Discurso y respuestas a las preguntas de los medios ofrecidas por el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, durante la rueda de prensa conjunta con el Ministro de Vínculos Económicos Exteriores y Relaciones Exteriores de Hungría, Péter Szijjártó, celebrada al término de las negociaciones, Moscú, 21 de julio de 2022
Estimados señores y señoras,
Hemos sostenido las conversaciones con mi homólogo de Hungría, Péter Szijjártó. Han sido sustanciales y mantenidos en un contexto de confianza y profesionalidad. Hemos sostenido una charla profesional sobre los aspectos clave de la cooperación bilateral, ante todo en el marco de la implementación de los acuerdos, alcanzados por el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el Primer Ministro de Hungría, Viktor Orbán, incluso en la última reunión celebrada el pasado 1 de febrero.
Hemos prestado mucha atención al proceso de la realización de los grandes proyectos conjuntos en los sectores de energía, transporte y otros. Hemos constatado que en el contexto de la situación sanitaria y epidemiológica complicada de 2021, gracias al trabajo unánime y coherente y los mecanismos de la interacción, logramos superar la recesión en el comercio bilateral y facilitar su aumento significativo en más de un 25%.
Hemos confirmado nuestra determinación mutua de que siga funcionando debidamente el trabajo de la expansión de la central nuclear Paksi con la asistencia de la corporación estatal “Rosatom”. Los firmados acuerdos y contratos bilaterales abarcan todo el ciclo vital de las centrales: de su construcción a su abastecimiento con combustible y mantenimiento técnico. Consideramos este proyecto como un estratégico por su magnitud y carácter altamente técnico. Se están llevando a cabo de manera planificada los proyectos en el ámbito de las exportaciones de los hidrocarburos rusos. La implementación de los contratos a largo plazo de las exportaciones del gas natural de Rusia a Hungría, concertados en 2021, sirve plenamente a los intereses de nuestros países. Hoy, nuestros colegas nos han informado sobre el interés del gobierno húngaro de adquirir una determinada cantidad de gas adicional en el año en curso. Esta petición será transmitida y examinada en seguida. Por nuestra parte, hemos destacado que el futuro desarrollo de nuestra cooperación práctica se ve obstaculizado por la política obviamente rusofóbica de Washington y Bruselas. Supone un crecimiento sin límites de las sanciones sin analizar razonablemente las consecuencias para los mismos países que imponen las dichas restricciones. Sin duda, es importante para nosotros que tales cosas no impidan nuestra cooperación. Vamos a buscar y encontrar soluciones que harán nuestra interacción en todos los ámbitos independiente de tales caprichos e intentos de “castigarnos”.
Hemos abarcado varias cuestiones internacionales. Comprensiblemente, hemos prestado una atención especial a la situación actual en Ucrania y en su alrededor. La Federación de Rusia explica sinceramente los objetivos y fines de la operación militar especial. Estamos dispuestos a explicar aún más todas las sutilezas y los aspectos de la situación y su desarrollo. Partimos de que, en alguna etapa, nuestros vecinos occidentales entiendan el carácter absolutamente contraproducente y el peligro de la nutrición de Ucrania de armas nuevas, incitación a que el régimen kievita siga con sus acciones locas y ataques armados contra los civiles y sus propios ciudadanos. Vemos que ahora domina el prejuicio en las posturas de Bruselas, Washington y la mayoría de las capitales europeas. Espero que, sin embargo, la vida les hará mirar a los hechos de una manera objetiva, rechazar sus tácticas y estrategias de confrontación inventadas malintencionadamente, y encargarse, sobre todo, de sus propios problemas europeos.
Quiero subrayar que mantenemos una estrecha cooperación con Hungría en otros ámbitos de la política internacional, incluso en la ONU y la OSCE. Siempre hay comprensión mutua de que nosotros, tanto Hungría como Rusia, nos guiamos todo el tiempo por nuestros intereses nacionales, pero, al mismo tiempo, estamos interesados en encontrar soluciones de cada cuestión, afectando los ambos países, que permitan defender estos intereses nacionales no en detrimento de los socios.
Aprecio nuestras relaciones. Las negociaciones de hoy han confirmado su carácter estratégico a largo plazo. Vamos a desarrollarlas por todos los medios.
Pregunta: En el año transcurrido, hemos podido observar una tendencia de la división de los países europeos en dos clanes: los que siguen la política de Bruselas y los que actúan partiendo de los intereses nacionales, como Hungría. Éstos últimos suelen ganar. ¿No le parece a Usted que en su estado actual la UE obstaculiza el desarrollo de los países miembros más que lo facilita?
Respuesta: No quiero entremeterme en la agenda interior del desarrollo de la UE. Leemos lo que se escribe al respecto. Oímos lo que se dice, incluso en los mismos países miembros. Solo puedo constatar que la situación no es fácil.
