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Entrevista del representante permanente de Rusia ante la OTAN Alexandr Grushkó a la emisora de radio Kommersant FM, 13 de febrero de 2015

260-16-02-2015

 

Pregunta: ¿Cómo valora el estado actual de las relaciones entre Rusia y la OTAN y su futuro? Esta misma pregunta se la hemos hecho a Jens Stoltenberg.

Respuesta: Ante todo, quisiera decir que a día de hoy éstas relaciones se aproximan al punto de congelación. Primero: se ha casi suspendido la cooperación en todos los ámbitos que Rusia y la OTAN consideraban importantes para garantizar la seguridad común. Son bien conocidos: sobre todo, se trata de las amenazas y desafíos actuales; de la situación en Afganistán, que no mejora tras la retirada de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF); del lanzamiento de la nueva misión de la OTAN Apoyo Resuelto; de la lucha contra la piratería y de la lucha contra el terrorismo. La OTAN hoy está muy preocupada por el desarrollo de los acontecimientos en el Oriente Próximo y África del Norte, en la región de Sáhel -donde no hay ningún control estatal, sino que mandan grupos terroristas y extremistas- así como en varias otras regiones donde los esfuerzos conjuntos de la OTAN y la UE dieron evidentemente un valor añadido tanto a nuestra seguridad, como a la seguridad de los ciudadanos. Segundo: se ha suspendido el diálogo entre departamentos militares. En realidad, a día de hoy, a Rusia y a la OTAN sólo las une un hilo de diálogo político a nivel de nuestra representación y de ministros.

Pregunta: ¿Es usted quién personifica este vínculo, en la práctica?

Respuesta: Sí.

Pregunta: Durante la entrevista Jens Stoltenberg habló de muchas cosas. Pero tengo una pregunta para usted. He preguntado a Jens Stoltenberg: ¿Qué es Rusia para la OTAN y qué es la OTAN para Rusia hoy? Parece que no es un amigo en la coyuntura actual. Pero ¿qué es: socio, enemigo?

Respuesta: Es demasiado difícil describirlo, pero destacaría lo siguiente. Claro está que considerábamos a la OTAN como uno de los mayores factores político-militares no sólo en Europa, sino en el espacio Euroatlántico y en todo el mundo. Y es evidente que no es ningún secreto para la OTAN que teníamos este factor en cuenta al desarrollar nuestra estrategia militar. Naturalmente tomamos en consideración que la OTAN tenía ambiciones globales y que la OTAN estaba dispuesta a infringir los principios del Derecho Internacional, lo que demostró en 1999 bombardeando Yugoslavia. También bombardeando Libia, lo que también constituyó una violación de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.

Por eso no teníamos ilusiones respecto a las amenazas que puede representar la OTAN si va por un camino distinto. Por otro lado, cooperamos de modo absolutamente sincero, abierto y pragmático en los ámbitos que encarnan nuestro interés común y tratamos de conectar varios organismos internacionales con el fin de realizar estas tareas comunes. En los últimos años, se puso de relieve que la calidad de las estructuras europeas y euroatlánticas dependería en mucho de la capacidad de todos los Estados -todos los actores, como se suele decir ahora, de cooperar en el perímetro externo- de resolver conjuntamente las tareas planteadas ante nosotros. Pero sobre la base de principios de indivisibilidad de la seguridad, de igualdad y de respeto a intereses legítimos.

Pregunta: Es evidente que estas tareas no se resuelven hoy, porque, como usted ha dicho, sólo queda un hilo de cooperación a nivel de su representación y la sede de la Alianza. Parece que lo que pasó en Ucrania, de hecho, hizo volver a la OTAN a su estado habitual. Como ha señalado usted, tras la retirada de Afganistán, había una sensación de que esta organización no podía cumplir con su tarea, que se había debilitado. Pero ahora, cuando los representantes de la OTAN hablan de lo que pasa en Moscú o en el extranjero, parece que la OTAN ha encontrado un nuevo sentido de la vida. ¿Es posible que esto haya jugado contra nosotros, contra Rusia?

Respuesta: No vincularía los procesos de la OTAN sólo con la situación en Ucrania. Ante todo, la OTAN desempeñó un papel muy negativo en Ucrania y sigue desempeñándolo. Si recordamos los primeros acontecimientos, la OTAN hizo varias declaraciones, en particular, exhortando a los militares ucranianos a no intervenir en la situación interna, quedarse en los cuarteles, estar por encima del conflicto político, guardar una neutralidad política. En cuanto la situación cambió y el nuevo régimen llegó al poder, estos llamamientos dejaron de escucharse. Y hoy la OTAN hace intentos de presentar a Rusia como una parte del conflicto. Por eso en el centro de las declaraciones de la OTAN está el tema de la presencia rusa por medio de hombres armados, material bélico, instructores, etc. Y siguen hablando de eso actualmente.

