Entrega de la contestación escrita a la respuesta de la parte estadounidense sobre garantías de seguridad
COMUNICADO DE PRENSA
El pasado 17 de febrero, al Embajador de EEUU, John Sullivan, invitado al Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, le fue entregada la siguiente contestación a la respuesta estadounidense, recibida anteriormente, relativa al proyecto ruso del acuerdo entre la Federación de Rusia y los Estados Unidos de América sobre garantías de seguridad:
«- Características generales.
Constatamos que la parte estadounidense no dio una respuesta constructiva a los elementos básicos del proyecto de acuerdo con EEUU, preparado por la parte rusa sobre garantías de seguridad. Se trata del rechazo a la ulterior expansión de la OTAN, del retiro de la Fórmula de Bucarest de que "Ucrania y Georgia se convertirán en miembros de la OTAN", y del rechazo tanto a la creación de bases militares en el territorio de los Estados que anteriormente formaban parte de la URSS y no son miembros de la Alianza, como al uso de su infraestructura para realizar cualquier actividad militar, así como del retorno de las fuerzas militares, incluidas las de asalto, y la infraestructura de la OTAN al estado de 1997, cuando se firmó el Acta Fundacional Rusia-OTAN. Estas disposiciones son de fundamental importancia para la Federación de Rusia.
Se ignoró la naturaleza de paquete de las propuestas rusas, de las cuales se eligieron deliberadamente temas “convenientes” que, a su vez, fueron “torcidos” para crear ventajas a EEUU y sus aliados. Tal enfoque, así como la retórica de los funcionarios estadounidenses que lo acompaña, refuerza las dudas legítimas de que Washington realmente desee arreglar la situación en torno a la seguridad europea.
La creciente actividad militar de EEUU y la OTAN cerca de las fronteras rusas es alarmante, mientras que nuestras “líneas rojas” y nuestros principales intereses de seguridad, así como el derecho soberano de Rusia a protegerlos, continúan siendo ignorados. Las tajantes exigencias de retirar las tropas rusas de determinadas zonas del territorio ruso, acompañadas de amenazas de sanciones más duras, son inaceptables y socavan las perspectivas de llegar a acuerdos reales.
En ausencia de la disposición de la parte estadounidense de mantener negociaciones sobre garantías firmes y vinculantes para proteger nuestra seguridad de EEUU y sus aliados, Rusia se verá obligada a reaccionar, también mediante la implementación de medidas técnico-militares.
- Sobre Ucrania.
No hay ninguna "invasión rusa" en Ucrania, que EEUU y sus aliados vienen anunciando a nivel oficial desde el otoño pasado; no la hay y no está prevista, por lo que las declaraciones sobre la "responsabilidad de Rusia por la escalada del conflicto" no pueden considerarse de otra manera, sino como un intento de presionar y devaluar las propuestas rusas sobre las garantías de seguridad.
La mención en este contexto de las obligaciones rusas en virtud del Memorándum de Budapest de 1994 no tiene nada que ver con el conflicto ucraniano y no se aplica a circunstancias resultantes de la acción de los factores internos allí. La pérdida de integridad territorial por parte del Estado ucraniano es el resultado de los procesos que han tenido lugar dentro del país.
Las acusaciones contra Rusia de “haber ocupado Crimea”, contenidas en la respuesta estadounidense, tampoco resisten a la crítica. En 2014 en Kíev se produjo un golpe de Estado, cuyos iniciadores, con el apoyo de EEUU y sus aliados, se encaminaron a la creación de un Estado nacionalista que menoscaba los derechos de la población rusa y de habla rusa, así como de otras etnias "no titulares". No es sorprendente que en tal situación los crimeos votaran por la reunificación con Rusia. La decisión del pueblo de Crimea y Sebastopol de regresar a la Federación de Rusia se tomó por voluntad propia en el ejercicio del derecho a la libre determinación, consagrado en la Carta de la ONU. No se usó fuerza ni amenaza de fuerza. La cuestión de la pertenencia de Crimea está cerrada.
