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Discurso y respuestas a preguntas de los medios ofrecidas por el Ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, en la moscovita Conferencia de No Proliferación, Moscú, 20 de octubre de 2017

2005-20-10-2017

Señoras y señores:

Es todo un placer estar presente en la Conferencia de No Proliferación Nuclear de Moscú. Veo aquí muchas caras conocidas –de mis colegas diplomáticos, representantes de Estados extranjeros, responsables actuales y antiguos de organizaciones internacionales dedicadas a la no proliferación–. Les agradezco que hayan acudido a este evento que consideramos importante. Nuestro especial agradecimiento es para los organizadores –el Centro de la Energía y la Seguridad con su director Antón Jlopkov al frente, con el que el Ministerio de Asuntos Exteriores mantiene una interacción larga y fructífera–. Seguiremos manteniéndola.

En los años de andadura este foro se ha consolidado como una plataforma de debate reputada que reúne a prestigiosos representantes de la comunidad de la no proliferación –diplomáticos, militares, científicos, expertos–, todos aquellos quienes se han volcado en aspectos de la seguridad global tan importantes como la no proliferación de armas de destrucción masiva y el control de armamento.

El próximo 1 de julio conmemoramos el 50 aniversario de la apertura para la firma del Tratado de No Proliferación Nuclear, el pilar del sistema actual de seguridad internacional. Lamentamos tener que constatar hoy que el régimen que se creó por este documento y que constituyó el marco legal para toda una serie de convenios importantísimos atraviesa tiempos difíciles y se somete a duras pruebas.  

En gran medida la causa de esta situación tiene que ver con el hecho de que ciertos países cuestionan las normas y reglas universalmente reconocidas, intentan aprovechar en interés particular los éxitos que son resultado del esfuerzo y consenso común.

Nos preocupa que por ahora tengamos resultados desoladores de cara a la Conferencia de Examen del TNP de 2020. Las actuaciones destructivas de algunos Estados que quebrantaron el consenso sobre el borrador del documento final de la anterior Conferencia de Examen de 2015 causaron graves daños a la viabilidad del Tratado y empujaron a un grupo de países bastante numeroso a acelerar la elaboración del tratado para prohibir las armas nucleares que recientemente se abrió para la firma.

La posición de Rusia es bien conocida: no pensamos adherirnos al Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares. Sus partidarios, incluida la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN) que recibió recientemente el Premio Nobel de la Paz, se guían al parecer por lo que ellos entienden como un objetivo noble, el de lograr lo antes posible la prohibición de las armas nucleares. Pero no debemos olvidar que la destrucción total de éstas sería posible únicamente en el contexto del desarme completo y universal, y con la garantía de una seguridad igual e indivisible para todos, incluidos los poseedores de armas nucleares, tal como lo estipula el TNP. En cambio, el documento para prohibir las armas nucleares presentado para la firma se aleja de esos principios, ignora la necesidad de tomar en consideración todos los factores que influyen hoy en la estabilidad estratégica, y podría tener un efecto desestabilizador en el régimen de no proliferación. Como consecuencia, el mundo podría volverse aún menos estable y previsible.

Tampoco hay acuerdo sobre algunos elementos del régimen de no proliferación existente. En particular, sigue sin aclararse la perspectiva de establecer una zona libre de armas de destrucción masiva (ADM) y de sus vehículos de transporte en Oriente Medio. Como recordarán, se prometió solemnemente crear esta zona en la resolución sobre Oriente Medio aprobada aún en la Conferencia de Examen del TNP de 1995. A causa de la rotura, en el último momento, del consenso sobre el documento correspondiente de la Conferencia de Examen del TNP de 2015 se perdió la oportunidad de empezar a avanzar por fin hacia la consecución de este objetivo. Estamos convencidos de que la ausencia de pasos prácticos en esta dirección, incluido por parte de Estados Unidos y Reino Unido que junto con Rusia son copromotores de la Conferencia sobre Zona Libre de ADM en Oriente Medio, tendrá un impacto negativo en los fundamentos del TNP. Por nuestra parte, seguiremos contribuyendo al avance hacia la creación de tal zona en Oriente Medio, y trabajando con todos los países y las partes interesadas. La clave del éxito, para nosotros, está en hallar el consenso sobre formatos concretos de estudio de esta cuestión en un contexto amplio de la seguridad regional.

