Exсerpta de la conferencia de prensa del Ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov, tras la semana de alto nivel de la 77º sesión de la Asamblea General de la ONU, Nueva York, 24 de septiembre de 2022
Pregunta (traducida del inglés): ¿Quiere aclarar la postura de su Gobierno sobre el uso de armas nucleares? Ya que el comentario del Presidente Vladímir Putin sobre el uso de "todo lo que tenemos a nuestra disposición" da lugar a numerosas interpretaciones. ¿Se aplicará esta "protección" a los nuevos territorios que puedan pasar a formar parte de Rusia después del referéndum?
Respuesta: Está muy de moda ahora aplicar lo que se llama la "cultura de la cancelación". Nuestros colegas occidentales lo utilizan activamente no solo en relación con algún país, políticos y figuras, sino también con el contexto y los acontecimientos históricos. Por ejemplo, en 2014, de la misma manera, nos dijeron a todos que no podían aceptar la anexión de Crimea y nos preguntaron por qué lo habíamos hecho. La respuesta fue: "Recordemos cómo empezó todo". Un golpe de estado, un gran número de personas asesinadas. Los golpistas, haciendo caso omiso de las garantías de Alemania, Francia y Polonia, se apoderaron de los edificios administrativos y comenzaron a perseguir al entonces Presidente. Lo persiguieron físicamente, querían atraparlo. Las primeras declaraciones de los golpistas fueron: exigir la abolición del estatus regional de la lengua rusa y la expulsión de los rusos de Crimea. Se enviaron grupos armados a la península para asaltar el Consejo Supremo. Solo entonces los crimeos respondieron con su referéndum y las regiones orientales de Ucrania respondieron negándose a reconocer los resultados del golpe de Estado. Pero los colegas occidentales comienzan su análisis de todos estos acontecimientos con lo ocurrido en Crimea. Entonces no había otra opción que apoyar la auténtica voluntad del pueblo de Crimea. El 95 por ciento votó inequívocamente a favor de volver a Rusia, donde había vivido durante siglos.
La misma "cultura de la cancelación" se observa en la narrativa actual sobre el tema de las armas nucleares. Nadie recuerda que en febrero, antes del inicio de la operación militar especial, Vladímir Zelenski declaró en uno de sus discursos (ha declarado mucho y sigue haciéndolo) que durante el colapso de la Unión Soviética abandonar las armas nucleares fue un gran error ucraniano. Es lo que mencionó en los debates sobre la resolución del problema en Ucrania. Ya tras el inicio de la operación militar especial, el Ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian, tronó que Rusia debería recordar: Francia también tiene sus propias armas nucleares. Esto no fue provocado de ninguna manera. De nuestra boca, este tema no salió en absoluto. Fue Zelenski quien empezó a explotarlo. Todos conocen la respuesta de Liz Truss a la pregunta del periodista sobre si no da miedo apretar el "botón rojo nuclear".
En cuanto a Rusia, -el Presidente Vladímir Putin y otros funcionarios del Kremlin lo han comentado varias veces- nuestro país tiene una Doctrina titulada "Fundamentos de la política estatal de la Federación de Rusia en materia de disuasión nuclear". Es un documento público, la carta canta. Que examinen una vez más los casos claramente estipulados en los que se nos permite utilizar armas nucleares.
Pregunta: En su discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU, Usted, de hecho, por primera vez nombró abiertamente a los países occidentales como participantes del conflicto en Ucrania. ¿Significaría esto que ahora los vemos como adversarios potenciales? ¿Cambiaría la estructura de nuestras relaciones?
Josep Borrell dijo que la UE no tenía planes de enviar tropas allí por el momento.
Segunda pregunta. Usted ha mencionado la Doctrina. Si los referendos de adhesión tienen éxito, según este documento, Rusia tendría una razón para usar armas nucleares, en caso de un ataque en su territorio. En EE.UU. dicen que entonces Rusia se enfrentará a un ataque inminente, pero no especifican a qué tipo. ¿Hasta qué punto Moscú se toma en serio estas amenazas? ¿No se está convirtiendo el conflicto en una Tercera Guerra Mundial, como teme el Presidente serbio Alexander Vučić?
