Respuesta ofrecida por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, María Zajárova, a una pregunta de los medios en relación con la reunión en Yeda sobre la crisis ucraniana

Pregunta: ¿Qué opinión le merece la reunión sobre la crisis ucraniana celebrada recientemente en Yeda?

Respuesta: El Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia ha tomado nota de las consultas sobre la crisis ucraniana que se celebraron en Yeda (Arabia Saudí) los días 5 y 6 de agosto por iniciativa del régimen de Kiev y de los países del G7. A dichas consultas asistieron los BRICS afines y otros socios. Confiamos en que, de conformidad con lo acordado, compartan con nosotros sus valoraciones y reiteren nuestra postura sobre la llamada "fórmula de paz" propuesta por Zelenski, que el régimen de Kiev y Occidente intentan promover durante estas reuniones. Ninguno de sus 10 puntos está dirigido a encontrar una solución negociada y diplomática a la crisis, y su totalidad representa un ultimátum absurdo a Rusia, que tiene como objetivo retrasar las hostilidades. Una solución pacífica es imposible sobre esta base.

Promoviendo la "fórmula" de Zelenski, el régimen de Kiev y Occidente intentan restar valor a las propuestas de paz de otros países y monopolizar el derecho mismo a presentarlas. En esencia, como hemos dicho antes, se lucha contra la disidencia a nivel internacional y se intenta imponer ideas inviables de un acuerdo por medio de manipulaciones inescrupulosas.

Agradecemos las iniciativas de mediación y humanitarias de nuestros amigos del Sur Global encaminadas a lograr la paz. A diferencia del régimen de Kiev, que ha interrumpido y prohibido las negociaciones con Rusia, nosotros siempre hemos estado y seguimos estando abiertos a una solución diplomática de la crisis y estamos dispuestos a responder a propuestas verdaderamente serias. Sin la participación de Rusia y la consideración de sus intereses, cualquier reunión sobre la crisis ucraniana tiene un coeficiente de rendimiento igual a cero.

Estamos convencidos de que una solución verdaderamente amplia, sostenible y justa solo es posible si el régimen de Kiev pone fin a las hostilidades y los atentados terroristas y si sus patrocinadores occidentales dejan de nutrir de armas a las Fuerzas Armadas de Ucrania. Deben confirmarse los fundamentos originales de la soberanía ucraniana: su estatus neutral, no alineado y no nuclear. Deben reconocerse las nuevas realidades territoriales resultantes del ejercicio por parte de los habitantes de las nuevas regiones rusas del derecho a la autodeterminación consagrado en la Carta de la ONU, y deben garantizarse la desmilitarización y desnazificación de Ucrania y los derechos de sus ciudadanos rusoparlantes y de las minorías nacionales de acuerdo con los requisitos de su legislación nacional y del Derecho Internacional. Estamos convencidos de que la implementación de estos factores es plenamente coherente con la paz y la seguridad internacionales, por las que Rusia está luchando.