Sigue pendiente hasta la fecha el asunto del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares. Siendo firmes partidarios de este Tratado, continuamos la labor dirigida a lograr su entrada en vigor. Pedimos a todos de quienes ello depende, y en primer lugar a los ocho Estados sobradamente conocidos, que lleven a buen término la firma y la ratificación del Tratado, lo que contribuiría significativamente a consolidar el régimen de no proliferación.

Otro desafío común es el terrorismo con ADM al que se debe hacer frente con un esfuerzo conjunto de toda la comunidad internacional. Por supuesto que mecanismos vigentes como la Convención sobre Armas Químicas, la Convención sobre Armas Biológicas o la resolución 1540 del Consejo de Seguridad de la ONU, siguen totalmente imprescindibles para la tarea de impedir que las ADM lleguen a manos privadas. No obstante, para poner un freno eficaz al avance del terrorismo con ADM se requieren normas antiterroristas comunes. En este sentido apostamos por poner en marcha lo antes posible en la Conferencia de Desarme de Ginebra el trabajo específico sobre el borrador de convención internacional contra actos de terrorismo químico y biológico que propusimos aún en marzo de 2016. Estimamos que dicha iniciativa, que corresponde al interés de todos los Estados sin excepción, es capaz de poner fin al estancamiento prolongado del proceso de negociación en la plataforma de Ginebra (me refiero a la Conferencia de Desarme).

Observamos con alarma los intentos persistentes de utilizar para fines indebidos los recursos del Organismo Internacional de Energía Atómica y en particular convertirlo en una herramienta de presión política o un sistema de verificación de información de inteligencia, extender su mandato a actividades al margen de los fines y objetivos estatutarios del Organismo, así como  imponerle la verificación del desarme nuclear y obligar a inspeccionar actividades militares no relacionadas con materiales nucleares.

Partimos de que el OIEA, como «correa de transmisión» del régimen de no proliferación, debe seguir siendo un mecanismo técnico profesional para verificar el cumplimiento de las obligaciones de salvaguardias, y además desempeñar un papel central en la coordinación de la cooperación internacional en el ámbito de la seguridad física nuclear (SFN), que ha de ser voluntaria y no debe llevar a la revelación de información sensible. Los Estados deben asumir la responsabilidad de garantizar la SFN en su territorio, incluyendo la determinación de los parámetros correspondientes de los sistemas nacionales y de las medidas de seguridad.

Por nuestra parte nos esforzaremos por que el sistema de salvaguardias del Organismo se mantenga objetivo, despolitizado y justificado, se apoye en el derecho internacional y facilite la consolidación de logros comunes como, por ejemplo, el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) sobre el programa nuclear iraní. El OIEA es el único órgano autorizado por el Consejo de Seguridad de la ONU que lleva a cabo inspecciones regulares en Irán y confirma el estricto cumplimiento por este país de sus obligaciones. Esperamos poder preservar entre todos y aprovechar plenamente el potencial único de este Plan de Acción. En todo caso, es imposible retroceder a la situación que existía en torno al programa nuclear iraní antes de aprobarse el PAIC. Y no se puede ni hablar de restablecer las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU.

Es evidente que el fracaso del PAIC, máxime por culpa de uno de sus participantes más activos y de hecho líder del Grupo 5+1, sería una señal alarmante para el conjunto de la arquitectura de seguridad internacional, incluyendo las perspectivas de resolver el problema nuclear de la Península de Corea. La solución del mismo requiere de esfuerzos diplomáticos enérgicos. La mayor prioridad en esta etapa es evitar el conflicto militar que llevaría inevitablemente a una catástrofe humanitaria, económica y medioambiental de gran alcance. Todas las partes implicadas deben mostrar moderación. Les recuerdo que todas las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU aprobadas en relación con el problema nuclear de la Península de Corea además de imponer sanciones destacan la necesidad de reanudar las conversaciones. La vía diplomática para resolver el problema nuclear de la Península de Corea a partir del diálogo entre todas las partes interesadas no tiene alternativa.

Llamamos a los miembros responsables de la comunidad internacional a apoyar las ideas recogidas en la hoja de ruta ruso-china para una solución cuyos principales planteamientos vienen expuestos en la Declaración Conjunta de los ministros de Asuntos Exteriores de Rusia y China del 4 de julio. Estamos convencidos de que su implementación contribuirá a reducir la actividad militar y las tensiones en la Península de Corea y a formar en el noreste de Asia un sistema de seguridad igual e indivisible en general.

