Discurso y respuestas a las preguntas de los medios ofrecidos por el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en la rueda de prensa conjunta al término de las negociaciones con el ministro de Asuntos Exteriores, Francofonía y Cooperación Regional de la República Gabonesa, Emmanuel Issoze-Ngondet. Moscú. 18 de marzo de 2015
Estimadas damas y caballeros:
He mantenido con mi homólogo gabonés, el señor Issoze-Ngondet, unas conversaciones muy útiles y sustanciales.
Gabón es un socio con mucho potencial para Rusia. Las relaciones con este Estado tienen un carácter tradicionalmente amistoso. Tenemos una visión compartida, y confirmada hoy, de que es necesario fomentar el desarrollo de estas relaciones en base a los principios de la paridad y el provecho mutuo, lo que corresponde por completo con el deseo de nuestros pueblos y propicia la paz y la estabilidad en el continente africano.
Abordamos el estado y las perspectivas de cooperación bilateral. Señalamos el buen nivel del diálogo político. Acordamos hacer que alcancen el mismo nivel otras esferas de nuestra interacción, sobre todo, la económico-comercial. Existen buenas perspectivas en la esfera técnico-militar, se están desarrollando de forma activa vínculos en los campos humanitario y educativo. Acordamos fomentar el interés de los círculos empresariales de ambos países en el mantenimiento y la ampliación de los contactos bilaterales, también para discutir las perspectivas de la puesta en práctica en Gabón de proyectos económicos e inversores, en la prospección, extracción y procesamiento de hidrocarburos, en la minería y demás esferas.
Acordamos mantener la cooperación en la formación de los ciudadanos de Gabón en los centros de estudios superiores de nuestro país. El número de becas solicitadas ha aumentado, hemos abordado hoy las posibilidades de aumentarlas.
Abordamos asuntos relativos a la agenda política internacional. Nuestra visión de los problemas actuales acerca del modelo geopolítico mundial es idéntica. Estamos seguros de la necesidad de emprender esfuerzos colectivos, para dar solución a los conflictos en base al derecho internacional, con el papel central de la ONU y con el respeto hacia la condición autóctona de los pueblos en distintas regiones del mundo.
Prestamos especial atención a la situación en el continente africano. Damos una alta apreciación a la participación activa de Gabón en los procesos integracionistas en el África Central y a los esfuerzos de paz de los africanos y de la ONU en el continente. Consideramos, y nuestros compañeros y amigos de Gabón lo apreciaron altamente, que los propios africanos han de determinar las vías de arreglo político de los conflictos que siguen observándose en el continente, mientras que la comunidad internacional ha de encargarse de respaldar sus esfuerzos mediante apoyo a la Unión Africana y las organizaciones subregionales. Rusia, en el marco del Consejo de Seguridad de la ONU fomentará precisamente esta actitud en la tarea de estabilizar la situación en los puntos candentes de África. Seguiremos propiciando el aumento de la capacidad para el mantenimiento de la paz de los Estados africanos, también mediante la formación de efectivos de contingentes de paz en los centros docentes de nuestro país y la asistencia en la dotación de recursos necesarios de los contingentes de paz africanos.
Hemos expresado nuestra alta apreciación a los esfuerzos de Gabón en el mantenimiento de la seguridad en el golfo de Guinea. Tenemos una visión compartida en lo relativo a la tarea de aumento de la eficacia de la cooperación internacional legal de la lucha contra los piratas.
Abordamos los pasos dados por la comunidad internacional y los propios países africanos, así como por los Estados extranjeros, incluida la Federación de Rusia, que han permitido neutralizar en la etapa actual el virus del Ébola.
Este ha sido el contenido general de nuestras negociaciones que, y me gustaría subrayarlo, han sido muy útiles para el mantenimiento de contactos en todas las esferas de las relaciones bilaterales. Le expreso a mi homólogo gabonés mi agradecimiento por estas labores conjuntas tan fructíferas.
