países, teniendo en cuenta el número de mercenarios, personas reclutadas en las embajadas ucranianas y ciudadanos de Ucrania. Es el plan que ha tenido y sigue realizando Occidente, y Zelenski guarda silencio en cuanto a eso. A juzgar por los últimos acontecimientos en la zona del conflicto, para alcanzar todo lo mencionado, el régimen de Kiev no se detendrá ante nada. A pesar de, por decirlo suavemente, las pérdidas obvias de las FF.AA. de Ucrania después de su recién intención de pasar a la contraofensiva en el área de Nicolaev y Jersón, los dirigentes militares y políticos ucranianos vuelven a ordenar que se asedien las posiciones de las unidades de las FF.AA. rusas y la Milicia Popular de la RPD y RPL, pero ahora en la línea de contacto en Járkov. ¿Para qué lo necesitan? Ya lo hemos entendido. Ya ha entendido todo el mundo (él que sabe pensar) que el régimen kievita no se preocupa por los “suyos”. Es decir, le sirven cualesquiera personas: las que están en el territorio de Ucrania y las fuera del país. ¿Para qué se hace eso ahora y de esta misma manera? Todo es simple. Esta acción coincide con la quinta sesión del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania en Ramstein, Alemania, que se celebra hoy (el 8 de septiembre). Es diseñado para persuadir a los participantes de la reunión que es necesario aumentar los futuros suministros militares, ante todo los de armas ofensivas modernas, por medio de las cuales Kiev espera “ganar la victoria en el cambo de combate” y devolver los territorios perdidos. Eso es. ¿Y cuántos ciudadanos de Ucrania fallecerán allí? ¿Cuántos civiles perecerán? Los que Kiev sigue llamando ciudadanos de Ucrania, pero ellos mismos no lo creen hace mucho tiempo. Es absolutamente irrelevante. Guardan silencio organizaciones mundiales humanitarias, interestatales y no gubernamentales. ¿Por qué no dicen nada? La razón es simple: les hicieron mantener la boca cerrada. A algunos ofrecieron dinero, a otros les obligaron por la fuerza, amenazando “cancelarlos”. Es que ellos ven cómo van cancelándose todas las cosas que contradicen mainstream. Por eso no dicen nada.
En este contexto, hemos prestado atención a los mensajes públicos del Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Zaluzhni, y el primer vicepresidente del comité de Defensa de la Rada Suprema, Zabrodski, sobre la necesidad de conseguir “un cambio profundo en la guerra”, atacando con misiles el territorio de Rusia, así como a sus confesiones honestas de que uno de los objetivos principales de Ucrania sigue la “liberación de Crimea”. Expresaban su opinión antes, escribían numerosas ideas, pero Occidente no lo tomaba en serio.
Esta retórica agresiva vuelve a confirmar que el régimen kievita intenta agravar el conflicto, lo que entrañará inevitablemente un aumento de víctimas entre la población civil. Sin embargo, los destinos de la gente común, incluidos los de muchos compatriotas, no les importan al régimen de Kiev. Hay que entenderlo. Es el componente más importante de lo que está sucediendo. Les da lo mismo. No necesitan a los ciudadanos de Ucrania, porque no los necesita Occidente que solamente busca obtener los territorios ricos de Ucrania, los recursos ucranianos, los de Donbás, la posibilidad de controlar esos territorios y hacerlos, así como a sus habitantes, depender por completo de sí mismo. Los considera no como a los dueños de sus riquezas, no como gestores, sino el personal de servicio que trabajará en beneficio de los regímenes occidentales, corporaciones y ciertas personas. Esta misma idea es la fundamental para entender qué directrices tiene Zelenski. No importa, qué y cómo. La gente no tiene ninguna importancia para este hombre. No estoy segura de que sea su credo humano. Ha sido manipulado manifiestamente y obligado a seguir un camino determinado durante muchos años. Pues, ha llegado a su destino.
