Intervención y respuestas del ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, a las preguntas de los medios de la comunicación durante la rueda de prensa al término de las negociaciones con el ministro de Exteriores de Mongolia, Lundeg Purevsuren, Moscú 11 de septiembre de 2015
Estimados señores:
Mi colega mongol, Lundeg Purevsuren, y yo hemos mantenido unas negociaciones muy útiles y constructivas.
Las relaciones entre nuestros países son tradicionalmente buenas, son relaciones de buena vecindad que cuentan muchos años ya. Nuestros pueblos y nuestros países han pasado un camino bastante duro, muchas veces teniendo que hacer frente a desafíos contra su propia seguridad. El año pasado en Mongolia celebramos juntos el 75 aniversario de la Victoria sobre los militaristas japoneses en Jalkin Gol, y este año hemos celebrado en Moscú el 70 aniversario de la Victoria en la Gran Guerra Patria. Apreciamos en lo alto la presencia del presidente de Mongolia, Tsakhia Elbegdorj, en los eventos solemnes en Moscú. Hace poco, el presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, y el presidente de Mongolia, Tsakhia Elbegdorj, participaron juntos en los eventos dedicados al fin de la Segunda Guerra Mundial y la victoria sobre el Japón militarista, celebrados en Pekín el pasado 3 de septiembre.
En Rusia se acuerdan muy bien de la ayuda que prestaba Mongolia a la Unión Soviética en los años de la Gran Guerra Patria, tanto suministrando alimenticios y ropa, como participando en la derrota de las tropas del Ejército del Kwantung. Estos recuerdos son sagrados para nosotros. Hoy, hablando con el ministro de Exteriores de Mongolia, Lundeg Purevsuren, hemos reafirmado que seguiremos luchando por la verdad histórica, contrarrestando los intentos de glorificar a los nazis y reescribir la historia.
Es de gran importancia para nosotros nuestro diálogo político que mantenemos regularmente al nivel más alto y a niveles altos también. Vemos desarrollarse activamente los intercambios interparlamentarios, así como los contactos entre los departamentos de política exterior.
Hoy hemos analizado el progreso en la implementación de los acuerdos alcanzados en el curso de los encuentros de los líderes de nuestros Estados en los últimos dos años. Hemos acordado concluir la elaboración del programa de desarrollo de la alianza estratégica a medio plazo, que es preparado por el encargo de nuestros presidentes. Este documento se convertirá en una compleja “hoja de ruta” de medidas concretas con vistas a profundizar la interacción en todas las esferas.
Consideramos que un papel importante para la intensificación de la cooperación económica y de intercambios comerciales pertenece a la comisión intergubernamental ruso-mongola para la cooperación económico-comercial y técnico-científica, cuya nueva sesión tendrá lugar en futuro próximo. Hoy el ministro de Asuntos Exteriores de Mongolia, Lundeg Purevsuren, mantendrá encuentros con el ministro de Recursos Naturales y Ecología de la Federación de Rusia, Serguéi Donskói, y ministro de Agricultura, Alexandr Tkachov, en el curso de los cuales discutirán más detalladamente los aspectos económico y comercial de nuestras relaciones, incluido el aumento de los suministros de la producción agrícola mongola (ante todo, la cárnica) a la Federación de Rusia. Hoy hemos expresado nuestro apoyo a estas intenciones de nuestros amigos y vecinos.
Vemos intensificarse a los contactos entre Mongolia y la Unión Económica Euroasiática. Está firmado un memorando correspondiente, se forma un mecanismo que permitirá ampliar nuestra cooperación en el marco de este formato.
Hemos considerado el curso de la interacción trilateral entre Rusia, Mongolia y China. Según el acuerdo alcanzado entre los líderes de los tres Estados el pasado 11 de septiembre en Dusambé, está creado un mecanismo trilateral destinado a implementar los documentos aprobados por los líderes de Rusia, Mongolia y China al margen de la cumbre de la OCS en Ufá. Ante todo, esto tiene que ver con la Hoja de Ruta que tiene un carácter universal y está dedicada a la interacción trilateral, así como con el encargo de elaborar un Programa de construcción del corredor económico entre Rusia, China y Mongolia.