Pregunta: ¿Cuáles son, desde su punto de vista, las perspectivas de arreglo de la crisis en Ucrania, dado que ayer la Rada Suprema aprobó una ley sobre Donbás y los dirigentes de las repúblicas proclamadas de Donetsk y Lugansk declararon que hasta la abolición de las mencionadas leyes ningún diálogo político con Kiev será posible?
Respuesta: Por desgracia, me veo obligado a comentar esta situación. Tenía entendido que el pasado 12 de febrero en Minsk de forma inequívoca fueron definidos los pasos a seguir. El documento titulado ‘Conjunto de Medidas para el Cumplimiento de los Acuerdos de Minsk’ fue firmado por todos los miembros del Grupo de contacto, incluidos los representantes de Kiev, Lugansk y Donetsk y los representantes de Rusia y de la OSCE que les asistieron en este proceso. Dice literalmente lo siguiente: enseguida después de la retirada de los armamentos pesados, ha de empezar el diálogo sobre los detalles de la celebración de las elecciones locales municipales en las pertinentes regiones de las provincias de Donetsk y Lugansk. Tendría que ser iniciado también el diálogo sobre cómo han de celebrarse las elecciones en cuestión. En términos generales deberán celebrarse de acuerdo con la legislación ucraniana, pero los detalles, según fijan los Acuerdos de Minsk, han de ser acordados con Donetsk y Lugansk. Nadie intentó hacerlo.
El documento dice también que a los 30 días de la firma del Documento de Minsk del 12 de febrero de 2015 ha de ser aprobada una disposición de la Rada Suprema que enumere las localidades concretas de los mencionados territorios a las cuales se aplicará la ley sobre autogobierno local o, como también se le suelen referir, ley de estatus especial. La ley fue aprobada por la Rada Suprema en otoño del año pasado, pero la falta de datos sobre territorios a los que ha de aplicarse impedía su entrada en vigor. Por esta razón en el documento de Minsk se fijó el acuerdo de que a los 30 días de la firma del conjunto de medidas del 12 de febrero habría de precisarse el conjunto de territorios y las localidades a las que se aplica el mencionado documento. No se le pedía más a la Rada Suprema y se trata de algo, a lo que Ucrania se comprometió. En vez de ello, la Rada Suprema, por iniciativa del presidente Piotr Poroshenko -un hecho que me confunde especialmente dado que el presidente ucraniano apoyó el conjunto de medidas del 12 de febrero- tomó unas decisiones que de hecho redefinen los compromisos asumidos. Hablando de una forma menos delicada, se trata de un burdo pisoteo de los acuerdos alcanzados, mientras que la introducción de la ley es justificada por la necesidad de liberar los territorios, calificados como ocupados, y de sustituir a casi todos los dirigentes elegidos por los habitantes de estas regiones. De la disposición de la Rada Suprema se desprende que la ley de estatus especial sólo entrará en vigor cuando los mencionados territorios sean dirigidos por personas aceptadas por Kiev. Es un intento de “poner patas arriba” todo lo acordado. La fórmula de acuerdo que permitía reforzar la confianza consistía en declarar ahora un estatus especial de los territorios donde la gente haya votado a sus dirigentes. Nadie ha obligado a la parte ucraniana a reconocer oficialmente los resultados de las elecciones, pero sí a mostrar una actitud respetuosa y a cumplir lo acordado, era lo mínimo que se podía esperar. Me gustaría repetir que no hubo nada más que condicionara la introducción de esta ley. Sólo era necesario definir las localidades y territorios concretos.
No sabría decirle qué rumbo tomará ahora el proceso político. Ayer envié mensajes especiales a los ministros de Asuntos Exteriores de Alemania, Frank Walter Steinmeier; y de Francia, Laurent Fabius, en los que llamé su atención a este burdo pisoteo de las primeras medidas de la parte política del acuerdo de Minsk y exhorté a expresar de forma conjunta nuestra reacción a nuestros interlocutores ucranianos, para conseguir que cumplan con los compromisos asumidos apoyados también por los líderes de Alemania, Francia, Ucrania y Rusia.
