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Comentario del Departamento de Información y Prensa del MAE de la Federación de Rusia en relación con declaraciones hechas por el secretario de Defensa de EEUU y relativas a la problemática de la disuasión nuclear

1767-29-09-2016

No hemos podido dejar de prestar nuestra atención a las declaraciones hechas por el secretario de Defensa de EEUU, Ashton Carter, el pasado 26 de septiembre en la base aérea de Minot. El quid del asunto no radica únicamente en una rusofobia desenfrenada que, lamentablemente, ha pasado a ser parte inalienable de los discursos públicos pronunciados por personeros de la administración saliente. Suscita una seria preocupación la tesis sobre la disposición de EEUU a utilizar sus armas nucleares en caso de un conflicto armado con la participación de Rusia al objeto de impedir que nuestro país emplee armas nucleares para repeler agresión.

Por lo visto, se trata del planteamiento contenido en la Doctrina Militar de la Federación de Rusia, a tenor con el cual nuestro país se reserva el derecho a emplear tales armas cuando la propia existencia del Estado esté gravemente amenazada a raíz de una agresión con empleo de armas convencionales. Es de precisar que en la Doctrina se trata de una agresión contra Rusia, pero no de una “agresión fallida” que haya lanzado nuestro país, tal como lo presenta Ashton Carter. Tamaña tergiversación flagrante de un documento oficial ruso significa que ora el titular estadounidense tiene un texto mal traducido ora está tramando un juego peligroso.

Según las declaraciones de Ashton Carter, en caso de que Rusia sea atacada por aliados de EEUU, este país estará dispuesto a apoyar este ataque, amenazando a nosotros con el empleo de sus armas nucleares. Es de esperar que en Washington comprendan el sentido de semejantes declaraciones y las consecuencias que pudiesen acarrear para la seguridad y estabilidad internacionales.

Queremos enfatizar que la belicosa retórica del jefe del Pentágono esclarece en buena medida los objetivos y la verdadera orientación de la modernización del armamento nuclear y sus vectores que se desarrolla en EEUU y a la que con ostensible orgullo Ashton Carter se refirió en la base aérea de Minot.

A resultas de la modernización de la tríada estratégica – los misiles balísticos intercontinentales, los submarinos con misiles a bordo y los bombarderos -, así como de los misiles de crucero instalados en aviones y bombas de aviación nucleares, EEUU calculan incorporar en sus arsenales por muchos decenios armas de ataque nuclear altamente eficaces. Paralelamente, irían consolidando su sistema de defensa antimisiles, lo cual no se olvidó de mencionar el jefe del Pentágono. Así las cosas, la estrategia de presión militar sobre Rusia que, según los altos cargos del Pentágono, por lo visto, supone estar al borde de una guerra nuclear, se dotará de un componente tecnológico más sofisticado y peligroso.

El espectacular cinismo de todo ello estriba en que lo instrumenta la administración del presidente Obama que anunció a los cuatro vientos la aspiración de EEUU a lograr el desarme nuclear y mereció por anticipado el Premio Nobel de la Paz.

Desde luego, tendremos que tomar en consideración los criterios de EEUU y adoptar las pertinentes contramedidas para garantizar nuestra seguridad nacional.