Discurso introductorio pronunciado por el Ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, en la reunión del Consejo Empresarial dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Moscú, 18 de diciembre de 2017
Buenos días estimados colegas,
Comenzamos una nueva reunión del Consejo Empresarial.
Me parece que estas reuniones son útiles tanto para los representantes de las autoridades ejecutivas como para nuestros círculos de negocios.
Hoy en la agenda está un tema acuciante y amplio: las tareas y perspectivas del fortalecimiento de la cooperación económica en el marco del grupo BRICS.
En los últimos años, en la actividad de esta alianza se observó un crecimiento cuantitativo y cualitativo, lo que es aún más importante. El grupo de cinco países entró en la segunda década de su existencia. Se puede constatar que se convirtió de un “club de intereses” en un mecanismo de asociación estratégica de pleno formato en muchos ámbitos. Se celebran anualmente dos cumbres de los líderes de los países BRICS: la principal y una reunión en los márgenes de la cumbre del G20, así como unos 100 eventos oficiales, de los que unos 20 a nivel ministerial. Por detrás de estas cifras está una amplia red de interacción de los respectivos departamentos de los cinco países, de contactos y de cooperación entre los círculos de negocios, científicos y representantes de la sociedad civil.
Una de las prioridades de la política exterior de Rusia es profundizar la asociación estratégica del BRICS. Cada vez más países prestan la atención a la postura del grupo, especialmente cuando la situación en el planeta no se hace más segura y tranquila. En esta coyuntura, es muy importante promover enfoques policéntricos, multilaterales hacia la solución de problemas internacionales. Es un proceso natural que refleja una redistribución objetiva del equilibrio global de las fuerzas a favor de los países cuyos mercados están formándose. Esto se refleja en la aparición de tales formatos como el grupo BRICS y el G20 cuya propia existencia pone de relieve la incapacidad de los países occidentales a resolver de modo independiente los problemas monetarios y financieros sin la participación de las economías en vías de desarrollo, nuevos centros de potencia económica e influencia financiera que conlleva, claro está, la influencia política.
Es evidente que tendremos que luchar por un nuevo orden mundial que debe ser democrático. Lo frenan los intentos de varios Estados de agarrarse los enfoques anticuados, mantener el dominio, imponer sus modelos de desarrollo a otros pueblos de modo unilateral y promover sus intereses egoístas con el uso de la fuerza.
El BRICS, al contrario, es un ejemplo claro y positivo del fortalecimiento de principios multialterales y colectivos en los asuntos internacionales. Los Estados distintos en el ámbito cultural y civilizatorio mantienen las relaciones, de conformidad con los principios de igualdad, respeto mutuo, supremacía del Derecho Internacional y respeto de intereses recíprocos. Coincidimos o somos afines en analizar los desafíos clave que enfrenta la humanidad. En el foco de nuestra atención está la formación de un sistema justo de gestión global que respete los intereses de todos los países principales, incluidas las economías que están formándose y en vías de desarrollo. Defendemos firmemente los principios básicos de la Carta de la ONU. Es el fundamento del orden mundial, incluida la igualdad soberana de los Estados, la no injerencia en los asuntos internos de otros países, el arreglo de controversias de modo pacífico. Junto con nuestros socios del BRICS, promovemos una agenda unificadora de las relaciones internacionales, buscamos la posibilidad de acordar los enfoques en las áreas donde no se ha conseguido un consenso todavía.
La cooperación integral del BRICS se desarrolla en tres direcciones básicas que están vinculadas: la política y seguridad, la economía y finanzas, la cultura e intercambios humanitarios.
Creo que el más sólido de estos tres pilares de la alianza sigue siendo la cooperación económica, porque la influencia principal de los cinco países en la arena internacional se debe a un creciente peso económico de los Estados miembros, su importancia como una de las locomotoras del desarrollo de la economía mundial. Todos saben que la India y China muestran no por primer año un crecimiento económico récord. Tomamos en consideración también el número de habitantes, enormes capacidades de innovación y riquísimos recursos naturales de los cinco países del BRICS.