Hemos intercambiado opiniones sobre los actuales problemas regionales e internacionales. En la mayoría de los casos, nuestras posturas coinciden o son muy parecidas.
Hemos acordado seguir coordinando nuestros esfuerzos en varias plataformas internacionales, ante todo en la ONU, OCS y foros de la región Asia Pacífico.
Deseamos éxitos a nuestros amigos mongoles que en los próximos días van a celebrar en Ulán Bator una ordinaria sesión de la Asamblea Parlamentaria de la OSCE. La delegación rusa la encabezará en este evento el presidente de la Duma Estatal, Serguéi Naryshkin. El año que viene Mongolia será anfitrión de la cumbre conmemorativa del Foro Asia Europa (ASEM). Planeamos cooperar activamente con nuestros amigos en la preparación de este evento importante.
Concluyendo, me gustaría notar que además hemos acordado crear un grupo de trabajo para la preparación de varios eventos dedicados al 95 aniversario de nuestras relaciones diplomáticas, que vamos a celebrar el año que viene.
Pregunta: El nuevo coordinador de EEUU de la coalición internacional contra el Estado Islámico, John Allen, declaró al canal CNN que en el territorio de Siria puede tener lugar una confrontación entre los militares de Rusia y la coalición encabezada por Washington. Además añadió que Rusia aprovecha sus fuerzas para apoyar el régimen del presidente Bashar Asad. ¿Cómo puede comentarlo?
Serguéi Lavrov: No he oído esta declaración, pero puedo volver a afirmar que los militares rusos se encuentran en Siria para atender al material bélico ruso y asistir al Ejército de Siria en su uso. Sus tareas consisten en enseñar. Seguiremos suministrando este material bélico al Estado sirio con tal de que sea garantizada su capacidad de protegerse en la lucha contra la amenaza terrorista.
Desde el principio nos pronunciamos por un trabajo colectivo que se basara en las normas de derecho internacional en todas las esferas, y ante todo en una tan complicada, como la lucha contra el terrorismo. La coalición fue creada de manera unilateral, sin dirigirse al Consejo de Seguridad de la ONU, sin coordinarlo con Siria, el país clave para las tareas antiterroristas. Advertíamos aun entonces que aquel enfoque entrañaba riesgos de serias complicaciones y declarábamos que era imprescindible coordinar las acciones de todas las partes involucradas, incluido el gobierno sirio. Es importante tanto desde el punto de vista de la eficacia de la lucha contraterrorista (es imposible vencer al Estado Islámico solo con golpes aéreos, lo afirmará cualquier experto militar, hace falta una interacción con las tropas terrestres, y el ejército sirio es uno de los más poderosos en este sentido), como para evitar varios incidentes impremeditados. Advertíamos de ello desde que empezara a actuar la coalición encabezada por nuestros colegas estadounidenses. Más vale tarde que nunca. Ahora seguimos llamando a los miembros de la colación a cooperar con el gobierno y el ejército de Siria. Esta idea la apoyan ministros de Exteriores de varios Estados europeos que se dan cuenta de lo contraproducente que es la situación actual y de la necesidad de determinar las prioridades. Si lo prioritario es la lucha contra el terrorismo, hay que dejar a un lado los motivos de conjuntura, como el cabio de régimen en Siria (tanto más que los intentos anteriores de cambiar el régimen en esta región, en Iraq, en Libia, no conllevaron sino un crecimiento de la amenaza terrorista sin precedentes y permitieron que el EI se convirtiera en la macabra estructura que observaos ahora).
Si el coordinador de EEUU de la coalición internacional contra el Estado Islámico, John Allen, ha pronunciado que Rusia presta un apoyo militar al régimen del presidente de Siria, Bashar Asad, interpretaría esta declaración así: Rusia presta apoyo a la lucha de Siria contra el llamado Estado Islámico, que en realidad no representa el islam, y al cual no se le debe permitir que se convirtiera en un Estado.