Su régimen continúa bombardeando sin piedad la infraestructura civil vital, barrios residenciales de las ciudades de la RPD y RPL, así como los territorios liberados, usando, entre otras cosas, la artillería de grueso calibre (si le importara la gente, sus subordinados no lo harían). Se utilizan enérgicamente los lanzamisiles múltiples suministrados por Occidente. Reitero: atacan los objetos civiles dónde han estado y permanecen las personas que el régimen de Zelenski llama sus ciudadanos.
En consecuencia, solamente durante el último mes, en las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk fueron destruidos por completo tres hospitales, seis entidades educativas, incluido una guardería.
¿Dónde están los fotógrafos, camarógrafos, periodistas y blogueros occidentales? ¿Dónde están todos los que tomaron fotografías escenificadas en todas partes, desde Siria hasta Ucrania? ¿Dónde están todos? ¿Se les acabó la película o algo así? ¿Tienen miedo de ir allí? Creo que no se trata de ninguna de las dos. Simplemente tienen miedo de enfrentarse a la verdad. En su caso, esta verdad sería probablemente mortal, porque es difícil vivir con la sensación de haber consentido durante años a personas que profesan una ideología misántropa.
Además de todo lo anterior, más de 60 civiles ya han sufrido a causa de los miles de minas antipersona Lepestok esparcidas en zonas residenciales por las Fuerzas Armadas de Ucrania. Fueron mostradas al Consejo de Seguridad de la ONU por el Representante Permanente de Rusia, Vasili Nebenzia. Recuerdo que se abogó activamente por la prohibición del uso de este tipo de armas en zonas residenciales y civiles en Occidente. Se han creado organizaciones enteras que celebran exposiciones y conferencias. ¿Dónde están? Entiendo que esta misma mina Lepestok llevada a la sede de la ONU no es el ladrillo mostrado por Piotr Poroshenko, ni un trozo de autobús o trolebús, ni el pasaporte mostrado por el Presidente de Ucrania desde las altas tribunas. Es un arma terrible, que mata a los civiles y que se utiliza a escondidas, no contra personas armadas sino contra civiles. ¿No les interesa? Sí, lo entiendo, no es tan interesante como mostrar a una banda punk los pasillos de la ONU, contándoles lo mala que es Rusia. Quizá los periodistas occidentales deberían prestar atención y contar la verdad sobre los medios con los que el régimen de Kiev consigue la liberación de sus ciudadanos. No sé entonces qué entiende Vladímir Zelenski por “liberación” de los ciudadanos ucranianos. ¿Liberación de la vida? ¿Liberación del alma del cuerpo o qué?
Los militantes ucranianos también continúan con sus peligrosas provocaciones contra la central nuclear de Zaporiyia. Es una historia monstruosa. Bombardean constantemente sus instalaciones críticas y las zonas residenciales de Energodar utilizando artillería, lanzamisiles múltiples y drones. No es un fortín, no es un tanque, no es una fortificación, es una central nuclear. Piensen en ello. Siéntense un segundo y piensen: lanzamisiles múltiples bombardean una central nuclear. ¿Es normal? En Occidente saben correr y contar cómo sufren algunos ratones en los campos, por lo que es urgente adoptar conceptos ecológicos. Lo diré de nuevo, una central nuclear es bombardeada por lanzamisiles múltiples. Es normal. No pasa nada. Algunos dicen que no entienden quién bombardea. Otros pretenden no saber en absoluto cuál es el problema. Otros dicen que no es normal y que, por supuesto, hay que parar los bombardeos. Es como si este mensaje saliera al espacio. Si quieren que cesen los bombardeos, tienen que averiguar de dónde vienen. Vienen del territorio controlado por el régimen de Kiev de las armas que están en manos de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Todos ellos están controlados por el régimen de Kiev. Llamen y díganles que no lo hagan, si están tan preocupados por la situación. Y si no, no digan después que no se daban cuenta.
