Excerpta de la rueda informativa ofrecida por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, Moscú, 24 de noviembre de 2022
Crisis ucraniana
Me gustaría prestar atención a dos fechas en la historia de la Ucrania moderna, o mejor decir, de la región, el 21 y el 22 de noviembre. Están relacionadas con el comienzo de dos «maidanes», o en realidad, dos golpes de Estado organizados por Occidente que tuvieron lugar en el territorio de Ucrania y resultaron en que el Estado perdió su independencia.
Durante décadas, EEUU y sus aliados procuraban obtener el control completo sobre Ucrania, hacerla cesar sus intentos de tener soberanía y una verdadera condición del Estado, convertirla en un instrumento sumiso de la política antirrusa y en un trampolín militar en la lucha contra Rusia. La Revolución Naranja de 2004, con la tercera ronda electoral ilegal, fue un precursor del golpe de Estado armado anticonstitucional de 2014, cuando Occidente consiguió llevar al poder a los radicales nazis acérrimos, cuyo odio a todo lo que no está relacionado con la agenda nazi, a todo lo ruso, los convirtió en los títeres obedientes capaces de realizar cualquier paso destructivo para Ucrania.
Después de estos dos acontecimientos emblemáticos, por desgracia, negativamente, en la historia de Ucrania, un actor fue llevado al poder a desempeñar un papel concreto en la historia. Lo desempeño. Pero el papel resultó ser sangriento. Hoy, el régimen de Vladímir Zelenski, sin dudarlo, cumple todo lo que le ordena Occidente, es decir, continúa las hostilidades «hasta la victoria» y «hasta el último ucraniano». Está dispuesto a sacrificar las vidas y los destinos de sus ciudadanos en aras de seguir recibiendo la ayuda financiera y militar, sin la que las autoridades kievitas no se mantendrían un solo día.
No es ningún secreto que hace mucho tiempo que el ejército ucraniano depende completamente de los suministros de armas, inteligencia, instructores y mercenarios occidentales. Es un instrumento. Cada vez hay más indicios de que en Ucrania se enfrentan Rusia y la OTAN. Cada vez más especialistas militares de los países de la Alianza Atlántica luchan en las filas de una docena de empresas militares privadas y las FFAA de Ucrania.
Según varias fuentes, desde el pasado febrero, EEUU ha suministrado a Kiev armas, incluida la artillería pesada y los lanzacohetes múltiples, por un valor de 21.500 millones de dólares, y la Unión Europea, por un valor de 8.000 millones de euros. La séptima reunión del Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania en el «formato Rammstein» terminó acordando un nuevo paquete de ayuda militar a Kiev con hincapié en los sistemas de defensa antiaérea y los sistemas antimisil. No es solo lo que vemos y escuchamos, es lo que nos dicen. Hay otro lado oculto para el público occidental y mundial. El hecho es que todo lo que sucede es además una fachada para el fraude financiero de la Casa Blanca.
Para involucrar a la OTAN en el conflicto aún más, para hacer que se asigne aún más dinero y se proporcionen aún más oportunidades, el régimen de Vladímir Zelenski deliberadamente recurre a provocaciones peligrosas y extremismo, introduciendo cada vez más elementos de la actividad terrorista en sus acciones. Ya hemos hablado de los vanos intentos de acusar a Rusia de haber participado en la caída de un misil en el territorio de Polonia el pasado 15 de noviembre. Sin embargo, esto no le ha parecido suficiente al régimen de Kiev. Las FFAA de Ucrania siguen atacando la central nuclear de Zaporiyia. Durante los últimos bombardeos, se dañaron varios objetos, incluidos los sitios donde se almacenan los desechos radiactivos, e incluso los niños entienden los riesgos de esto. El régimen de Kiev sigue chantajeando a los europeos con una catástrofe de origen humano.