En caso de que Ucrania ingrese a la OTAN, surgirá una amenaza real de que el régimen de Kíev intente “recuperar” Crimea por la fuerza, arrastrando a EEUU y sus aliados, de conformidad con el artículo 5 del Tratado de Washington, hacia un conflicto armado directo con Rusia, con todas las consecuencias consiguientes.
La tesis repetida en la respuesta de EEUU de que Rusia supuestamente “inició el conflicto en Donbás” es insostenible. Las causas del mismo son de naturaleza puramente ucraniana. Su arreglo solo es posible mediante la implementación de los Acuerdos de Minsk y del Paquete de Medidas, en un orden y bajo la responsabilidad por su implementación claramente definidos y aprobados por unanimidad en la Resolución 2202 del Consejo de Seguridad de la ONU, en particular por EEUU, Francia y Gran Bretaña. En el párrafo 2 de esta Resolución Kíev, Donetsk y Lugansk se nombran como partes. Ninguno de estos documentos menciona la responsabilidad de Rusia por el conflicto en Donbás. Rusia, junto con la OSCE, desempeña el papel de mediador en el principal mecanismo de negociación – el Grupo de Contacto – y junto con Berlín y París, en el Cuarteto de Normandía, que formula recomendaciones a las partes en conflicto y supervisa su implementación.
Para desescalar la situación en torno a Ucrania, es de fundamental importancia dar los siguientes pasos: obligar a Kíev a cumplir el Paquete de Medidas, suspender el suministro de armas a Ucrania retirando de allí a todos los asesores e instructores occidentales, negar a los países de la OTAN cualquier ejercicio militar conjunto con las Fuerzas Armadas de Ucrania y retirar del territorio ucraniano todas las armas extranjeras previamente entregadas a Kíev.
A este respecto, llamamos la atención a que el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, en una rueda de prensa al término de las conversaciones en Moscú con el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, el pasado 7 de febrero, destacó que estamos abiertos al diálogo e invitamos a “pensar sobre condiciones estables de seguridad para todos, iguales para todos los participantes en la vida internacional”.
- Configuración de fuerzas.
Señalamos que en su respuesta a las propuestas rusas EEUU insiste en que el progreso en la mejora de la situación de seguridad europea “solo puede lograrse en el contexto de desescalada en relación con las acciones amenazantes de Rusia contra Ucrania”, lo que, como entendemos, implica el requisito de retirada de las tropas rusas de las fronteras de Ucrania. Al mismo tiempo, EEUU está dispuesto a hablar solo de "obligaciones mutuas... de abstenerse de desplegar fuerzas de emplazamiento permanente con misiones de combate en el territorio de Ucrania" y "considerar la posibilidad de discutir el problema de las fuerzas armadas convencionales". Por lo demás, la parte estadounidense pasa por alto nuestras propuestas contenidas en el párrafo 2 del Artículo 4 y el párrafo 1 del Artículo 5 del borrador del acuerdo bilateral y declara que "la configuración actual de las fuerzas de EEUU y la OTAN es limitada, proporcional y totalmente concordante con las obligaciones del Acta Fundacional OTAN-Rusia".
Partimos de que el despliegue de las Fuerzas Armadas de la Federación de Rusia en su propio territorio no afecta, ni puede afectar los intereses fundamentales de EEUU. Nos gustaría recordar que no hay fuerzas nuestras en el territorio de Ucrania.
Al mismo tiempo, EEUU y sus aliados trasladaron hacia el este su infraestructura militar, desplegando contingentes en los territorios de los nuevos miembros. Eludieron las restricciones del tratado FACE e interpretaron de manera bastante libre las disposiciones del Acta Fundacional OTAN-Rusia sobre el rechazo al "despliegue permanente adicional de fuerzas de combate sustanciales". La situación resultante de estas acciones es inaceptable. Insistimos en la retirada de todas las fuerzas armadas y armamentos estadounidenses desplegadas en Europa Centrooriental, Sudoriental y en los países bálticos. Estamos convencidos de que las fuerzas nacionales en estas zonas son suficientes. Estamos dispuestos a discutir este tema sobre la base de los artículos 4 y 5 del proyecto de acuerdo ruso.