A lo largo de la semana pasada, las Fuerzas Armadas de Ucrania realizaron varios intentos aventurados de tomar la central nuclear de Zaporiyia. No les disuadió el alto riesgo de una catástrofe a gran escala en la región debido a tales acciones, ni la presencia de representantes del OIEA en la central, ni el hecho de que los periodistas allí presentes, por los que Occidente siempre se preocupa tanto (por su seguridad y su destino), estuvieran informando casi en directo y pudieran convertirse en víctimas. Sin embargo, Kiev intenta cínicamente trasladar la responsabilidad de todo lo que está ocurriendo a Rusia.
Al mismo tiempo, ejerce presión psicológica sobre el personal de la central nuclear. El 6 de septiembre pasado, se supo que se había introducido en la Rada Suprema un proyecto de ley que otorgaba a los empresarios el derecho a “despedir a los empleados de empresas de importancia estratégica para la economía y la seguridad de Ucrania por sospecha de colaboracionismo”. Un día antes, la viceprimera ministra ucraniana, Irina Vereshchuk, atemorizaba a la población de Energodar con una evacuación casi obligatoria de la ciudad. Todo lo que dice no tiene nada que ver con la realidad. Supongo que se inventaron tal “función” de la realidad y encontraron a alguien que accedió a realizar las tareas pertinentes para cargar con tonterías, no ser responsable de nada y asustar no sólo con palabras, sino también con su aspecto.
Mientras tanto, a pesar de los constantes bombardeos de las Fuerzas Armadas de Ucrania, la vida pacífica se está estableciendo a un ritmo constante en los territorios liberados del Donbás y el sureste de Ucrania. Se están reconstruyendo infraestructuras e instituciones sociales vitales. La prioridad es proporcionar a las personas viviendas. Se está prestando especial atención a Mariúpol, donde se construirán unos 100.000 metros cuadrados de viviendas para 15.000 personas hasta finales de año. Muchas regiones rusas están colaborando en ello. También está previsto reconstruir unos 1.300 edificios de apartamentos y 14.200 viviendas particulares. El 1 de septiembre pasado, se abrieron unas 1.500 escuelas en los territorios liberados de las provincias de la RPD, RPL, Járkov, Zaporiyia y Jersón. Las policlínicas y los hospitales se están reparando activamente.
El régimen kievita no quiere que vuelvan la paz y la tranquilidad. Una rabia y odio especiales provocan en Kiev la aspiración de los habitantes de las provincias de Zaporiyia y Jersón a vincular su futuro destino con Rusia. Las autoridades ucranianas pretenden poner toda clase de trabas a este proceso. Están utilizando diversos métodos de intimidación, hasta llegar a los atentados terroristas.
El 6 de septiembre pasado, el alcalde de Berdiansk murió a manos de saboteadores ucranianos tras la explosión de su coche en una calle de la ciudad. ¿Han oído algo de las figuras occidentales al respecto o no les interesa? Lo he oído. Se le preguntó al portavoz de la Casa Blanca cómo se podía comentar el ataque terrorista (porque cuando un coche explota y hay un civil, se llama ataque terrorista). Dijo que los estadounidenses están en principio en contra de la violencia, pero apoyan al régimen de Kiev en su lucha. Eso es todo. Esa es una respuesta directa. Me gustaría decir que este tipo de cosas pueden verse no sólo como un estímulo, sino como una llamada a cometer actos terroristas. Sí. ¿Qué otra reacción podría haber? No puede haber más reacción, humana o jurídica, legal, pericial o de otro tipo, que el rechazo de tales actos, su condena absoluta sin ningún “pero”, sin comas, comillas, paréntesis, etc. Pero no. Sorprendentemente, a través de las manipulaciones verbales que llegan al punto de absurdo, los representantes estadounidenses se las arreglan incluso para pasar por alto o esquivar hablar de los actos terroristas, o, cuando se les pregunta directamente, para calificarlos de parte de la lucha de liberación. No, claro que no. ¿De qué están hablando? ¿Qué lucha de liberación? Se trata de la actividad terrorista, tal como es. Así es como lo han descrito todo el tiempo en EE.UU. El 7 de septiembre pasado se produjo una explosión en Melitópol frente al edificio de la organización no gubernamental Estamos con Rusia. Todos los partidarios de Rusia están amenazados con la persecución penal y el encarcelamiento a largo plazo. La salud y la vida de las personas están amenazadas.
