Excerpta de la rueda informativa ofrecida por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, Moscú, 6 de octubre de 2022
Crisis actual en Ucrania
Ayer, el pasado 5 de octubre, el Presidente de Rusia promulgó las leyes de ratificación de los Tratados sobre la adhesión de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk y las provincias de Jersón y Zaporiya y de formación de cuatro nuevas entidades territoriales de la Federación de Rusia que habían sido aprobadas por la Asamblea Federal. Las respectivas leyes constitucionales federales fueron firmadas y entraron en vigor también.
Pese a todos los empeños de Kiev y los países occidentales, la mayor parte de la población mundial comprende la pertinencia de nuestras acciones y los orígenes de la crisis.
Lamentablemente, una parte de los territorios reunificados con Rusia permanecen bajo el control del régimen de Kiev que continúa persiguiendo a la población local por motivos lingüísticos, convicciones políticas y pertenencia nacional. Los militares ucranianos no cesan de bombardear de forma bárbara ciudades y poblados pacíficos de las regiones liberadas. Se puede citar como ejemplo que en el centro de Donetsk y sus suburbios se instalan constantemente de forma remota minas antipersonal prohibidas Lepestok, lo que comentamos en reiteradas ocasiones. Los neonazis están vengando abiertamente a los civiles por hacer una elección consciente a favor del país con quién quieren estar.
Sin embargo, cualesquiera intentos de deprimir la voluntad de estas personas están condenados al fracaso. La liberación de estos territorios continuará. Allí se restablece la infraestructura destruida, la vida pacífica.
En esta coyuntura los países occidentales no dejan de enviar armas de asalto y material bélico a Ucrania, entrenando a sus soldados en las bases de la OTAN en Europa. EEUU y Gran Bretaña aplican el grueso de los esfuerzos en esta dirección.
Los británicos entrenaron recientemente a varios miles de militantes ucranianos. En el proceso de su entrenamiento participaron instructores militares de Canadá, Polonia, Nueva Zelanda y otros países occidentales. Exactamente de esa manera entrenaron a los militantes que perpetraron un golpe de Estado anticonstitucional en Ucrania que comenzó a madurar en 2013 y se implementó en 2014. Posteriormente, presentaron a los extremistas entrenados (es decir, las personas que cambian el poder con el uso de la fuerza amenazando a la población civil) como la "sociedad civil", "manifestantes civiles", "que querían adherirse" (como dijeron) a una civilización occidental, pero al mismo tiempo fueron entrenados para llevar a cabo combates en las condiciones urbanas. En estas mismas bases están entrenándose hoy militantes, extremistas, que durante muchos años, estaban asesinando a sus conciudadanos, a quienes consideran habitantes de su país, pero de "segunda clase".
Informes sobre nuevos tramos de ayuda militar a Kiev llegan casi semanalmente desde EEUU. Recordemos la declaración de la élite política estadounidense de que el objetivo principal de Ucrania es matar a tantos rusos como sea posible. Recordamos y sabemos cómo los Embajadores ucranianos promueven esta ideología de asesinatos en todo el mundo. Nunca lo olvidaremos.
Hace varios días, se anunció que EEUU estaba preparándose a enviar un nuevo lote de sistemas misiles HIMARS a Ucrania. Los estadounidenses planean agregar cuatro sistemas más a los 16 ya enviados, así como municiones para ellos por un monto total de 625 millones de dólares. Cómo fuerte es el odio que siente hacia nosotros esta "ala" de las autoridades políticas de EEUU. Debido a los enormes problemas internos, la recesión, la inflación, el desempleo, es imposible hasta a través de sus medios de comunicación crear una imagen falsa de éxitos conseguidos y prosperidad de su propia población. A pesar de esto, cada semana se envía cada vez más dinero al régimen de Kiev para que no cesen las hostilidades, para que aún más personas mueran. Quieren "inundar" la región de sangre con este dinero estadounidense impreso y sin garantía. Quisiera recordar que la deuda pública de EEUU superó los 31 billones de dólares hace varios días. ¿Pueden imaginar ustedes qué está sucediendo?
Se calcula que durante el año siguiente Kiev pueda recibir otros 18 lanzamisiles múltiples. Justamente con el acuerdo de Pentágono, los seguidores de Bandera bombardean de una manera precisa a la población y la infraestructura civil. Los estadounidenses admiten públicamente que casi en tiempo real transfieren datos de inteligencia de los satélites y otros a los jefes militares de las FF.AA. de Ucrania, así como participan en la planificación de operaciones militares. ¿Acaso no es una complicidad? Es una verdadera guerra híbrida. En apoyo de Kiev se atraen incluso compañías privadas estadounidenses y europeas para procesar la información obtenida de los satélites. Están en la conciencia de Occidente (si la tiene, claro) miles de civiles muertos y heridos.