- El principio de indivisibilidad de la seguridad.
No vimos en la respuesta de EEUU la confirmación de que la parte estadounidense esté totalmente fiel a la observancia del principio irrevocable de la indivisibilidad de la seguridad. Las declaraciones generales sobre la consideración por parte estadounidense de este postulado contradicen directamente el desinterés de Washington de abandonar su contraproducente y desestabilizadora política de crear ventajas para sí y sus aliados a expensas de los intereses de seguridad de Rusia. Es exactamente lo que está sucediendo como resultado de la realización desenfrenada por parte de la Alianza del Atlántico Norte, liderada por EEUU, de una política de intervención geoestratégica y militar sin restricciones en el espacio postsoviético, incluido el territorio de Ucrania, lo cual es de una naturaleza particularmente sensible para nosotros. Todo esto está sucediendo directamente en las fronteras rusas. Por lo tanto, se ignoran nuestras "líneas rojas" y los intereses fundamentales de seguridad, y se niega el derecho inalienable de Rusia a asegurarlos. Para nosotros, esto es, por supuesto, inaceptable.
Además, recordamos que este principio está consagrado en el preámbulo del Tratado de 2011 entre la Federación de Rusia y los Estados Unidos de América sobre medidas de reducción y limitación de las armas estratégicas ofensivas, que las partes acordaron prorrogar íntegramente por 5 años en febrero del año pasado, y también en una serie de documentos básicos de la OSCE y Rusia-OTAN, adoptados al más alto nivel: en el preámbulo del Acta Final de Helsinki de 1975, en la Carta de París para una Nueva Europa de 1990, en el Acta Fundacional OTAN-Rusia de 1997, en la Carta de Estambul de Seguridad Europea de la OSCE de 1999, en la Declaración de Roma OTAN-Rusia de 2002 y en la Declaración de Astaná de la Cumbre de la OSCE de 2010.
Señalamos que en la respuesta recibida se menciona la adhesión de Washington al concepto de la indivisibilidad de la seguridad. Pero en el texto ésta se reduce al derecho de los Estados "a elegir o cambiar libremente los métodos para garantizar su seguridad, incluidos los tratados de alianza". Esta libertad no es absoluta, sino es sólo la mitad de la conocida fórmula fijada en la Carta de la Seguridad Europea. Su segunda parte exige en el ejercicio de este derecho no "... fortalecer la propia seguridad a expensas de la seguridad de otros Estados". No podemos considerar la carta recibida de la OTAN con fecha 10 de febrero del corriente como respuesta al mensaje sobre este tema, enviado por el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, el pasado 28 de enero al secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken. Si pidió una respuesta por parte de EEUU como nación.
- Política de “puertas abiertas” de la OTAN.
Estados Unidos reitera su "fuerte apoyo" a la política de "puertas abiertas" de la OTAN. Pero ésta va en contra de las obligaciones básicas, asumidas en el marco de la CSCE/OSCE, sobre todo, del compromiso de "no fortalecer la seguridad de uno a expensas de la seguridad de los demás". Esta política no es coherente con los planteamientos de la propia Alianza que, tras la reunión de los ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN los días 6 y 7 de junio de 1991 en Copenhague, se comprometió a "no buscar ventajas unilaterales por el cambio de la situación en Europa", "no amenazar los intereses legítimos" de otros Estados, no buscar su "aislamiento" o "trazar nuevas líneas divisorias en el continente".
Llamamos a Estados Unidos y a la OTAN que vuelvan a cumplir con sus obligaciones internacionales en materia de mantenimiento de la paz y la seguridad. Esperamos propuestas concretas de los miembros de la Alianza sobre el contenido y las formas de consolidación legal de la renuncia a una mayor expansión de la OTAN hacia el este.
- La naturaleza del paquete de propuestas.
