Entrevista del viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Oleg Siromólotov, a la agencia RIA Novosti, 29 de septiembre de 2017
Pregunta: ¿Qué temas en la reciente Asamblea General de la ONU fueron las prioritarias para la delegación rusa desde el punto de vista de la lucha antiterrorista?
Respuesta: El principal objetivo de nuestro trabajo en los numerosos eventos dedicados a la lucha antiterrorista en el marco de este período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, fue, igual que anteriormente, conseguir que esta organización mundial intensifique su aporte a la cooperación de los Estados en matera de la lucha contra el terrorismo, conserve y fomente su papel protagónico en calidad del foro internacional clave para resolver las principales cuestiones de la agenda antiterrorista global.
Sin duda, la tarea más urgente para la comunidad internacional en este ámbito es acabar con el EI y otras organizaciones clasificadas como terroristas por la ONU, incluida Jabhat al-Nusra, sean como sean los nombres con los que se disfraza esta organización, sucesora de Al Qaeda.
A propósito, la cuestión no está tan sólo en los recursos propios de la tal mentada «internacional terrorista». Lamentablemente, a pesar de las medidas tomadas por las Naciones Unidas vemos que el EI y otras organizaciones terroristas continúan recibiendo ayuda financiera y material desde el exterior. No cesan los suministros a los terroristas de armas, municiones, técnica militar. Registramos minuciosamente estos casos, sin hablar de los casos de encubrimiento político de los terroristas y extremistas y del uso de la lucha antiterrorista para, cínicamente, conseguir fines políticos y geopolíticos propios. Si no ¿cómo podría el EI durante tantos años resistir ante el empuje de las fuerzas armadas regulares de varios Estados?
Con el objetivo de mejorar las condiciones para una lucha más eficaz con el EI, Rusia preparó y divulgó en el Consejo de Seguridad de la ONU el proyecto de la resolución sobre el embargo comercial y económico global en los territorios controlados por el EI. No obstante, esta iniciativa fue rechazada por algunos Estados occidentales. Estos mismos países se oponen a nosotros en el Consejo de Seguridad de la ONU en cuanto al proyecto de la resolución sobre la lucha contra la ideología terrorista y otras iniciativas. En cierto sentido, se oponen, de hecho, al llamamiento lanzado por el presidente ruso, Vladimir Putin, también desde la tribuna de la ONU hace dos años, a crear un amplio frente antiterrorista.
Desgraciadamente, es bastante difícil superar la oposición que se guía por los intereses coyunturales y, estoy seguro, miopes de un grupo de Estados descontentos con la transición hacia el mundo multipolar. En la ONU también se ha desatado la espiral de una rusofobia paranoide que se infiltra de forma artificial en la agenda antiterrorista, en particular, mediante unas políticas de doble rasero: en Siria, por ejemplo. Los terroristas se dividen en los «malos» y los «no tan malos». Si con los primeros todo está claro – en cualquier caso les espera el merecido castigo, los últimos se ven salvados de la persecución penal siendo calificados, de forma insolente y artificial, ora como «luchadores por la libertad», ora como «oposición moderada», y últimamente como «extremistas violentos», por lo visto para conseguir ciertos objetivos políticos y geopolíticos con relación a los regímenes «indeseables». En particular, tenemos muchas preguntas al concepto occidental de contrarrestar «el extremismo violento» que, en ciertas circunstancias permite la injerencia en los asuntos internos de los Estados y justifica las actividades de los terroristas y los extremistas calificándolas de la lucha contra los «regímenes represivos y autoritarios».
En estas condiciones, cuando no conseguimos un acuerdo político ni unirnos contra el terrorismo, mientras las nuevas iniciativas se rechazan, creemos importante organizar un monitoreo minucioso del cumplimiento, por parte de los Estados, de los compromisos asumidos por ellos conforme las resoluciones del Consejo de Seguridad del ámbito antiterrorista. Estas decisiones constituyen un estándar único internacional del trabajo antiterrorista de los Estados, por eso si queremos vivir en un mundo más o menos seguro tenemos que controlarlo de forma más estricta. Por iniciativa de Rusia, el Consejo de Seguridad de la ONU dedicará a este tema una reunión especial.