Coincidimos en las valoraciones de la coyuntura actual en el sector económico y financiero mundial. Buscamos juntos nuevas fuentes del crecimiento económico. Partimos de que las dimensiones y el carácter de los actuales desafíos económicos ponen de relieve que es posible desarrollarse sólo en conjunto incrementando los vínculos de cooperación que se forman de modo más eficaz en el marco de transparentes organismos multilaterales.
El BRICS aspira a reformar la arquitectura financiera y económica del mundo que se ha caducado. Se lleva a cabo un trabajo enérgico en la ONU, el G20, el Fondo Monetario Internacional (FMI) donde el BRICS ya dispone de un 14,75% de votos. Sólo queda un 0,25% para tener la capacidad de bloquear algunas decisiones. Defendemos los principios básicos de un sistema abierto, equitativo y mutuamente ventajoso del comercio multilateral y el papel de la Organización Mundial de Comercio (OMC) como su fundamento. Continuamos buscando las vías de superar el dominio de un número restringido de “antiguas” monedas de reserva en la economía mundial. Es uno de los objetivos de la creación del Nuevo Banco de Desarrollo y el Fondo de Reservas Monetarias del BRICS con un capital general suscrito de 200.000 millones de dólares.
Estamos interesados, naturalmente, en que los operadores económicos rusos tengan ventajas concretas de la participación de Rusia en la asociación estratégica BRICS, saquen provecho del funcionamiento de los mecanismos del grupo creados en varias áreas importantes para nuestro sector de negocios.
Espero discutir hoy las posibilidades de aprovechar mejor y de modo más eficaz los organismos e instrumentos creados en el marco del BRICS, en particular, en intereses del sector de negocios ruso. ¿Qué reservas hay en este ámbito? ¿Qué más será necesario? Claro que hay que abordar todos estos asuntos tomando en consideración los enfoques de cada uno de los países del grupo.
La IX Cumbre de los BRICS celebrada hace tres meses en la ciudad china de Xiamen fue demasiado eficiente. Este evento puso en evidencia que el grupo entra en la segunda década con un paquete importante de iniciativas concretas y útiles. En Xiamen se registró un gran avance en el cumplimiento de la Estrategia de Asociación Económica aprobada en la Cumbre de los BRICS celebrada en Ufá en 2015 que establece los puntos de coincidencia de intereses económicos para un futuro. Tendremos que ver hoy no sólo como se cumplen las decisiones sino también abordar las vías de promoción de nuevas iniciativas rusas durante la presidencia de turno de Sudáfrica en el BRICS que se inicia en 2018.
Quisiera destacar que valoramos altamente el papel que desempeñan nuestros departamentos del respectivo sector. Ante todo, me refiero al Ministerio de Desarrollo Económico y el Ministerio de Finanzas. Una aportación importante a la cooperación de los cinco países la hacen los participantes rusos del Consejo Empresarial del BRICS encabezado por el presidente de la Cámara Comercial e Industrial de Rusia, Serguéi Katirin.
Repito que quisiera dedicar el diálogo de hoy, ante todo, a proyectos multilaterales. Tenemos múltiples contactos intensos con cada uno de los países del grupo, pero sería preferible abordar tales proyectos de este formato que se extiendan a tres, cuatro o, en el mejor caso, a los cinco países del BRICS.
En conclusión, quisiera decir que, independientemente de la coyuntura económica global, el BRICS y su dimensión económica siguen gozándose de demanda. La tarea principal es conseguir que su actividad incremente el bienestar de los pueblos de nuestros cinco países. En vista de eso, es difícil subestimar la comunidad empresarial rusa capaz de aprovechar de modo eficaz el carácter complementario de las economías del BRICS con el fin de su desarrollo sostenible.