Pregunta: El pasado 17 de marzo, en Kiev, durante una rueda de prensa conjunta del presidente de Ucrania y su homólogo rumano, Piotr Poroshenko habló de la necesidad de “descongelar” el conflicto de Transnistria. Y eso que precisamente Kiev y Moscú son los garantes de la paz y la estabilidad en la región. Dado este distanciamiento de los acuerdos anteriores, ¿existe ahora, a su modo de ver, una amenaza real de la reanudación de este conflicto?
Respuesta: Sinceramente, no he oído las palabras exactas del presidente Poroshenko. El término “descongelar” puede tener varios significados. Si partimos de que el conflicto de Transnistria durante mucho tiempo era calificado de “congelado”, no creo que Kiev esté interesada en devolverlo, “descongelando”, a la fase aguda. Apenas sería admisible. Si a lo que se refería era a la reanudación del proceso de negociaciones, siempre nos hemos pronunciado a favor de ello. Es verdad lo que acaba de decir, Rusia y Ucrania no sólo son mediadores, sino países garantes de la paz, junto con las partes del conflicto, Chisinau y Tiráspol, y los observadores por parte de EEUU, Unión Europea y la OSCE.
No voy a comentar el significado de las palabras del presidente de Ucrania, pero le diré que en esta etapa y a lo largo del último año el papel de Ucrania en el fomento del arreglo en la zona no fue tan equilibrado como lo exige su estatus de país mediador y país garante. Ucrania, de hecho, promovió, y sigue haciéndolo, un cierto bloqueo económico de Transnistria. A mi modo de ver, respalda de esta forma a quienes desearían aprovechar las perspectivas de asociación de Moldavia con la UE, para mediante un ultimátum obligar a Tiráspol a aceptar las condiciones formuladas por Chisinau.
Estamos convencidos de que en este sentido no puede haber decisiones unilaterales. Bien sabe que las posturas de las partes son opuestas. Moldavia en 2005 aprobó una ley que descarta un estatus especial de Transnistria y sólo menciona autogobierno de determinadas localidades y pueblos en la ladera este del Dniéster. A modo de respuesta, Tiráspol celebró un referéndum, tras el cual se proclamó la independencia. Deberíamos buscar una fórmula de compromiso entre estas dos posturas tan lejanas, algo que precisará, por supuesto, de esfuerzo colectivo. Nuestra tarea es, en primer lugar, persuadir a los protagonistas del conflicto de la necesidad de llegar a un acuerdo, dados los principios arriba mencionados: queremos asegurar la soberanía y la integridad territorial de Moldavia, en el marco de las cuales Transnistria goce de estatus especial con el entendimiento de que Moldavia seguirá siendo un país independiente, autónomo y neutro.
Últimamente se ha observado un cierto progreso en este proceso. En concreto, se han celebrado reuniones del nuevo presidente de Gobierno de la República de Moldavia con el líder de Transnistria, en las cuales se abordaron asuntos prácticos de la normalización de vínculos económicos, sociales y humanitarios entre las laderas del Dniéster. Estamos dispuestos a apoyar pasos que tengan influencia inmediata y positiva en la vida de la gente sencilla y fomenten de esta forma la confianza entre ambos países. Es primordial para crear condiciones propicias para la búsqueda de una fórmula de compromiso sobre el estatus político de Transnistria como parte de Moldavia. Ha de ser un acuerdo con bastantes potestades delegadas. Los últimos acontecimientos en este país ponen de manifiesto que habrá que tener en cuenta los intereses de otras partes de Moldavia, en concreto, Gagauzia.
La cantidad de problemas va en aumento y no se debe contar con que se solucionen mediante un ultimátum. Sin embargo, es la tentación en la que caen algunos políticos en Moldavia y en su exterior, dada la firma del acuerdo de asociación entre la República de Moldavia y la Unión Europea. Espero que nuestros interlocutores europeos, conscientes de su responsabilidad de garantizar un acuerdo justo en Transnistria, propicien la búsqueda de desenlaces admisibles para ambos lados y no impongan a uno de ellos la postura del otro.