Es verdad. Esta amenaza no es para nosotros. Hace tiempo que la conocemos y hacemos frente a ella. Todo esto se hace para el «mundo occidental», para la parte del continente europeo, que primero seguía obedientemente a su «gran hermano» en Washington, participó directamente en los golpes anticonstitucionales en Ucrania y luego apoyó las «transformaciones democráticas» en este país. Esto resultó en el fortalecimiento de los hábitos dictatoriales del régimen totalitario y en el rechazo completo de la soberanía, la democracia y las libertades. Ahora se ven obligados a asignar enormes sumas de dinero para toda esta locura. Por si fuera poco, con cierta regularidad el régimen de Kiev y Vladímir Zelenski les recuerdan, que saben bombardear la central nuclear. En cierto momento, a alguien en Occidente, incluso, quizás en primer lugar, en Europa occidental, se le ocurre la siguiente idea o pregunta que tratará de verbalizar y hacerse a sí mismo: ¿a qué se destina su dinero, no es una parte del conflicto o un patrocinador de la matanza? Inmediatamente, se les recordará la «respuesta correcta» con un nuevo bombardeo de la central nuclear. Es el chantaje nuclear. Tal vez, nunca ha ocurrido nada parecido en la historia. En este sentido, hay que darle el crédito. Vladímir Zelenski demuestra su creatividad. Los del otro lado del océano le pagan generosamente. Europa sigue siendo ciega y sordomuda ante lo que sucede en su territorio.
El pasado 21 de noviembre, Zelenski, al usar de la palabra ante la Asamblea Parlamentaria de la OTAN, volvió a pedir apoyo para la solicitud ucraniana de la admisión como Estado miembro. Kiev está convencido de que, en las condiciones de la guerra con Rusia, la OTAN y la UE se ven obligadas a aceptar la incorporación. ¿Se imaginan a dónde lleva esto? La UE lo imagina. Esto es lo único que todavía señala de alguna manera la conciencia de una serie de figuras políticas de la UE. Pueden calcular los riesgos al menos hasta cierto punto. Al mismo tiempo, las autoridades ucranianas no van a cumplir los requisitos preliminares. Lo confirmó la reciente ley sobre la abolición del control financiero de por vida de los políticos y altos funcionarios, firmada por Zelenski. Por lo tanto, Kiev ha dejado claro que no tiene intención de luchar contra la corrupción y el blanqueo de dinero, pero que no dejará de exigir fondos a Occidente. Así cubre a todos los locales controlados por el régimen de Kiev que están involucrados en las maquinaciones financieras de la administración estadounidense como los miembros de la "dirección del búnker". La ley de Zelenski les protegió y dio luz verde a todo lo que la comunidad internacional desde hace tiempo llama la corrupción.
Del mismo modo, Occidente intenta ignorar los métodos terroristas utilizados por las Fuerzas Armadas de Ucrania en las operaciones de combate y las atrocidades que los neonazis ucranianos infligen a los prisioneros de guerra y a los ciudadanos locales que viven en los territorios controlados por Rusia. La similitud de estas atrocidades con los crímenes de los fascistas alemanes durante la Segunda Guerra Mundial es espeluznante. Recientemente, se han hecho virales las horribles imágenes del fusilamiento de prisioneros de guerra rusos desarmados cerca de Makéyevka. El 22 de noviembre, Ucrania anunció la investigación de este asesinato. Parecería que los periodistas occidentales, que necesitaban la más mínima oportunidad para estar en sintonía con la postura humana en su cobertura de estos casos, respiraron tranquilos cuando el régimen de Kiev anunció la investigación. Entonces llegó el golpe para todo el mundo liberal, que había apoyado al régimen de Kiev durante tantos años, clasificándolo de democrático, abierto y laborioso. Se afirmó que los propios militares rusos eran los culpables de la muerte de los prisioneros de guerra desarmados. Como si se hubieran disparado a sí mismos. Lo afirman a pesar de que el vídeo está disponible. Sí que está disponible en Internet. No se puede recordar nada más blasfemo e inmoral. Se ha dicho varias veces que en su ideología, políticas y actividades diarias el régimen de Kiev se guía y recuerda a sus inspiradores. Han glorificado a los colaboradores y a los nazis. Son sus héroes. Celebran sus cumpleaños, santifican la memoria de los que colaboraron con los nazis y los fascistas. Esta similitud la confirma el régimen de Kiev.