Parecen extremadamente peligrosos los intentos sistemáticos de ciertos países y alianzas político-militares de desestabilizar el equilibrio establecido en el ámbito del control de armamento. La aspiración de lograr la superioridad militar, utilizar el factor de la fuerza con fines geopolíticos interesados socava gravemente la estabilidad estratégica. Uno de los problemas claves en este sentido siguen siendo los esfuerzos de Estados Unidos y sus aliados en Europa, Asia-Pacífico y otras regiones para crear un sistema global escalonado de defensa antimisiles y emplazar sus elementos junto a las fronteras rusas y también chinas.

Siguen sin una respuesta efectiva nuestros llamamientos a trabajar en común para atajar los riesgos relacionados con el aumento de los sesgos cualitativos y cuantitativos en materia de armamento convencional en el continente europeo. Observamos con preocupación la puesta en práctica de los planes para perfeccionar, en particular, las bombas nucleares desplegadas en Europa, incluyendo el incremento de su precisión y posible reducción de la potencia, los esfuerzos de los países de la OTAN para sustituir medios aéreos de doble uso destinados tanto para misiones convencionales como nucleares. Todo eso entraña el riesgo de que descienda el umbral para el uso de las armas nucleares. Abogamos consecuentemente por la retirada del armamento nuclear estadounidense a su territorio nacional, por el cese de las llamadas misiones nucleares conjuntas de la OTAN que prevén –en violación del TNP– la implicación de miembros aliados no nucleares en la planifiación y el ensayo del uso de armas nucleares.

Se encuentra en una situación difícil el Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Más Corto (INF). Hemos reafirmado en más de una ocasión el compromiso con su cumplimiento. Hemos expresado la disposición a discutir las preocupaciones de las partes, tanto nuestras como las estadounidenses. Lamentablemente, desde Washington se empeñan en propagar acusaciones gratuitas contra nosotros negándose a concretarlas. Este enfoque no favorece la resolución de los problemas en torno al TNP. Al contrario, surge la sospecha de que el verdadero objetivo de tales desinformaciones es presentar a Rusia como un infractor reincidente de los compromisos internacionales, disimulando a la vez la propia mala fe.

Nuestros reproches estrictamente concretos a Estados Unidos en relación con el Tratado INF son bien conocidos e, indudablemente, comprensibles para los profesionales. En general el enfoque político de esta situación lo expuso ayer claramente el Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, en el foro de Valdái.

Hay otros factores que también tienen un impacto negativo en la estabilidad estratégica. Debido a la ausencia de la prohibición de emplazar armas en el espacio exterior, a excepción por supuesto de las ADM, existe la amenaza de que el espacio se convierta en un escenario de rivalidad militar. Se debe poner un freno eficaz a tal desarrollo de la situación, un objetivo que persigue el proyecto de acuerdo ruso-chino para no desplegar armamento en el espacio, así como nuestra iniciativa de no ser el primero en emplazar armas en el espacio en la que además de Rusia participan otros 16 Estados.

Estimados colegas,

El régimen de no proliferación es responsabilidad colectiva del conjunto de la comunidad internacional. Rusia tiene la intención de promover con constancia una agenda positiva en aras de asegurar la estabilidad del régimen en general. Estamos dispuestos a un trabajo metódico conjunto con todos a quienes no les es indiferente el futuro de este régimen, quienes están interesados en consolidar la paz y la seguridad internacional.

Gracias por su atención. Estoy listo para contestar a sus preguntas.

Pregunta: Han enviado a Washington a un embajador muy experimentado. Tiene gran experiencia en conversaciones sobre el desarme con Estados Unidos. ¿No le ha propuesto usted reiniciar el diálogo con los estadounidenses en esta materia?

Respuesta: En el último año y medio nuestro diálogo con los estadounidenses realmente se ha venido abajo. Ocurrió todavía bajo la administración de Barack Obama. Muchas cosas se nos quedaron entonces suspendidas y en estado de incertidumbre, no por culpa nuestra, pero es un tema aparte. Tras la llegada a la Casa Blanca de la Administración de Donald Trump, expresamos nuestra disposición a reanudar el diálogo en todos los ámbitos, siendo conscientes de la situación en la que la Administración tomó las riendas del poder, y de la presión y acusaciones inéditas con las que tuvo que lidiar. Los que habían apostado por la candidata demócrata todavía siguen intentando descargar su ira contra la nueva Administración. Entendimos por tanto que la Administración de Donald Trump se encontraba en una situación difícil y nos mostramos dispuestos a retomar el diálogo en una medida y ámbitos que resultaran aceptables y convenientes para la Administración. Hablé de ello con el Presidente de Estados Unidos cuando me recibió en el Despacho Oval la pasada primavera. Un mes antes de esa visita, hablé de lo mismo con el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, que vino a Moscú y fue recibido por el Presidente de Rusia, Vladímir Putin.