Planteando estas cuestiones Rusia no busca ningún beneficio. Lo hacemos en interés de toda la comunidad internacional.
En relación a su pregunta no puede dejar pasar desapercibido otro evento importantísimo. Recientemente, fue designado jefe de la Oficina de la ONU para la lucha antiterrorista el representante ruso, Vadim Voronkov. Lo vemos como el reconocimiento del papel de Rusia en la lucha antiterrorista de la ONU y de nuestras estimaciones de las amenazas y los métodos de contrarrestarlas.
Pregunta: ¿Cuáles son las posibilidades de que aprobar, en el marco de la ONU, el documento sobre la lucha contra la financiación del terrorismo? ¿Quiénes se oponen a ello y por qué?
Respuesta: No entiendo muy bien el tono dramático de su pregunta. Si hablamos de la lucha contra la financiación del terrorismo, para el día de hoy la ONU dispone de un marco legal internacional bastante sólido y eficaz con respecto de este tema. Por primera vez estas cuestiones se regularizaron de forma integral en el año 1999 con la aprobación por la Asamblea General de un acuerdo universal especializado, el Convenio Internacional para la Represión de la Financiación del Terrorismo (CIRFT). El CIRFT establece las obligaciones fundamentales de los países miembros para garantizar una barrera segura para los flujos financieros que alimentan el terrorismo. Las más relevantes de ellas son la criminalización de la financiación del terrorismo, la eficaz cooperación internacional para la represión de la financiación de los terroristas, en particular, en cuanto a la ayuda legal y extradición de los culpables, las congelación y el decomiso de los activos terroristas, entre otro. Rusia firmó el Convenio en 2000.
El Consejo de Seguridad de la ONU también lleva a cabo una labor a gran escala para impedir la financiación del terrorismo. En 2001, dicho organismo aprobó la resolución antiterrorista fundamental, la 1373, que prevé la puesta en marcha por los Estado de unas duras medidas de restricción y penalización con respecto a los terroristas y sus recursos financieros. Por primera vez, por iniciativa de Rusia, se incluía la tesis sobre los estrechos vínculos entre el terrorismo y otras amenazas criminales, incluido el tráfico ilícito de drogas, armas y materiales para fabricar las armas de destrucción masiva, el crimen organizado transnacional y el blanqueo de capitales.
Rusia continúa tomando medidas para fomentar la lucha internacional contra la financiación del terrorismo. Últimamente se consiguieron importantes avances en esta dirección. A principios de 2015 promovimos la declaración del presidente del Consejo de Seguridad de la ONU para impedir que los terroristas se beneficiaran con los ingresos petroleros y luego, la aprobación de la resolución 2199 del Consejo sobre la represión de la financiación de los terroristas a cuenta del comercio ilegal del crudo y sus derivados, los metales preciosos y objetos de valor cultural. El significado y la oportunidad de estos documentos para mermar los recursos del EI y otras organizaciones terroristas, que combaten precisamente en Irak y Siria, es difícil de sobrevalorar – el golpe fue asestado con la máxima precisión.
En diciembre de 2015, el Consejo de Seguridad de la ONU unánimemente aprobó la resolución 2253, cuyo proyecto habían elaborado en conjunto Rusia y EEUU y se refería a las tareas candentes de la lucha contra las actividades y la financiación del EI, Al Qaeda y personas y organizaciones vinculadas.
Ya he mencionado el proyecto ruso sobre la imposición de un embargo global comercial y económico de los territorios controlados por el EI. Aunque este documento no está aprobado, conseguimos incluir parte de sus elementos en la resolución 2368 del Consejo de Seguridad de la ONU aprobado el20 de julio del corriente, en particular, el llamamiento a los Estados a suprimir cualesquiera vínculos comerciales, económicos y financieros con el EI, Al Qaeda y las personas, los grupos, las empresas y las organizaciones relacionados con ellos, también mediante la intensificación de los esfuerzos dirigidos a reforzar la seguridad de las fronteras. Posteriormente, la disposición análoga fue incluida en otra resolución del Consejo, la 2370, del 2 de agosto del corriente, para impedir el acceso de los grupos terroristas a armamento. Seguiremos trabajando para reprimir la financiación del terrorismo en todos los foros internacionales, incluido el Consejo de Seguridad de la ONU y el Grupo de acción financiera contra el blanqueo de capitales.