Y a medida que crece, más se parecen todas sus actividades a las atrocidades del terrorismo internacional actual. Anteriormente, tales vídeos como el de Makéevka llegaban desde las guaridas de terroristas internacionales como ISIS, Jebhat Fateh ash-Sham y Al Qaeda. Ahora lo hacen Zelenski y su régimen. Comparen. Hay muchos materiales. Ya hemos pasado por esto en nuestro país: la atrocidad de los terroristas internacionales en el Cáucaso Norte en los años 1990. Permítanme recordarles que Occidente apoyó a los que fueron enviados al Cáucaso Norte (por ellos y a través de sus canales) exactamente de la misma manera, 100 por cien idéntica a la situación actual, disparando a nuestros chicos desarmados, cautivos y condenados a muerte. De la misma manera que ahora hablan del carácter democrático del régimen de Kiev y del mismo Zelenski, como en los años 1990 apoyaron a Dzhojar Dudáev, Aslán Masjádov y los demás terroristas.
Años y décadas después, la comunidad internacional, y el Occidente colectivo y civilizado en particular, se enfrentan a los mismos métodos de lucha contra ellos. Los mismos terroristas internacionales, alimentados por el mismo "centro", llegaron a Europa. Entonces se aterrorizó. Una serie de ataques terroristas se lanzó en las capitales prósperas como París y Berlín. Hemos perdido la cuenta de cuántas ciudades de Europa central y meridional las han sufrido. Se vieron obligados a admitir que en los años 1990 Rusia se enfrentaba al terrorismo internacional. La verdad es que no admitieron su propia implicación, pero no tenían más argumentos para llamar luchadores por la libertad y la democracia a quienes cometían actos terroristas contra civiles y utilizaban técnicas terroristas durante las hostilidades. Lo mismo no tardará en ocurrir esta vez. Dale un poco de tiempo.
Asimismo, los métodos del régimen de Kiev y sus representantes individuales serán reconocidos colectivamente como extremistas y terroristas. No hay otra manera. Todo está documentado. Serán juzgados. Occidente no tendrá oportunidad de salir limpio de lo que ha pasado a formar parte de sus actividades, insisto en esto. El mismo Occidente estableció este régimen. Y ahora están patrocinando a quienes cometen actos extremistas y terroristas.
Uno de estos días, en Internet apareció un vídeo nuevo mostrando a los extremistas ucranianos burlándose de un hombre vivo, atado y puesto en un ataúd. Puedo decir solo una cosa: son malditos bastardos. Nada de eso quedará desapercibido, sin ser no investigado o castigado.
Comentando la masacre de los prisioneros rusos cometida por los neonazis ucranianos, la embajadora del Departamento de Estado de Estados Unidos para la Justicia Global, Beth Van Schaack, ha declarado que, en lo que se refiere a la escala de la violencia, las FF.AA. rusas presuntamente superan a las de Ucrania. ¿Es decir, el aspecto humanitario ya se mide a partir de grados y proporciones? ¿No se estiman ciertos hechos concretos? ¿Por qué no quieren recordar de sí mismos? Se podría hacerlo.
Si en el Departamento de Estado de EEUU todo se examina sobre la base de una comparación, podrían recordar sobre sí mismos. Hay que preguntar: ¿las tropas estadounidenses fueron más o menos crueles en Vietnam que los representantes del régimen kievita? Comparen con sí mismos. Es extraño oír un mensaje tan cínico de una experta jurídica profesional, que es la embajadora estadounidense. En las palabras de Schaack no hay ni moral ni compasión, y lo importante es que no hay nada que forme parte de sus funciones. Tiene solo un motivo – defender y blanquear los criminales ucranianos, a quienes instruyen y abastecen con todo lo necesario EEUU y sus aliados, y no mencionamos las manipulaciones financieras de EEUU. Los periodistas estadounidenses, no relacionados de ninguna manera con Rusia ni otros países, ya han empezado a escribir sobre esto. Ahora eso tiene una forma física y las pruebas. Una gran parte de los fondos, presuntamente asignados para Ucrania, vuelven a lugares de su origen.