La OTAN está cansada de operaciones de envergadura. Y si analizamos de modo imparcial toda la actividad de la OTAN tras el fin de la Guerra Fría, entenderemos que estamos en una época de intervenciones. Pero en las regiones a donde la OTAN llegó o intervino en la situación, ésta no mejoró. Tenemos una Yugoslavia dividida, una Libia que puede explotar en cualquier momento y adherirse a los territorios donde no hay control estatal. La situación en Afganistán es muy preocupante y la propia OTAN lo reconoce. Al fin y al cabo, surgió una pregunta ante la OTAN: ¿qué se debe hacer? En aquel momento, ya se decidió que la OTAN tenía que pasar de la época de operaciones de envergadura a la época de concentración para prepararse para nuevos desafíos y amenazas. En Afganistán será necesario aumentar el número de maniobras militares, los gastos, etc.

Pregunta: Entendido, la OTAN está concentrándose.

Respuesta: Está concentrándose. Y lo más importante es que por eso la OTAN ha aprovechado la crisis ucraniana para catalizar este proceso. Los exdirigentes de la OTAN lo afirman directamente. Asistí a varias conferencias políticas en las que se decía que si no se hubiera desatado la crisis en Ucrania habría sido necesario inventarla.

Pregunta: ¿Desempeñan un papel positivo o negativo para la seguridad de Rusia las relaciones actuales con la OTAN que, de hecho, están congeladas?

Respuesta: Está claro que para garantizar la seguridad de Rusia es necesario mantener contactos. A propósito, los dirigentes militares y no sólo los dirigentes militares de la Alianza, reconocieron que era errónea la decisión de suspender contactos militares. Tanto Breedlove, como el presidente del Comité Militar de la OTAN, el general Knud Bartels, declararon que cuando crece el riesgo de incidentes militares imprevistos es necesario mantener contactos para prevenir tales cosas. Lo principal es evitar interpretaciones erróneas de las intenciones militares de una y otra parte.

Pregunta: Los empleados de la sede de la OTAN suelen decir que se deben mantener contactos, porque aviones rusos con el sistema ‘amigo-enemigo' desactivado vuelan sobre el mar Báltico, por ejemplo. Parece que es necesario, pero resulta que Rusia tiene la culpa de esto. Su postura supuestamente es la siguiente: se deben mantener contactos, pero porque vuestro comportamiento es así. El mismo Jens Stoltenberg dijo en la Conferencia de Seguridad de Múnich que están dispuestos a restablecer el antiguo nivel de cooperación con Rusia, lo principal es que ésta lo desee. ¿Se trata de meras palabras o de un deseo real? ¿Cómo lo valoraría usted?

Respuesta: Rusia no se ha desentendido de nada. El 1 de abril de 2014, la OTAN tomó la decisión de suspender todos los contactos, todos. Nosotros no suspendimos nada. Y puedo decir que el pasado 31 de marzo trabajamos sobre varios proyectos, incluida la primera misión conjunta de Rusia y la OTAN para garantizar la seguridad de la destrucción del armamento químico sirio. Es sólo un ejemplo. Esto debía contribuir realmente a la solución de la tarea común. Por eso la pelota está en el tejado de la OTAN. Si la OTAN saca la conclusión de que la cooperación en áreas determinadas aumentará la seguridad de Rusia y toda la comunidad euroatlántica, lo estudiaremos. Mientras, por otro lado, es evidente que la OTAN pasa a posturas demasiado arrogantes para garantizar su seguridad, lo que observamos hoy en el flanco oriental, la realización del plan para incrementar la capacidad combativa, el despliegue.

Pregunta: ¿De estos seis centros?

Respuesta: Una rotación continua de las fuerzas estadounidenses, un aumento del número de maniobras militares, una presencia, de hecho, permanente de las unidades navales en los mares Báltico, Negro y Mediterráneo y el patrullaje aéreo de los países bálticos. En 2004, no había ningún avión, no se le ocurría a nadie que se podía patrullar allí.

Pregunta: Pero no es el primer año en el que patrullan allí.

Respuesta: Sí, ahora ya hay 18 ó 20 aviones. A propósito, el peligro de aproximación que suele mencionar la OTAN es, en gran medida, el resultado de saturar con estos armamentos esta región que era absolutamente segura desde el punto de vista de las amenazas tradicionales. Y ahora tenemos una línea de Estados cercanos al frente.

Pregunta: De hecho, es así.

Respuesta: Es lo que vamos a tomar en consideración, al desarrollar la estrategia de defensa.

Pregunta: Jens Stoltenberg no es un militar, sino un político. Ante todo es un político quién debe coordinar la existencia de los 28 países en un bloque, una alianza. Diga, por favor, ¿están unidos estos 28 países, según sus observaciones?

Respuesta: No, creo que no están unidos. Y la ausencia de esta unidad la observamos en la Unión Europea. Está claro que en la OTAN es muy fuerte la influencia estadounidense y es muy fuerte la influencia de los Estados que quieren considerar a la OTAN como una herramienta para la separación de Rusia y Europa. Desgraciadamente, lo que observamos ahora, los procesos que pasan en la OTAN constituyen, desde el punto de vista político, un intento de meter cizaña entre los europeos y Rusia, crear un cordón sanitario.


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