Como ustedes saben, terminamos por establecer una vía de diálogo a nivel de los jefes adjuntos de la diplomacia Serguéi Riabkov y Thomas Shannon que entre otros asuntos se aprovechó en el marco de la última reunión mantenida por éstos para comprobar en qué punto nos encontrábamos en materia de estabilidad estratégica. La agenda principal de esta vía de diálogo la constituyen los problemas bilaterales y cómo impedir que esta espiral de confrontación se vuelva imparable. Reitero que en septiembre se celebró una conversación específica sobre cuestiones de la estabilidad estratégica, ante todo en relación con el cumplimiento del Tratado de 2010 entre la Federación de Rusia y los Estados Unidos de América sobre medidas de reducción y limitación de armas ofensivas estratégicas y del Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Más Corto.

El diálogo está en marcha. No puedo decir que permita confiar en alcanzar resultados concretos y significativos en un futuro previsible, pero por lo menos está recuperado y continuará tanto a través de los canales bilaterales como en el marco de los mecanismos que existen para la verificación de los tratados START e INF.

Pregunta: Creo que todos aquí coinciden con usted en que el pacto nuclear con Irán se debe preservar. Una de las amenazas al respecto está relacionada con el tema de la verificación de la llamada «sección T». ¿Sería conveniente reforzar el mandato del OIEA en materia de verificación del cumplimiento de los requisitos de la «sección T»?

Respuesta: No se puede reforzar aquello que no existe. El OIEA no tiene mandato para verificar la «sección T», circunstancia que refleja el consenso que se alcanzó en las negociaciones de las seis potencias e Irán con la participación de la UE y que se avaló unánimamente en la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. Parto de que la modificación de cualquier parte de ese consenso requiere la aprobación de todos los miembros del Grupo 5+1 y, por supuesto, de Irán. Estoy convencido, al igual que nuestros colegas europeos, de que todo intento de empezar tal debate podría enterrar el acuerdo más importante en materia de estabilidad estratégica y no proliferación nuclear.

Pregunta: En encuentros como este se elude de forma artificial mencionar problemas relacionados con el desarme. ¿Se trata de un enfoque de las élites del TNP? No nos permite alcanzar esos propósitos.

Respuesta: Lo que he escuchado de usted es más bien una reflexión filosófica que una pregunta. Me parece que a pesar de todo debemos regirnos por el espíritu y la letra del Tratado. En este sentido es crucial seguir avanzando en la reducción de armas nucleares, es decir avanzando hacia el desarme nuclear, pero en el contexto del desarme universal en general. El Presidente de Rusia, Vladímir Putin, habló ayer muy detalladamente de eso en la reunión de del club de debate Valdái.

No podemos pasar por alto los logros del pensamiento y la industria militar que se consiguieron después de que el Tratado de No Proliferación entrara en vigor. Sería absolutamente irresponsable ignorar los medios de guerra existentes en la actualidad. Los que impulsaron el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares eligieron precisamente el camino de ignorar las amenazas reales que surgen para la estabilidad y la seguridad estratégica como resultado de la aparición de nuevos tipos de armas mortíferos y eficaces. Por eso incluso no sé qué añadir. El Tratado de No Proliferación hay que preservarlo. No se puede permitir que el surgimiento de un segundo régimen paralelo en materia de no proliferación dé a quienes buscan especular con este problema la oportunidad de hacer sus juegos y lavarse las manos diciendo que seguirán una línea que toma en consideración la existencia de dos documentos contradictorios. En mi opinión, es muy importante ver este peligro para impedir que nos atrape a todos.

Pregunta: Al intervenir hace dos semanas en Washington, el senador Sam Nunn dijo que para avanzar en el asunto del control de armas no es suficiente  trabajar a nivel de las administraciones de los presidentes de EEUU y Rusia y los departamentos diplomáticos de los dos países, hay que trabajar con el Congreso de EEUU porque debe aprobar cualquier acuerdo nuevo en esta materia. ¿Cómo lo ve usted?