Trata de mantenerse a la par de EE.UU y Gran Bretaña la Unión Europea que ahora está examinando la creación de una misión de asistencia militar a Ucrania. Si está formada tal misión, el involucramiento cualitativo de la UE será incrementado y se afianzará su estatus de un participante del conflicto.
Una ayuda tan manifiesta y amplia al régimen kievita, prestada por Occidente, dilata las hostilidades y motiva Kiev a cometer nuevos crímenes. En el segmento del internet ucraniano, ya han surgido invitaciones a detonar la bomba “sucia” en Moscú. No es una novedad. Ya hemos oído de los políticos ucranianos que hay que lanzar una bomba nuclear sobre nosotros, y para acabar con Rusia, Kiev tiene que convertirse en una potencia nuclear. Hemos oído muchísimas cosas. Pero, eso no se oye en la sociedad civil y los medios de comunicación occidentales. Están concentrados en otra cosa. En recursos escritos en ucraniano incluso está presentada una instrucción para ensamblar tal bomba.
Pueden dejar de hacer esfuerzos. Todos ya han entendido hace mucho qué métodos usa el régimen kievita. Éstos equivalen a los extremistas y terroristas. Son asesinatos y actos terroristas ejercidos tanto contra las personas que hace un rato llamaron sus ciudadanos, al mismo tiempo bautizándolas “individuos”, personas “de segunda categoría”, como ciudadanos de otros países, no solo el nuestro. Durante estos años en Donbás, murieron muchos oriundos de otros Estados.
Hemos prestado atención al decreto reciente del Presidente Zelenski, aprobando la decisión del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania acerca de la imposibilidad de negociar con el Presidente de Rusia. Hemos oído muchas declaraciones al respecto de los dirigentes ucranianos. Ahora han decidido establecerlo al nivel legislativo.
Reitero que primeramente, al fin del pasado febrero, Kiev nos pedía que sostuviéramos negociaciones de paz. Después las interrumpió, dejando sin respuesta nuestras proposiciones del pasado 15 de abril. Ahora pretende que está negando, prohibiendo algo a alguien. Es clásico. Lo mismo fue con los Acuerdos de Minsk. Primeramente, fingían que querían concluirlos. Después, actuaban como si los concertaran y luego implementaran. Posteriormente, dijeron que no habían tenido intención de hacerlo. Pasaron ocho años engañando a la comunidad internacional, nutriendo su propio país de armas para realizar en algún momento “un tirón” de fuerza.
Ya en aquel entonces fue obvio que eso se había hecho por orden de Occidente que no quiere que se terminen las hostilidades y está determinado a continuarlas (como dicen entre sí – “hasta el último ucraniano”). Especialistas lo llaman una guerra proxy librada por Washington, Londres y Bruselas contra Rusia a través de los ucranianos. En efecto, es una guerra híbrida. El fin de Occidente es atacar nuestro país desde todas las partes. Han pasado mucho tiempo tratando de hacerlo por medios económicos, humanitarios y políticos. Ahora han pasado a usar armas colocadas en las manos de los ciudadanos ucranianos y mercenarios de todo el mundo. Y eso se expresa en público.
Estos planos no están destinados a hacerse realidad. Seguiremos defendiendo nuestra patria, sus ciudadanos, eliminando las emergentes amenazas a nuestra seguridad. No renunciaremos a este objetivo.
Resultados de la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU dedicada a los actos subversivos perpetrados contra los gasoductos Nord Stream1 y Nord Stream2
El pasado 30 de septiembre, por iniciativa de Rusia, se celebró la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU dedicada a los daños causados a tres bifurcaciones del gasoducto Nord Stream. Todos los miembros del Consejo de Seguridad reconocieron que se trataba de una subversión deliberado y se mostraron unánimes manifestando que era necesario llevar a cabo una investigación internacional transparente de lo ocurrido. Fue momento de unanimidad constructiva, pero luego las cosas se torcieron. A toda persona instruida le parecería incuestionable que Rusia debe participar en tal investigación. Ni expertos en Derecho, ni ingenieros, ni técnicos, ni expertos en finanzas o en economía pueden imaginarse una instrucción en la que no participe Rusia. Y, sin embargo, es posible. Una serie de países occidentales, miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, han dicho y siguen diciendo que no Rusia no es que no sea invitada a participar, sino que se les prohibirá el acceso a la instrucción. Se formuló la idea de elaborar garantías de la seguridad para la infraestructura transfronteriza.