Respuesta: Yo no haría predicciones sombrías ahora. Todo el territorio de Rusia, que está consagrado y que puede ser consagrado adicionalmente en la Constitución rusa, está bajo la protección plena e incondicional del Estado. Es absolutamente natural. Todas las leyes, doctrinas, conceptos y estrategias de la Federación de Rusia se aplican a todo su territorio.
No he oído que EE.UU. esté ya "amenazando" con algún tipo de ataque. Sé que el Presidente Biden dijo que si se celebran los referendos y se aceptan los resultados, Rusia se enfrentaría a otra ronda de sanciones "desde el infierno" o algo así. Si se plantea una tesis tan amenazadora: "Rusia inevitablemente recibirá un golpe", me gustaría leerla. No me consta que EE.UU. y Ucrania ya sean aliados unidos por una "cadena" tan peligrosa.
En cuanto a los aspectos legales de la participación de Occidente en este conflicto, cualquiera que siga la situación aunque sea un poco puede ver lo que está sucediendo. Ucrania está siendo abiertamente bombeada con armas. Zelenski exige diariamente armamento a Alemania e Israel. Al mismo tiempo, critica a Israel por no proporcionar tanta cantidad de armas que pide Ucrania, o alude al hecho de que él mismo carece. Kiev recibe información de inteligencia y datos de satélites. Los países occidentales apoyan a las Fuerzas Armadas de Ucrania y a sus batallones nacionalistas por emplear en el conflicto unos 70 satélites militares y unos 200 de empresas privadas. No hace mucho, uno de los comandantes del ejército ucraniano, comentando el uso de armas de EE.UU. en el campo de batalla, dijo que los estadounidenses tienen derecho a vetar los objetivos que eligen. ¿Qué es esto sino una participación directa en el apuntamiento de armas letales y participación en la guerra?
Desde el punto de vista jurídico, tanto los estadounidenses como la OTAN y la UE afirman no ser participantes en el conflicto y que, si lo son, se aplica la convención correspondiente. Existen los Convenios de La Haya adoptados en 1907 (el "Convenio relativo a las leyes y costumbres de la guerra terrestre" y el "Convenio relativo al régimen de los buques mercantes enemigos al empezar las hostilidades"). Siguen en vigor y no han sido derogadas. Uno se refiere a las obligaciones de las potencias neutrales en la guerra naval y la otra, en la guerra terrestre. En estos convenios consta que no solo los Estados que se han declarado neutrales para todas las ocasiones (como Suiza) están implicados en el término "neutral", sino que cualquier Estado que no sea parte en un conflicto armado es neutral. Una vez más, les recuerdo que ni EE.UU. ni Europa se han declarado parte de lo que está ocurriendo en Ucrania. Si es cierto, entonces el artículo 6 de este convenio marítimo prohíbe explícitamente el suministro de buques de guerra, municiones y cualquier propiedad militar por los Estados neutrales, es decir, por los que no son parte del conflicto, a cualquiera de los beligerantes. Por lo tanto, suministrando armas a Kiev, EE.UU., la UE y la OTAN no pueden reclamar el estatus de neutrales y no participar en el conflicto. Además, uno de estos convenios prohíbe expresamente la apertura de centros de reclutamiento en el territorio de Estados neutrales. Todos saben cómo las Embajadas y los Consulados Generales de Ucrania en Europa y otros países publicaron abiertamente en sus sitios web invitaciones para unirse a la "guerra sagrada" contra Rusia, es decir, se dedicaron al reclutamiento de mercenarios directo. Los países occidentales que lo permitieron volvieron a violar la convención de neutralidad y demostraron así que no son observadores, sino que están directamente involucrados en el conflicto. Uno de los artículos de los convenios prohíbe el uso de las comunicaciones con fines militares. Ya he dicho que 200 satélites privados, incluyendo por supuesto a Starlink, están directamente involucrados en este conflicto a través de los Gobiernos occidentales. Cuenta con satélites e infraestructura terrestre. La implicación de este recurso también significa que EE.UU. no es nada neutral, sino que aparece parte del conflicto.