Al igual que nuestros amigos estadounidenses suelen expresar su preocupación por tal o cual acción de Rusia en Europa o en otras partes del mundo, nosotros solíamos recordarles que entre Rusia y EEUU, entre Rusia y la OTAN siempre ha habido canales de diálogo entre los departamentos militares muy buenos y estables. Pero nuestros colegas estadounidenses cortaron y congelaron estos diálogos. Siempre abogamos por un diálogo profesional entre los militares. Se entienden. Y es importante para evitar incidentes indeseados y no premeditados, el Consejo OTAN-Rusia prestó una atención especial a esta cuestión. Pero ahora, a la iniciativa de la parte estadounidense, todo está cortado. El secretario del Estado de EEUU, John Kerry, me ha dicho varias veces que Washington está interesado en congelar estos canales. Pues, si es así, ¿qué se le va a hacer?
Pregunta: La víspera en los medios apareció la información de que Rusia realizará simulacros de la marina cerca de las costas de Siria. ¿Qué consecuencias puede tener esto para el arreglo del conflicto militar en Siria?
Serguéi Lavrov: No tengo información sobre el gráfico de simulacros en el Mediterráneo, pero el que la marina de Rusia los realice allí de manera regular, es un hecho bien conocido. Se realizan en plena conformidad con las normas del derecho internacional, concordadas para este tipo de eventos.
Pregunta: ¿Cómo puede comentar usted la declaración que hizo hace unas horas el presidente de Ucrania, Piotr Poroshenko: “Ya es hora de discutir la posibilidad de desplegar la operación en Donbás para promover la debida implementación de los acuerdos de Minsk. Esto nos ayudará a alcanzar dos objetivos para el restablecimiento de la paz en las regiones de Donetsk y Lugansk: la completa retirada de todos los mercenarios y armamentos rusos y el restablecimiento del control sobre la frontera ruso-ucraniana”?
Serguéi Lavrov: Por supuesto, apoyamos la declaración sobre la necesidad de cumplir por completo los acuerdos de Minsk. Si la parte ucraniana se declara fiel a las obligaciones asumidas por el presidente, Piotr Poroshenko, el 12 de febrero de este año en Minsk, allí está claramente definido el orden de acciones. Hay que empezar por el cese del fuego. Ahora, afortunadamente, tras un largo periodo de demoras, se vislumbra un periodo de tregua sostenible. Estamos acordando en el marco del proceso de Minsk, del Grupo de contacto con participación de Kiev, Lugansk y Donetsk los plazos de la retirada de armas de calibre inferior a 100 mm y de morteros de 120 mm. Los líderes del Cuarteto de Normandía discutieron este tema en su conversación telefónica también. Alcanzado este objetivo, cabe coordinar con Donetsk y Lugansk la cuestión de elecciones locales allí a base de la legislación ucraniana y con participación de los observadores de la OSCE, así como la entrada en vigor de la ley sobre el estatus especial de estos territorios, debe realizarse la reforma constitucional que fije este estatus sobre una base permanente, una amnistía, deben ser restablecidos los lazos económicos, etc. Deben ser retirados los mercenarios y otros extranjeros que guerreen allí de ambos lados. Ven ustedes por la televisión las entrevistas de la gente que viene de Europa del Este y del Oeste, de los Balcanes, de Europa del Norte, de los países Bálticos y Escandinavos, tanto a Donbás como al territorio controlado por Kiev. Los acuerdos de Minsk estipulan que toda esta gente que guerree abandone el territorio de Ucrania, así como el restablecimiento del control del Estado ucraniano sobre todas sus fronteras por completo.
Por supuesto queremos que Ucrania siga siendo un Estado soberano, a condición de la conclusión del acuerdo de descentralización, como está previsto por los acuerdos de Minsk. Finalizado el proceso de la descentralización y de la reforma constitucional, que fijará definitivamente el estatus especial de Donbás sobre una base permanente en conformidad completa con lo establecido por los acuerdos de Minsk, este control estará restablecido, así lo estipulan los acuerdos de Minsk.
La declaración del presidente de Ucrania, Piotr Poroshenko, cabe considerarla desde esta óptica. Se ve claramente que ha escogido aquellas condiciones de los acuerdos de Minsk que serán cumplidas después de que la parte ucraniana, y ante todo las autoridades, haya realizado lo que acabo de enumerar. Al menos, en la conversación telefónica de anteayer entre los cuatro líderes no hubo ningún ultimátum de este tipo, fue una discusión bastante circunstanciada sobre las vías de la implementación de los acuerdos de Minsk del 12 de febrero.