¿Ha ocurrido alguna vez en la Historia? Sí que ha ocurrido. De ejemplo puede servir el caso de Boeing perteneciente a Malaysia Airlines que tuvo un accidente en el cielo sobre Ucrania. ¿Cuándo a Malaysia se le permitió el acceso a la instrucción y al Grupo de trabajo? Por supuesto, no enseguida, sino mucho tiempo más tarde. Recordemos que el avión pertenecía a una empresa malasia. De modo que es un clásico. Ello quiere decir, antes que nada, antes de que hablemos siquiera de los motivos, que hay cosas que ocultar. A un propietario, ni siquiera inversor, se le deniega el acceso al equipo técnico, infraestructura y la propia sustancia que es bombeada. Eso significa que se le está ocultando algo. No es la primera vez que Occidente lo hace. Me gustaría subrayar que en la situación con el Boeing todo ocurría exactamente igual, solo que el propietario del avión era Malasia.
Por nuestra parte, no hemos dejado pasar desapercibido el carácter absurdo de las acusaciones que se han formulado y se siguen formulando contra Rusia. Se le acusa de haber destruido el Nord Stream, proyecto en el cual Rusia había realizado unas inversiones colosales. No simplemente asignamos fondos ni los invertimos, era un proyecto que funcionaba. Las enormes inversiones permitieron crear un sistema único, seguro y eficaz que permitía suministrar energía al continente europeo.
Al mismo tiempo, les propusimos a los participantes en la reunión contrastar una serie de hechos bien conocidos que hacían plantearse preguntas sobre el posible papel de determinados países en el accidente.
Un minucioso análisis técnico de lo ocurrido durante la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU lo presentó el portavoz de Gazprom, Serguéi Kupriyánov. Confirmó la disposición de Gazprom de buscar formas de restablecer el funcionamiento de los gasoductos, señalando que de momento no se podía determinar los plazos de reconstrucción de las líneas destruidas.
En general, la reunión resultó de utilidad para la promoción de información objetiva, sobre todo, entre los países miembros del Consejo de Seguridad que se atienen a una postura constructiva.
Habría que señalar aparte el comportamiento impresentable de la presidencia francesa en el Consejo de Seguridad que alargó deliberadamente los plazos de la celebración de la reunión y le denegó al portavoz de Gazprom el derecho a responder, bajo el pretexto de que la empresa estaba afiliada al Gobierno de Rusia. ¿Se lo pueden imaginar? Se unió a la reunión el representante de Gazprom el encargado de los suministros de recursos energéticos, la construcción del gasoducto, su entrada en explotación. Es el experto que dispone de la información financiera, económica y técnica de “primera mano”. No fue a sí misma ni a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU a quienes la presidencia francesa se lo denegó. Le denegó al mundo su derecho de escuchar la opinión del propietario con respecto a lo ocurrido con su propiedad. Esta postura imparcial nos obliga a mirar con una mayor atención la forma en la que Estados occidentales seleccionan a representantes de las organizaciones, las no gubernamentales también, para asistir a los eventos del Consejo de Seguridad de la ONU, también desde el punto de vista de su financiamiento y control ejercido por el Gobierno.
Me gustaría recordar a nuestros “ex interlocutores occidentales” que disfrutan, invitando a participar en diferentes eventos de la ONU a sus celebridades, es decir, personas del mundo del espectáculo, cine, música. No son profesionales en una esfera concreta, sino gente lejana del problema abordado que, por gozar de popularidad, atrae la atención pública. En los países occidentales se suele invitar a famosos actores, cantantes y deportistas a participar en debates sobre asuntos políticos y ecológicos. Sin embargo, al experto se le impidió dar a conocer a la opinión pública mundial su criterio profesional. Sorprendente. Tendremos de qué hablar la próxima vez.
Respuestas a algunas preguntas:
Pregunta: El jefe de la Delegación Permanente de la UE en Serbia, Emmanuel Giaufret, instó a Belgrado a adoptar la política de sanciones de la UE contra Rusia. ¿Qué opina de la flagrante presión política ejercida por Bruselas sobre Belgrado?
Respuesta: Las restricciones unilaterales adoptadas por la UE en contravención al Consejo de Seguridad de la ONU son ilegítimas desde el punto de vista del derecho internacional. Ahora se hacen muchas declaraciones sobre el cumplimiento e incumplimiento del derecho internacional, los occidentalistas van y vienen entre la Asamblea General de la ONU y el Consejo de Seguridad. Harían mejor en pensar en sí mismos. Más les valdría preguntarse si sus acciones se ajustan al derecho internacional. En particular, la adopción de sanciones unilaterales. Podrían mirar las decisiones, abrir la Carta de la ONU, las resoluciones del Consejo de Seguridad y sus explicaciones y entender que las sanciones unilaterales son ilegítimas. Si cometen esas acciones ilegales, no tienen derecho a discutir sobre la legitimidad e ilegitimidad de las acciones de los demás.