¿Cuántas veces en estos ocho años a partir de 2014 hemos abordado este tema? ¿Cuántas veces hemos presentado hechos concretos, probando que toda la asistencia enviada en apoyo del régimen kievita (en aquel momento, se escudaban con fines humanitarios, desarrollo económico, ayuda a la democracia en el territorio de Ucrania y su desarrollo) no alcanza al destinatario? Ya no hablamos sobre la realización de los objetivos declarados. Los activos relacionados con el régimen kievita regresan a las cuentas bancarias en seguida (sin salir ni siquiera fuera de los mismos bancos) y se arraigan allí.
Tal actitud de Occidente consolida la convicción del régimen kievita de la permisividad e impunidad. Favoreciendo los crímenes de Kiev, Occidente no solo respalda a los asesinos, que no pueden ser perdonados ni justificados, sino también se hace implicado en sus atrocidades.
Los dichos acontecimientos consisten otra prueba de la necesidad y la falta de alternativas de todos los fines declarados, teniendo en cuenta los cambios y el desarrollo de las situaciones en el mundo.
Resultados de la participación de la delegación rusa en la cumbre del G20 en Bali los días 15 y 16 de noviembre pasado
La cumbre del G20 celebrada en Bali se hizo un hito crucial en la cooperación internacional. Es alentador que haya sido superada la inercia, que había existido en la diplomacia bilateral por culpa de Occidente colectivo. Creemos que el mérito de eso es de la presidencia en el G20 de Indonesia y nuestros socios entre los países en desarrollo (como se suele decir hoy). Estamos satisfechos con la declaración de los líderes, acordada en el contexto geopolítico actual muy difícil, sobre todo, a la luz de la línea de confrontación promovida por EEUU y sus aliados. En general, consideramos los resultados positivos alcanzados en la cumbre como la victoria del sentido común. De esta manera, el G20 logró contribuir significativamente a la reacción eficaz a los retos numerosos en la economía mundial. Partimos de que este foro principal debe seguir concentrándose en la búsqueda del denominador común, y no ser una escena de reproches y acusaciones recíprocos.
Subrayamos el fracaso de intentos de Occidente de imponer estimaciones falsas de la crisis en torno a Ucrania. El cierto apartado en la declaración sobre la situación en Ucrania impuesto por Occidente sirve de una prueba tangible de eso. En éste se refleja la diferencia de las posturas en cuanto a esta cuestión y se expresa por primera vez la preocupación por las sanciones. Al mismo tiempo, está determinada una posición común de que el problema de la seguridad va más allá de la competencia del foro.
No tiene ningún sentido y es ridículo hablar sobre un aislamiento de Rusia en el G20 en este contexto. Nuestro país ha sido y sigue siendo su miembro enérgico, el jugador clave en activo en la economía mundial.
Al margen de la cumbre, tuvieron lugar contactos numerosos del Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, encabezando la delegación rusa, con los socios extranjeros. En particular, fueron sostenidos reuniones bilaterales del ministro con los jefes de Estados y gobiernos de Argentina, la India, Indonesia, los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Senegal, la República de Sudáfrica, el Secretario General de la ONU, colegas de los ministerios de asuntos exteriores.
Como es lógico, el tema principal de la cumbre fue la seguridad alimentaria. La estabilidad de los mercados agrícolas se ha debilitado considerablemente. Esta peligrosa tendencia se ve agravada por las medidas destructivas adoptadas por Occidente, que ha disparado la inflación mundial y bloqueado el suministro ruso de alimentos y fertilizantes en el extranjero. En los discursos del Secretario General de la ONU, António Guterres, y de los líderes de los países en desarrollo, se planteó la cuestión acuciante del levantamiento de las barreras artificiales a las correspondientes exportaciones rusas por parte de EEUU, la Unión Europea y el Reino Unido, tal y como prevén los acuerdos de Estambul del 22 de julio pasado. En este contexto, la declaración de la cumbre también acoge favorablemente la iniciativa de Rusia de donar a los países en desarrollo los fertilizantes rusos retenidos ilegalmente en los puertos de la UE.