Constatamos la disposición de EEUU de trabajar de manera substancial en el control de armamentos y las medidas de reducción de riesgos. Al mismo tiempo, nos damos cuenta de que en Washington por fin reconocieron la relevancia de una serie de propuestas e iniciativas rusas en estas áreas, presentadas en los últimos años.
Al mismo tiempo, llamamos una vez más la atención de la parte estadounidense, a que Rusia, en los documentos sobre garantías de seguridad que presentamos, propuso seguir por el camino de una solución integral a largo plazo de la situación inaceptable que continúa desarrollándose en la región euroatlántica. En primer lugar, se trata de crear una base estable de la arquitectura de seguridad en forma de un acuerdo sobre la negativa de la OTAN a tomar más medidas que causan el daño a la seguridad de Rusia. Esto sigue siendo un imperativo persistente para nosotros. En ausencia de una base tan sólida, las medidas interrelacionadas de control de armamentos y reducción de riesgos militares que aseguren la moderación y la previsibilidad de la actividad militar en ciertas áreas, aún si se llegara al acuerdo correspondiente, no serán sostenibles a largo plazo.
Por lo tanto, las propuestas rusas representan un paquete y deben considerarse como tal sin destacar algunos de sus elementos aislados.
En este sentido, quisiéramos centrar la atención en la falta de una reacción constructiva de Washington y Bruselas sobre los elementos más importantes de la iniciativa rusa, que identificamos claramente. En cuanto a las cuestiones de control de armamentos, las consideramos exclusivamente en el contexto general de un enfoque integral y de paquete sobre la resolución del problema de las garantías de seguridad.
- El "post-START" y "ecuación de la seguridad".
EEUU propone ocuparse "inmediatamente" de las "medidas del desarrollo del tratado START" en el marco del diálogo sobre la estabilidad estratégica. Sin embargo, al mismo tiempo, la parte estadounidense está tratando de imponer un enfoque que no ha sido coordinado con nosotros, y que prevé centrarse exclusivamente en las armas nucleares, independientemente de la capacidad de ciertas armas presentar una amenaza directa para el territorio nacional de la otra parte. Tal visión unilateral es contraria a los entendimientos alcanzados en la cumbre ruso-estadounidense del 16 de junio de 2021 en Ginebra sobre la naturaleza integral del diálogo estratégico, diseñado para sentar las bases de futuras medidas de control de armas y reducción de riesgos.
Rusia sigue abogando por un enfoque global sobre los problemas estratégicos. Proponemos participar en el desarrollo conjunto de una nueva "ecuación de la seguridad".
El conjunto de elementos del concepto que proponemos y que sigue siendo completamente vigente se puso en conocimiento de la parte estadounidense, en particular, durante las reuniones en el marco del diálogo estratégico y en el documento de trabajo sobre su contenido, habiendo sido entregado el 17 de diciembre de 2021.
- Despliegue de armas nucleares fuera del territorio nacional.
En su documento EEUU hizo caso omiso de tal elemento del paquete de medidas, propuesto por nosotros, como el retiro de las armas nucleares desplegadas fuera de sus fronteras al territorio nacional y el rechazo a su posterior despliegue fuera del territorio nacional, limitándose a mencionar la necesidad de tratar en la plataforma de diálogo estratégico el problema de las armas nucleares no estratégicas, sin tener en cuenta las peculiaridades de su despliegue y otros factores que afectan la seguridad de las partes.
Quisiéramos aclarar que en nuestras propuestas se trata de resolver el problema de la presencia en el territorio de algunos Estados no nucleares de la OTAN – en violación del TNP – de armas nucleares estadounidenses que son capaces de alcanzar objetivos en territorio ruso. Lo que incluiría la eliminación de la infraestructura para el despliegue rápido de este tipo de armas en Europa, así como el cese del entrenamiento y ejercicios en el manejo de estas armas, que involucran a los Estados miembros de la OTAN no nucleares. Sin eliminar este irritante, la discusión del tema de las armas nucleares no estratégicas es imposible.