Estas acciones demuestran que a Kiev le son ajenos cualesquiera principios democráticos, le importa un comino la opinión de millones de personas. Está dispuesto a sacrificarlas por las ambiciones geopolíticas de sus patrones. Esto vuelve a corroborar la necesidad de la más pronta eliminación de las amenazas a la seguridad de Rusia provenientes desde el territorio de Ucrania, su desmilitarización y desnazificación, y la protección de la población del Donbás. Todas estas tareas, como los dirigentes rusos han dicho en repetidas ocasiones, se llevarán a cabo definitivamente mediante la operación militar especial.
Atentado contra la Vicepresidenta de la República Argentina, Cristina Fernández de Kirchner
Por desgracia, hay conmociones en solo en las partes del mundo que acabo de mencionar. El 1 de septiembre, en Buenos Aires, se cometió un atentado contra la Vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner.
Nuestra Embajada ya ha dado los pertinentes pasos, se han hecho ya las pertinentes declaraciones, también las dirigidas a las autoridades argentinas. Recordemos que un tal Fernando Sabag Montiel, ciudadano de Brasil residente en Argentina que apoyaba la ideología nazi, le apuntó a Cristina Fernández de Kirchner con un arma y apretó en dos ocasiones el gatillo, pero el arma no detonó. El atacante fue detenido, se ha abierto una causa penal.
A modo de complemento de lo declarado y lo hecho por nuestra Embajada en Argentina, me gustaría decir lo siguiente: condenamos el atentado, como cualquier otra manifestación del extremismo político. Expresamos nuestra solidaridad con el pueblo y el Gobierno de Argentina. Me gustaría también hacerle llegar nuestras palabras de apoyo y ánimo a la Vicepresidenta Kirchner, cuya considerable aportación personal al fomento de las relaciones bilaterales de abarcadora cooperación estratégica es altamente apreciada en nuestro país.
Estamos convencidos de que, dada la solidez del Estado argentino, de las instituciones democráticas y de la sociedad civil este burdo intento de desestabilizar la situación estuvo de antemano condenado a fracasar.
Declaraciones del Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad
Y otra vez Josep Borrell, nuestro “dolor constante”. ¿No será que hay alguien más declarando cosas por él? Me parece que una persona es incapaz de hacer tantas tonterías al mismo tiempo.
Mientras el Alto Representante pronunciaba su discurso en la reunión de la Conferencia Interparlamentaria para asuntos de la política exterior y de seguridad comunes el pasado 5 de septiembre en Praga, el señor Borrell volvió a destacar. Declaró que la tesis sobre la amenaza de hambre en África no corresponde a la realidad. Supuestamente, solo existen algunos problemas causados por las acciones de Rusia en Ucrania y no por las sanciones introducidas por la UE. No me lo puedo creer, no sé a quién pretende engañar. Hace poco el señor que también se hacía llamar Josep Borrell, Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, habló y mucho de la cada vez más grave situación con los suministros de alimentos a África. Insistía en la necesidad de desbloquear cuanto antes las exportaciones de cereales ucranianos en el mar Negro. ¿Qué habrá pasado? ¿Algún fallo técnico, un pendrive que no era? ¿Qué está ocurriendo? Es que ocurrió tan solo hace un par de semanas. Aquellos interminables posts, blogs y tweets siguen publicados. ¿Ya está? ¿Ya no hay problema de hambre en África? ¿Ya se ha dado de comer a todos los necesitados? ¿Qué es lo que ocurre? ¿Por qué ha cambiado tanto la tonalidad, cuál es el problema? ¿No será un intento de alegar otra vez una “traducción no del todo precisa”? Perdone, pero ya no vale. En la UE no hay problemas con traductores, pero sí con políticos.