Los acuerdos constructivos alcanzados, incluidos los relativos a otras prioridades de la Presidencia indonesia, principalmente los relacionados con la seguridad energética, la sanidad y la transformación digital, son también un indicador importante. Los países del BRICS Plus han contribuido a reafirmar el sentimiento de mantener la economía mundial abierta y construir sus procesos sobre los principios del mercado. Hemos puesto de relieve las cuestiones de garantizar el acceso a la energía, incluso mediante el mecanismo de las subvenciones, el uso de todas las fuentes de energía y el desarrollo de un diálogo entre los proveedores y los consumidores de energía. Hemos destacado el papel central de la OMS en la lucha contra las amenazas a la salud humana y su liderazgo respecto al Fondo para Pandemias del Banco Mundial. Esperamos que sus actividades se lleven a cabo de forma transparente e inclusiva.
En general, el resultado de la cumbre puede valorarse positivamente: el G20 no cede a la brutal presión del G7, los Estados en desarrollo defienden sus propios intereses. Esto crea una buena base para seguir intensificando la cooperación económica internacional de forma mutuamente beneficiosa. Tenemos la intención de promover este desarrollo el próximo año bajo los auspicios de la Presidencia india, que ha propuesto el lema de “un planeta, una comunidad y un futuro comunes”. Estamos dispuestos a aplicarlo eficazmente junto con todos los colegas del G20.
Participación de Rusia en la reunión del Consejo Intergubernamental del Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación de la UNESCO
El 24 de noviembre se inauguró en París la 33 sesión del Consejo Intergubernamental del Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación de la UNESCO, único foro de la ONU destinado a promover la libertad de expresión y los medios de comunicación independientes en los países en desarrollo.
Creo que las declaraciones de los representantes rusos deberían reflejar también el hecho de que la parte francesa no ha concedido visados a los representantes del MAE de Rusia. Resulta extraño, por no decir absurdo, hablar de libertad de expresión en la organización internacional con sede en París, en ausencia de especialistas debido a la imposibilidad de obtener visados. Todos los miembros de la UNESCO tienen que decidirse: o bien están a favor del pluralismo y la libertad de expresión y lo defenderán y demostrarán a toda la comunidad internacional y a los ciudadanos de todos los países que se lo toman realmente en serio (entonces hay que hacerlo de forma inclusiva y conjunta), o bien invitarán de forma selectiva a expertos que puedan evaluar los acontecimientos a su manera, expresando puntos de vista alternativos.
Creemos que la presencia de los países en las plataformas internacionales de la ONU debe estar debidamente garantizada por el país que acoge la plataforma y que ha dado sus garantías a tal efecto. No pretendía que el trabajo se viera perjudicado de un modo u otro. Ahora ocurre lo contrario. La participación plena de la Federación de Rusia en la reunión se ha visto frustrada. Podemos ser francos al respecto. ¿Cuál es la causa? Aparentemente, nuestro objetivo de construir una cooperación mediática más justa e inclusiva.
Esto explica el retraso de la parte francesa en la tramitación de las solicitudes de visado de servicio de dos representantes del MAE de Rusia. Se trata de expertos del más alto nivel, personas que han participado en la elaboración de los documentos de la UNESCO y profesionales en su campo.
Instamos a París a cumplir de buena fe los compromisos asumidos a tenor del acuerdo de 2 julio de 1954 con la UNESCO y relativos a las entidades de la Organización y a sus privilegios e inmunidades en el territorio de Francia, incluido el acceso sin problemas a la sede de la UNESCO a los delegados de los Estados miembros para participar en conferencias y consultas. El caso también se pondrá en conocimiento de la Secretaría General de la ONU en Nueva York.