- Misiles de alcance medio y más corto con base en tierra.
Consideramos esta problemática como una de las áreas prioritarias del diálogo ruso-estadounidense sobre la estabilidad estratégica. Creemos que esta categoría de armas es un componente necesario de la nueva "ecuación de la seguridad", que Rusia y EEUU deberían elaborar conjuntamente.
Continuamos partiendo de la vigencia de las iniciativas rusas sobre el Tratado post-INF, que se basan en la idea de moratorias recíprocas verificables sobre el despliegue de misiles de alcance medio y corto con base en tierra en Europa. Estamos dispuestos a estudiar las formas concretas de su puesta en práctica. Al mismo tiempo, constatamos la continua incertidumbre en los enfoques de Washington sobre los principales parámetros de las posibles medidas de control sobre estas armas, principalmente sobre su alcance, que debería extenderse a todas las armas del mismo alcance equipados o no de ojivas nucleares.
Constatamos que EEUU está tomando como base el enfoque ruso, que prevé la solución mutua de preocupaciones recíprocas en el contexto de la versión existente del Tratado INF. Más adelante podría estudiarse la versión propuesta por la parte estadounidense a continuación de nuestra idea de medidas de verificación mutua en relación con los complejos Aegis Ashore en Rumania y Polonia, así como con algunas instalaciones en la parte europea de Rusia.
Como se enfatizó en la declaración del Presidente ruso, Vladímir Putin, del 26 de octubre de 2020, que posteriormente fue ofrecida repetidamente a la atención de la parte estadounidense, las posibles medidas de transparencia con respecto a las instalaciones rusas, sujetas a aprobación, podrían incluir el monitoreo de la ausencia del misil ruso 9M729. Recordamos que este paso es una manifestación de buena voluntad, dado que las características del misil 9M729 no contradicen en modo alguno a los requisitos del Tratado INF existente, y que EEUU no ha aportado prueba alguna que confirme sus acusaciones contra Rusia. Al mismo tiempo, la parte estadounidense ignoró el evento voluntario, organizado por nosotros el 23 de enero de 2019, durante el período de validez de este Tratado, para demostrar el principio de funcionamiento y las características técnicas del misil 9M729 y su lanzador.
- Bombarderos pesados y buques de guerra de superficie.
Constatamos la atención de la parte estadounidense a la idea rusa de medidas adicionales de reducción de riesgos en relación con los vuelos de bombarderos pesados cerca de las fronteras nacionales de las partes. Vemos un tema de discusión y posibilidades para acuerdos mutuamente aceptables. Recordamos sobre un elemento igualmente importante de nuestra propuesta de "paquete" sobre los buques de superficie de combate, que también implican riesgos graves.
- Ejercicios y maniobras militares.
Estados Unidos no respondió a las propuestas contenidas en la parte 2 del Artículo 4 del proyecto de acuerdo ruso. La parte estadounidense, aparentemente, se basa en que es posible reducir la tensión en el ámbito militar aumentando la transparencia y medidas adicionales de reducción de riesgos en el marco de las propuestas de Occidente sobre la modernización del Documento de Viena.
Consideramos que ese enfoque es poco realista y unilateral, destinado a conocer las actividades de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa. Las medidas de fomento de la confianza y la seguridad en virtud del Documento de Viena de 2011 son adecuadas a la situación actual. Para comenzar a discutir la posibilidad de actualizarlas, se deben crear las condiciones necesarias. Y para esto, EEUU y sus aliados deben abandonar la política de contención de Rusia y tomar medidas prácticas concretas para desescalar la situación político-militar, en particular conforme el párrafo 2 del Artículo 4 de nuestro proyecto de acuerdo.
En cuanto a la prevención de incidentes en alta mar y en el espacio aéreo sobre la mar, acogemos con beneplácito la disposición de Estados Unidos para las consultas apropiadas. Sin embargo, este trabajo no puede reemplazar la solución de los problemas clave, planteados por Rusia.
17 de febrero de 2022.»