Lo que pasa, es que la Unión Europea no tiene ganas de hacer sus “deberes” y cumplir con los compromisos del Pacto de trigo. Parece que consideran que solo la primera parte del documento es de obligatorio cumplimiento, mientras que la segunda es optativa. Recordemos que es un paquete de decisiones y es como lo calificó el Secretario General de la ONU. Prevé otras cosas, además de la reanudación de las exportaciones de cereales ucranianos, que, dicho sea de paso, principalmente no son enviados a los países en vías de desarrollo. Lo señalamos en más de una ocasión y citamos las estadísticas. Ayer el Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, hablando en el Foro de Vladivostok prestó bastante atención a dicho tema. Fue una verdadera revelación para la opinión pública internacional. Es que los altos representantes les estaban contando otra cosa, señalando que los cereales eran importantes para que los países en vías de desarrollo no pasaran hambre. Y ha resultado que todo es al revés, los cereales los necesitaba la Unión Europea. Se habían avivado histerismos, también con la ayuda de las empresas estadounidenses y europeas que sacan beneficios de este producto. Así de sencillo. Este pacto prevé el levantamiento de restricciones antirrusas, real y no declarativo, que permita eliminar los obstáculos que impiden los suministros de cereales y abonos rusos a los mercados internacionales. Los inseguros intentos de la Comisión Europea de aportar algo de claridad a la aplicación de estas restricciones que son ilegales desde el punto de vista del Derecho Internacional, han resultado infructuosos. Los empresarios ya no se fían de ellos. La UE en los últimos meses ha generado tantas sanciones antirrusas que tiene ya una idea muy vaga de lo que se puede y lo que no se puede hacer en las relaciones con Rusia. Los empresarios europeos se están riendo ya de sus líderes, de sus políticos, de todos esos representantes de la así llamada “euro burocracia”. Digo “la así llamada”, porque ya no se dedican a los asuntos europeos, están absortos, atendiendo a las indicaciones recibidas de Washington. Está todo tan enredado en las sanciones, restricciones y decisiones, es tan evidente la intención de crear numerosas “zonas grises” que la conclusión cae por su propio peso. Estamos hablando de que la UE está paralizada y se podría decir que ella misma lo ha provocado. Todo parece indicar, que por este motivo al señor Borrell no se le ha ocurrido nada mejor que desmentir las recientes declaraciones lacrimosas de los altos cargos de la Unión sobre lo que llamaban “bloqueo ruso de los puertos ucranianos que entrañaba el peligro de hambre mundial”. Habrán comido en la UE, porque ya les parece que se ha acabado hambre en el mundo. Y el resto que se las arregle como pueda. Es lógica de la época colonial: el señor ha comido, de modo que las sobras pueden ser dadas primero a los perros y luego a los esclavos. El problema con el abastecimiento de alimentos a los países en vías del desarrollo, también africanos, sigue allí, ellos mismos lo indican. Cuentan con planes y programas de compras aprobados. Los Estados africanos deben recibir con normalidad alimentos de los países dispuestos a suministrárselos. Y no solo productos agropecuarios, sino también abonos. Los países de África, sus líderes, sus políticos señalan que desean pagar con normalidad los suministros. Sin embargo, no lo pueden hacer, porque el mundo occidental con su razonamiento imperialista ha bloqueado los pertinentes servicios bancarios.
Es por ello, porque para solucionar los problemas existentes lo que hace falta no son las “promesas” de ayuda económica a cambio del apoyo de la postura del Occidente colectivo en su enfrentamiento a Rusia que huelen a neocolonialismo, sino la creación de unas condiciones normales para las exportaciones de los cereales y abonos rusos, de importancia crítica para seguridad global alimenticia.
En África están esperando los cereales de Rusia y no las declaraciones propagandísticas del señor Borrell.