Al continuar con esta política, la UE, que de palabra propugna el imperio de la ley, no sólo infringe estos principios, sino que literalmente obliga a otros países a embarcarse en este mismo camino. La coacción para participar en actividades ilegales está en sí misma fuera de la ley. Consideramos ofensiva y categóricamente inaceptable la práctica de la UE de imponer a otros Estados decisiones en las que no han participado. Esto no sólo tiene una dimensión jurídica, sino también penal. En el caso de Serbia, estas medidas de confrontación no responden a sus intereses nacionales, como han declarado repetidamente los dirigentes del país.
Con sus acciones, la UE viola los principios de la Carta de la ONU y del Acta Final de Helsinki de la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa de 1975 sobre la igualdad soberana de los Estados y el respeto de los derechos inherentes a la soberanía. Luego pasa a argumentar sobre la soberanía como norma jurídica internacional. Demuestra una actitud consumista hacia los candidatos a la adhesión, tratando a ciertas regiones como su patio trasero y aplicándoles actitudes neocoloniales. Con una calculadora, la UE calcula el número de declaraciones y decisiones de la UE a las que los países candidatos no se han adherido, no desdeña el chantaje y la coacción, utiliza descaradamente a estos Estados como mercados y fuentes de recursos laborales. No se trata sólo de política, sino del fenómeno del neocolonialismo del siglo XXI. Se ha parcheado, se ha reinventado, pero la metodología sigue siendo la misma. Los viejos conceptos de la supremacía colonial se están adoptando a un nuevo nivel tecnológico.
Así, la UE ni siquiera oculta que Serbia no entrará en la UE hasta que “arregle” sus relaciones con Pristina. Hay que llamar a las cosas por su nombre: hasta que Belgrado haga lo que Occidente quiere que haga. Para la UE, eso significa reconocer la independencia declarada unilateralmente de la provincia en violación de las disposiciones de la Resolución 1244 del Consejo de Seguridad de las ONU. También se trata de la cuestión del derecho internacional. Bruselas debe responder claramente a la pregunta: ¿se reconoce la Resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU? ¿Se está aplicando? Es una pregunta sencilla que todo el mundo puede hacerse. Ya que invocan el derecho internacional. Y lo hacen cuando les beneficia. Cuando no, dicen que el orden mundial no se basa en el derecho sino en las “reglas”. Aun así, nadie garantiza que algún Estado miembro de la UE no bloquee su adhesión para obligar a Belgrado a hacer concesiones en asuntos bilaterales.
Confiamos en que tarde o temprano habrá fuerzas en la UE capaces de mostrar respeto por el derecho de los Estados a una política exterior independiente, por sus vínculos históricos y por sus tradiciones nacionales. En la historia, hay ejemplos de la cooperación beneficiosa para todos con socios tanto en Occidente como en Oriente, aprovechando su ubicación geográfica.
Pregunta: Últimamente, los artículos que relacionan a Rusia con la amenaza nuclear se extienden en la prensa y los medios de comunicación occidentales como verdolaga en huerto. Estas palabras siempre están mano a mano en los medios de comunicación occidentales. ¿A quién beneficia y cuál es el objetivo de esta escalada?
Respuesta: Los medios de comunicación occidentales son una herramienta en manos de las agencias de inteligencia pertinentes. Es una verdad universalmente reconocida. Los utilizan para organizar las campañas políticas y mediáticas. En el contexto de la crisis en torno a Ucrania, los medios de comunicación occidentales, a instancias de políticos coterráneos, llevan mucho tiempo intentando inculcar la idea pública de narrativa nuclear. Y más que eso, acusan a Rusia de chantaje nuclear y amenazas, se replican las especulaciones de que supuestamente estamos contemplando el uso de armas nucleares, ya sea para asaltar a las Fuerzas Armadas de Ucrania o para realizar pruebas en el Mar Negro para mandar una señal.
¿Saben cómo funciona este mecanismo? Es una muestra tomada de la lectura sobre propaganda y tecnología de la información. En cuanto los dirigentes rusos declaran algo que supone el rechazo de ser primeros en usar armas nucleares o la observancia de todos nuestros documentos básicos que rigen las armas y la tecnología nucleares, inmediatamente los medios de comunicación occidentales cortan las expresiones relacionadas con el puesto de tal o cual persona, con armas y tecnologías nucleares, y las pegan en sus artículos. Todo lo demás lo tiran. Es decir, resulta lo contrario de lo que se dijo originalmente.