Hay una lucha. La burocracia europea quiere subyugar a todos y todo, los gobiernos nacionales, imponer las condiciones y cortar cualquiera disidencia. Por otra parte, los países miembros quieren entender cuántas facultades ejerce en su favor y cuántas están abusadas y se convierten en un motivo de preocupación. Es el asunto interior de la UE.
Quiero subrayar una sola cosa. Ahora observamos la reacción de Occidente (en primer término, la de Bruselas y muchas capitales europeas) a lo sucediendo en Ucrania. Reitero que durante muchos años, hemos tratado de lograr establecer una estructura igual y mutuamente beneficiosa, incluso en cuestiones políticas, en nuestras relaciones con la Unión Europea. Lo hemos alcanzado parcialmente, pero la UE siempre ha sido arrogante hacia todos los intentos de producir un equilibrio de intereses, prefiriendo tomar decisiones y después imponerlas como la verdad absoluta.
La misma Ucrania. Todo empezó no el pasado febrero. Había un golpe de Estado. Antes, los representantes de la Unión Europea (Francia, Alemania, Polonia) habían garantizado que habría un acuerdo entre el presidente de Ucrania y la oposición, habían firmado las garantías correspondientes. Por la mañana, cuando ya fueron “pisoteadas” y destrozadas, la UE no dijo nada. No invitó a los golpistas a que cumplieran con los compromisos firmados por la UE.
En un año, fueron firmados los Acuerdos de Minsk, también garantizados por Francia y Alemania, pero Kiev se negó categóricamente a implementarlos. Hace un rato, Poroshenko dijo que sí que los firmó, pero no iba a cumplir con ellos. Dijo que tuvo que ganar tiempo para que Ucrania estuviera nutrida de armas nuevas. Sincera y cínicamente. Así como la UE consintió silenciosamente con el sabotaje de los Acuerdos de Minsk por parte de Ucrania, de igual modo, nadie respondió nada a esa confesión sincera de Poroshenko. Es una vergüenza para los países serios que quieren tratar los problemas críticos en la política exterior.
Ahora vemos una histérica en cuanto a que se violan en Ucrania todas las normas imaginables del derecho humanitario internacional y muere la gente. Es la verdad, la gente muere, pero hay que mirar cara a cara a la realidad y no eludir los hechos, probando que la gente muere por los disparos completamente insensatos de las FF.AA. y los batallones neonazis de los barrios pacíficos de Donbás y otras partes de Ucrania. En segundo lugar, quisiera pedir a los periodistas (no es difícil hacerlo en nuestra época de tecnologías de información) que examinen la reacción de la UE durante ocho años a las muertes de miles de civiles, causadas por los disparos del régimen ucraniano, mientras que los Acuerdos de Minsk seguían en vigor y todos abrigaban la esperanza de que algún día llegara la paz a Ucrania. No había ninguna reacción en absoluto. Solo decían que fue su país y que tuvieron el derecho de negarse a un diálogo con Donetsk y Lugansk. Nadie de nosotros no oyó ninguna condena de las acciones de los militares ucranianos.
Tal actitud hacia sus propias garantías, de las que fuimos testigos en el caso de los Acuerdos de Minsk, no fue la única en relación con el tema ucraniana. La misma actitud mostró la UE y su burocracia hacia el problema de Kósovo. Hace casi 10 años, por petición de la Asamblea General de la ONU, la UE se puso a ejercer el papel de mediador entre Pristina y Belgrado. En 2013, al término de aquellas negociaciones, fue acordado un documento sobre establecimiento de la comunidad de municipios serbios en Kósovo. En el norte de la región, donde viven principalmente los serbios, se preveía crear municipios y facilitar derechos elementares a los serbios en el territorio de Kósovo: los derechos al idioma, religión, cultura, vínculos económicos con Serbia. Es casi lo mismo que fue previsto por los Acuerdos de Minsk con relación a los derechos de Donbás como parte de Ucrania.
Pristina enterró el acuerdo de la comunidad de municipios serbios. Por su parte, la UE no expresa su postura hacia el comportamiento tan indignante de sus pupilos.
En lo que se refiere a las actividades de la política exterior de la UE, tengo derecho a expresar mi opinión, porque ha actuado en los ámbitos que son una parte de la agenda internacional. Es una lástima ver cómo la UE sigue la vía trazada por EE.UU: el Occidente colectivo debe ser unido sin hacer ni un paso atrás, ni a la derecha ni a la izquierda, solamente hacia adelante y adónde dirá el camarada jefe.
Solo puedo desear que la UE supiere las dificultades actuales. Nadie está interesado en que haya crisis en Europa. Hay países que insisten explícitamente en que su política se determine por sus propios intereses nacionales. No quieren perder su identidad nacional, cultura, religión ni tradiciones, incluso las de la crianza de los hijos en familias. Espero que este deseo justo y natural prevalezca y sea respetado. Es lo más importante ahora.