Pregunta: En los últimos meses los terroristas en Siria sufrieron importantes derrotas, como, por ejemplo, la ruptura del asedio de su ciudad clave de Deir ez-Zor. ¿No está previsto, a consecuencia de los avances alcanzados, reducir aún más el contingente militar ruso en el país o, incluso, suspender la operación de la Federación de Rusia en su territorio?
Respuesta: Es verdad que en los meses pasados las fuerzas gubernamentales sirios apoyados por las Fuerzas Aeroespaciales rusas obtuvieron importantes éxitos en la lucha contra las unidades terroristas. Tiene razón, la base de la Fuerza Aérea siria en las inmediaciones de Deir ez-Zor fue desbloqueada, las unidades del Ejército sirio cruzaron el río Éufrates. La situación actual es favorable para neutralizar completamente la agrupación del EI en esta zona. Las tropas sirias, con nuestro refuerzo, están desarrollando una exitosa ofensiva en otros frentes, a pesar de las desagradables «sorpresas» en forma de provocaciones militares desde las posiciones de las agrupaciones armadas protegidas por EEUU y sus aliados.
Recientemente se puso en marcha el mecanismo acordado en Astaná de las zonas de distensión. Durante el encuentro internacional sobre Siria celebrado en Astaná en septiembre, Rusia, Turquía e Irán, como países garantes del cese de hostilidades, anunciaron la creación de cuatro zonas de distensión, a tenor del memorando del 4 de mayo del corriente, en la zona suroccidental del país, en Guta Oriental, en la parte norte de la provincia de Homs y en la provincia de Idlib. Existen premisas para confiar en que seguiremos avanzando hacia el arreglo de la situación, a pesar de los ataques de la camaleónica organización terrorista de Jabhat al-Nusra (no me sorprenderé si entre los disfraces de sus militantes están ahora, además de los de enfermeros, médicos, rescatadores de los Cascos Blancos, el hiyab), que recibió estos días una buena reprimenda en Idlib en respuesta a su vil acometida contra el Ejército sirio y nuestro pelotón de policía militar.
En estas complicadas condiciones calificamos de mayor éxito la notable desescalada de la violencia en Siria. Con la puesta en marcha de las zonas de distensión empezó a mejorar gradualmente la situación humanitaria. Rusia suministra de forma regular la ayuda humanitaria a la población siria afectada, emprende esfuerzos para que la comunidad internacional se involucre de forma activa en la recuperación de la vida pacífica en las tierras sirias. No puedo decir lo mismo sobre las actuaciones de EEUU y sus aliados. Así, constatamos una catástrofe humanitaria en Al Raqa (y anteriormente en Mosul) provocada por la inacción en cuanto a las medidas urgentes para organizar los suministros de la ayuda humanitaria y creación de los corredores para evacuar a la población civil. Eso sin hablar ya de los múltiples errores crónicos de la aviación estadounidense atacando objetivos civiles.
Reitero expresamente: el alto el fuego y los procesos de desescalada no son aplicables a las organizaciones como el EI, Jabhat al-Nusra y las agrupaciones terroristas afiliadas. Continuaremos combatiéndolas decididamente hasta limpiar por completo el suelo sitio de esta inmundicia terrorista. No podemos detenernos a la mitad del camino. De ahí que las cuestiones relativas a la composición cualitativa y cuantitativa del contingente ruso en Siria se solucionarán en función de las tareas planteadas ante nuestras militares.
Pregunta: Cada vez cobran mayor relevancia las cuestiones relativas a la lucha contra el cíberterrorismo. Los presidentes de Rusia y EEUU en Hamburgo acordaron iniciar un diálogo para crear el grupo de trabajo bilateral para la cíberseguridad. ¿En qué fase está el trabajo? ¿Cuándo se pondrá en marcha este mecanismo? ¿O es que ya no tiene sentido al empeorar las relaciones bilaterales?
Respuesta: En cuanto al uso de las tecnologías de información y comunicación (TIC), en particular, el Internet, por los terroristas, observamos, cada vez más alarmados, el desarrollo de la situación en este ámbito. La dificultad está en que este problema es sólo una parte de un cúmulo de amenazas en materia de la seguridad internacional de información (SII). Además del cíberterrorismo, incluye el uso de TIC con los fines político-militares y criminales. Todos estos retos están tan entrelazados entre sí que preferimos verlos en conjunto, sin desarticular los componentes aislados.