Si se dijera de no ser primeros en usar armas nucleares, de comprometerse con todas las obligaciones en virtud de los documentos existentes, todo desaparece y sólo quedan "Rusia" y "armas nucleares", y entonces se desarrollan las especulaciones sobre el tema.
Este es el clásico ejemplo de cómo funciona la propaganda. Pero ni siquiera es propaganda. Su misión es promover una postura, o (en el peor de los casos) minimizar los detalles, con el fin de promover la importancia de algunas cosas en la conciencia pública. Aquí vemos la manipulación mediante la distorsión de la idea. Cuando te dirijas a ellos y les preguntes cómo puede ser eso, responden que nosotros mismos lo hemos dicho. Es así, pero iba acompañado de 15 palabras más. Han dejado solo dos palabras en vez de 15 originales. Dicen: "Pero las han dicho". Sí, pero han distorsionado el sentido natural. Todo esto lo están haciéndonos.
Nosotros hablamos ya en la rueda informativa del pasado 18 de agosto sobre eventos conmemorativos en Japón, dedicados al trágico aniversario del ataque nuclear estadounidense en Hiroshima y Nagasaki. En estos eventos de duelo con la participación de funcionarios japoneses no se pronunció ni una sola palabra sobre Estados Unidos. Al mismo tiempo, se convirtieron en una plataforma para mencionar a Rusia en el contexto de la amenaza nuclear. Esto es una manipulación de la marca más alta. Es decir, se rechazan los hechos y se introducen los anti-hechos. Y todo esto se expresa a nivel de funcionarios oficiales de la cúpula del Estado.
Da la impresión de que en Washington y en otras capitales occidentales pueden estar interesados en una peligrosa escalada de la situación para "culpar" de ella a nuestro país. Esto se está haciendo en el marco de la línea destructiva de Washington para la seguridad internacional y la estabilidad estratégica para asegurar el dominio global por cualquier medio, sin importar el peligro de provocar una directa confrontación armada entre las mayores potencias nucleares, que puede tener consecuencias catastróficas.
Tal desarrollo de la situación, si es profesado en Washington a nivel oficial, debe ser impedido. No pretendemos participar en este terrible discurso, dedicado a "hinchar" la retórica nuclear. Cada vez sube el grado, pero esto lo hacen precisamente las organizaciones y los países miembros de la OTAN y los que sirven a sus intereses en el ámbito de la información.
Me gustaría recordar una vez más lo que ha sido confirmado repetidamente por los líderes de nuestro país: la Federación de Rusia está totalmente comprometida con el principio de la inadmisibilidad de la guerra nuclear. En tal guerra no puede haber vencedores. Nunca debe ser desatada. No voy a enumerar todos los documentos doctrinales sobre este tema, porque nuestra postura no ha cambiado. Solo mencionaré la Doctrina Militar de la Federación de Rusia y también los Fundamentos de la política estatal en materia de disuasión nuclear. En ellos se articulan claramente nuestros enfoques a todos estos temas. Allí no hay doble fondo. Y no vale la pena buscarlo, porque no es necesario, sino es imposible e inútil. Porque estas búsquedas se convierten en especulaciones en torno al tema nuclear.
No podemos entender por qué la amenaza real en torno a la instalación nuclear – la central nuclear de Zaporozhie – no recibe la debida atención en los medios occidentales, mientras que saben perfectamente quién durante muchos meses está amenazando a esta planta. Entienden que son precisamente ellos, los países de Occidente, miembros de la OTAN, quienes están patrocinando tales acciones.
Quiero dar "alimento para pensar" a los periodistas de los países occidentales. Creo que no estaría mal, si recordaran más a menudo que solo un país en el mundo en realidad había usado armas nucleares. Fue Estados Unidos de América. Fueron los estadounidenses quienes arrojaron bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, aunque esto no era justificado por alguna necesidad militar y en realidad se convirtió en una prueba de armas de destrucción masiva en las ciudades japonesas mencionadas y sus habitantes, un factor para intimidar a la población. ¿Se disculparon ellos? No se disculparon. ¿Recibieron algún castigo por lo que hicieron? ¿Asumieron la responsabilidad? Que reflexionen sobre estos temas todos aquellos que cada día en Occidente en los medios occidentales atribuyen a Rusia palabras que no dijimos y tachan de sus materiales las citas verdaderas que habían sido anunciadas.