Respuesta: El número de actores debe ser aún mayor, puesto que en el caso de las cuestiones de la no proliferación y la estabilidad estratégica los ministerios de asuntos exteriores no son los únicos en trasladar sus consideraciones a los presidentes, esto se hace conjuntamente con los ministerios de defensa, en nuestro caso también es obligatoria la participación de la corporación estatal Rosatom y el Servicio Federal de Seguridad, es un proceso interdepartamental. Sin lugar a dudas, de lo eficazmente que se plasmen los intereses de un Estado en el eventual paquete de acuerdos entre Rusia y Estados Unidos, depende lo positiva que será la respuesta del Parlamento. Por tanto, desde luego, hay que trabajar con el Parlamento.

Veo que la Administración de Donald Trump procura trabajar con el Parlamento y que este proceso totalmente normal lo tratan de estorbar los que utilizan el Congreso no para defender en absoluto los intereses de EEUU, sino para intentar crear dificultades insalvables al propio Donald Trump y su Administración. Mientras continúen esos juegos, dudo de que se pueda obtener una reacción objetiva a unos u otros acuerdos por parte del Congreso, dada la furia rusófoba de la que es presa.

Pregunta: ¿Cuál sería la aportación más concreta, aparte de organizar la Conferencia, que pudiera hacer Rusia para asegurar la consecución de resultados de la Conferencia de Examen del TNP de 2020?

Respuesta: Había un eslogan que decía: «No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate qué puedes hacer tú por tu país».

Se nos acusa ya no solo de interferir en las elecciones estadounidenses. Suecia también ha expresado el temor de que los comicios previstos para el año que viene en este país sean blanco del hackeo ruso. Los franceses y muchos otros también han hablado de eso. Se nos acusa de bloquear el cumplimiento de los Acuerdos de Minsk sobre Ucrania, aunque éstos estipulan que al 90% es responsabilidad directa del Presidente Petró Poroshenko. Se nos empezó a acusar de que la solución siria dependía de Rusia y que de momento estábamos actuando de forma incorrecta. Gracias a Dios, últimamente estas afirmaciones han ido a menos un poco. También dicen que somos responsables del problema norcoreano, porque China no puede con él, como dijo Donald Trump. Ahora empiezan a hacernos reproches también a este respecto.

Intentar hacer una pregunta que pueda sugerir que es de Rusia de quien depende si se logra el éxito en la Conferencia del TNP es, a mi juicio, completamente incorrecto. He mencionado en términos generales nuestros esfuerzos para promover el consenso en la anterior Conferencia. En esta sala se encuentra el director del Departamento para la No Proliferación y Control de Armamento del Ministerio de Exteriores de Rusia, Mijaíl Uliánov, quien seguramente le podrá informar después con más detalle sobre el tema.

Costó un enorme trabajo alcanzar el entendimiento de cómo empezar el proceso de negociación para crear una zona libre de ADM en Oriente Medio. Todos los componentes del consenso estaban listos, en particular se tuvieron en cuenta las preocupaciones planteadas por Israel (voy a omitir los detalles). Precisamente aquellos cofundadores de la Conferencia que tenían que encargarse del asunto junto con nosotros en realidad se convirtieron en un freno para aprobar ese documento importantísimo.

No nos falta buena voluntad. Seguimos promoviendo hasta ahora esa iniciativa en conversaciones que se celebran en el marco del proceso de examen, buscamos nuevas soluciones complementarias que ayuden a superar la resistencia. Espero que cuando usted habla con los estadounidenses y británicos, también llame su atención sobre la necesidad de asegurar el éxito del proceso de examen. Si fracasáramos una vez más, 35 años después de la decisión de convocar esta Conferencia, creo que asestaríamos un golpe muy grave al régimen de no proliferación y daríamos fuertes ventajas a quienes pretenden desmantelarlo.

Pregunta: Rusia y Estados Unidos han dado pasos importantes en materia de desarme nuclear. ¿Espera usted que el desarme continúe en régimen bilateral o cree que este proceso se ampliará e implicará a otros países con armas nucleares?

Respuesta: El Tratado vigente se ha cumplido. En febrero de 2018 se cumple la fecha acordada en que esto se debe confirmar por parte de Estados Unidos y Rusia. Después pensaremos en prolongar la vigencia de este Tratado y en otros pasos.

Estoy convencido de que el diálogo bilateral entre Rusia y Estados Unidos sobre la estabilidad estratégica continuará, pero al mismo tiempo resulta bastante dudoso imaginar la situación en la que una nueva ronda de conversaciones, por ahora hipotética (potencial o eventual), para seguir reduciendo los arsenales nucleares se celebre sólo en formato bilateral. Las cifras que vienen recogidas en el Tratado vigente aproximan considerablemente los arsenales de Estados Unidos y Rusia a los parámetros que ya han alcanzado otros países nucleares.


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