Lamentablemente, las TIC se han convertido en la actualidad casi en la principal herramienta de presión político-militar, de injerencia en los asuntos internos de otros países, de violación de los derechos y las libertades de sus ciudadanos. Es más, la delincuencia cibernética enmascara, en muchas casos, la realización de los objetivos políticos. Entretanto, los ataque cibernéticos con ánimo de lucro causan, a diario, unos enormes daños a la economía mundial.
Me gustaría destacar que Rusia fue el primer país que planteó en el escenario internacional la cuestión sobre la necesidad de luchar contra todas estas manifestaciones criminales y agresivas. Llevamos casi 20 años promoviendo iniciativas al respecto en la ONU. En particular, Rusia, desde el año 1998, es parte iniciadora de la aprobación por la Asamblea General de la resolución anual sobre la SII, que pone en marcha el funcionamiento del principal mecanismo especializado en la ONU es este ámbito – el grupo de expertos sectoriales.
Lamentamos que el proceso de negociaciones en este foro no sea tan eficaz como nos gustaría. Pero conservamos la confianza en que hay posibilidades de avanzar. La comunidad internacional debe condenar las amenazas existentes en el área de las TIC y concentrarse en la búsqueda de las soluciones prácticas y concretas.
La respuesta más eficaz ante todo el abanico de amenazas en este ámbito será, según creemos, elaborar y aprobar bajo la égida de la ONU las reglas universales de la conducta de los Estados en el espacio cibernético. Estas reglas deberán servir para evitar los conflictos y la confrontación, para establecer en el ámbito digital los principios de renuncia al uso de la fuerza, de la no injerencia en los asuntos internos de los Estados, del respeto de la soberanía estatal y los derechos humanos.
Es obvio que cualesquiera esfuerzos multilaterales en esta materia deban completarse con un diálogo bilateral. Estamos abiertos a cooperar con todos los países interesados. EEUU, al igual que Rusia, es un «peso pesado» es el ámbito de las tecnologías de información y comunicación. Así las cosas, el diálogo siempre es más útil que la confrontación o intercambio de acusaciones. Espero que la parte estadounidense también lo comprenda.
Estamos preparados a mantener el diálogo sobre el tema con los estadounidenses. Contamos con una experiencia positiva en este sentido, La cooperación se reanudará en cuanto Washington madure para ello. Entregamos las propuestas respectivas a la parte estadounidense en reiteradas ocasiones. Partimos de que ahora la pelota está en el tejado de EEUU.
Pregunta: ¿Se mantienen en su totalidad los contactos entre Rusia y EEUU relativos a la lucha antiterrorista en Siria? ¿No existe el peligro de que se congelen o se rebaje su nivel? ¿Se planea próximamente encuentros bilaterales y a qué nivel?
Respuesta: El tema sirio centra constantemente los contactos diplomáticos y militares ruso-estadounidenses. Subrayamos que estamos interesados en entablar una coordinación real con EEUU en la lucha contra el terrorismo en este país. El problema del arreglo del conflicto sirio se plantea con regularidad durante las conversaciones telefónicas y encuentros personales entre el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson. Sólo durante la visita del canciller ruso a la «semana de alto nivel» de la Asamblea General de la ONU en septiembre se reunieron en dos ocasiones, los días 17 y 19 de septiembre. Esta es, creo, la respuesta a la pregunta sobre el riesgo de congelación o descenso de nivel de los contactos.
Continúa la interacción de expertos en los foros internacionales que centran sus actividades en el arreglo sirio, incluido el proceso de Ginebra. Se mantiene el diálogo a nivel de los especialistas militares. En particular, el mando de la agrupación militar rusa en Siria informó, por un canal de comunicación existente, a los socios estadounidenses sobre la zona de realización de la operación militar contra el EI en Deir ez-Zor. Desde agosto del corriente, en Amán está funcionando el centro de monitoreo tripartito – Rusia-EEUU-Jordania – para controlar la situación en la zona de distensión meridional en el sur de Siria.