Comentario ofrecido por el Ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov, sobre el nuevo proyecto de acuerdo presentado por Ucrania, Moscú, 7 de abril de 2022
Ayer, la parte ucraniana presentó al grupo de negociadores su nuevo proyecto de acuerdo que se caracteriza por el abandono de las cláusulas más importantes refrendadas en la reunión celebrada en Estambul el pasado 29 de marzo en un documento que calza la firma del jefe de la delegación ucraniana, David Arajamia.
En aquel documento, los ucranianos formularon con meridiana claridad que las futuras garantías de seguridad no se harán extensivas a Crimea ni a Sebastopol. En el nuevo proyecto esta formulación no aparece, en vez de ella se ofrecen unas formulaciones vagas sobre un “control eficaz” para el estado del 23 de febrero del corriente.
Además, se promueve la idea de que los problemas de Crimea y Donbás se discutan durante el encuentro entre los presidentes de Rusia y Ucrania. Es de señalar que el Presidente Vladímir Zelenski en reiteradas ocasiones afirmó que tal encuentro sería posible exclusivamente despuées del cese de las hostilidades. Con toda seguridad, en la etapa siguiente la parte ucraniana pedirá retirar las tropas y va a plantear nuevas condiciones. El designio es comprensible. Es inadmisble.
Quisiera hacer recordar que tras las negociaciones en Estambul, en respuesta a unos brotes de realismo en la postura ucraniana, las FF.AA. de Rusia efectuaron una desescalada en las provincias de Kiev y Chernígov como gesto de buena voluntad encaminado a estimular el avance hacia el logro del acuerdo. En respuesta, la provocación en Bucha que no tardó en aprovechar Occidente para anunciar un nuevo paquete de sanciones, así como las atrocidades cometidas por los nacionalistas ucranianos con respecto a los prisioneros de guerra rusos.
Otro momento sumamente importante: en el documento que calza la firma de David Arajamia, se dice con toda claridad que en el contexto del status neutral y desnuclearizado de Ucrania, cualesquiera maniobras militares con la participación de extranjeros se realizarán exclusivamente con el consentimiento de todos los Estados garantes, incluida Rusia. En el proyecto de acuerdo presentado ayer esta cláusula también sufrió modificaciones. Ahora se trata de la posibilidad de realizar maniobras con el consentimiento de la mayoría de los Estados garantes, pero sin mención alguna de Rusia. Semejante incapacidad de llegar a acuerdos se ha hecho crónica y caracteriza los verdaderos designios de Kiev, su línea a dar largas e incluso abortar las negociaciones mediante el abandono de las cláusulas previamente acordadas. Vemos en esto un testimonio de que el régimen kievita es controlado por Washington y sus aliados que empujan al Presidente Vladímir Zelenski a continuar las hostilidades.
Pese a todas las provocaciones, la delegación rusa continuará el proceso negociador, promoviendo nuestro proyecto de acuerdo que expone con toda claridad y en pleno volumen todas las posiciones y exigencias clave.